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La Búsqueda de los Heroes

Un poco de historia

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27/05/2013, 21:33
Director

El viejo Bardo se acomodó junto al fuego y rasgó suavemente su baliset.

- "Los Bendecidos" los llamaban -comenzó con voz ronca y suave, para atraer a quienes estaban un poco mas lejos, y no llegaban a escucharlo con claridad-. Nadie sabe a ciencia cierta si eran amigos de la infancia, o se conocieron luego, pero aquel grupo de entonces jovenes muchachos y muchachas, parecían tener mas vidas que un gato.

El Bardo sacó otra breve tonada de su instrumento antes de proseguir, creando espectativa.

- No tengo dudas de que todos conocen de su búsqueda del Cristal de la Vida, que se exhibe en el trono de nuestro querido rey, y de todos los peligros que tuvieron que pasar para recuperarla de manos de Urthal el Nigromante, atravesando los intrincados y oscuros túneles que se encuentran debajo de las fortalezas enanas.

Cambiados volvieron, ya lo creo que si. Pero muchos de ellos pudieron afianzarse, aunque su fama los precedía a todo aquel lugar donde iban, entonces decidieron esconderse, en un pueblo pequeño, y por varios años olvidaron aquella terrible empresa que cambió sus mentes para siempre. Hijos tuvieron, si. La mayoría de ellos. Y aunque algunos no estaban en las mejores relaciones entre ellos, vivieron en paz. Por un tiempo.

El Bardo bosteza, y toma un sorbo de hidromiel. Las chispas del fuego es todo lo que se escucha por unos segundos.

- Y fueron convocados de nuevo, cuando el reino lo requirió. Aquellos llamados "sabios", necesitaban elementos, elementos mágicos, para salvarnos a todos. Y ellos, los exiliados, volvieron. Dejaron a sus familias y emprendieron un peligroso viaje hacia el Este, ese lugar misterioso y prohibido.

No volvieron todos. El viaje fue largo y peligroso, y sus cuerpos ya no eran jóvenes. Pero la mayoría volvió victorioso. Depositaron a los pies del buen rey aquellos materiales extraordinarios. Un líquido dorado y viscoso, una roca negra, pero llena de bruma en su interior, y un pequeño huevo. Yo lo sé, yo estuve allí ese día -dice el viejo, con sus ojos brillando y mirando al pasado, como si todavía estuviera ahí.

Y hace poco han sido llamados de nuevo. No eran viejos, no, pero tampoco jóvenes. Y habían dejado gran parte de sus fuerzas en aquellas búsquedas. Los ví cuando partían, del Castillo Escarlata, orgullosos como siempre, saludando a la gente.

Aún no han vuelto -agrega bostezando. Aún no...    -dice mientras el sueño se apodera de él.