Partida Rol por web

Su piel se eriza con el contacto de la mano de Crixor y cuando pronuncia esas palabras sus mejillas adquieren una tonalidad sonrojada y su corazón comienza a latir más deprisa, que la vea como la chica más hermosa que ha visto es algo que le agrada mucho.

Se acerca un poco más a él, quedando a escasos centímetros de él y de sus labios.

-Sabes que no deberíamos hacer esto, ¿verdad? - le susurra, pero sin apartarse.

Lo cierto es que son compañeros de viaje, de misión, y quizá que pase algo entre ellos pueda suponer una traba para que puedan llegar hasta donde están sus padres. Quizá fuese todo muy incómodo si sucediese algo, si se besasen... ¿qué pasaría mañana al despertar? ¿Cómo se mirarían con la luz del nuevo día? Son preguntas que rondan por su cabeza, pero que se difuminan mientras el soldado aun tiene su mano sobre ella.

Crixor se acerca más y más a sus labios mientras acaricia su mejilla -Sólo tenemos una vida Farah...y hay que vivirla...mientras podamos...

Entonces los labios del soldado toman contacto con los de su compañera y éste la besa suavemente. Su cuerpo se estremece al estar en contacto con sus labios, sintiendo su calor y sobretodo su sabor.

La sigue besando mientras acaricia su cuello y su mejilla, empuja un poco su cuerpo contra el suyo con firmeza pero suavemente. La respiración agitada y el sonido de los labios tomando contacto son los únicos sonidos que se escuchan en la estancia.

Quizá tenga razón, solo tienen una vida y hay que vivirla... ¿qué pasaría si mañana todo acabase? ¿O dentro de una semana? Se sienta sobre sus piernas y apoya las manos sobre su torso mientras se deja llevar por esa sensación que le recorre el cuerpo gracias a sus besos.

Torpemente corresponde al beso del soldado pues nunca ha tenido ese tipo de contacto con ningún hombre y tampoco de ningún otro. Quizá por la inexperiencia no sabe decir si eso que está haciendo es por amor, por sentir algo de tipo romántico hacia él, o por el deseo o la atracción.

Eso hace que dude... ¿realmente quiere algo basado solo en la atracción? Nunca ha sido de ese tipo de personas... ella siempre ha creído más en el amor romántico, en los sentimientos más profundos. Se detiene lentamente y se separa un poco de él... quizá tenga que descubrir más. Teme la pregunta, pero teme aun más la respuesta.

-Crixor... ¿qué sientes por mí? - le susurra - ¿es solo porque te parezco hermosa?

Aún sigue unos segundos con los ojos cerrados cuando ella se separa un poco de él para preguntarle sobre sus sentimientos. Nunca antes habia experimentado este tipo de sentimientos asi que todo esto es nuevo para él. Nuevo pero muy agradable. Algo dubitativo le susurra la respuesta.

-Sólo puedo decirte... que nunca antes he sentido lo que estoy sintiendo a tu lado...Farah. El soldado tiene experiencia con las mujeres y no tarda en darse cuenta de que ella no comparte estas experiencias con los hombres, por su forma de besar y desenvolverse con él. Esto alegra a Crixor, porque todo en la joven es nuevo para él, algo diferente a lo que haya probado antes.

-Tranquila, déjate llevar. Le susurra.

Le muestra una sonrisa al escuchar eso porque le gusta parecer especial para él, al menos ser la primera en algo, aunque solo sean los sentimientos que parece tener hacia ella. Le tranquiliza saber que al menos no jugará con ella, que no lo hace por el hecho de llevarse a otra mujer a la cama, pero ¿está bien hacer eso? Son compañeros de viaje, tienen una misión muy importante y no sabe como acabará todo eso... ¿está bien dejarse llevar así? ¿Y si luego, tras conseguir su virtud, se olvida de ella?

Pero le gustan sus manos acariciando su cabello o su mejilla y no puede evitarlo. Y también que sus fuertes brazos, de los entrenamientos y la herrería, rodeen su cintura y la mantengan atrapada junto a él. Junta sus labios con los de él para besarle dulcemente.

-Tendrás que ganarte otros privilegios - susurra de manera juguetona.

Quiere esconder su temor en forma de juego y así probar si realmente esos sentimientos con ciertos o solo una forma de tenerla bajo sus sábanas.

-¿Ganármelos? Crixor pregunta divertido. -¿Y cómo es eso? ¿Así? Le da un beso en el cuello. -¿O así? Abraza a la chica rodeándola con los brazos y mientras acaricia su mejilla con la nariz.

Con un deseo cada vez más intenso vuelve a besarla a la vez que comienza a desabrochar algunos botones de la ropa de su compañera y la empuja suavemente hacia la cama. Se coloca sobre ella pero sin dejar caer el peso de su cuerpo, apoyándose con las rodillas, y comieza a besar el cuello de Farah. Entonces, le susurra al oiido.

-¿Necesito más privilegios bella dama?... Le da pequeños besos... ¿O puedo seguir?

Crixor no intenta forzar la situación, pero nota que ella también siente algo especial por él y como antes le dijo, hay que aprovechar la vida mientras puedan.

Siente sus besos y se le escapa un suspiro. Le gusta, no lo va a negar, y también le gustan esas atenciones y caricias que está recibiendo. Su corazón late cada vez más deprisa y sus mejillas se sonrojan al escuchar sus palabras y al notar su creciente deseo.

-Mmm... no sé... ¿qué más harías para conseguir esos privilegios?

No sabe si dejarle ir más allí. Es cierto que solo se vive una vez, para aquellos que no usan la hechicería, y que quizá mañana sea el último día, pero aun tiene algunas dudas... teme decírselo por si se enfada o se decepciona y la hace a un lado por mujeres sin menos dudas, con más experiencia en esos temas, con menos miedos.

Lleva la mano a su mejilla y la acaricia, esperando una respuesta.

Una vez verificó que su can esté en óptimas condiciones le pidió que durmiera ahí que el vendría a primera hora en la mañana y buscarían a los otros.

Luego de eso volvió a su habitación y a dormir hasta la mañana siguiente.

Las preguntas de Farah son tomadas como una diversión por Crixor, una especie de juego de cama que ella puede estar usando como escudo para tapar un miedo natural a ir más allá. Aún asi a él le parece divertido y sabe que nada que merezca la pena es fácil de conseguir. Todo esto hace que sigan brotando sentimientos hacia ella en su interior, pero intenta no hacerles mucho caso.

Si los juegos continuan mucho más tiempo, tal vez deje de insistir en consumar porque no está bien hacerlo si ella tiene dudas. Todo esto pasa por la mente del soldado antes de dar una respuesta. Coloca la mano sobre la que ella tiene en su mejilla y la besa. 

-¿Qué te gustaria que hiciese? Mientras espera la respuesta acaricia con la otra mano el hombro desnudo de la chica, pues previamente apartó la parte superior de su camisa, dejando su escote cada vez más pronunciado.

-Después... no me dejarás ¿verdad?

Recuerda que su padre abandonó a su madre y que tuvo que cuidar de ella sola y sin ninguna ayuda. Su madre nunca ha mostrado tristeza, pero de pequeña, sin que ella lo supiese, la escuchaba preguntándose porque había hecho eso... y no quiere que eso le pase a ella, que se entregue a Crixor y después acabe desapareciendo sin más.

Y seguramente ella no es tan fuerte como su madre, así que tiene que estar segura de eso. Además, Crixor tiene la mala suerte de ir detrás de la hija de una de las espías y asesinas más reclamadas del reino así que no podrá huir durante mucho tiempo y acabará rindiendo cuentas con Alma.

Coloca cada ambas manos en cada mejilla de la bailarina, acerca su rostro al de ella para contestarle.-Solo hay una cosa que podria separarme de ti, Farah, pero mejor no hablar de eso...ya sabes a que me refiero. Se lo tengo dicho a Kalahad...Sonrie antes de besar con mucha pasión los labios carnosos de Farah, el beso dura bastante tiempo y mientras se besan Crixor acaricia con sus manos su hermoso cabello y la nuca y cuello, donde se concentra mucho calor...

Después del largo beso, se incorpora sobre Farah y se termina de desatar el cordón de la camisa para quitársela. Se vuelve a quedar desnudo de cintura para arriba. Después se tumba a su lado boca arriba y juquetón le dice.

-Tendrias que haber pedido cama doble. Se rie bromeando. -Te toca a ti. Dice insinuante mientras estira con sus dedos de las ropas de Farah, como incitandola a que haga lo mismo que él.

Ese beso tan pasional le deja casi sin aliento, pero también le deja asiendo más besos como ese. Abre los ojos poco a poco, le mira y le muestra una sonrisa por sus palabras porque ahora ya está más tranquila y ese temor a que le suceda lo que le sucedió a su madre ya no está tan presenta como hace unos segundo.

-Será un tema tabú, entonces... - susurra mientras se reincorpora.

Junta sus labios con los de él de nuevo, no tan largo ni tan intenso como el del soldado, pero igualmente lleno de un sentimiento profundo. Le da la espalda y le mira por encima de hombro con una sonrisa mientras su manos levantan lentamente la camisa ancha que lleva en esos momentos. Centímetro a centímetro, haciendo que Crixor desee haber sido el quien le despojase de la camisa de una forma más rápida y es que si algo sabe hacer la bailarina es realizar movimientos lentos que despierten despierten los deseos de aquellos que ella quiere.

-El plan era dormir... porque soy la única que ha llegado aquí a pie... ¿lo recuerdas? - dice cuando lleva media camisa levantada - y éste es tu castigo... por tenerme despierta.

Hace tiempo que Crixor ha perdido el sueño, sus pensamientos están ahora en "otras partes". -Si este es un castigo, no quiero imaginar que hará cuando quiera premiarme. Piensa mientras se deleita observando como Farah se desnuda lentamente delante de él.

El soldado no tiene ninguna prisa en que esta se noche se termine y acaben los dos durmiendo abrazados, si es que eso es lo que ocurre, asi que de momento se limita a disfrutar del espectáculo con una sonrisa.

-Seguro que hoy duermes muy bien, no te preocupes.

Quita la camisa completamente por encima de la cabeza, pero continúa dándole la espalda y es lo único que puede ver Crixor en esos momentos porque ella solo gira levemente para mirarle por encima del hombro desnudo pues por encima del otro cae la trenza que se ha hecho tras el baño.

Cubre con sus brazos sus pechos para que nada pueda verse.

-Deberías ganarte el siguiente paso, ¿quizá más palabras bonitas? O alguna otra cosa que el soldado quiera.

Está pensando hasta que punto pueden llegar. No es que no quiera ir más allá, pero quizá pueda hacerle desear más el acto último si no lo consuman esa misma noche. O quizá eso haga que la olvide y busque a otra para satisfacer sus deseos y es algo que no quiere.

Aprovechando que está tumbado detrás de Farah decide abrazarla, sus dos cuerpos se juntan y puede sentir el calor  y el tacto de su espalda en el pecho. Al mirar por encima del hombro de ella, puede entrever un poco sus pechos aunque por el momento los tapa con sus brazos. 

Crixor acaricia con su nariz y boca el cuello de la chica y muerde suavemente el lóbulo de su oreja. -¿Así está bien? Le susurra al oido. -No te preocupes, yo te ayudo. Suavemente desliza su mano por el costado de Farah hasta llegar a su falda y suelta el cierre suavemente, mientras sigue besando su cuello y su hombro.

El cabello trenzado a lo largo de su espalda gusta al soldado, le parece muy atractivo y le encanta el olor que desprenden tanto su cabello como su piel que hacen que se le escape un pequeño jadeo de vez en cuando.

Al notar sus labios sobre su piel nota un escalofrío que le recorre toda la espalda y cierra los ojos para disfrutar se sus atenciones. Su joven cuerpo no está acostumbrado a todo eso y hace que de su boca se escape un suspiro y se muerde el labio inferior de forma bastante seductora. Uno de sus brazos se separa del torso, mientras el otro aun cubre sus senos, y lo lleva a la cabeza del joven soldado acompañado de un giro de su cabeza de busca, deseosa, encontrarse con los labios de él. 

La piel de su cintura se eriza con el contacto de sus manos y hace de que un claro extraño recorra su cuerpo, como si sus dedos dejasen tras ellos una pequeña estela de fuego. La falda no es muy difícil de liberar y enseguida queda suelta sobre la cintura, sin nada que impida que baje.

Cada minuto que pasa Crixor tiene que esforzarse más por contener un poco el gran deseo que le empuja a quitarle toda la ropa de golpe y hacerlo con ella con pasión desenfrenada. Su corazón late más fuerte y rápido dentro de su pecho musculoso sobre el que empuja a la chica con sus brazos aunque no demasiado fuerte.

La besa dulcemente cuando se gira buscando sus labios y muerde con pasión su labio inferior mientras que con la mano que soltó la falda comienza a bajarla dejando ver cada más su bonito cuerpo. Para igualar la situación Crixor hace lo propio con sus ropas y después sigue acariciando el cuerpo de la muchacha. Después vuelve a abrazarla para girarla hacia él, empujándola con suavidad hasta que queda encima de su cuerpo. Coloca sus manos en los muslos de Farah, notando su calor y desliza sus manos hacia atrás y otra vez hacia delante.

Crixor ya no podia aguantar más, pocas veces o nunca habia durado tanto en los preliminares con ningua otra joven. Pero esto era diferente, sus sentimientos eran muy distintos.

Se siente un poco desprotegida, indefensa, al estar expuesta de esa forma a los ojos de un hombre y es que no es lo mismo mostrar parte de su piel mientras viste su vestido de bailarina que estar totalmente expuesta para él así que sigue cubriendo su pecho con uno de sus brazos mientras que con el otro rodea su cuello. Mantiene las piernas un poco cruzadas para ocultar, dentro de lo posible, su zona más íntima.

Le mira a los ojos pues teme llevar la vista más allá ya que es la primera vez que ve a un hombre desnudo, sin contar el caso de la posada en el cual poco se ha fijado, pendiente más de otras cosas como de huir. Pensar que Crixor está desnudo, sobre ella, no es algo que le disguste y le encanta notar sus manos curtidas por el trabajo y la espada sobre su piel desnuda. Y aunque no mire más allá de su torso, sus mejillas se sonrojan al pensar más allá.

-Crixor... - susurra.

Si dan un paso más, no habrá vuelta atrás.

Con su compañera desnuda junto a él, el deseo del guerrero es considerable después de todo lo que han estado haciendo durante la noche. 

-...¿Si? Le responde mientras corresponde su mirada con una sonrisa. Nota que Farah es vergonzosa en mostrar su cuerpo y eso también le gusta. Una vez más, todo en la joven es distinto.

¿Qué le puede responder? ¿Qué ahora siente un poco de miedo por lo que pueda llegar a pasar? Pero no es el temor a que él la abandone, es el temor a lo desconocido. Ese temor que tienen las personas cuando no saben que pasará en el futuro y es algo que importa de verdad, que necesitan saber para sentirse seguros. Pero no puede decirle ahora eso, no ahora que han llegado a ese punto en el que sus cuerpos se rozan piel con piel sin la presencia de sus prendas de vestir.

Pero no es solo temor, también es timidez, vergüenza... ahora podría ser totalmente suya, podría hacer que retirase su brazo sin ninguna complicación, podría buscar la forma de separar sus piernas para ver mejor lo que ya se insinúa y eso es lo que le avergüenza... la desnudez en la que está ahora.

-Tengo... siento un poco de miedo... - dice sonrojándose aun más.

Seguro que él comprende su temor y sus pensamientos en ese momento.