Partida Rol por web

Sonreí ante la pregunta sobre mis conocimientos de la familia McKeavey. Una alarma saltó cuando se refirió al hermano de Robin. No habíamos hablado mucho esta mañana, pero no mencionó a ningún hermano. Con los problemas del hospital, habría sido fácil que mencionara algo sobre su hermano, de existir este... a menos que su hermano también esté fuera de la ciudad o no tenga un buen trato con él. Por lo que recordaba yo del matrimonio McKeavey, no me vino a la memoria ningún chico McKeavey.

Tenía pinta del típico gancho de interrogatorio policial, para pillarme en una mentira. Chica lista.

- Conozco a Robin, principalmente. - Entonces mi sonrisa se desdibujó en una expresión de gravedad - Su madre, una buena mujer que aguanta demasiado de su marido, está ingresada en el hospital y yo había quedado con Robin esta tarde, para interesarme por el estado de su madre, principalmente, pues estaba bastante grave esta mañana. No tengo trato con su padre, pues no me parece buena gente, y no sé nada de ningún hermano. - Hice una pequeña pausa, en la que respiré hondo. - Espero que eso te baste.

Después, con otro tono, más sosegado y confidencial, traté el tema de Jimmy. - Ten cuidado con lo de Jimmy, Rachel. Me huele a podrido y no sé quien podría estar en el ajo, pero no me extrañaría cualquier cosa. Sólo te diré que estoy siguiendo un hilo prometedor, pero que podría no ser nada, pues aun no tengo pruebas, así que no tengo nada para vosotros. Aun. - Una pausa reflexiva. Darle el número de teléfono no iba a servir de nada. - Si descubres algo interesante, pásate por el bar de Joe. Si no estoy, puedes dejar un mensaje para mí a Joe.

Finalmente, recuperé una sonrisa de complicidad y una mirada dedicada a la mujer bajo el uniforme. - También podríamos vernos fuera de tu horario y compartir datos. Mientras cenamos, si te apetece. Siempre va bien relajarse un poco después de tanto estrés.

Sonrió con satisfacción y asintió con la cabeza – Eso está mejor Jack Mason, no nos pisamos las mangueras entre compañeros o excompañeros. ¿Crees que aquí en la comisaria no nos conocemos? Guarda tus trucos para los yonkis… - El comentario fue mordaz, pero te guiñó un ojo con simpatía.

Con respecto al tema de Jimmy parecía preocuparle más – Ja... Curiosa dirección postal – Dijo refiriéndose al bar de Jimmy – Pero bien, echaré un ojo a lo que comentas y ya te diré. Pero… como te dije, favor se paga con favor, si averiguas algo importante quiero ser la primera en saberlo.

Con los últimos comentarios la hiciste reír  de nuevo – Demuestra que se puede confiar en ti y luego ya veremos si hay cena o nada de nada.

Suspiró – En fin. A tu amiga ya ha hablado con el abogado de oficio y ha sido interrogada, ahora está en el calabozo, donde permanecerá  al menos 48 horas como todo acusado de homicidio. – Al decirlo observó tu reacción - El resto que te lo cuente ella si quiere. Si quieres verla… Te doy 5 minutos de reloj. Esto no es un juego Jack, la investigación está en marcha y es secreta. Ya estoy haciendo un gran favor sólo dejando que la veas. Ven sígueme

- Ya verás como no te defraudo. - Le respondí, guiñando un ojo, a su condición pre-cena. Luego, cuando comenzó a decirme lo de Robin, me transfiguró el rostro.

No oculté mi sorpresa al decir que estaba acusada de homicidio. De inmediato pensé que la víctima podría ser su padre, pero no quise pensar mucho más en ello, especialmente si, como todo apuntaba, iba a poder preguntarle en persona.

- Te lo agradezco, Rachel. Te debo una. - Le respondí y me dispuse a seguirla a los calabozos.

Ya era la hora así que dejaste la celda atrás y de acercaste a la agente. Anderson ladeó la cabeza con una sonrisa en los labios – Amigo de la familia... - No desaprovechó la ocasión para meter la puntillita con su comentario.

Luego suspiró – Vamos arriba – Abrió la puerta que daba a las escaleras superiores y esperó a que pasaras tu primero – Fuera de coñas ahora, te doy un consejo de compañero a compañero. Ten cuidado con quien te implicas, sólo espero que las faldas no te hagan perder la cabeza – ¿Celos? ¿Comentario en serio? ¿Intuición femenina?

-Mi cabeza permanece fría, Rachel, pero te agradezco el consejo. La verdad es que me ha pillado un poco por sorpresa todo esto, pero si puedo echarle una mano, lo haré, a menos que descubra cosas que no me gusten. - Le confesé abiertamente. - Sólo husmearé un poco. Dónde encontraron el cuerpo? Vamos, Rachel, no me mires así, no es nada que no vaya a saberse mañana en los periódicos, y el tiempo siempre juega en contra, ya lo sabes. Te prometo que si descubro algo serás la primera en saberlo.

Observé su reacción con la mejor de mis caras de sinceridad consumada.

Pues si reacción fue, que su rostro pareció endurecerse – Jack, no por favor. Es una investigación en curso, y la acusación es grave. Lo siento mucho pero no seré yo ya que vaya aireando las pistas ni los pormenores del caso. Ya sabes como son las cosas y te veo venir. Es un caso policial, y si entorpeces o estás donde no debes, se te acusará formalmente de obstrucción a la investigación.

La agente lo parecía decir en serio. Y aún suerte que era de las más comprensivas, no quisieras ni pensar en como reaccionaría Brown si le preguntaras algo así.

Seguisteis subiendo las escaleras hasta la planta baja y de allí te acompañó hasta la “sala de espera”. La mujer mayor y el chico joven ya no estaban.

Le sostuve la mirada unos segundos. - Lo fácil para mí sería largarme de aquí y hacer y deshacer sin ponerte sobreaviso de mis intenciones, ¿no crees? - Hice una pausa para que sopesara lo que acababa de decir. - Sé de que va todo esto, pero tranquila, no me voy a entrometer en el caso.

La seguí escaleras arriba. Un buen trasero, conservado a base de patrullar y mantenerse en forma, me precedía a la altura de mis ojos. 

- Estamos en contacto, ¿de acuerdo, Rachel?

La miré con aquella profundidad estudiada que sabía poner en mi mirada.

- Lo mismo puedo decir yo, podría no haberte avisado de la que te puede caer si te entrometes – Tu comentario pareció más enojarla que cualquier otra cosa.

- Si, ya te diré si averiguo algo del caso Jimmy. Ahora si me permites tengo trabajo, buenas noches – Esperó a que dieses la conversación por concluida. La verdad era que ya se había hecho tarde y estabas cansado, había que coger fuerzas para mañana podía ser un día duro y había que aprovecharlo bien.

Me despedí de Anderson de aquellas maneras y me dispuse a salir de la comisaría y subirme al coche con el ceño fruncido.

- Yo diría que le ha venido un ataque de celos. - Pensé de forma algo autocomplaciente. Reducir las reacciones de las mujeres a elementos sentimentales era un tópico muy cómodo. Luego le dí vueltas al tema más sobriamente. - No me cuadra que la poli no tuviera más salida que echarle el lazo a la hija del muerto, sobretodo teniendo en cuenta las deudas que habrá contraído el padre con la perra vida que llevaba. Es una solución demasiado desesperada, a menos que tengan alguna prueba de peso y que yo no lo sepa. Eso explicaría la reacción de Anderson mejor que los celos, mal que me pese.

De cualquier forma, el cansancio comenzaba a hacer mella en el ánimo y, además, no había cenado nada aun.

Había muchas cosas en las que pensar y muchos frentes abiertos, pero tampoco se podía decir que no hubieses avanzado en algunas cuestiones. De hecho esto era lo normal, no se solían resolver los casos en un sólo día, sino que consistía en ser perseverante y atento a todo.

Ya ibas notando el hambre, la opción más tranquila sería comer algo de lo que tuvieses por casa. Con las luces de la mañana a veces quizá se te ocurriese alguna cosa nueva o una nueva perspectiva. Quizá por hoy lo de darle vueltas a la cabeza ya estaba bien.

Así pues, decidí que ya estaba bien por hoy.

Había sido un día completito. Un extraño fenómeno que aísla el pueblo, conocer a Robin, unas cuantas pistas en el caso de Jimmy, la cena frustrada por un asesinato, nada menos... aquel beso entre barrotes... ¡y el cabreo de Anderson!

Una sonrisa se clavó en mi rostro cansado.

Me dispuse a arrancar el coche directo para casa, agarrar el portátil, que aun lo llevaba en el coche, subir y comer algo que encontrara por la nevera antes de ir a dormir.