Partida Rol por web

El oportuno vendaval causado por Kalahad hace caer al guerrero hacia atrás, justo cuando tenia intención de terminar con Gunnar. Vaya ahora que ya lo tenia, con lo que me habia costado...-piensa Crixor. 

Al momento se levanta del suelo, dolorido por la fuerte pelea pero con ganas de lanzar un ultimatum a Gunnar y a todos sus esbirros.

-Estáis acabados, ya habéis visto de lo que somos capaces. Coje su espada y la pone frente a Gunnar. -Si no os largáis  ahora mismo, os quedaréis aquí, adornando este campo para siempre.

Lothar no muy contento con la situación tomó el virote que nunca llegó a cargar en la ballesta y se acercó al hombre que estaba forcejeando con sukubo.

Trató de pegarle una patada con su pie derecho para que perdiese el equilibrio y una vez caído en el suelo lo remataría con el virote en el ojo.

Luego del torbellino innatural que crea Kalahad, las intimidaciones se hacen eco en los rostros de los atacantes. El que se enfrentaba con Farah arroja su espada al suelo y comienza a caminar hacia atrás, con las manos en alto, para darse vuelta y trotar hacia sus compañeros cuando se encuentra a una distancia prudente.

Lo mismo hacen los que se enfrentaban al tigre, que se queda junto al druida, y el que estaba frente a Lothar, que esquiva su intento de arrojarlo al suelo y sigue retrocediendo, pasa cerca de Crixor e intenta reunirse con sus compañeros. 

Mas allá, cerca del templo, sólo dos se levantan, Dummer y el clérigo. Este último pone su mano en la cabeza de Gunnar y la levanta, para descubrir su palma completamente ensangrentada. Mira con sorpresa al grupo, como el resto de los asaltantes, y comienzan a retirarse hacia el templo. Otro de ellos comprueba que su otro compañero tampoco parece reaccionar.

Todos los que quedan en pie los miran con una mezcla de sorpresa y odio, pero emprenden una cautelosa retirada.

- Nos volveremos a encontrar, cachorros, y no será placentero -espeta Dum a lo lejos.

Lothar no permitiría que esos sujetos traten de escapar después de haber intentado matarlos, además necesitaría su sangre si esperaba tratar de curar al druida que seguía inconsciente en el piso.

Cargó la ballesta y apuntó al que se estaba alejando, al que recientemente había evadido el intento fallido, vale aclarar, de desestabilización que propició el nigromante.

Pensó en decirle algo, pero su forma de ser no era esa... "los mataré a todos y no permitiré que escapen impunes" pensó y soltó el virote esperando que se clave en el sujeto.

Al ver como se retiran suspira aliviada pues no sabe cuanto tiempo más podría haber aguantado y es que la verdad no cree que estén preparados para una batalla más grande. Si luchando contra humanos pasa eso, cuando luchen contra los dragones o contra los semidragones las pasarán canutas.

Quiere dejarse caer y descansar, pero viendo el panorama, no puede. Se acerca a Zoriak que es el que está más grave y se pregunta si podrá hacer alguna cosa... en teoría quien tiene que saber curar en el grupo es el druida, pero ya van dos veces que ha estado cerca de la muerte. 

-¿Alguien más sabe de curar heridas? Yo solo sé aplicar los primero auxilios, pero poco más... me temo que tendremos que cruzar el bosque sin parar y llegar a Bastion de Hierro lo antes posible. Crixor, tu turno es el siguiente, así que prepara la pierna... -mira a Kalahad y Lothar para ver si tienen heridas, pero no parecen sangrar - ¿vosotros estáis bien? No os han herido, ¿verdad?

Gira el cuerpo del druida para mirar la herida que tiene. Parece bastante profunda y se está desangrando. Seguramente si no hacen nada, no llegará a la ciudad.

-Necesitaríamos hacer algún tipo de camilla que pueda arrastrar el caballo... será mucho esfuerzo para él, pero no podemos mover a Zoriak. Necesito agua, hilo y alguna aguja para poder coser de forma temporal... quizá cauterizar la herida... pero eso ya tiene que ser alguien que sepa... - va bajando la voz a medida que va diciendo las cosas que necesita pues lo último ya son como instrucciones para ella.

Se sienta en la tierra, clavando su espada en el suelo junto a él. Las heridas son grabes y dolorosas.

Oye como Farah pregunta sobre si alguien sabe manejarse bien con las heridas y le responde.

-Si, yo sé de medicina. -Dice, con una voz muy cansada por el combate.- Esperaré a que pongas mi pierna en condiciones y te ayudo con eso.

Ha sido un combate muy duro, pero siempre se puede aprender algo en cada batalla. Esta vez Crixor ha podido percibir algo  del arte de los magos y su ayuda en las batalla. Aunque él confia más en la espada, tiene que reconocer que Kalahad y Lothar tienen bastante mérito.

-Habíes estado todos muy bien, ha sido una grata sorpresa veros luchar. Le dice al grupo, 

-En cuanto a Zoriak, ahora veremos que podemos hacer con el hijo de los bosques.

Perseguir a los enemigos por la espalda no es noble, pero Kalahad ni se fija en si los abaten o les dejan escapar. Radiante, su cabeza bulle de rimas que puedan reflejar su tremenda proeza. 

Cuando se gira no ve que sus compañeros le estén aplaudiendo o agradeciendo que haya salvado el día. Son lentos procesando. No hay que tenérselo en cuenta.

- ¿Y bien? ¿Nadie va a decir nada de mi viento que tiró al líder? ¿O de mi doble control mental que los mantuvo ocupados? ¿O de mi brillante plan de enfrentarme a ellos mediante la inteligencia? Lo sé, lo sé... Estáis todavía maravillados de ese último huracán que los barrió a todos y salvó vuestras vidas, pero no quiero que olvidéis todo lo anterior eh ¡que también fue obra mía!

El virote que lanza Lothar a su enemigo se pierde en la distancia sin impactar mas que aire. Su destinatario abandona su cauta retirada y se lanza a correr hacia sus compañeros.

Farah se acerca al druida sin temor a que el tigre la agreda, ya que el animal parece cómodo con su presencia. El gran felino también gotea sangre, pero está atento a las atenciones que se le hacen al druida. Lamentablemente la chica no puede hacer nada por Zoriak, quien parece al borde de la muerte si es que no ha pasado ya al otro mundo.

Crixor baja la guardia y se dirige a sus compañeros. Kalahad prácticamente se abstrae del mundo que lo rodea por unos segundos rememorando lo acontecido, y el grupo asaltante arrastra los cuerpos de los dos caídos mientras se retiran sin mucha dignidad. Seis han quedado en pie. Todos ellos están heridos y en retirada. 

Master, he narrado antes que esperaba a que Farah me cure para luego curar yo a Zoriak. Pero ahora leo que está al borde de la muerte y no sé si podria hacer un post diciendo que voy a curarle, contradeceria lo que antes he narrado.

Se gira hacia Kalahad sin tiempo para sus bromas al notar que la vida de Zoriak se escapa de este mundo y el mago solo es capaz de hablar de él mismo.

-Basta, Kalahad. Todo el mérito de tus actos se acaba cuando solo te centras en ti mismo y no haces nada para ayudar. Uno de nuestros compañeros se está muriendo y tú solo piensas en ti mismo. Muévete hasta aquí y continúa haciendo algo de provecho.

Se gira hacia Crixor que tampoco parece comprender la gravedad de las heridas del druida, peores que las suyas propias.

-Crixor, si sabes medicina, olvídate de tus heridas por ahora y ayúdame con Zoriak... no creo que aguante el tiempo suficiente como para que pueda atender tus heridas.

Apoyándose en su espada, Crixor se pone en pie y camina hacia donde está su caballo. De una de las alforjas saca unos vendajes y útiles para tratar heridas.

Después camina con dificultad hasta donde están Farah y Zoriak. Examina el cuerpo del druida y comienza a tratar sus graves heridas. Su forma de tratar las heridas no son delicadas y pueden parecerle a Farah un poco rudas. Crixor no se anda con delicadezas. 

Intenta reparar el daño donde lo haya y finalmente aplicar unos vendajes a las heridas.

-¿Qué te ha parecido niña? A veces la fuerza también sirve para estas cosas. Sonrie y luego se queja porque a él también le duele la pierna. Se lleva las manos a su herida.

-Sólo sé cosas básicas como vendar o desinfectar una herida... quizá coser, pero poco más.

Ya no se puede hacer mucho más por Zoriak, al menos en cuanto a las curas normales que pueden ofrecer, seguramente un poco rudimentarias comparadas con las de un médico de verdad. Alguien les debe odiar mucho como para atacarles hasta dejarles así de malheridos solo por salir en busca de sus padres.

Se acerca a Crixor.

-Déjame ver esa pierna... creo que deberás ir sobre el caballo... y tendremos que hacer una camilla para llevar a Zoriak. Los demás tendremos que cargar con las alforjas para que el caballo pueda arrastrar a nuestro compañero... - sólo de pensar en caminar cargando con más peso del que ya lleva un escalofrío le recorre la espalda, pero el algo que deben hacer... Con la cantidad de comida que llevan, es posible que el caballo no pueda con el peso de dos hombres y las provisiones.

Separa la tela del pantalón de la herida para verter un poco de agua y limpiar la herida, a falta de algo mejor y con alcohol. Coloca un trozo de tela lo bastante limpio sobre la herida y la venda haciendo presión con la tela para que sangre lo mínimo posible.

-Deberíamos irnos antes de que decidan volver y vengarse.

Se pone en pie. Contra todo pronóstico, la única herida que tiene es la de la mano hecha por uno de los virotes de Lothar. Le duele, pero tampoco hay que hacer un escándalo por eso. Se acerca al tigre que también parece bastante malherido.

-¿Cómo estás Igrith? - le acaricia la cabeza - ¿Podrás caminar?

Al nigromante todo le había salido mal, sabía que no era el mejor con la ballesta pero se lamentaba de no serlo, sentía que necesitaba más poder, que no sobreviviría con lo poco que tenía, necesitaba ser el mejor y el más apto para este trabajo... no sería simple pero tendría que ir en contra de la moral de la mayoría de sus compañeros pero realmente no le importaba. Sabía que con la magia le iría mejor que con cualquier arma, por lo que decidió sentarse a leer el libro, ya no era un juego para él sino que era una necesidad, por lo que de ser necesario acabaría con más de una alma piadosa para lograr su cometido.

Se sentó en el suelo, y llamó a sukubo observando si éste no tenía ninguna herida... al ver que el can se había safado de la totalidad de los ataques propiciado se alegró... la única parte de humanidad en el nigromante habían quedado en ese lobo de aspecto deplorable.

Tomó el libro y se puso a memorizarlo, no quería tener que verificar cada vez que quiera hacer un hechizo nuevo... si el libro lo decía prendería fuego la iglesia pero se volvería el mejor de todos los Nigromantes existentes en el mundo, sus padres y él dependían de ello.

- Oh, Lothar, me recuerdas a los malos estudiantes, esos que aún repasan sus estudios cuando el profesor les está llamando en la fila para dar la lección. De casa hay que venir con todo aprendido. Y ni aún así eso basta, ya viste que yo también he fallado un par de ocasiones. No te preocupes, las omitiré en Las Crónicas de Nuestra Gesta ¿de acuerdo? 

Como si Kalahad no se quedara satisfecho si todo lo que decía era agradable, puntualizó:

- También es bueno salir de casa duchado. 

En ese momento Farah le reclama. No se había dado cuenta de que Zoriak estaba tan herido, aunque parecía que Crixor le atendía bien.

- ¿No crees que tal vez pudiéramos montar la camilla apoyadas en el tigre. No pondríamos todo sobre ella, claro, necesitamos ponernos uno a cada extremo, pero si el animal va debajo, que creo que irá cerca de todas formas, sería mucho más rápido. ¿Cómo está, Crixor? No puede morir ¿verdad? No estaría bien. No. 

-Igrith también está herido y no creo que pueda caminar con tanto peso encima. Ya que tu le consideras también como a uno más con el mismo derecho que tú - le hace recordar sus palabras del otro día - creo que es justo que cargues con tu parte del peso para que nuestros compañeros no sufran.

Tras tratar lo mejor que sabe la herida de Crixor se levanta y se sacude la falda del vestido aunque se macha por la sangre de las manos. Suspira y mira alrededor... es posible que uno de los atacantes llevase un hacha como arma, si es así, podrían cortar madera para hacer una camilla improvisada.

-A ver... necesitamos hacer una camilla para transportar a Zoriak. La ataremos al caballo, pero hay que encontrar unas hachas y cortar ramas de diferentes medidas... aunque quizá en la iglesia haya algún carro que podamos "tomar prestado" por los inconvenientes causados por este grupo. ¿Qué creéis?

La chica tenía razón así que se quedó momentáneamente sin palabras. Pero cuando dijo lo otro tuvo que intervenir:

- ¿El mismo templo donde se han ido a refugiar los atacantes? Hmmm

-Se que suena arriesgado, pero si hay un carro podremos llevar a Zoriak y las alforjas sin tener que cargarlas y nos podríamos mover más libres. Puedo acercarme yo... soy bastante sigilosa y no me escucharán, pero necesito que me cubráis las espaldas... Lothar, tu que tienes ballesta puedes atacar a distancia si ves a alguien que se acerca con intención de vengarse...

Mira a Kalahad para ver si comprende lo que quiere decir. Es una persona inteligente, pero a veces las más inteligentes son las que más les cuesta comprender ese tipo de cosas. Es arriesgado, pero es necesario también.

-¿Os parece bien? Y por cierto... tenemos que coger todo lo que sirva para vender de esos muertos... aunque no os guste... si vendemos las armas y los petos de cuero obtendremos dinero para más provisiones.

-Lo del carro me parece bien. Nos vendria de perlas. Dice Crixor que ya se siente más aliviado con su pierna. -Por mi puedes echar un vistazo que yo estaré vigilando detrás. 

-Si falla lo del carro, yo mismo me pondré a fabricar la camiila. No necesito ningún hacha para cortar unas ramas robustas. En cuanto a la tela, algún voluntario puede prestar su capa, supongo que eso es lo de menos.

Se queda a la espera de ver que deciden respecto a la incursión sigilosa en busca del carro. 

-Bueno... mi capa podría servir...

Aunque no le gusta que se manche su capa de viaje, que es de buena calidad y abriga bastante para cuando tengan que adentrarse en las montañas, también sabe que alguien tiene que dejar su capa para poder hacer una camilla o para tapar al druida mientras le transportan en el carro... si es que hay uno.

Se acerca a su bolsa mientras se deciden si apoyar el plan o no. La coge y la acerca a donde están ellos, guarda una de las dagas en el interior y se queda con la otra, luego ya las limpiará cuando tenga tiempo, se quita los zapatos para no hacer ruido y los guarda en su mochila mientras se arremanga la falda para poder tener más libertad de movimientos.

-Si algo no sale bien, saldré corriendo así que es mejor que estemos preparados, por si acaso.

Sonríe mientras se trenza el cabello rápidamente para que no le moleste ni se enganche mientras trata de explorar sigilosamente.

Los atacantes desaparecen metiéndose en el templo.

La salud de Zoriak es preocupante. El sangrado de su vientre no se detiene a pesar de los esfuerzos de Crixor y Farah. La palidez comienza a apoderarse de su piel. A simple vista puede vislumbrarse que el druida no está estabilizado ni mucho menos. Igrith, a su lado está inquieto y profiere pequeños silbidos de angustia.