Partida Rol por web

¡Agarrate! - gritó Muffin para que la androide pudiese asegurarse antes de empezar a maniobrar el caza exprimiendo al máximo las fuerzas G. Iban a colocarse a la cola y rematar al pirata que tenían delante antes de dar caza al otro y hacer que lamentasen haberles elegido como presa. El ysoki sonrió, la emoción de la caza que llevaba sin sentir desde cuando perseguía al ixateco volvía a inundar su corriente sanguíena. - Ahora si Naga, revienta a ese cabrón. - dijo cuando lo puso a tiro con el lanzamisiles nuclear. 

-Para ser tu primer combate espacial, ¡no está nada mal!-dijo la androide trasladándose de un salto al puesto del lanzamisiles.

La temeraria maniobra de Muffin fuerza al máximo los motores e impulsores de maniobra de la Liberty, pero la firme mano del ysoki les lleva con seguridad hacia su objetivo, dejando la nave orientada por los pelos hacia la desprotegida popa del segundo corredor del vacío idariano. No era fácil apuntar un arma con la nave moviéndose como un toro de rodeo en todas direcciones mientras realizaba unos giros que ni siquiera deberían haber sido posibles, pero lo que Muffin tiene de buen piloto lo tiene Naga de buena artillera. Forzando al máximo el ángulo de giro del lanzamisiles, la androide logra por fin un ángulo del gatillo y lo aprieta con todas sus fuerzas. 

El misil nuclear sale de su tobera y enciende su motor con un relámpago blanco. El corredor suelta una descarga de señuelos para confundir sus sistemas de guiado, pero es en vano: el bien apuntado ataque de Naga impacta de lleno en la zona trasera de la nave enemiga. De haber estado en atmósfera, el estruendo les habría dejado sordos, pero en el espacio solo sienten la brutal onda expansiva que la explosión en forma de hongo deja a su paso. La explosión engulle por un instante al corredor, y cuando se extingue sus propulsores están agrietados y parpadean a punto de apagarse, su casco está recorrido de profundas grietas y toda la nave parece a punto de explotar. 

Sin embargo, testigo de la buena fabricación de los ingenieros kasatha, aún se mantiene de una pieza. Y aún queda su compañero, que, sin dudar, descarga sus cañones sobre el costado de la Liberty. Una tormenta láser castiga el escudo de babor de la nave, que aguanta pero desciende por debajo del 50% de potencia. 

Dispuesto a no dejar escapar a su presa, Muffin salió tras ella. - Puede que sea mi primer combate  pero no es mi primer rodeo. - dijo riendo ante el comentario de la androide. - ¡Maniobras evasivas! ¡Agarrate!

Naga no puede evitar reírse ante la emoción que pone el ysoki al combate. Vuelve a la torreta y se prepara para el momento en que vuelva a tener a tiro al corredor 2, dispuesta a rematar la faena. Por desgracia, el vaivén de la nave le hace errar el tiro. 

-Maldita sea- masculla entre dientes-. Asha estaría riéndose de mí semanas por eso...

Se interrumpe, como si el nombre hubiera sido una puñalada directa al corazón, y acto seguido sacude la cabeza. Tiene que concentrarse en el combate. 

De forma sorprendente, el piloto de la nave dañada, con nervios de acero, sigue volando a todo lo que sus perjudicados motores le permiten, con las armas aún activadas y listas para disparar. La maniobra de Muffin mueve la nave de un lado a otro, pero por desgracia, lo mismo que hace que sea complicada de acertar para los enemigos también hace fallar a Naga. Sus disparos se pierden en la inmensidad del vacío, fallando su objetivo. 

La colocación de Muffin lo deja fuera del alcance de las armas de sus enemigos, que no pueden hacer más que intentar reposicionarse. Con una agilidad sorprendente para su dañada nave, el corredor del vacío que tienen delante gira y pivota hasta volver a encararlos, mientras que la otra nave se acerca con más prudencia. Sin embargo los dos mueven demasiado rápido, quedando vulnerables a las maniobras del ysoki. 

El ysoki intentó de nuevo poner a tope los motores y forzar al máximo las fuerzas G en su favor pero no lo consiguió como había hecho antes. En su lugar, la nave quedó tras su presa pero no con su arma más potente, pero con un poco de suerte valdría un golpe desde la torreta para acabar con ella. - ¡Naga! ¡Tendrás que volver a la torreta, ese cabrón es escurridizo!

-¡Allá voy! -respondió la androide. Un instante después, ya tenía a la nave enemiga en el punto de mira de la torreta. Sin embargo, algo falló, y el tiro se desvió sin acertar en el blanco. Naga apretó los dientes. 

-Parece que no van a ponérnoslo tan fácil.