Cuando los investigadores se conocen, mientras desayunan en la posada de Yokelville.
Sábado por la mañana. Comedor de la posada.
La dueña del establecimiento, Mary Stone, os saluda amablemente a medida que vais descendiendo de vuestras habitaciones hacia el comedor. Allí os tiene preparado un buen desayuno, consistente en leche, café, panecillos recién hechos y fruta fresca. Os especificó muy seriamente que servía el desayuno a las 9 en punto, y a las 9 en punto más o menos todos los huéspedes habían descendido los peldaños de sus respectivas habitaciones prestos y dispuestos a tomarse un delicioso desayuno casero.
Mary, una mujer de agradable aspecto, pese a encontrarse cerca ya de los cuarenta y cinco años, os va indicando a medida que vais llegando dónde sentaros y, cigarrillo en mano, se pasea alrededor de la mesa ofreciendo leche con una gran jarra, y vertiéndola en las tazas que ya ha colocado previamente en cada lugar. Se la ve de muy buen humor.
-Espero que les guste el desayuno, caballeros- da una calada a su cigarrillo y se mueve en torno a la mesa jarra en mano- Coman todo lo que deseen, y repitan si gustan. Va todo incluido en el precio por noche que les comenté ayer a su llegada, así que aprovechen- suelta una carcajada, mientras se aleja para acercaros una bandeja con panecillos humeantes.
La sala a la que la posadera llama comedor no es más que una habitación pequeña, húmeda y mal ventilada, sin decoración en las paredes, y con una inmensa mesa redonda en el centro, rodeada de sillas y más sillas, algo desvencijadas. En la esquina derecha, al fondo, la dueña del establecimiento posee una pequeña mesa en la que expone las bandejas con la comida que os va a servir. La única ventana de la sala da al patio trasero, desde donde lo único que se ve es una colina a lo lejos. Lo demás, un inmenso campo sin labrar.
Mary Stone es una mujer de unos cuarenta y pocos años, morena, algo entrada en carnes, pero simpática y agradable. De trato educado, en todo momento parece estar sujetando un cigarrillo. Y si lo acaba, pasa a encender otro a la velocidad del rayo. Algo nerviosa, pero sociable, resulta de trato fácil.
-Hay una cosa que me resulta curiosa- da una nueva calada, ahora que parece haberos servido a todos lo que deseábais- Bueno, dos. Es curioso tener a tanta gente en el mismo día. Si casi nunca viene nadie por aquí. Y además, todos menos uno de ustedes- dice, señalando a Alan- me han hecho la misma pregunta esta mañana: que si sabía dónde se encontraba la casa de un tal Charles Mallard. ¿No es curioso, caballeros?
Suena el teléfono, y sale a atender la llamada, dejándoos a los cinco a solas frente a vuestros desayunos en completo (e incómodo) silencio.
En la mesa estáis sentados más o menos así:
CHARLIE MYCROFT
ALAN JASON
GORDON
Os especifico el tema de las habitaciones, así como la disposición de las salas en la posada:
Las dos plantas tienen la misma distribución: recibidor (donde está la escalera), y un pasillo, con una puerta al fondo, y dos a cada lado.
Planta baja
Piso superior
El piso de arriba tiene la misma disposición, con 4 habitaciones de dos camas cada una.
Todas las habitaciones son iguales, sólo que la de Mycroft y Charlie es algo más amplia.
Contiene dos camas bastante grandes, con una mesilla a cada lado. En cada mesilla hay una lamparilla de aceite. En la pared opuesta a las camas se encuentra un gran armario y un perchero. Una silla junto a la puerta de entrada completa el mobiliario.
Sobre la cama, en la pared, hay un par de lámparas, y un par de cuadros poco vistosos y algo raídos. Opuesta a la puerta hay una gran ventana cubierta con cortinajes pesados.
Vaya, vaya, ¿asi que ustedes tambien buscan a Charles? pregunto cogiendo uno de los humeantes panecillos con la mano izquierda mientras revuelvo compulsivamente mi cafe con la mano derecha oh, por el amor de dios, ¿donde tendre los modales?. Disculpen mi rudeza caballeros, mi nombre es Mycroft Mallard, y soy el hermano menor de Charles. Al igual que ustedes me hallo aqui a la espera de encontrar noticias sobre el paradero de mi desaparecido hermano. Un placer conocerles caballeros.
Muchas gracias Srita, repetiré con gusto si todo es tan dulce como usted
Cuando marcha a buscar el teléfono espero con ansía a que vuelva
Pues sin duda ha sido chocante escuchar que alguien más anda buscando a Charles
Urrrg el primer tipo en hablar me produjo náuseas
Cuanta formalidad en medio de un pueblucho, ¿se creía que estabamos en Inglaterra o qué?
Ah Mycroft Mallard, debe ser usted Charlie Mallard entonces
Digo señalando inequívocamente a Charlie
Sí, algo les conozco... no me malinterpreten
Estaba haciendo un reportaje de su hermano, una compilación biográfica suya
En fin... si no termino no cobro... así que eme aquí
Me llamo Jason
Escucho distraído el resto de la conversación mientras desayuno ávidamente a la espera del regreso de Mary
El desayuno era la comida más importante del día, y me gusta estar bien nutrido y con las pilas cargadas
Ñampa Zampa
Pero es que aquella mujer no tenía facilidad para guardar el silencio, Gordon sonrió amablemente, había amanecido con el gusto empobrecido y las papilas sin poder captar casi sabores, apenas si prueba su comida, los panecillos humeantes le son tan indiferentes como los disparates de último minuto en términos del reporte del clima. Mantiene una confiada sonrisa y una actitud afable a pesar de todo, esta mañana al parecer no desayunaría, el hambre se le había desvanecido.
Sacó de su bolsillo un cigarrillo, blanco y alargado y lo sostuvo entre los dientes, con suavidad, mientras miraba a sus interlocutores, y se tanteaba en los bolsillos en busca del encendedor. Lo habría dejado en la habitación, vaya que era torpe. Pero luego la voz de aquel sujeto lo sacó de su pequeño dilema. Mycroft Mallard, el hermano de Charles Mallard. Suerte increíble, no estaba rodeado de caza-recompensas, sino de familiarespreocupados y con actitudes filantrópicas. Una historia genial saldría de todo aquello.
Incluso el joven bien parecido, que se había presentado como un... biografo quizás. Una sonrisa lobuna se esbozó en la cara de Gordon Flemming. -: Ah! el bueno de Charlie*, vaya falta que hace el bribón...- dijo con un tono tranquilo, ocultando lo que había claramente tras sus palabras. Se puso de pie, tanteando ahora en los bolsillos de sus pantalones. -: Un placer señores, disculpen, no tendrán ustedes un fósforo o un encendedor, he dejado el mio en el cuarto...- comentó sosteniendo el cigarro sin encender entre los dientes.
* con Charlie me refiero a Charles padre.
Alan sacó una cajita de su bolsillo con aire distraido, extrajo un fósforo que encendió y acercó al periodista. Esperó a que este encendiera el cigarrillo y despues lo apagó con un movimiento de muñeca cuando la llama ya casi le tocaba los dedos.
Les miró con curiosidad - ¿Charles Mallard? ¿El periodista desaparecido? Creo haber leido algo en el Boston Globe.- Se detuvo un instante para dar un sorbo de su humeante taza de café recien hecho y despues añadió: -Me llamo Alan, Alan Rowlandson.-
Me siento a la mesa el ultimo y mientras mi acompañantes en este apetitoso y abundante desayuno conversan entre ellos en silecio me sirvo una taza de cafe Dios lo necesitaba! Ya estoy arto de ese horrible sucedaneo que nos sirven en la oficina.
Cuando oigo mi nombre dirijo mi mirada hacia el tipo que lo a pronunciado y anteriormente hablaba de mi padre. Es inutil pasar desapaercibido...
-Asi que...vino buscando a mi padre al igual que todos ustedes digo mirando brevemente a los demas comensales
y ustedes...¿tambien son periodistas? o es simplemente interes lo que les a traido hasta aqui? A... por cierto me llamo al igual que mi padre Charles pero todo el mundo me llama amistosamente Charlie. Encantado de conocerles.
Encantado señores, me alegra saber que no soy el unico en busca de mi desaparecido hermano digo mientras le pego un sorbo al cafe. ¿Asi que esta realizando una biografia sobre mi hermano? le pregunto a Jason es la primera noticia que tengo la verdad, en los ultimos años hemos estado alejados el uno del otro debido a nuestros respectivos trabajos. Si por ventura en algun podemos disfrutar de algun momento de asueto, me gustaria que me contara las desventuras de mi querido Charles.
Y a usted caballero, le agradeceria que si tiene que caer en los malos habitos del tabaco, por lo menos lo haga un esfuerzo para intentar lanzar el humo en otra direccion, ¿señor...? le pregunto al tipo del cigarrillo, el cual aun no ha tenido la decencia de decirnos su nombre.
-Si, si, una biografía, que interesante- lanza con con una sonrisa y un tono satirizante. Una biografía es aburrida, una crónica bien sazonada sería un éxito. -: Vaya, creo que es algo que no me perdería...- dijo ahora algo más enigmático, seguro que en boca del estirado hermano de Charles Mallard, sería tan aburrido como las disertaciones moralistas de sus opositores.
Encendió por cortesía del señor Rowlandson su cigarro, y agradeció con un toque en el ala de su sombrero (el de Gordon) y una sonrisa. Pero el siguiente comentario, en lugar de molestarle, agudizó su sonrisa. -: Pierde su tiempo, estimado señor Mallard, llevo ya años en los malos vicios del tabaco, yo también podría contarle cientos de historias... - y dio una honda calada a su cigarro, mientras soltaba el humo hacia arriba, como una pequeña chimenea.
-: No se ofusque, está rodeado de filántropos en busca del desaparecido Charles Mallard, tiene ahí al señor Jason, a Charlie y está usted mismo... no creo que mi humo sea un motivo de desaire para la cruzada a la que han venido- comentó ignorando deliberadamente la petición de presentarse. Tomó asiento, ahora el cigarro en su boca, y parecía dudar sobre si terminar su desayuno o no.
Nunca lean una respuesta cuando están exhaustos...
Mary Stone regresa al comedor, tras ausentarse unos minutos para atender la llamada recibida. Se sorprende al entrar por ver a Flemming de pie. Cierra la puerta tras volver al cuarto, y se queda apoyada en el marco, con los brazos cruzados, mientras sostiene un cigarrillo humeante.
-¿Ya ha acabado el desayuno, caballero?- da una calada, y vuelve a cruzar los brazos- ¿Seguro que no quiere nada más? Si no le gusta lo que he servido, puedo preparar algo más, no hay problema.
Mira al resto, que se encuentra ingiriendo la comida servida con lo que parece bastante agrado. Sonríe amablemente y continúa la conversación en donde la había cortado abruptamente antes de salir a atender la llamada.
-Como les decía, hay un par de cosas que me han resultado como poco curiosas. Una fue el tener tantos huéspedes que llegasen el mismo día. Hace bastante que apenas tengo clientela, ya que no se puede decir que este pueblo reciba muchas visitas últimamente, salvo algún viajero despistado buscando dónde pasar la noche antes de proseguir su camino, pero no mucho más- agita su negra y brillante cabellera en un gesto de negación, antes de volver a dar una calada a su cigarro- Además, es curioso que todos hayan preguntado por un hombre cuyo nombre ni me suena, así que no debe de ser uno de nuestros vecinos de toda la vida.
Una observación pertinente Srita
¿Podría decirnos quienes eran los que le preguntaron por Charles?
¿Qué les dijo?
oo.... uhmmm esta misma mañana....
¿Tienen habitación reservada también para esta noche?
¿Como eran? o a donde tenían pensado ir
No me malinterprete, pero será de tremenda utilidad si algun detective está ya sobre el caso
Y debería encontrarle para saber del paradero de Charles
Me termino el café y me limpio pensando en las posibles respuestas que obtendría
Desde luego Charles no estaba en el pueblo, si ya habian preguntado por él antes es que no estaba aquí
Habia que encontrar a quienes habian preguntado y saber lo qué hubieran averiguado
Quienes le han visto, o cualquier pista que pueda aliviar nuestra curiosidad
Habia echo caso omiso de las impertinentes alusiones a mí trabajo
No me importaba para nada lo banal que pudiera considerarse mi labor
Y no era producente enzarzarme en una discusión acerca de ello
Mira a la posadera con una sonrisa gatuna. Retira el cigarro y exhala otra bocanada de humo. -: Oh claro que no Madame, no es el desayuno, es que simplemente no tengo apetito, ya sabe, es uno de esos días en que hasta el manjar más delicioso sabe a mierda- dijo con algo de alegría -Pero claro, con atenciones tan dedicadas y deleitantes como las suyas, no hace falta comer- y le guiña un ojo, desviando su atención al tema de conversación. De nuevo Charles, Charles, Charles. Al menos ahora sabían que Charles Mallard no se había quedado en la posada.
Sonríe divertido ante la pregunta del Escritor. -: Se refiere a nosotros, genio... todos los que estamos aquí sentados, incluído el buen señor Rowlandson, con sus dotes actorales y su aparente ingenuidad con respecto al tema, hemos hecho la misma pregunta. Ahora bien, no se si requiera que le describa a cada huésped, pero puede observarlos usted mismo...- dijo extendiendo la mano para repasarlo por todo el lugar.
-: En fin, pasando del intelectual comentario del señor Jason, debo decir que me siento intrigado... por estas coincidencias, pero no es nada que no suela suceder... - y tomó otra bocanada, expulsando el humo deliberadamente sobre la mesa. -: El señor Mallard no es oriundo del pueblo, Madame, es más un visitante ocasional que parece haberse perdido aquí o en sus alrededores... un curioso, un citadino con ladinas intenciones, cuya desaparición tiene en vilo a todo Boston, ha salido en varios diarios... o eso parece... pero creo que de eso Mycroft Mallard podrá darle, y darnos más razón. Incluso nos hablará de la consabida y generosa recompensa por quien logre dar con el paradero de Charles Mallard, mucho, según he oído, no me extrañaría que en unos pocos días, esta tranquila villa se llene de cazarecompensas, periodistas, detectives privados... toda esa calaña de falsos e hipócritas interesados en saber algo... a menos claro, que podamos encontrarle por nosotros mismos...-
Soy un maldito chantajista, puedo tirar charlatanería para que la buena de Mary suelte la lengua un poquitín?
No hace falta, jejeje. Mary, inicialmente, hablará con vosotros de buen grado :)
Ya tendrás tiempo de usar la Charlatanería, ya XDDD
-Sí, me refería a ustedes mismos, señor Strawberry- suelta una carcajada, divertida- Anoche, cuando llegaron, todos menos el señor Rowlandson me preguntaron por ese tal Mallard. Debo reconocer que me tienen intrigada. Y en cuanto a lo de que el pueblo se llene...- dice, mirando a Flemming- ¡Ya podía! Entonces demoraré un poco más de tiempo el cierre de mi negocio, pues me estaba planteando dejarlo y marcharme de este pueblucho de mala muerte. Para lo que gano aquí, más me vale regresar a la ciudad.
Se acerca a la mesa a apagar su cigarro. Acto seguido, saca uno nuevo de su bolsillo y lo enciende. Se puede decir que es inimaginable verla sin un cigarro en la mano. Es una auténtica fumadora compulsiva.
-¿Y bien? Habiendo llegado anoche- da una nueva calada, con parsimonia- Dudo mucho que hayan podido darse un garbeo por este pueblucho. Si quieren, les puedo indicar los lugares más interesantes para pasearse, aunque no sé si de verdad se puede decir que haya algún rincón de esta aldea que merezca la pena. Lo único que sé es que ese tal Mallard no se hospedó aquí, lo cual me extraña pues es la única posada del pueblo, y dudo mucho que ningún vecino haya sido tan hospitalario como para acogerlo en su casa.
¿Sera posible tamaña desfachatez? Habia oido de mi hermano que conocia gente que no cumplia las mas basicas normas de conviviencia, pero esto sobrepasa todas mis espectativas pienso lanzando una mirada desaprobadora al individuo causante de mis pensamientos.
Pues la falta de clientela no sera por la calidad de la comida o del servicio miss Stone. Es usted en verdad una anfitriona excelente y su comida es de exquisita calidad le respondo a nuestra anfitriona tras dar un par mas de sorbos al cafe puedo asegurarle que en Boston no hacen una cafe tan exquisito como este.
Cof, cof, cof toso sonoramente al humo lanzado por el desconsiderado individuo me temo que se confunde amigo mio. No existe recompensa ninguna por el paradero de mi hermano, o si esta existe, puedo asegurarle de que a mi no me consta. Es cierto que la familia se encuentra muy preocupada, pero igualmente cierto es que cuando encontraba una historia, se desentendia del mundo exterior y tendia a desaparecer un par de dias le indico al rudo fumador seguro que es el mismo quien mas interesado esta en la supuesta recompensa, no parece persona de fiar, habre de tener cuidado en el trato con el.
Puedo asegurarle que mi hermano tenia una facilidad poco mas que inusual para hacer amigos, miss Stone. Le creo perfectamente capaz de conseguir una estancia en cualquier lugar. Y la verdad es que le estariamos muy agradecidos si nos diera esas indicaciones sobre los puntos mas interesantes de la ciudad, la verdad es que no sabria por donde empezar a buscar, y puede que esos lugares sean los mas indicados.
Ya estábamos, la oveja negra del equipo
Ya tendría mote para las comidillas que se traerán en mi ausencia
Un despiste y te tachaban de incompetente para el resto de la vida
Será envidia, suele serlo
Me reclino en la silla, escuchando lo que la señorita nos pueda decir
Mientras pienso en las posibilidades....
éste es el único hostal del pueblo
Y Charles no se hospedó aquí.... lo primero deberíamos encontrar a alguien que le haya visto
Educado espero que terminen de hablar y se retire la señorita para retirarme yo mismo
Alan observa la discusión con las manos cruzadas encima de la mesa y mirada curiosa. Sobre la mesa a su lado la cajita de cerillas con la silueta de una mujer tumbada y unas letras doradas con la leyenda "Pussycat Club". Cuando se decide a hablar separa las manos y empieza a juguetear con la cajita mientras mira fijamente a los Mallard. - Disculpen que me inmiscuya en la conversación. Recuerdo que en los periodicos decía que el señor Mallard había desaparecido mientras realizaba un trabajo de investigación ¿Sobre que versaba su investigación? Quizá eso les de una pista de a donde pudo haber ido tras llegar al pueblo.-