Partida Rol por web

Mervin vuelve rápido pero sigiloso - Chicos. Sólo tenemos una oportunidad y tenemos que movermos rápido. Por el camino viene un grupo de Orcos, Ogros y worgs, y aunque se mueven despacio, queda poco terreno para que se nos echen encima y descubran nuestro escondite. Así que es ahora o nunca. ¡Seguidme! - Dicho esto Mervin se encamina guiando al resto del grupo hasta el sendero que ha seguido Drogner.

Sin dudarlo ni un solo segundo sigo a Mervin.

Cada vez veo más difícil el llevar a buen término nuestra misión parece que todos los impedimentos que la sombra pudiera poner en nuestro camino se alzan contra nosotros así como aquellos qeu aun siendo humanos y despreciando a la sombra nos retrasan para evitar llevar a buen termino nuestra misión, si no nos hubiéramos entretenido tanto con la gente de Gareth probablemente ya hubiéramos salido de estas montañas y reducido las distancias con nuestro destino.

Al instante desecho estos pensamientos pues sé en mi interior que hicimos lo qeu debíamos quedándonos el tiempo necesario para darles una oportunidad.

Samuel no duda ni un instante. Sería suicida enfrentarse a esa patrulla y, aún en el hipotético caso de que salieran vencedores, sólo habrían complicado aún más su misión. Con gestos perentorios indica al resto que sigan a Mervin y luego se adentra en la espesura tras él.

No queda más remedio- piensa el enano mientras sigue a Samuel. Aún mantiene el hacha en la mano en caso de que no puedan huir. l fin y al cabo, es mejor morir llevando a cuantos más orkos se puedan al infierno.

De vuelta te encuentras que el resto viene hacia ti nerviosos

El sendero comienza oculto por unos matorrales, sigue a través de una fisura en la pared para dar camino que discurre entre dos montañas. A pesar de que vas poniendo atención no consigues descubrir ninguna marca enana ¿será una trampa? ¿tendrán sentido del humor los enanos? 

Después de una pequeña escalada descubres que hay una entrada oculta entre rocas y cantos caídos que parecen haber sido colocados por un maestro picapedrero con la misma sutileza empleada en las marcas guía. El pasaje está tan bien cortado que desde fuera parece sólo una sombra, demasiado pequeño para que ni siquiera entre un ort*. Desde el interior el pasadizo es lo bastante ancho incluso para un enorco. La profunda hendedura en la roca lleva hacia arriba y parece de manufactura natural en algunos sitios y tallada en otros. Numerosas marcas se muestran desperdigadas por el estrecho sendero e incluso de vez en cuando hay algún tramo de escaleras talladas en la roca. La grieta, similar a una caverna, asciende rápidamente por el caón por el que discurre el río y sigue quizá media milla hasta estrecharse, convirtiéndose en una grieta estrecha e infranqueable. Justo antes de la hendedura se vuelva impracticable, un círculo de pictogramas enanos desgastados tallados sobre la roca marca el muro de la derecha.

Allí está Drogner que parece que volvía ahora mismo

Me acerco a examinar los pictogramas, a ver si saco algo en calro y nos puede ser de utilidad .

Parece que nos hemos librado de una buena. Parece que estos pasadizos los hicieron unos enanos. 

¿A dónde nos llevarán? Probablemente será algún atajo a algún sitio.

 Si son pasillos construidos por enanos, seguro que es un buen refugio..., aunque tampoco es que tengamos mucho donde elegir, ¿no creéis?

Los pictogramas son reflejan una especie de adivinanza.

Horan y Albrius se fijan en los pictogramas y les recuerda una canción de cuna enana. Por lo que os comenta Drogner los pictogramas se pueden mover/pulsar así que basta con averiguar la secuencia que abre la puerta.

 Me fijo en los pictogramas.

Horan comienza a colocar los pictogramas conforme tararea una música infantil pero en un momento dado un ruido de piedra al rascarse contra piedra suena en el techo y aparecen unos agujeros en los que se divisan  puntas de lanzas oxidadas pero en último momento Albrius cambia el orden y se produce un sonido de pestillo.

Orcos desde el Norte,
balanceo mi hacha.
Orcos desde el Sur,
balanceo mi hacha.
Orcos desde el Este,
balanceo mi hacha.
Orcos desde el Oeste,
balanceo mi hacha.
Con ellos viene la Muerte,
balanceo mi hacha.

Tras susurrar el canto y pulsar los pictogramas en el orden correcto, Albrius consigue que la roca se hunda unos centímetros y a continuación empiece a rodar a la derecha en algún hueco en el interior de la pared de la montaña. Respiráis aliviados y empezáis a escuchar gritos de orcos que proceden del camino por el que habéis venido; rápidamente os coláis en el refugio del otro lado de la roca y ésta se cierra tras vosotros.