- ¡Toma ya!- miro para los enanos- si, si, quiero salir, fuera.
Rebusco entre mi ropa la jodida licencia, para con paso natural, AHORA, dárselas.
El enano sonrió brevemente al ver el énfasis de Melissa en salir de las ruinas, y más cuando vio el pequeño tesoro que la muchacha llevaba.
Veo que te ha ido bien
El enano revisó la licencia, satisfecho por hallarlo todo en orden, y señaló una gran mesa de piedra.
Ahora debes depositar todos los tesoros en esa mesa. Haremos un inventario de lo hallado y te expediremos un permiso de venta para la Plaza de Piedra, donde podrás vender legalmente los hallazgos a quien desee comprarlo. Te recuerdo que cualquier objeto rescatado de las ruinas que se considere reliquia del pueblo enano será confiscado.
Nuevo post en la guía de la ciudad. ¿Qué quieres hacer ahora?
Deposito mis tesoros en la mesa, pero no me dejo manosear por nadie, los pongo todos y como alguien me toque le doy una patada.
Después de esto me apatece una bebida fresca, comer algo, curarme la herida y vender los objetos.
¿De cuanto tiempo dispongo para equiparar el tiempo con los demás?
Los legisladores separaron el dinero del resto de objetos y calcularon su valor delante de Mellisa, lo hicieron dos veces para demostrar a la mercenaria que no le estaban engañando.
El valor del dinero metálico asciende a 74 oros y 16 platas. ¿Estás de acuerdo?
Sí -contestó secamente la muchacha.
Los enanos guardaron las monedas viejas y sacaron otras nuevas de un gran arcón de acero, a Melissa le deslumbró todas aquellas monedas ¡había cientos de ellas en ese arcón! La cantidad extraída fue contada también dos veces: 74 coronas y 16 chelines.
Este dinero queda libre de impuestos, humana. Es tuyo.
Después procedieron a clasificar los objetos, dos gruesos anillos de oro, un valioso collar de joyas, un anillo de oro con una piedra verde con un escudo inscrito, tres brazaletes (dos de oro y uno de plata), un ojo postizo de piedra y un colgante de bronce.
Este anillo tiene el símbolo del Clan Drugnunson, primer clan de herrero rúnicos de Karak Izril y se considera patrimonio de Karak Azgal, por tanto queda confiscado según el artículo 17, sección XIII del Gran Libro de la Legislación de Karak Azgal. El resto de objetos son tuyos. Se te expedirá un albarán con esos objetos para que puedas venderlos legalmente. Deberás presentar el albarán para abrir un puesto de venta en la Plaza de Piedra. Si deseas vender los objetos fuera de ese recinto deberás obtener un permiso especial. Si eres sorprendida vendiendo un objeto sin licencia de venta te serán confiscados los objetos y las posesiones que lleves ene se momento, incluidas tus monedas. Todos los objetos de este albarán tendrán un impuesto sobre su valor que se entregará al legislador pertinente. Que tengas un buen día, humana.
Por eso se le llama El Pico del Impuesto. No te preocupes por el tiempo, ya os engancharé. Estás en Puerta Muerta
Anillo de oro x2
Collar de plata y joyas
Anillo de oro y joyas (confiscado)
Brazalete de oro x2
Brazalete de plata
Ojo postizo de piedra
Recuento mi dinero y lo primero que voy a hacer es, si mi herida está controlada mirrándome miro el vendaje, ir a comer. En caso contrario buscaría a un médico o a Ambro si lo encotrara.
Dirigo mis pasos a la baya poma para comer.
Y en toda la ciudad resonó un cuerno enano.
Era un cuerno enano que sonaba desde la Fortaleza de Skalf. La multitud congregada junto al Palacio de los Muertos miró hacia la ciudad enana que se alzaba en la cima de la montaña. Pronto algunos empezaron a correr en direcciones dispares.
¡Nos atacan! -gritó alguien- Las tribus de las colinas nos atacan.
Y muy pronto Melissa vio como algunas personas empezaban a subir la Escalera del Dragón para escapar de Puerta Muerta. Un chico le golpeó el cofre que estuvo a punto de caer, pero Melissa no estaba dispuestas a sacrificar su tesoro. Las antorchas del muro exterior empezaron a arder y diminutas figuras y destellos de armadura recorrían el primer muro defensivo.
Mierda, que mal momento. Miro con furia al chico que me acaba de chocar.
-Te voy a...-siendo interrumpida por la gente que corre a la fortaleza-.
vale, no se que hacer, por mí me quedaría a luchar, pero ¿que puedo hacer con mi tesoro?, la duda entre ir a la muralla y subir a la fortaleza me tiene indecisa unos instantes, despues acepto que es imposible que pueda luchar con un cofre en una mano y una espada en la otra. por mucho que me cueste, no tiene sentido, así que subo apresuradamente la escalera hasta la fortaleza, quizas pueda dejar en custodia el cofre si voy a ir a luchar a la muralla.
Recibes 160 PE. Cambio de escena