Acompañennos a Roland, amigos - miró a todos - esa era nuestra idea originalmente. Ahora somos hombres libres, y lo mejor será que regresemos cuanto antes.
No huiremos más, nos podremos refugiar en la gran ciudad y nuestro ejército. Sino, ir libres por ahí, solo nos hará presos de esta maldita guerra entre Pulkria y Roland.
efectivamente desconocen el estado de Alfred. La última vez que lo vieron simplemente lo capturaron con vida.
Los muchachos salieron del campamento de Nikomedes. Si le siguieran la vista, habrían visto que caminaba junto a Parloq y saludaron a un hombre con aspecto muy firme y rudo, con una barba prominente pero bien cuidada.
Empezaron a deambular por allí, hasta que dieron con la enfermería.
Un viejo rostro amigable por fin apareció.
¡Por todos los malditos dioses! - gritó.
¡Polux! ¡William! ¡Siguen vivos, maldición! - mientras esbozaba una cálida sonrisa.
Varen estaba con varias vendas, agarrado de un bastón. Parecía estar en un estado muy deplorable, pero se le veía de excelente ánimo.
¡Cómo me alegro de verlos, me temía lo peor sinceramente! Quise ir con ustedes cuando por fin me enteré que se adentraron a la fortaleza, pero el general Nikomedes no me lo permitió. Dijo que pondría innecesariamente vuestra misión en riesgo, y terminé por hacerle caso.
El mercenario miró al caballero con el rostro un tanto intranquilo, y le dijo:
-No me creerías si te lo contara amigo, quizás con un algunos tragos te lo explique, pero ahora sobrio, me da escalofríos sólo de recordarlo... -dijo excusando su actitud.
Cuando llegaron a la enfermería, Pólux recibió a su amigo con un gran abrazo, aunque teniendo cuidado de no hacerle daño, como si de un hermano se tratara. Acto seguido, le animo verlo con tan buen estado de ánimo, y le dijo:
-¡Maldito cabrón! por un momento pensé que al fin te morirías de una vez jajajaja -dijo a modo de insulto gracioso, ante el cual ambos empezaron a reírse, para acto seguido, hablar de temas serios y decirle- ¿te han puesto al día los soldados? la misión se torció tras la jodida actuación del cabrito de Alfred, así que pactamos con Nikómedes, pues él si quería al prisionero vivo, nos internamos, lo rescatamos y ya somos libres, y gracias al bueno de William, hemos conseguido una buena bolsa de oro también jajaja -dijo palmeando orgulloso la espalda del caballero, para acto seguido ponerse un tanto más sombrío y decirle- no obstante, no todos son buenas noticias, Charles y Lucas han caído, y Oktael ha perdido a su hijo, el cual estaba en la fortaleza como prisionero... -le dijo en voz baja, para que su compañero tuviera tacto con dichos temas- así pues, si estamos ya todos, ¿qué hacemos ahora? Ahrem propone ir a sus tierras, pero no sé si cruzar de nuevo el territorio en guerra... -expuso pensativo- no obstante, propongo que primero visitemos al joven Parloq, parece un señor importante y agradecido, quizás podamos aprovechar y conseguir un buen contrato que nos permita vivir a gustos un tiempo... -concluyó un tanto esperanzado sobre aquella opción.
El tipo de la barba prominente pero bien cuidada no será Alfred, ¿no? no creo que lo saludáramos XD.
Pd: a Charles y a Lucas ya hay que quitarlos de destinatarios, ¿no?
Oktael seguía en silencio, con las manos aún manchadas. Si observaban bien, llevaba un trapo o un pañuelo apretado en su puño derecho. Antes de atárselo sobre la muñeca, lo observó con detenimiento y murmuró unas palabras. Era tiempo de avanzar, de honrar a su hijo y salvar lo que quedaba de su familia. Una pequeño dejo de alegría cruzo en su ser cuando vio a Varen bien. No tenía mucha relación con el hombre, pero sabía que era un aliado en todo aquel embrollo.
- ¿Visitar a Parloq? No me voy a oponer a tí Polux, pero solo en caso que el nuevo encargo nos lleve para Rolan.- dijo con determinación.
-¡Varen, gracias a Dios que estás bien!-Dije alegrándome al ver que mi buen amigo se mantenía con vida.- Como dijo Pólux, hemos estado un poco ajetreados, pero al final lo logramos ¿Sabes algo de Alfred? Por culpa de ese mal nacido ahora estamos más cortos de hombres... Si no hubiese sido por el, Charles, Lucas y el hijo de Oktael seguirían vivos.
Mientras que estos conversaban, el hombre de la barba prominente, junto a Parloq, se acercaron al grupo.
Estos miraron fijamente al grupo, y Parloq se acercó para dar introducción a este.
Lamento interrumpir su reunión, pero quiero presentarles a un amigo muy estimado de mi familia y de la del general Eudaimon. Él es Algedrian. Es la mano del Rey Harlock, soberano de Illiandor.
Agradezco la presentación - sonrió, mientras posaba una mano en el hombro de Parloq.
Solo quería agradecerles por el rescate exitoso a nuestro querido amigo que yacía en cautiverio. Mi eterna gratitud para con ustedes. Es por eso que quiero también informarles de un suceso que todavía pocos conocen. La guerra entre los reinos de Pulkria y Roland ha finalizado. El rey de Pukria, Aelfred, y el honorable consejo de los 5 de Roland se encontraron hace unos días y firmaron un tratado de paz por al menos 5 años.
La guerra se prolongó por demasiado tiempo, sin tener un claro ganador, y ya era más pérdida económica que otra cosa.
Este miró seriamente al grupo, como si estuviese reflexionando.
Aun así, en el alto mando de Illiandor, creemos que podría haber algo más detrás de esto. Pero a ciencia cierta lo desconocemos. Tenemos alguna que otra noticia de que en Roland hay movimientos políticos y marchas turbias por las calles y en la ciudad principal. No sabemos aún de que se trata.
¿Cómo? ¿Hay problemas y conflictos internos en Roland? ¡Tenemos que ir cuanto antes!
Algedrian observó con atención a Ahrem y a Bertram, tras las palabras de este último. No había estado prestando mucha atención en particular en cada uno, por lo que se asombró bastante al verlos.
Los reconozco, ustedes son los hijos de Karl Weinmann. ¿Qué hacen dos nobles tan importantes de Roland aquí en Lumen?
¡Rayos, es una larga historia! ¡¿Puede decirnos qué paso con nuestro hogar?!
Ojalá supiera responderles, chicos - tragó de algo de saliva. Se veía algo apenado por sus propias palabras, pero lo cierto es que ya era prisionero de ellas.
Las principales ciudades han sido cerradas. Nadie puede acceder a ellas. Por lo que pocos saben que está pasando allí.
Eso me huele a un golpe político de aquí hasta Iokveland.
Este terminó metiendose en la charla. La astucia de Varen siempre destacaba por la de todos los demás.
Roland es uno de los pocos reinos que se manejan con un concilio de 5 personas. Diferente a Lumen, claro, que es una democracia de pleno derecho. Es probable que algún pretendiente del trono haya hecho alguna revuelta para quedarse con todo el poder para él. Eso explicaría lo que está pasando.
Es lo que nuestros espías no terminan de lograr confirmar. Al último lo mataron y nos enteramos hace poco.
Ha sido todo un verdadero revuelo desde que se firmó el tratado de paz. Nadie sabe bien qué esta sucediendo, y nosotros en Illiandor nos preparamos para lo peor...
Bueno, el rey Harlock en realidad planea dar un gran torneo, para buscar aparentar que estamos tranquilos.
Maldición... nuestro padre... Tenemos que ir a verlo. Puede correr un gran peligro, si alguien está intentando hacerse con el trono, y nuestro padre se opone, como creo que lo hará, lo matarán.
-Lord Bertram, por lo que acabo de escuchar, parece que Roland está al borde de una guerra civil. Tal vez podamos ayudar en algo, y sería ideal que evitaran, tanto usted como Lord Ahrem, el contacto con los nobles hasta que demuestren ser de confianza. Y espero que tenga una manera eficaz de entrar en la ciudad sin que sean vistos...
Las cosas parecían que nunca iban a mejorar. Cada vez que se solucionaba un problema, venía uno más complicado. Tal vez, Dios quería que solucionáramos todos estos problemas mientras nos encontrábamos en vida.
Oktael escuchó con atención todo aquello. Poco le importaban los sucesos de aquel oscuro mundo al cual había sido arrastrado junto a su familia. Como si de una deuda se tratara, el negro se acercó a Ahrem
- Yo te acompañaré a Roland. Investigaremos un poco más qué está pasando allí- dijo mientras pensaba en las posibilidades de encontrar a su hija y esposa en aquellas tierras.
Ahrem miró a los demás compañeros, se sentía muy mal en ese momento, como invadido por los peores sentimientos que pudiese tener.
Agradezco a todos que quieran venir. Pero deben saber que correran quizas un gran peligro... Sí, conozco la forma de llegar allí - mirando a William.
Podremos llegar y escabullirnos dentro de la ciudad. Nadie se dará cuenta.
Muy bien entonces, los que decidan venir con nosotros, descansen y preparense. Saldremos al amanecer.
bueno abriré la nueva escena para ganar tiempo, pero dejaré que digan un poco más si lo desean aquí antes de cerrarla.