- Me bastará con una habitación segura y algo de tranquilidad, señor. Mi nombre es Ambrosio y soy un cirujano recién llegado a la ciudad. A sus servicios si alguna vez precisa de cierto tipo de intervención, no lo quieran los dioses. - Dijo presentándose el hombre de Nuln, que veía a todo el mundo como posible cliente de su futura casa de curación. Pero sabía que tendría que empezar por abajo, así que una estrategia de difusión sería lo más inteligente de cara a ganar algo de renombre. Tenía que reflexionar ese punto en especial con la almohada, el cansancio ya estaba haciendo mella en él.
Sí, señor aquí tiene su llave. Yo mismo le acompañaré y llevaré su equipaje. Los médicos son bien recibidos en esta ciudad, hay muchas enfermedades y violencia. La gente es pobre de posesiones, pero tiene dinero siempre a mano, y un médico es un gasto necesario. Gracias a Shallya soy un hombre sano, pero no todos tienen mi fortuna.
Habitación privada, con comodidades, con baño y comida buena, 5 chelines. Habitación común (compartida con otra gente) 3 peniques.
Si no quieres hacer nada más que dormir cambiamos de escena. Creo que Melissa está casi lista.
Tu premio son 120 PE
Me despido con la mano a mitad de escalera mientras subo.
-Ya nos veremos- replico desde lejos sin volver la cabeza.
Eso espero...
Melissa ascendió las escaleras y llegó a su más que agradable habitación. Las camas, pues había dos, estaban limpias y de un blanco inmaculado, cortinas en las ventanas, había una pequeña estufa de carbón, un orinal, un balde con agua y un espejo de metal pulido. Una mesita de noche, un armario y un candelabro completaban la decoración. La cerradura de la puerta contaba además con un pestillo para cerrar desde el interior.
Si no quieres hacer nada más que dormir cambiamos de escena. Ambrosio está listo.
Tu premio son 140 PE
Reviso puerta y ventana cerrada. Tengo que comprar un cepo para osos pienso mientras mira el suelo justo delante de la ventana.
Me aseo y me echo a dormir sin más ceremonias.