Partida Rol por web

Todo pasó rapidísimo, mientras soltaba la antorcha y desenvainaba, todos sus compañeros habían atacado. Viendo los aciertos de estos, comenzaba a dar pasos hacia al frente, para incorporarse junto a aquellos que se situaban en la avanzadilla del ataque cuando vio como uno de los ataques de la criatura lanzaba por los aires a Vincenza.

El sonido de la carne al ser desgarrada había hecho que instintivamente apretase los dientes; y el cuerpo de la espadachina en el suelo, del que empezaba a brotar una sangre oscura debido a la penumbra que emitían las antorchas, provocó que un maremágnum de imágenes asaltase sus pensamientos.

- Voy a reventarte malnacido –masculló haciendo un ligero ademán con la cabeza que parecía una negación. Al mismo tiempo corrió rápidamente hasta colocarse a la distancia suficiente del oso para, con un seco movimiento de cintura, hacer girar su cuerpo y lanzar un tajo horizontal con el espadón. Pasando parte de la hoja del mismo por encima de donde se encontraba el cuerpo tendido de su compañera.

—¡¿Qué demonios...?!— Arael había quedado impactada por la instantánea violencia de la situación, pero ver a la espadachina volar le hizo reaccionar. Lanzó el arco hacia un lado y corrió tan rápido como pudo hacia Vicenza.

—¡Distraedlo!— Gritó, justo antes de agarrar el cuerpo inerte de la mujer por la chaquetilla, y arrastrarlo hacia el árbol más cercano.

Apretó los labios sintiendo como el miedo volvía a paralizarlo al ver como todos corrían hacia aquel animal y él se quedaba simplemente allí clavado. Vio como Vinchenza caía en el pasto y apretó los labios, se acercaría, le daría un espadazo con todas sus fuerzas y luego correría para apartar el cuerpo de la mujer e intentar curarla, pero aquella vez lucharía no podía ser simplemente un observador, la situación le pertenecía también.

Así que simplemente apretó con fuerza la cimitarra y empezó a correr tan rápido como sus piernas podían para llegar hasta el animal y poder asentarle un buen golpe, con todas sus fuerzas. -!AAAAAHHHH! 

Abrió los ojos como platos cuando Vicenza fue lanzada por los aires, más impresionada por la fuerza de la bestia que preocupada por la humana. Mientras los demás se lanzaban en dirección al monstruo, cargó la ballesta y apuntó:

Lloth, guiala hasta su craneo- pensó mientras disparaba la saeta.

Una nueva andanada de golpes se dirigieron contra el oso-lechuza. El disparo de Kelrin salió desviado, pero Kilian y Klaus con sendas carnes si consiguieron hacerle sangre al monstruo que todavía estaba de pie pero ya empezaba a acusar el daño recibido.

Y entonces llegó el momento heroico del día. Arael decidió retirar a Vincenza del combate poniendo en peligro su propia vida. Mientras ponía a salvo a la espadachina, la elfa se expuso a un golpe fácil que la bestia no dudó en asestar. La zarpa cayó de forma vertical y la arquera sintió como ésta desgarraba la carne de su espalda. Pero siempre se ha dicho que la suerte estaba del lado de los héroes y en esa ocasión no fue una excepción. Había sido un golpe brutal, pero no mortal, así que aunque con dificultades y casi sintiéndose desafallecer, Arael consiguió poner tierra de pormedio entre las dos mujeres y el monstruo.

El oso-lechuza hace un ataque de oportunidad contra Arael y acierta provocándole 4 puntos de daño. Arael tiene 1pg.

Vincenza estaba a salvo pero sus heridas eran fatales. Poco a poco la sangre y la vida iban abandonando su cuerpo y sin que nadie ni nada pusiera remedio dependía de ella misma. Pero por el momento su cuerpo no respondía.

Vincenza falla al estabilizarse y pierde 1 punto de golpe. Esta a -3 puntos de golpe.

Clin lanzó contra el oso-lechuza un tajo horizontal que no tardo en rasgar la carne y provocar que la bestia diera un rugido de dolor. Había que reconocer que el gran trasgo luchaba mucho mejor que muchos de sus congéneres.

Acción estándar: Clint ataca al oso-lechuza y acierta provocándole 6 puntos de daño.
PGs: 5/23

Dan apretó los dientes al ver caer a Vincenza. Tenían que derribar al monstruo cuanto antes o los demás no terminarían en seguir su camino. De hecho durante unos segundos se paró su respiración al ver como Arael era golpeada por la criatura, pero por suerte pudo seguir con su propio pie.

El monje dio unos pasos tácticos antes de descargar dos potentes puñetazos contra el oso-lechuza.

—¡Cllint! ¡Kilian!—los llamó—¡Buscad los flancos!

Acción gratuita: Paso de 5 pies a J19
Acción de asalto completo: Rafaga de golpes contra el oso-lechuza. Acierta ambos golpes y le provoca 12 puntos de daño.
PGs: 10/10

Después de todo el castigo recibido el oso-lechuza estaba en las últimas. Muy mal tendría que ir la cosa para que saliera con vida de esa situación. Pero como toda bestia acorralada tomó la estúpida decisión de morir matando. Matando a todo lo que pudiera llevarse por delante. Así que el monstruo decidió atacar al máximo posible de enemigos. Un garra fue contra Kilian, la otra contra Dan y su mordisco fue hacia Klaus.

Kilian tuvo suerte y su armadura protegió su golpe, pero no tuvieron la misma suerte el druida y el guerrero. Pero una vez más la suerte estuvo del lado de los héroes pues sus golpes aunque terribles no fueron mortales en ningún caso.

Ya sólo quedaba que fueran capaces de rematar a la bestia.

No actualizo mapa porque el oso está en las últimas.
El oso lechuza realiza un ataque completo dirigiendo sus ataques a Kilian, Dan y Klaus. Falla contra Kilian y acierta contra Dan y Klaus provocando 5 y 4 puntos de golpe respectivamente.
Iniciativa: Kilian -> Kelrin -> Klaus -> Arael -> Clint -> Oso-Lechuza
¡Es vuestro turno!

Se había colocado al lado de Vincenza para protegerla, pero la acción de Arael fue tan heroica como temeraria. No pudo hacer nada para que esta no recibiera el golpe de la criatura, sin embargo, esto le dejaba un hueco al lado de la criatura que podría aprovechar. Dan también lo percibió y dio unas instrucciones a las que Kilian respondió:  -Eso está hecho.

La criatura contratacó a los golpes y cuando la garra iba hacia él, aprovecho el momento para con un efectivo movimiento dar un paso lateral para esquivarlo y a su vez coger impulso para, volviendo a girar sobre sí mismo, colocarse un paso más allá y propinar de nuevo a la criatura un tajo horizontal con la propia inercia del giro.

—¡Argh!— La elfa gritó por el impacto, pero no por el dolor; La adrenalina era tal que aún apenas lo sentía. Rebuscó en su mochila una camiseta que llevaba de muda e intentó tapar las heridas más críticas de su compañera.

Empezó a percibir el olor metálico de la sangre que brotaba de Vicenza, ¿O era la suya propia? —Joder, joder, joder, joder. ¡Aguanta...! ¡Niño, ven aquí!— Llamó al pequeño druida.

El espadón de Kilian atravesó al oso-lechuza de lado a lado y al sacarlo la sangre empezó a brotar a borbotones. Con tal mortal el herida, la bestia se desplomó instantáneamente en el suelo. Había muerto.

Klaus corrió a la llamada de Arael y entre los dos consiguieron estabilizar a Vincenza, a continuación el druida lanzó un conjuro de curación menor y la espadachina recuperó la conciencia. Era un milagro. Habían sido capaces todos de sobrevivir al encuentro con uno de los depredadores más letales del bosque.

Observo casi a cámara lenta el momento en que el animal cayo gracias al golpe recibido por Kilian, antes de correr con todo lo que podía para ir al lado de la joven tirando a un lado la espalda para poder colocar las manos sobre las heridas que más sangre sacaban a la superficie. – Resiste...vamos...

Vincenza se levantó del suelo apoyándose en Klaus y Arael.

—¿Qué... qué ha pasado?

Entonces vio el cadáver y sonrió

—Lo habéis matado—dijo, pero no era una pregunta sino una afirmación. Después echó un vistazo a sus compañeros—. Y todos vivos. Bien hecho.

No pudo reprimir una ligera sonrisa al ver cómo su espada atravesaba el cuerpo de la criatura dividiéndola en dos. Había sido un buen combate y empezaba a ver que trabajaban como equipo. Sin duda eso haría que conseguir el meteorito fuese más fácil. Al momento, dirigió sus pasos hasta Vincenza mientras limpiaba su arma de los restos de sangre y otras vísceras.

Se sintió aliviado al ver que su compañera recobraba la conciencia, miró con gratitud a Klaus y le dio un leve toque en la espalda para decirle: -Bien hecho chaval.

Escuchó lo que tanto Vincenza como Clint dijeron y añadió: - El tr…Clint tiene razón, será mejor que nos movamos de aquí, no sabemos si hay una manada de esas cosas. –y continuó diciendo a Vincenza. – Si no te sientes con fuerzas puedo ayudarte llevándote sobre mi espalda si lo crees conveniente. Pero antes, debemos ocuparnos de Arael, esa herida parece seria. ¿Cómo te encuentras? –concluyo preguntándole con un tono entre preocupación y curiosidad por como Arael había aguantado tan estoicamente el fuerte ataque.

Cuando Vicenza se apoyó en la elfa para incorporarse, ésta le ayudó a levantarse. —Todos vivos— Le respondió. —Aunque algunos más que otros. Y sí, vámanos ya si queréis, pero tampoco estamos en las mejores condiciones para andar toda la noche— aún le caía sangre por los brazos y tenía las manos completamente rojas.

Sonrió torpemente a Killian cuando se preocupó por ella —Gracias Kili, me las he visto peores... Creo—

¿Y si el humano me atacara ahora...? Pues que me atraviese con la espada, al menos podría descansar.

Termino rápidamente de estabilizar a la mujer a la cual no pudo evitar sonreír ligeramente negando con la cabeza, aquello no tenía importancia. – No te preocupes... – Cuando sintió el golpe en la espalda no pudo evitar que su sonrisa se ensanchara ligeramente y negara de nuevo. – No es nada...

Fue entonces cuando se apartó para mirar a los demás para asegurarse de que todos estaban bien, aunque la que peor aspecto tenía en aquel momento era la elfa junto a la mujer, aunque aquella cosa llamada Clint tenían razón, debían marcharse de allí cuanto antes. – Dadme solo un momento para que cure al menos lo más grave a...a ella.. – Ni siquiera se acordaba del nombre, pero lo primordial era curarla.

Solo...será un momento, al menos intentare que deje de doler...- Fue cuando entonces se colocó a su espalda para imponer sus manos sobre la herida lanzando un suspiro apretando los labios, porque lo cierto es que también estaba cansado y sentía que no podría hacer mucho más sin descansar un poco.

Vamos....- Tras aquello se puso en pie mirando a los demás y fue al árbol a dar los toques correspondiente para que sus animales volvieran a su lado. – ¿Alguien conoce la zona? ....¿O me seguís a mí?

—Creo que puedo andar—dijo Vincenza rechazando el ofrecimiento de Kilian—. Pero no durante mucho rato.

Dan respiró aliviado. Lo habían conseguido y luchando mucho mejor que contra los trasgos. Pero la muerte había estado cerca así que tenían que ser más cuidadosos. O la próxima vez no tendrían tanta suerte.

—Deberíamos buscar un sitio donde poder refugiarnos. O al menos un claro dónde poder montar un campamento y poder vigilar bien.

Entonces sonrió a Klaus y a su improvisado liderazgo. Con lo temeroso y esquivo que había sido todo el tiempo, le resultaba divertido su cambio de actitud. Quizas haber sobrevivido al ataque de un oso-lechuza habiéndolo llegado a herir había alimentado su valor y amor propio.

—¡Vamos!—dijo animándole.