Partida Rol por web

Reshark, tras advertiros, rápidamente deja en el suelo su mochila, saca una antorcha y yesca y empieza a encenderla. Jathor se prepara, dando un paso hacia delante y cogiendo el pomo de la puerta por si fuera necesario cerrarle (se cierra hacia dentro, como ya comenté).

Hitmol, de forma instintiva, alza su ballesta, pero el comprobar que no tiene ángulo, la baja y comienza a preparar un conjuro. Tancred avanza hacia delante, pero al escuchar la advertencia de Reshark se detiene, indeciso, sin saber hacia dónde dirigirse. Urik enciende los cuatro cilindros que tiene y los lanza al interior de la sala (como no tiene ángluo, el objetivo es el propio vano de la puerta), pero golpean en la pared y caen a los pies de Jathor y Tancred. Ellidian sigue los pasos de su hermano y como él, se detiene, ella antes de entrar.

Thelonius enciende y lanza tres de los seis objetos cilíndricos contra la puerta... con los mismos resultados que Urik, para luego preguntarse "oh, señor, ¿qué hago ahora?". Mientras, Nyll observa la situación, dando desesperadamente tantos consejos como puede.
Jathor, viendo esta situación desesperada, intenta alejar de Tancred y de él los objetos de una patada. ¡Lo consigue! Los objetos que arrojó Urik acaban en la pared de en frente.

El cieno verde, atraído por vuestro jaleo, avanza un poco hacia vosotros.

Arghhh, corramos!
Y me piro escopetado por el pasillo. y cuando suene una explosión me tiraré al suelo

Reshark, que es el primero en actuar, va a moverse un paso, darle una patada a los explosivos restantes y correr con los demás. Oh, vaya, qué mal. A correr.

Reshark retrocede ante el avance del monstruo, intentando darle una patada a los cartuchos restantes, pero fallando, sin tiempo a intentar otra cosa, retrocede todo lo posible. Jathor a su vez intenta la patada, consiguiendo enviar el explosivo al interior de la sala. Luego, se une a las carreras. Hitmol y Tancred salen a todo correr también en dirección contraria, serpenteando por las esquinas. Urik retrocede, pero más despacio que los demás, mientras aconseja otra vía de actuación. Ellidian abandona también el pasillo, huyendo lo más lejos que puede junto a su hermano. En ese momento, antes de que Thelonius o Nyll tengan ocasión de reaccionar, los explosivos estallan... aunque quizá no como esperábais. Ninguno puede ver el interior de la sala, así que sólo podéis escuchar los silbidos, los golpes de objetos rebotando contra las paredes, las chispas de vivos colores (azules, verdes, amarillos y rojos) y finalmente, varias explosiones que, en lugar de lanzar fuego, lanzan miriadas de colores de todo tipo. Varios árboles de chispas salen del interior de la sala. Un horripilante olor a hierba quemada sale de ella.

Thelonius, al mirar el interior de la sala, reconoce algunos huesos de animales, como grandes ratas del desierto, alguna serpiente, lagartos y escarabajos, todos medio disueltos y su huesos convertidos casi en gelatina. Pero nada de valor ni, desde luego, comestible.

Tras un poco de charla sobre el tema y terminar de quemar el limo, os reunís con Jathor y Tehlonius, ayudáis a este último a transportar la madera que ha recogido hasta la sala de los tubos y luego unos cuantos os vais a avisar a Kanadius y sus hombres de que tenéis comida para compartir... Al cabo de un rato, Reshark, Urik y Hitmol vuelven, con mucho menos carne de lagarto de la que teníais, pero a cambio traen lo que parecen unos enormes hongos comestibles, pescado ahumado y algo más de esa extraordinaria miel que ya habéis probado antes. Al parecer Kanadius y sus hombres están ocupados y aunque agradecen el gesto, prefieren limitarse a este intercambio para agradecer vuestra ayuda hasta el momento.

Mientras, Jathor ha estado preparando con ayuda de los demás una fogata, usando uno de los tubos de cobre que suben a la planta superior como tiro de chimenea.

Después de un rato de conversación amistosa y de llenar los estómagos con setas estofadas, pescado y carne de lagarto (que a Reshark y Jathor parece encantar, pero para los demás tiene un sabor un poco... bueno, especial) os sentís un poco mejor, más descansados y optimistas.

Thelonius (si le deja alguien una glándula de escarabajo) sale de la sala a apagar la antorcha.

Siguiendo las instrucciones del mapa y tras recoger vuestro equipo, os movéis en dirección a la supuesta sala donde debería haber una bajada al siguiente nivel. Sin embargo, al poco de salir de la sala principal, Urik detecta algo... una nueva puerta secreta. Por su localización, hay pocas dudas sobre a dónde puede dar...

-No hay peligro... pero debe ponerse esta máscara.- dice Kanadius entregándole a Reshark una de las máscaras que ellos usan. -Es una cuestión de respeto religioso para nosotros.-

Jathor y Hitmol suben por el pasillo , giran a la izquierda y llegan hasta la sala de los tres tubos de cobre. Desde allí, salen al pasillo que ya tomó antes todo el grupo y llegan a la altura de la puerta secreta que descubriera Urik antes. En ese momento os detenéis y empezáis a avanzar con más precaución, pues desde este punto, el mediano no siguió buscando trampas y otros obstáculos.

Jathor se asoma al otro lado de la esquina. Ve un pasillo que se pierde en la oscuridad, hacia el sur. Tras asegurarse de que no ven nada peligroso, avanzan ambos con cuidado, intentando no hacer ruido y estar alerta ante cualquier...

¡Jathor siente un terrible dolor en la pierna derecha! Al girarse y mirar, ven a un DESCOMUNAL ciempiés, de afiladísimas mandíbulas, saliendo de un agujero en el suelo, tapado hasta el momento por una losa. La sabandija no ha sacado todo el cuerpo del suelo y ya mide más de un metro, pero por el grosor, ¡debe medir tres!

Jathor aguanta el dolor, y nada mas ver al ciempiés agarra su hacha con ambas manos y descarga un golpe buscando la cabeza del bicho.

Hitmol casi sin tiempo a pensarlo recita uno de esos versículos que tan pocas veces a usado al tiempo que alarga la mano hacia el cercano ciempiés. Un toque de energía negativa impacta sobre la piel del ciempiés.

Estraño todo esto... tendré que decirle a Urik de volver a revisar todo esto... piensa Reshark mientras intenta acordarse de lo visto sobre la mesa aunque sin lograrlo. Maldito guardia y sus prisas.

Hitmol intenta tocar al ciempiés, pero este se retuerce esquivando el ataque. Aprovecha para devolverlo, fallando por muy poco, pero llevándose un pequeño trozo de la túnica del mago. Acto seguido Jathor ataca a la bestia, pero el golpe, fruto más bien de los reflezos, se estrella contra la pared. De repente Jathor empieza a sentir la pierna ligeramente entumecida y nota un hormigueo que no presagia nada bueno.

Al ver la escena, Reshark desenvaina su espada a una velocidad asombrosa y se dirige raudo hacia la criatura.

Un giro de su brazo hace que la afilada hoja se lance contra el enemigo... errando completamente, volteándose y quedando el flanco protegido por su escudo completamente al descubierto.

Sin fijarse en el explorador que viene, Hitmol vuelve a intentar impactar con el mismo conjuro sobre el gigantesco ciempiés, aunque esta vez tampoco acierta...

Tancred avanza asombrado con tanta riqueza y tan exotico sitio. Aunque el guarda lo apremie, Tancred trata de memorizar los mapas que ha visto lo mas rapido posible.

Cuando llega al final, agredeciendole al guia la ayuda recibida, y escucha la voz de hitmol conjurando, Tancred desenvaina rapidamente la espada larga y afianzando el escudo, sale en direccion de la voz de Hitmol