Partida Rol por web

!KHAZUKANKAZAKIT-HA¡

Jotunn desperto con un sonido de guerra en sus labios, el miedo parecia desaparecer lentamente y pasado este solo una mirada de odio parecia encontrarse en el camino de su mente, algo del todo horrible, algo que no mereceria nadie, pero eso que estaba enfrente no era nada ni nadie, era un ser asqueroso y repulsivo salido del mas infinito odio y temor algo a lo que destruir en el acto.

!KHAZUKANKAZAKIT-HA¡ - volvio a gritar apuntando con la ballesta y disparando, ese virote iba cargado de muy malas intenciones y asi fue como se clavo en la cabeza del asqueroso y gigante mutante.

El proyectil se clavó en el único ojo del demonio. Grandes sabios de las universidades de la humanidad afirman que los demonios no son seres de este mundo y por eso no pueden sentir el dolor. Pero lo cierto es que ese virote hizo estremecerse al demonio de Nurgle, hasta tal punto que una aureola negra impregnada de maldad le rodeó. Lentamente fue consumido por ella mientras los enanos podían escuchar los gritos de un millón de millones de almas condenadas al tormento eterno, atrapadas en el Reino del Caos sin posibilidad de escapar. Cuando la aureola despareció no quedo el menor rastro del portador de plaga, devuelto a su plano de existencia en el Reino de la Oscuridad.

¡Bien hecho! -los enanos felicitaron a Jotunn por su magnífico disparo, uno tras otro le fueron mostrando su respeto.

Mientras los dos guardias rescataban a Norgunson Torkim inspeccionó el cadáver del hechicero del Caos.

Sí podía invocar a un demonio, ¿para que necesitaba sacrificar a Norgunson?

Jotunn descubrio algo tarde que el virote habia acabado ha aquel engendro, solo se vio agobiado al descubrir el verdadero miedo su pecho aun rebotaba debajo de la armadura, algo que le molestaba nunca en su vida habia visto algo asi y la sensación parecia enpequeñecerlo, descubrio que habia sacado el hacha casi por casualidad pero sus intenciones eran usarla de inmediato.

-Creo que podemos hacernos las preguntas despues aun tenemos trabajo - el aire estaba ciertamente viciado y no me daba confianza este lugar si por mi fuera pondria unas cargas y echaria el techo al suelo sellando la camara para siempre.

Sí, hay que quemar los cadáveres de los mutantes. Cuando lleguemos a las murallas hablaremos con el sargento y los ingenieros, para que sellen este lugar infame.

Torkim guardó su equipo y empezó a arrastrar el cadáver del sectario, y su brazo hasta la primera caverna donde estaba la hoguera.

Coge al burro -le dijo a Jotunn

Mientras tanto los dos guardias liberaron al noble, y se lo llevaron a cuestas.

Hay aceite en nuestro campamento, que vaya él a buscarlo -el guardia señaló al peajero- nosotros prepararemos una hoguera.

A Jotunn no le parecio nada bien salir ha buscar el aceite no era el perro de nadie:

-No se como tratais aqui ha los hermanos enanos, pero en Karak-Nord pedimos las cosas con educación- Como su propio Gran Clan indica, cuando los Cejofruncido se enfadaban daban claras muestras de ellos, Jotunn empezo ha arrastrar el cadaber del mutante-caraburro mientras refunfuñaba, mato una criatura del caos, les salvo la vida y como me lo agradecen señalandome con el dedo y mandandome a mi, de malas maneras fuera de este lugar, como un simple barbilampiño que se ha quedado ahi quieto como un mujigato.

Rato tardo arrastrar el cadaber para hacer una pila, y muchos movimientos enfadados realizo, no dijo nada mas en espera de una respuesta.

Perdona si te he ofendido. Te estaré agradecido durante siglos por habernos salvado de estos indeseables. Sólo quiero salir de aquí y no podremos quemar los cadáveres sin aceite. Si quieres yo iré a buscar el aceite. He pensado que no te gustaría arrastrar cadáveres de mutantes.

Jotunn se coloco el hacha en si cinto, cambio la ballesta por el escudo y empezo a salir de la caberna, no estaba seguro de dejar al grupo solo, por eso intento darse prisa dando pequeñas carreritas donde mejor se veia dando tiendas cada paso con la mano que le quedaba libre. Es curioso cuando uno deberia sentirse como un heroe, solo siente dolor, cansancio y ganas de tomarse una cerveza. Y que la gratitud se siente bien adentro, pero igual el dolor fisico a veces puede a uno, necesitaria al menos 10 días de descando y curarse, habra tiempo de tomarse una cerveza y esconder en lo mas recondido la vil criatura.

Enfadado por el trato recibido Jotunn salió al exterior para conseguir el aceite para la hoguera. Deshaciendo el camino se topó de frente con un nutrido grupo de enanos armados hasta los dientes encabezados por el compañero que habían mandado a buscar refuerzos, y en efecto los traía, un skorong al completo. Todos bien pertrechados y todos agitando nerviosos las manos con ganas de golpear a algo.

Dinos, ¿dónde están los demás? ¿Acaso han caído?

Jotunn se asusto y mientras llevaba el escudo hacia delante toco con la mano la empuñadura del hacha, hasta que se dio cuenta de que eran compañeros. Los miro de reojo y pregunto oscamente:

-¿Alguno lleva aceite encima? Necesitamos quemar unos muertos- No tenia demasiado humor, de perro faldero a quien se le levantaria la moral, y encima me tratan como un pequeño barbilampiño en su cabeza resonaba esto "He pensado que no te gustaría arrastrar cadáveres de mutantes." que soy un humano un esteril elfo, hay veces que es mejor morderse la lengua, eso es lo que yo opino.

La cara de cabreo de Jotunn era importante, no tenia ganas ni de quitame esas pajas tres pajas, asi que alli estaba en medio del camino sin moverse, esperando una estupida respuesta.

¿A quién hay que quemar?

Los enanos dejaron pasar al sargento y a dos enanos que cargaban aceite. Había unos veinte litros, más que suficiente para preparar una buena hoguera. El sargento se acercó a Jotunn con un fusil en las manos listo para ser disparado contra los enemigos. Tenía varias chapas de conmemoración en su armadura, prueba de sus muchas batallas libradas y una larga barba marrón.

¿A quién hay que quemar? -volvió a preguntar.

A Jotunn no se le fue ni una pizca el cabreo que llevaba, pero estaba claro que iba a responder rapidamente y con respeto:

-Maese Torkim y yo hemos salvado a unos hermanos enanos, y entre todos hemos dado caza a sus captores unos mutantes, teniamos intención de prender los cadaberes y he ido yo ha buscar aceite para tal fin- girandome un poco -solo hay que seguir este tunel, si sois tan amable- le doy pie ha que vaya el primero si no ire yo gustosamente.

La situación quedó bajo el mando del sargento, que superviso los trabajos de cremación de los mutantes, sellado de las cuevas y transporte del herido, Snorri Norgunson y del difunto Trod Goldgort, del clan guerrero Goldgort, cuyo mancillado y descuartizado cadáver se cubrió con un sudario.

Los componentes de la escuadra dieron su enhorabuena a los dos valientes enanos que habían salvado a los compañeros, especialmente a Jotunn cuando los supervivientes contaron cómo había acabado con aquel demonio. Fueron muchas las, por otro lado cortas, palabras de agradecimiento que el peajero recibió. Todos estaban seguros de que el clan Norgunson recompensaría a los valientes, y quizá hubiera una recompensa algo más modesta del clan Goldgort por devolverles el cadáver de su miembro.

Subid a Norgunson y a Trod a la carreta. Volvemos a las murallas, que el siguiente relevo ocupe vuestro turno de guardia.

No es que la alegria se apoderara de Jotunn, no era ni mucho menos picar la roca pero estaba cerca, una sonrisa de lado forzada debido a las caras de aprobación nos les quedo mas remedio que golpear a alguno de los soldados a modo de colegueo, y mover la cabeza a modo de agradecimiento. Aun asi él tenia en la cabeza la cremación de los cadaberes los heridos, y terminar su turno para lamerse las heridas, pero esto iba ha tardar un poco mas.

La pequeña comitiva inició la marcha hacia la Puerta de la Cabeza del Dragón, el carruaje ocupaba un lugar central con un semiinconsciente Snorri Norgunson sobre él, junto al sudario que ocultaba el cadáver del guardia de la ciudad. Los enanos flanqueaban la carreta mientras a su espalda se alzaban las llamas de un improvisada pira con los cadáveres de los mutantes, al final les habían prendido en el exterior mientras miembros del gremio de mineros indagaban sobre el mejor modo de sellar esa cueva.

La comitiva llegó a las murallas, y se les unieron enanos portando estandartes de Karak Azgal y del clan Norgunson. Alguien ordenó a un portador de runas que llevara un mensaje a la Fortaleza de Skalf, mensaje que se envió por la superficie a través del camino que llevaba a la ciudad. Había humanos con caballos entre los reclutados, pero las cosas se debían hacer según la tradición enana.

¿Hacemos sonar el cuerno para anunciar la noticia? -preguntó un joven enano de muy escasa barba.
Bien -contestó el sargento.

Y por todo el valle resonó un cuerno enano.

Jotunn acompaño a toda la comitiva y vio con ojos funestos como ardian los cadaberes de los mutantes, no sintio pena ninguna por ellos solo les deseo la peor de las vidas despues de la muerte. Cuando llegaron a la forteleza respiro algo mas tranquilo, sus heridas ya parecian de cierta consideración y aunque no temia por su vida estaba claro que necesitaba sentarse un buen rato. No tuvo intención de salir de la comitiva ni lo pidio, pero cuando sono el cuerno por todo el valle, a Jotunn se le escapo una lagrima, una lagrima que solo hizo fruncir su entrecejo, un entrecejo que esperaba que se le poblara con el debenir de los años, si antes no sonaba este cuerno por él mismo.