Partida Rol por web

Crixor golpeaba con fuerza el metal con un martillo sobre el yunque. Los poderosos golpes resonaban en la tranquilidad de la tarde de Robleviejo, donde se acostumbraba dormir a esa hora. Crixor no era de esos, y menos en esos momentos, ya que hace unos días evaluaba la posibilidad de salir en busca de su padre, que no regresaba hacía seis meses.

Sumergió el metal en el agua, que chilló ante el choque con el frío líquido. Miró la herradura. Estaba perfecta. Se secó la transpiración y bebió de una jarra de agua que había dejado cerca.

Siempre a la vista, dirigió su mirada hacia La Segadora, su mandoble élfico, y se preguntó con que extrañas artes habría sido forjado. Nada en sus habilidades le proporcionaba el mas mínimo indicio de como aquellos misteriosos seres habían creado aquella obra de arte. Era grande, pero liviano, y las finas marcas en su hoja brillaban a la luz de la luna. Algún día sabría como fabricar un arma así.

Cuando escuchó un ruido a la distancia salió a la calle, no era frecuente que a aquellas horas los lugareños anden dando vueltas por el pueblo, tal vez el viejo Tummer estuviera buscando el cerdo que se le había perdido por la mañana, pero no parecía muy probable.

Por el camino venían tres personas, una con un caballo. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca los reconoció: Uno era el muchacho aquel que vivía en la torre, Kalahad, el hijo de Indra, la hechicera amiga de su padre. Luego estaba la chica que vivía en la cabaña del bosque, Farah era su nombre, y era la hija de Alma, otra del grupo de heroes. A ellos los conocía de pequeño, y aunque no eran amigos cercanos, se habían visto muchas veces, sobre todo de pequeños. 

El tercer visitante era nada mas ni nada menos que Dragomir Espadabrillante, el legendario guerrero, el compañero de armas de su padre, el único que podía rivalizar con él en combate, o al menos eso decían los niños del pueblo, que se peleaban por ser uno o el otro cuando jugaban con sus espadas de madera. Dragomir había partido con su padre hacía ya 6 meses. ¿Que hacia aquí volviendo sin sus compañeros? ¿Y por que lo acompañaban aquellos dos? Un presentimiento funesto cruzó su mente.

Al oir aquellos ruidos, el soldado se dispuso a dejar lo que estaba haciendo para salir al encuentro de algún posible visitante.

Dejó la herradura que daba por terminada en una caldero con agua fria. Del él salieron blancos vapores al tiempo que Crixor se quitaba sus guantes. Al dejar el soldado sus tareas con el hierro, una agradable tranquilidad podia apreciarse en Robleviejo. Era la hora de la siesta y no habian demasiados ruidos de las gentes del lugar. Los sonidos de las aves y la naturaleza invadian el ambiente.

La importancia de aquella visita estaba patente en la mente de Crixor. Espero que no sean malas noticas.

Después salió a la calle y al acercase al grupo. hizo un gesto para saludar a los tres personajes conocidos y preguntó sin vacilaciones al amigo de su padre. Crixor necesitaba saber alguna noticia de su progenitor. Como siempre se ha dicho, es peor el desconocimiento que las malas noticias.

Y bien Dragomir, cuéntame lo que deba saber-El rosotro del soldado permancia impasible y no dejaba entrever ningún sentimiento de preocupación.

Mientras caminan hacia la casa de Crixor se mantiene unos pasos separada de Kalahad y le mira con suspicacia. Desde que han ido a su casa le tiene un poco de manía... Se detiene cuando Dragomir se encara con Crixor, que parece haber estado trabajando alguna cosa en la herrería, y mira alrededor. El pueblo está muy tranquilo para ser las horas que son, pero quizá es que suele estar así a esas horas. No suele ir al pueblo salvo por la mañana para comprar algunas cosas que puedan faltar en casa.

-Me parece que estoy nos llevará todo el día... - mira a Kalahad - y no digas una de esas cosas tan "inteligentes" que sueles decir tú... que te conozco.

Dragomir se iba acercando con paso lento pero firme hacia el pueblo, Farah y Kalahad lo seguían sin emitir palabra. Tal vez, pensaba, estarían digiriendo las noticias, o simplemente no tendrían ganas de hablar demasiado.

Espadabrillante, mote que debía a la legendaria arma que colgaba de su cintura, era un hombre alto de edad algo avanzada, aunque sin llegar a viejo. Sus músculos todavía se notaban, su porte indicaba que no estaba ni cerca de estar acabado, y sus cicatrices hablaban de que había sobrevivido a toda una vida de peligros. Sus ojos lo traspasaban a uno de lado a lado, aunque su mirada en aquel momento era amistosa.

Crixor había crecido. Si bien parecía que su físico no se había desarrollado como el de su padre, claramente contrastaba con el de sus dos acompañantes: La chica era demasiado delgada, aunque parecía ágil, sus movimientos eran fluídos. En cambio del chico de Indra, Kalahad, aunque parecía algo mas formado, parecía sufrir cada paso del camino, que no había sido muy largo. Dragomir suponía que en una distancia mas larga los dos sufrirían bastante las inclemencias del tiempo.

Crixor estaba hecho de otra madera. El guerrero lo evaluó a la distancia, a medida que se acercaba. Cuando llegaron cerca constató sus sospechas acerca de él.

- Digno hijo de Excelsior -contestó al muchacho. Directo al grano. Pues bien, a tu modo será. Tu padre, al igual que todos los demás, están en grave peligro, en las Montañas del Trueno. Ya les daré los detalles, pero si nadie los ayuda, están perdidos. He venido a ver de que madera están hechos sus hijos.

- Saludos, Crixor, hijo de Excelsior, no sé si tu cabeza me recuerda pero yo soy Kalahad, hijo de Indra. Creo que Dragomir olvidó decirte que estamos a punto de convertirnos en leyendas. Le-yen-das  ¿sabes lo que es una leyenda? Hmmm, como un cuento que siempre está en el aire aunque aún no se haya escrito, ¿me entiendes?...

Kalahad había intentado ser amable pero de nuevo las relaciones se tornaban complejas. ¡No sabía cómo hablarle a un soldado! ¿Entenderían verbos que no estuvieran en imperativo y entonces habría vuelto a pecar de soberbio o ni siquiera aún sería capaz de comunicarse con él? Prefería lo segundo. Aunque lo disimulaba bajo un rechazo innato, los guerreros le acomplejaban. Nunca había estado a la altura y esperaba que todo aquello no le diera la oportunidad a la chica para lanzar otro de sus comentarios hostiles. 

Tarde. De nuevo le atacaba. ¿Serían todas las mujeres así? Salvo a su madre y a las sirvientas jamás había sido capaz de relacionarse con alguna y le despertaban demasiada incomodidad como para suscitarle interés. 

- ... es igual, lo importante es que Dragormir y yo podamos contar contigo. Seguro que eres útil.

Sonrió y sus ojos verdes trataron de escudriñar si esta vez había logrado algún tipo de acercamiento con otro humano. 

Vuelve a mirar mal a Kalahad.

-Y la chica de florero, no? No se si tu "mente privilegiada" es capaz de asimilarlo o no, pero yo también estoy en el grupo... 

Se cruza de brazos y le da la espalda, un poco enfadada. ¿Es que se cree que no irá a esa misión? Quizá no sea fuerte como Crixor o tan "lista" como mago, pero seguro que es capaz de llegar a sitios a los que ellos no pueden simplemente por ser más pequeña, ágil o por ser mujer.

-Espero que vengas... no creo que Dragomir nos pueda defender solo de los peligros, más que nada porque, aunque no sea adivina, me parece que éste - señala con el pulgar a Kalahad - nos va a meter en muchos problemas con su forma tan inteligente de tratar a los demás.

El soldado observa con atención a Kalahad mientras le habla. Para él los muchachos que hablan demasiado y dan muchas explicaciones no son dignos de mucha atención. Pero él no está acostumbrado a estas compañias y no puede evitar cierta curiosidad hacia él. Por otro lado está seguro que no soportaria demasiado antes de caer rendido al suelo lo que le resulta divertido.

Entiendo lo que dices, y me gustaria unirme a vosotros. Al decir esto se gira y mira a la chica, que parece estar a la defensiva con el muchacho. Crixor no sabe el juego que se traen entre manos  esos dos, pero ahora tiene algo más importante que ocupa su mente.No te preocupes Farah, entre todos encontraremos a nuestros padres.

Dragomir, no deseo perder más tiempo, si has de hacernos de guia hasta nuestros padres, yo ya estoy listo para partir.

-Sí... eso espero... y que estén bien...

Sonríe con tristeza al pensar que su madre y los demás seguramente estarán encerrados en las Montañas del Trueno, si están vivos, enfrentándose a peligros enormes y que cada instante que pasa podría ser el último para ellos. Tienen que darse prisa.

-Será mejor buscar a los demás cuanto antes para poder partir y no perder ni un momento.

Tiene la necesidad de premura. Necesita estar en camino cuanto antes a pesar de saber que quizá no sea muy útil. Al fin y al cabo, no sabe como pelear ni como usar una espada.

Crixor, haz una lista de todo lo que lleva el pj. Pon todo lo que quieras, lo que pienses que puede tener en su casa. Si hubiera algo que no se puede, te lo diré. No olvides si es que quieres que tenga armadura y/o caballo.

También tira 1d20 para monedas de oro, 2d20 para plata y 3d20 para bronce

Amos a ver, esto es lo que me llevo de casa:

-Mochila

-Cantimplora llena

-Linterna llena

-Cuerda

-Tienda de campaña pequeña

-Recambios para linterna

-Saco de dormir

-Herramientas para cerraduras

-Herramietas de herrero

-Kit de medicina y primeros auxilios 

-Escarpias para escalar

De momento eso seria todo (si me acuerdo de algo más lo pongo hoy).

Y sí, quiero que tenga armadura y caballo.

-Cuando dices herramientas para cerraduras, te refieres a ganzúas o a que, exactamente?

-Que tipo de herramientas de herrero llevas? Me imagino que el yunque no..  y el martillo podría ser, pero es bastante pesado, me imagino que el horno tampoco, y el metal sería muy pesado, asi que me gustaría que me especifiques para imaginar como lo llevas y calcular el peso.

-Que tipo de armadura?

Por lo demás no hay problema.

Me refiero a herramientas que me permitan trabajar con cerraduras y con mecánica, es decir, poder usar mis habilidades cuando sea necesario.

Lo mismo con la herreria, unos materiales portátiles que me permitan reparar armas y armaduras en cualquier sitio.

La armadura seria la acolchada.

Lo de las cerraduras, podriamos agregar algunas "herramientas básicas" a un juego de ganzuas, digamos un paquete del tamaño de un morral pequeño.

Lo de la herrería lo veo difícil, no recuerdo haber visto nunca un "herrero ambulante", generalmente hacen falta materiales específicos bastante pesados, que incluyen un horno o similar para calentar el metal al rojo, un yunque y un martillo para trabajar el metal, un recipiente con agua para enfriarlo y algunos etceteras que desconozco, pero no se me ocurre que podria llevar para reparar armas y armaduras con una minima eficiencia...  dime si me equivoco y lo charlamos.

Bueno, yo recuerdo al guerrero del diablo 1, que tenia su preciosa habilidad de reparar y reparaba las cosas mientras combatia xDD.

Te entiendo muy bien, podemos obviar el equipo de herrero. 

No hay problema, borrado.  :)

oki ;).