Partida Rol por web

Trix mueve contento sus brazos secundarios del pecho, y responde con la alegría extraña de los shirren al tomar decisiones. 

-¡Por supuesto! Puedes traerlos cuando quieras. Aquí estarán bien cuidados, y no los venderé a los fosos-dice en la cabeza de Muffin, y acerca el creditdrive al de Muffin. Con un par de botones, transfiere quinientos créditos-Ahí está tu parte. Puedo enviar a alguien a tu habitación a por los gapranes si no quieres traerlos. No sé cuánto tiempo estará Vallan-7 por aquí. 

Muffin sale de la oficina de Trix y se va al motel. Por suerte es un cliente habitual y la dueña, una humana de perpetuo ceño fruncido, acaba aceptando la cancelación de su habitación con no pocos gruñidos. Muffin no tarda mucho en llevar los gapranes a las oficinas de Trix, donde pueden dejarlos junto a otros animales de toda clase, al cuidado de los trabajadores de Il Mercato. 

Con todo recogido y los animales a buen recaudo, Muffin sale de las oficinas por fin, y ante él, la abarrotada estación Absalom le aguarda con sus miles de olores, sonidos y vistas extrañas. 

Y tal como había venido, se fue. No le costó mucho convencer a la dueña de su posada favorita de que le permitiese cancelar la R pues debía partir. Refunfuño un poco pero casi que aquello era parte de la tradición entre los humanos. Dejó los animales en las hábiles manos de Il Mercatto a sabiendas de que estarían bien cuidados y que probablemente cuando volviese a absalom tendría un buen puñado de créditos esperándole.

Con todo su equipo a sus espaldas, Muffin se sumergió en la enorme actividad de la estación buscando a Valla-7 dispuesto a vivir su próxima aventura. 

Muffin recorre la estación colándose entre las piernas de los transeúntes, a buen ritmo pese a lo abarrotado de las calles. No tarda mucho en volver a la zona de los hangares, donde puede ver que la Vadomo ya ha partido. En el hangar se apiñan naves de toda clase y condición, desde esbeltos rozasoles del Archipiélago Ardiente hasta éternaves vercitas. Sin embargo, tras un par de horas de búsqueda, ninguno de sus capitanes parece ser androide. Absalom tiene muchos hangares, pero ese en el que está suele ser en el que atracan las naves de pasajeros o que por lo menos aceptan pasajeros. Y sin embargo, el androide no aparece por ninguna parte. 

Habían pasado dos horas de búsqueda por los hangares y no había ni rastro de aquel androide. Era extraño, el ysoki dudaba de que se hubieran ido sin él. Decidió esperar a ver si aparecía y se dedico a visitar las diferentes cantinas donde podían estar los pilotos descansando en busca de esa tal Vallan-7. Si no conseguía nada por esos medios llamaría a Trix a ver que podía decirle él y si no conseguían nada tendría que buscarse su propio pasaje en alguna nave destino Castrovel.