Partida Rol por web

La Mascarada de la Muerte Roja

La habitación Naranja

Cargando editor
16/10/2017, 18:32
Alessandro Viatore (Orfeo)

Después de disfrutar de los vivaces y elegantes compases del grupo de cámara, Alessandro se acercó al ayuda de cámara. Le habían llamado la atención tanto el invitado disfrazado de Dottore Peste como el parlanchín que había hecho buenas migas con el vino.

Veo que sois un entendido en vinos, signore Cid. Sin duda conoceréis el mejor chianti de Toscana. Buen cuerpo, destellos rubíes y un leve sabor afrutado — dijo dándole pie, esperando a que reconociese el gran caldo de las Viñas de la Casa Viatore.

Cargando editor
16/10/2017, 19:24
Mlle. Ginna Arcangeli

“¿Debería avergonzarme?” me preguntó a mí misma, cuando, con un movimiento gentil, la dama de lila y violeta me llama a su lado, mi expresión se ilumina un tanto, pero tengo un antifaz encima, y otro montón de joyas que hacen un delicioso tintineo, pero eso no importa, ¡me ha llamado! ¿No es eso tener suerte?… claro que sí, no conozco a nadie… bueno, no reconozco a nadie…

Estando tan cerca no es difícil avanzar los pasos que me alejan de ella, mis labios se pliegan en una sonrisa llegando  hasta las dos figuras enmascaradas, e inclinando solo un poco la cabeza en señal de saludo… capto parte de su conversación y poco a poco se forma un cuadro en mi cabeza con respecto a ambas figuras, la dama, debe ser una dama, de rojo se vuelve cuando termino de acercarme y pregunta mi nombre…

-Buenas noches –digo en tono musical, tras la pregunta, conteniendo poco a poco la sonrisa, aunque no la desaparezco, para caras amargadas... mi tía –mi nombre es Ginna Arcangeli, un placer... –me presento, y las observo a ambas, ladeando muy poco la cabeza, los Arcangeli están íntimamente ligados a la iglesia y la nobleza de su nombre no ha dejado de atormentar desde hace un tiempo a causa de la plaga y el apoyo que se espera de la familia de mi padre a los infelices, cosa que ha cumplido, pero los comentarios no se detienen desde la pelea entre el arzobispo y… “quizá debí callarme mi apellido” pienso, aunque apenas… pues honro a mi padre así como él ha optado por protegerme enviándome aquí... mis ojos admiran la belleza de su máscara y siento algún grado de emoción, que se contiene con facilidad pues de cerca es tan bonita como de lejos...    – ¿Puedo preguntar sus nombres? –doto a mi voz de sublime calidez observándolas con inocencia. 

Cargando editor
16/10/2017, 20:17
Condesa Sharon Liddell

Observé con desagrado como en apenas pocos minutos, uno de los invitados ya daba muestras de estar excesivamente ebrio.

Desde mi posición, estudié al resto de invitados. No era frecuente verme en eventos sociales dada mi delicada salud, y era más que probable que aún sin las máscaras, no reconociera a ninguno de los invitados.

Así pues, mi juventud y mis ganas de mantener una charla amena, olvidando por unos instantes la tragedia de la muerte roja, me hicieron aventurarme. Al siguiente que pase por delante mio... Perfecto. Una mujer ataviada en ropajes blancos y rojos, encapuchada, con una máscara negra. Casi parecía más una especie de disfraz que un vestido para una celebración de este calibre. Llamó mi atención. Además, acababa de presentarse a un desconocido, con lo cual ya sabía su nombre.

- ¡Bonito traje, Marquesa Auditore! - dije mientras la "asaltaba" en su baile, plantándome delante suyo con una leve reverencia más digna de un caballero que de una noble dama. - Soy la Condesa Liddell. ¿Puedo acompañarla?

Cargando editor
16/10/2017, 20:55
Marqués Casati

Todos se movían, acompasados por unos acordes invisibles, como engranajes de un reloj que aunque permitían los giros realmente lo dejaban todo bastante estático.

El Marqués podría haber pasado toda la noche, apoyado, observando aquel dantesco espectáculo. Sin embargo, también era alguien que gustaba de los juegos y de probar. Y aquella noche había decidido que sería un buen momento para conocer a aquellos que se movían, preguntándose internamente por los motivos que motivaban a cada uno de los invitados.

El señor Reulen parece tener que lidiar con un Cid que, tal vez, haya bebido un poco de más. Cuando paso por su lado, camino a la mesa de enfrente, sencillamente dejo a su lado unas sales de color rosáceo que es conocida por su efecto depurador para venenos y borracheras, pero no digo nada.

Casi llegando a la mesa me cruzo con la Condesa y la Marquesa, quienes parecen querer comenzar un baile. Al pasar tras ellas, un sencillo susurro al aire.

No todos los días uno escucha las notas secretas de un violín en una mirada.

Pero no me detengo, continúo hacia el otro lado, donde tomo una copa con un líquido rojizo como mi vestido y me lo llevo a la nariz para disfrutar de los matices de su olor, sin beber aún. Fijándome en cómo se está moviendo cada uno. Hay de todo, hombres y mujeres hermosas, tímidos, descaradas, escalofriantes. Me pregunto qué pretenderá el Príncipe con tal reparto.

Cargando editor
16/10/2017, 21:39
Marquesa E. Auditore

Me llamó la atención como aquel hombre ya estaba bebido. Si acabamos de empezar. Negué con la cabeza mientras le observaba moverse. Desde luego llamó la atención de todos los presentes con aquella actuación y sus pasos desacompasados. Por fortuna pareció no tener demasiado interés en molestar a las féminas del lugar. No era muy agradable tener a alguien bastante más bebido que tú, dándote la murga todo el tiempo.

Decidí volver a lo mío. Disfrutar de la música, del dulce sabor del vino y de la hermosa decoración de la sala. Desde allí observaba como los nobles comenzaban a entremezclarse y a hablar entre ellos. Debía integrarme, pero no sabía a quien acercarme. Por fortuna ese fue un leve contratiempo, una de las damas de la sala se presentó ante mí. Me chocó su reverencia, tan masculina y poco formal, pero a ella la debieron extrañar también mis ropajes.

- Gracias Condesa. - Respondí con una gentil y femenina reverencia ante su alago y presentación mientras dibujaba una sonrisa en mi rostro. - Mi viaje hacia Palacio se vio perpetrado por un grupo de vándalos y... me tocó improvisar. - Me excusé ante la elegante mujer. En ese instante alguien pasa tras nuestra y exhala unas palabras, que vuelan hasta mis oídos entremezcladas por la música.

El hombre, deduciéndolo por su andar y su corpulencia, no se detiente y continua su marcha seguida por mis ojos, los cuales le miran con curiosidad. - ¿Le conoceís, Condesa? - Pregunto a mi acompañante observando como huele la copa de vino que sostiene en sus manos.

- Tenía un hermoso vestido para la ocasión. - Dije continuando nuestra conversación. - Pero quedó inservible tras el asalto. Tuve suerte de poder salir con vida de aquello y llegar a Palacio viva e intacta.

Cargando editor
16/10/2017, 22:10
Condesa Sharon Liddell

Me sorprendió la clara diferencia en nuestro comportamiento. Por sus vestiduras, hubiera jurado que se trataba de una persona más tosca, mas me agradó ver que sus modales eran fuesen recatados que los míos.

- Disculpe mis modales, no suelo frecuentar estos eventos. - le dije ligeramente sonrojada. - ¡Vándalos! Malditos desdichados... ¿Se encuentra usted bien? Tuvo que ser terrible...

Entonces, un susurro a mis espaldas me eriza el vello de la nuca. Esa voz... Me giré para ver a un hombre con una mascara completa, siendo así imposible identificarle. No detuvo su paso, y se alejó de nosotras tan presto como vino, con paso ligero, como si de un fantasma se tratara.

- Si le soy sincera, no se quien puede esconderse tras esa mascara... Quizás, ¿un viejo amigo de mi familia? Dudo que otros sepan que una de mis aficiones es tocar el violín. - me mantuve unos segundos con la mirada perdida, mirando al misterioso hombre, cuando la Marquesa continuó con la conversación. - ¿Le importa que le invite a hablar con nosotras? Y, no dudo de que su vestido fuera hermoso, pero su actual traje es sublime y original, un soplo de aire fresco ante estos vestidos tan barrocos y asfixiantes.

Cargando editor
17/10/2017, 00:48
Cid Ruy Díaz (Toscán)

-Oh, estimado Reulen, disculpe mis modos si le han importunado... Lo de este borracho...- habla de si mismo... -Creo eh tomado una mala combinacion de bebidas, algo burbujeante y no me llevo bien con las burrrrrrrrbujas, ip. Pero desde luego encuentro todo de mi agrado, o casi todo, pero en cuanto a la fiesta, en cuanto a la calidad de lo ofrecido por el Príncipe, sin duda está garantizado lo mejor y su labor es sobresaliente Sr. Reulen... Y no se preocupe por mi, en breve se me habra pasado el efecto de esta mala mezcla... No es el alcohol digno enemigo para enfrentarme y salir victorioso, no Señor.- luego voltea hacia Alessandro que habla de su vino -Y si, desde luego conozco tal vino, sería imposible no conocer el mejor vino, ¿No es cierto...?... Ah, me he presentando, ¿Mis modales? Aunque si nos presentamos, cual es la gracia de las mascaras y los disfraces ¿No?... Por el vino, el buen vino, esta noche seré Toscán, por el mejor chianti de la Toscana, si le parece, ip.-

Cargando editor
17/10/2017, 09:52
Petro Lombardi

Veo como muchos empiezan a formar grupos, ya sea bailando, hablando o por cualquier otro motivo. No me sorprende verme solo, nunca he sido muy lanzado a empezar una conversación o tener que socializar con alguien, siempre es la misma historia en estos eventos. Pego un pequeño sorbo al vino y sigo contemplando a los invitados, creo que se puede aprender mucho solo con verlos actuar, o eso siempre he creído.

Cargando editor
17/10/2017, 14:57
Gran Duque Doger

Observaba en la distancia como pese a las mascaras y el anonimato, la gente se juntaba en corros y hablaba de uno y otro tema, todos sin interés real, solo por el afán de conversar y socializar. Otros en cambio, como él, se mantenían en segundo plano, tomando una copa, un tentempié o simplemente paseando y entre ellos había un hombre con una mascara terminada en punta, que como él. Solo observaba y bebía.

-Parece que algunos saben como disfrutar de la fiesta
. -Se arriesgo finalmente, dirigiéndose a Petro Lombardi, la mascara picuda. -Otros en cambio preferimos mirar, ¿Verdad? -Se acerco a ese enmascarado por una sola razón, parecía tan fuera de lugar como él, pues aun no se había unido a nadie y pensó que seria mas fácil hablar con alguien que unirse a una conversación.

Cargando editor
17/10/2017, 16:16
Lord Henry Cavendish

Seguí por un breve momento bebiendo en un rincón, en soledad, con la única compañía de lo que mis ojos alcanzaban a ver; un despliegue de colores que resplandecía entre la pugna de las luces y los elegantes vestidos que se movían entre las idas y venidas y los sutiles movimientos del baile.

Aunque me era grato el permanecer allí en silencio y contemplando, rememorando recuerdos de pasadas celebraciones y asociando imágenes y rostros, también deseaba tener el placer de una buena conversación; al fin de cuentas, ese era el sentido de estas fiestas.

Eché un rápido vistazo en la sala. Ya eran varios los grupos donde la plática era fluida y me resultó impertinente sumar mi voz de la nada y sin presentación.  Luego me encontré a dos personas que iniciaban una conversación, algo apáticas por lo que se dilucidaba, y me acerqué en silencio hasta situarme a sus espaldas.

-Y también estamos aquellos que miramos y sabemos disfrutar al unísono –respondí al comentario que el Gran Duque Doger le había manifestado a Petro Lombardi, y enfaticé la idea dando un modesto sorbo a la copa de vino-. Oh, y perdón por la abrupta interrupción, pero de seguro sabrán disculpar a un viejo en busca de plática.

Cargando editor
17/10/2017, 18:00
Andras

Andras dedica una larga mirada a la señorita Arcangeli, estudiando con cuidado la espectacular figura de la joven.  En sus ojos verdes, sólo durante un instante, aparece un destello de deseo.

Andras –responde sécamente,- y esta dama se hace llamar Violet. A juzgar por su aspecto y la elección de color, un muy apropiado sobrenombre. –Andras esboza una sonrisa ante la expresión sorprendida de Ginna – ¡Oh, querida! ¿No irás a pensar que tras escondernos detrás de estas máscaras iríamos a utilizar nuestros nombres reales, no? – al fin se decide a coger una copa de cristal, servida hasta el borde con vino tinto. –¡Sólo una ingenua usaría su verdadero nombre de familia en una fiesta como esta, señorita Arcangeli!

Naturalmente que conocía a los Arcangeli, una familia de “bien” que de vez en cuando tenía el “detalle” de alimentar a sus esclavos con las migajas que sobraban de palacio. Maestros de la publicidad y las apariencias, pero en el fondo otra familia más; distinto envoltorio, mismo caramelo envenenado.

Cargando editor
17/10/2017, 18:14
Reulen

Escusi doctor Ventura, señor Ruy Diaz

Reulen, consciente del gesto del marqués Casati, y creyendo reconocer el contenido, hace un gesto a un sirviente para que recoja el frasquito.

Creo que es un remedio para el mareo de los espirituosos, ocúpate de que en cocina preparen el contenido y lo dejen disponible por si resulta requerido hoy. Y muy importante. - su voz era ya un susurro, pero la baja aún más - Que no salga de cocina sin que se hayan probado sus efectos.

Después, como si la breve interrupción no hubiese siquiera llegado a existir, recupera la conversación.

Ruego disculpen mi breve paréntesis. La posición que ocupo exigía una breve atención por mi parte. A decir verdad, doctor Ventura, la máscara que hoy cubre mi rostro tiene un significado más filosófico. Representa las facetas ocultas de la naturaleza humana, tal y como sucedía en la Commedia Dell'Arte, el ser humano, y con el mi máscara, contiene al bando Grave, al bando Ridículo y, finalmente, en el centro, los Zinni* - dice mientras muestra con la palma hacia arriba y los dedos en posición de relajo primero su rostro izquierdo (el triste), su rostro derecho (el alegre) y su rostro central.

Cohibido, Desinhibido y Falaz - Añade repitiendo el gesto y con un brillo chispeante de astucia refulgiendo en los ojos.

Notas de juego

*Criados

Cargando editor
17/10/2017, 19:50
Giovanni Ventura

- Chertamente. E molto magnifique, signiore Reulen. - Respondió Giovanni, que prestó atención a las indicaciones de su interlocutor, el cual explicaba a fondo el sentido de su mascara.

- La mía mascharata... Eco, mi temo que no le tan especiale como la sua, signiore Reulen. Io voy a confesare el mío secreto... La mía mascharata e tambieni la mía herramienta de traballio. Ma, molto personis non lo saben. Signiore Reulen, guardieme el mío secreto, por favore. - insistió con una sonrisa bajo su mascara, aunque podía adivinarse por su tono de voz y al ofrecer un choque de copas con el hombre de la mascara de tres caras.

Cargando editor
17/10/2017, 20:08
Alessandro Viatore (Orfeo)

Coincido amico mio, ¿qué diversión habría en los disfraces? En tal caso, puede llamarme usted Orfeo —le respondió guiñándole un ojo a través de la máscara —. Pues no hay en esta vida mayor placer que el vino y la música… y las mujeres, claro; a menos que usted sea de otras apetencias, signore.

Mientras terminaba de hablar, tomó una copa de vino tinto y la agitó suavemente, con elegancia, y la olfateo. El aroma lo trasladó a un tiempo más feliz, cuando leía tendido sobre la hierba ante la inmensa hierba y el ama de llaves le leía poesía. Casi sin darse cuenta, recitó de memoria:

Bebe por mí sólo con tus ojos,
y yo brindaré con los míos;
o deja un beso en la copa
y no pediré vino.
1

Cuando regresó a la realidad, se dirigió a Cid (Toscán) algo avergonzado:
Le ruego que me disculpe, signore. La nostalgia y el vino tienen la mala costumbre de hacerme soñar despierto.

Notas de juego

[1]: Drink To Me Only With Thine Eyes, de Ben Jonson (1572-1637)

Cargando editor
17/10/2017, 20:59
Reulen

¡Ah! Las cosas nunca son lo que parecen, ¿verdad? - dijo refiriendose a la máscara. En apariencia.

Miró a los lados para asegurarse que nadie les miraba y pareció querer añadir algo, pero después se echó atrás y no añadió nada.

Cuando el hombre le ofreció un brindis tuvo que rechazarlo.

Lo siento, no sería apropiado que bebiese, aunque le agradezco el gesto.

Dijo intentando no sonar brusco.

Cargando editor
17/10/2017, 21:15
Violet

Observo a la presentación de la joven, me sorprende que con todo lo que ha pasado en el exterior aun no haya perdido esa inocencia juvenil.

-No sea tan dura, que dé el nombre que quiera.- Digo sin darle mayor importancia a todo eso, al fin y al cabo era casi una niña. -La próxima vez estoy segura que lo recordará. Y como bien ha dicho Andras, mi nombre es Violet, lo he elegido por los colores pero también  lo he elegido por algo más, recuerdos...-

Miro mi copa de vino, no debería beber mucho.  Está bebida debe saber similar a la ambrosía. Vuelvo a fijarme en la joven. -Señorita Arcangeli, si no es mucha molestia, podría entretenernos con alguna historia, seguramente su dulce forma de ver la vida pueda arrojar un poco de alegría sobre mi persona.- Acabo dando un toque melancólico a mis palabras, al final la vida era como era, poco se podía hacer para cambiarla. Era cruel e implacable, por mucho que lo adornáramos con un bello baile de máscaras, seguía pensando en todos aquellos que faltaban, sobre todo los más cercanos.

Cargando editor
17/10/2017, 21:36
Marquesa E. Auditore

- No os preocupéis por ello, Condesa. No son los modales los que nos dan de comer. - Dije a la mujer con una sonrisa para luego degustar un poco del vino de mi copa. - Sí, solo fue el susto y la huída. Pude calmarme durante el resto del viaje a Palacio. Una vez se cerraron las puertas de la muralla tras de mí, se podría decir que olvidé todo.

Me entretenía observando a quien susurró a nuestras espaldas mientras la Condesa me respondía. - Lo cierto es que ha llamado mi atención con esa frase y tengo curiosidad por saber quien es. No me disgusta su petición, invitadle a hablar con nosotras si realmente os place. A fin de cuentas estas fiestas son para esto. - Respondí amablemente, siendo completamente sincera con mis palabras. - Ciertamente, era hermoso y molesto también. Estas ropas son más cómodas pero no tan... apropiadas para un baile de esta talla. Pero cuando es esto o nada... - Sonreí y guardé silencio, esperando a que la Condesa Liddell invitase a aquel que había logrado atraer mi atención de aquella manera tan sutil.

Cargando editor
18/10/2017, 14:25
Condesa Sharon Liddell

Sonreí ante la respuesta de la Marquesa respecto a mis modales y la imité, bebiendo de mi copa.

- Me alivia saber que sólo quedó en una anécdota y que estéis a salvo. Así he podido conoceros - le respondí sinceramente.

Tras obtener su aprobación con respecto el misterioso invitado, decidí llamarle. Estaba apenas unos pasos más allá, degustando una copa de vino.

-Deduzco que usted ya me conoce, y que al interrumpirnos usted, no le importará que lo haga yo ahora. Buena elección, ese vino, señor...- dije esperando que se presentara. - A la Marquesa y a mi nos gustaría que nos acompañase

Cargando editor
18/10/2017, 17:03
Petro Lombardi

Veo como un joven, al igual que una persona que por su voz parecía de mayor edad, se acercan empezando así una conversación. Me doy cuenta, como es obvio, de que no soy el único que estaba a la espera socializar, pero admiro la valentía de las personas para poder relacionarse con desconocidos.

- No todos disfrutamos de la misma forma, señores. No obstante, creo que estarán de acuerdo en que una buena conversación es siempre bienvenida. Digo levantando levemente la copa de vino. - Petro, Petro Lombardi. Me presento acompañando de una pequeña reverencia. - ¿Ustedes son...?  Pregunto con interés.

Cargando editor
18/10/2017, 19:14
Marqués Casati

Me encuentro deleitándome con los matices que quieren llevarme a lugres silvestres y salvajes que desprende ese líquido que baila en mi copa, debatiéndome entre si merecerá o no la pena llevármelo a los labios, ya casi seducido cuando me interrumpen, con el descaro de la juventud o de un mozo a la caza de alguna doncella, sonrío mezclando lo divertido con lo curioso.

Casati. Marqués Casati. ¿Quién si no?

Llevo la copa a un lado y la mano contraria al opuesto, inclinándome en una reverencia. Miro la copa de vino, que ella halaga y asiento.

Si vos lo decís, no me dejáis otra opción que creer.

La sigo entonces hacia donde se encuentra la Marquesa. Mi paso es firme y en mi mente la curiosidad se acrecenta hasta el punto que los latidos resuenan con cierta fuerza. De nuevo, al llegar, extiendo mis brazos y hago una leve reverencia sin desviar mis ojos de la Marquesa, más similar a una invitación sutil a bailar que otra cosa.

Marqués Casati.

Baila mi rostro entonces desde la Condesa hacia la Marquesa, decidiéndome finalmente a entrar en el juego.

¿Y quién se oculta tras las máscaras que son incapaces de mermar el fuego de sus dueñas?

Sin dejar de oscilar entre mirar a la Marquesa o a la Condesa, finalmente me decido por mojar mis labios en el sutil vino que enseguida llena mi boca de espesor y de sabores, junto a un ligero resquicio de especias. Tras mojarme los labios, extiendo la copa entre ambas mujeres, ofreciéndoselo como un gesto de buena fe y de confianza.