-¿Una discusión?- Pienso extrañado al oir las palabras de Jason. Despues me levanto, doy un último sorbo a mi taza de café e intrigado sigo a Charlie hasta la puerta.
Os acercáis a la puerta en el momento en que escucháis cómo Miss Stone eleva la voz muy por encima de como estaba hablando hasta ese momento.
-¿Que me decís qué? ¡Habrase visto! ¡Tengo una posada! ¡Es para hospedar a viajeros! ¿Cómo voy a decirle a la gente de fuera que se vaya? Marcus, ¿de qué puñetas pretendes que viva? ¡Ah, qué ganas tengo de cerrar el negocio y mandar este pueblo apestoso a la mierda!
Miss Stone parecía realmente fuera de sí. Cargaba con las bolsas de la compra, y discutía con Marcus Cage, el tendero que había desdeñado las peticiones de Jason en la tienda.
Marcus, por su parte, elevó la mano, furioso, como dispuesto a abofetear a Miss Stone, pero al veros aparecer, cosa que Miss Stone aún no había notado, bajó la mano, y dio dos pasos hacia atrás.
-Te arrepentirás de ir contra nosotros, Mary. Te castigará.
-No sé a quién te refieres- le responde, furiosa- Pero si tiene algún problema, que venga, que venga. ¡Ya le diré yo lo que puedo o no puedo hacer con mi casa!
Miss Stone le da la espalda, y en ese momento se percata de vuestra presencia, quedándose blanca por haber estado ofreciendo un numerito a sus huéspedes. Se muerde el labio, mientras Marcus se aleja. Se la ve azorada. En ese momento, una de sus múltiples bolsas de la compra se le escapa de las manos, y cae al suelo. Como es una bolsa de papel, sin asas, intenta cogerla, pero no tiene éxito.
Rápidamente y sin apenas darme cuenta dejándome llevar por mis reflejos me apresuro a intentar evitar que Mrs Stone tenga que agacharse a recoger lo que se la ha caído al suelo.
Como buen caballero comienzo a recoger las cosas del suelo mientras la miro con una sonrisa inocente y le preguntado por la discursion.
- Señorita ¿ha que venia esa discusión que mantenía con el caballero que acaba de irse? ¿esta en problemas? ¿puedo ayudarle?
Miss Stone, tan colorada en esos momentos como el vestido que lleva, acepta la bolsa que Charlie le ha recogido, y le da las gracias amablemente.
-Gracias, gracias, pero no, no pueden hacer nada. Este pueblo... ¡Es que no entiendo qué demonios sucede! nunca fuimos un lugar altamente hospitalario, cierto es, pero... De ahí a lo que sucede ahora...
Entra en la casa, y se encamina hacia la cocina, para depositar allí las bolsas de la compra. Al momento se reúne con vosotros en la recepción.
-Ése energúmeno era Marcus Cage, el gordo tendero. Sólo hay una única tienda en todo Yokelville, y la regentan él y su mujer- Miss Stone enciende un cigarrillo, y da una profunda calada- Digamos que nunca fueron el colmo de la simpatía, pero siempre fueron gente sencilla, algo sinsustancia, no sé si me hago entender. Pero ahora... Marcus a veces parece hasta agresivo. Y de un tiempo a esta parte, sólo accede a vender a la gente del pueblo. Aborrece a cualquiera que venga de fuera. Yo ya nunca voy a su tienda. no comparto su estilo, y no estoy de acuerdo con su política. También pretendía que yo hiciese lo mismo, y que sólo diera cobijo a la gente del pueblo. ¿Se imaginan? Sería absurdo.
Escucho con atención mientras la señorita Stone se desahoga contándonos sus preocupaciones.
-En verdad que resulta una idea del todo estúpida. Es imposible poder mantener un negocio como el suyo con la sola clientela de los habitantes del lugar.
Pero antes de hablar me doy cuenta de algo.
-Discúlpeme si le parezco atrevido pero...¿a ocurrió algo en este pueblo que haya hecho que los vecinos actúen de esa forma?¿algo relacionado con usted?¿con alguien cercano a usted? Cuéntenos algo!
Por un momento estoy apunto de perder los nervios pero consigo calmarme.
-Per...perdone pero estoy harto de que no paren de mirarnos como si estuviésemos la tiña...ademas vine aquí con la intención de encontrar a mi padre...y no hemos progresado demasiado en la investigación... busco con la mirada perdida una silla o algún lugar donde sentarme.
-Disculpeme se lo ruego...digo con la voz casi apagada.
Mary suspira, y mira a Charlie con lástima. Se le ve realmente preocupado, lo cual enternece el corazón de Miss Stone.
-Vengan conmigo- os dice- Mientras llegan los otros dos a cenar, voy a contarles un par de cosas. Eso sí, que quede entre ustedes y yo. Miedo me dan algunos de los que viven aquí, y si se enteran de que voy por ahí aireando los trapos sucios de Yokelville, temo que se enfurezcan conmigo como lo hacen con los foráneos.
Se sienta en el comedor, fumando, y os pide que la acompañéis.
Tomo asiento frente a la señorita Stone. Rebusco en el bolsillo hasta encontrar el tabaco y enciendo uno de mis cigarrillos mientras pienso que la adicción al tabaco de esta mujer resulta adictiva. - Es verla encender un pitillo y mi mano se dirige instintivamente a la pitillera sin que haya forma humana de detenerla.- Sonrío levemente al dar la primera calada para después mirarla fijamente con los codos sobre la mesa y las manos entrelazadas.
-Trapos sucios. Estoy deseando oírlo.-
Aun afectado sigo los pasos de la Mrs Stone intentando animarme a mi mismo imaginandome inocentemente que esa mujer nos conducirá directamente a la resolución del caso.
Por escucharla no pierdo nada y ...al fin y al cabo mas perdidos que estamos ya no podemos estarlo.
Mientras pienso eso tomo asiento junto a señor Rowlandson y espero impaciente que tiene que contarnos la mujer.
Carraspeo un poco intentando templar mi voz:
-Perdón por mi actitud de antes. Con gusto oiremos lo que tenga que contarnos.
Buenas noches Miss Stone- Digo cerrando la libreta y el bien gastado lápiz en un bolsillo de la chaqueta junto al práctico y siempre útil revolver - Ése de ahí fuera era el tendero ¿verdad? No me sonaba la voz pero ya al rato y mientras anotaba mis propias vivencias del día de hoy, lo he recordado
Ops - me levanto cogiendo la recién hecha cafetera y sirviendo a los presentes tiendo una tacita humeante para una tarde tan fría en tan frío pueblo - ¿café? Miss Stone, el inspector de policia y el resto de hospedados no pueden tardar mucho en llegar, o no deberían ya que la tarde está a punto de terminar.
Mary agradece la taza de café que Jason le tiende, y posa su cigarrillo encendido en el cenicero para poder tomar un buen trago. Está hirviendo, pero ese detalle parece no importarle especialmente, ya que se lo toma igual, antes de depositar la taza para volver a agarrar su cigarrillo.
-No crean tampoco que sé mucho del tema. Realmente, saber, saber, lo que se dice saber, no sé nada. O mejor dicho, no entiendo nada. Todo se remonta a unos meses atrás. Este pueblo siempre fue un poco... Un poco suyo, no sé si me explico. Pero no tanto como ahora. Es cierto que siempre hubo cierta desconfianza hacia la gente de fuera, cosa relativamente normal en un pueblecito conservador. Pero la situación actual es ciertamente extrañísima.
Se toma un momento antes de continuar. Es consciente de que aún no ha dicho nada entre tanta palabrería, pero es que parece algo nerviosa.
-Digamos que, pese a que hay gente como el reverendo, o como Miss María, o como la pequeña Anne Rochelle, que no sé si la conocen, es una muchacha escandalosamente bonita que vive en una casa amarilla muy hortera pasada la tienda de comestibles... ¿por dónde iba? Me he perdido... ¡Ah, sí! Que pese a que hay gente que sigue siendo como siempre, hay otros... Hay muchos... La gran mayoría del pueblo ha cambiado por completo. Se han vuelto intratables, casi agresivos. No sé cuántas veces he tenido que llamar al policía del pueblo, a Frank Lombard, para que disuelva un grupo de gente peleando... ¡Eso habría sido inaudito hasta ahora! Yokelville siempre ha sido un pueblo algo arisco, pero nada violento. Y Charles Mallard no es la primera persona que desaparece... Nadie parece querer hablar del viejo Morrison, o de Daniella Johnson... Ancianos... Dicen que debieron despeñarse en el monte... Que tampoco sería la primera vez que sucede un accidente así, cosa lógica al vivir en una zona montañosa...Pero vuelvo a desviarme del tema...
Se toma de nuevo un trago de café, para pasar de nuevo al cigarrillo.
-Bien- suspira, con resignación, aunque se la nota algo estresada- ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Los tenderos, por ejemplo, ahora son gente extremadamente desagradable. Ni siquiera hablan con Miss María, que lleva un montón de años viviendo aquí. el único motivo para no hacerlo, es que es sudamericana. ¿Racismo en Yokelville? ¡Eso nunca se había visto! Y luego están las llamas...
Escucho con atención a la señorita Stone y conforme habla poco a poco mis problemas de van diluyendo como aceite en agua.
Todos tenemos problemas y parece ser que algunos no con fácil solución...
-La verdad es que resulta cuanto menos extraño reacciones así y mas si como comenta le resulta extrañas a usted que es propia de aquí...
Me acomodo en mi asiento y suelto mi taza ya vacía.
-¿Las llamas? por favor, continué estoy inquietado.
La miro sorprendido al tiempo que apago apresuradamente el cigarrillo.
- ¿Racismo, llamas? ¿Se refiere a quema de cruces como hace el ku klux klan?-
Si el problema es que se ha instalado el klan en la ciudad la cosa se puede poner muy fea.
Tirada de Persuasión, please :)
Tirada: 1d100
Motivo: Cuentenos algo mas Mrs Stone
Resultado: 39
Tirada: 1d100
Motivo: Persuasión
Dificultad: 15-
Resultado: 62 (Fracaso)
Coloco la mano cálidamente sobre el hombro de la congestionada señorita, ella se gira, nerviosa, como si estuviera hablando de secretos prohibidos, sonidos que los ojos no deberían oler, sucesos que no pueden ser explicados y referencias que pueden costarle caras, sin embargo es la suya una alma atrapada, una voz que clama por gritar la verdad, y tal vez, hallar una solución que le traiga paz, tal vez, alguien que crea que Yokelville aún no está perdida.
Mis pómulos se elevan haciendo de la mía una mirada comprensiva a la vez que con una voz melosa y complaciente digo
Si no lo desea, no tiene porqué contarnos esto señorita Stone, he visto la hostilidad de este pueblo y imagino el riesgo al que se expone ud. misma hablándonos.
Para mí, encontrar a Charlie es ya.... improbable, pero encontrar qué ocurre en Yokelville... tal vez podamos ayudarla
Pero solo si ud. está dispuesta - Mis dedos aprietan su hombro tratando de reconfortarla y ojeo la puerta tal vez por un sexto sentido que me indica la próxima aparición de un nuevo actor en escena, tal vez todo esto sea solo eso, una obra de teatro en la que nosotros somos víctimas de un reparto forzoso
Tirada: 1d100
Motivo: Persuasion
Dificultad: 65-
Resultado: 46 (Exito)
Miss Stone tiene un escalofrío cuando siente la mano de Jason sobre el hombro. Está algo alterada, a causa de todas las cosas que está confesando. Ciertamente, también parece más aliviada, como si por fin estuviese quitándose un peso de los hombros.
-¡Al cuerno! ¡Necesito otro cigarro!- su caja está vacía, así que se levanta, va a la recepción, y en un par de minutos regresa con un par de cajetillas que deposita sobre la mesa, abiertas, ofreciendo a todos los presentes. En cuanto ella tiene uno en la boca, y aspira su humo, parece sentirse más dispuesta a conversar- El tema de las llamas... No estoy segura- afirma, encogiéndose de hombros- He llegado a pensar que son alucinaciones mías, nada más... Es que... Hay noches en que me he despertado sobresaltada, a causa de extraños ruidos. Ha sido asomarme a la ventana de algún dormitorio del piso superior, y percatarme de que había fuego en las colinas, no muy lejos de la choza miserable de Bartley Hodge. ¡Pero es que es absurdo! ¿Fuego? Este terreno es bastante húmedo, no somos proclives a los incendios forestales, si les soy sincera.
Fin de la escena :)