Partida Rol por web

Hades había estado conteniendo la respiración hasta ese momento. Sin duda, la desaparición de su hermano y la posible muerte de Atenea le había afectado, pero al ver cómo ésta se dirigía a él, actuó como si nada.

Vaya, vaya, sobrina, y parecías tonta cuando saliste de la cabeza de Zeus. No me des las gracias, teníamos un trato, y espero que se cumpla. Lo de Zeus es triste, pero oye, él se lo ha buscado.

Y se cumplirá, Hades, tendrás un lugar en el Olimpo.

A pesar de mi desfallecimiento sonreí. Mi esposo y yo volveríamos al Olimpo, por fin regresaba al hogar del cual nunca debería haberme ido.

Hades vio a su mujer tirada en el suelo. Se acercó hasta ella y se arrodilló a su lado.

¿Estás contenta? Podrás recorrer estos mundos libremente, ya no tendrás que volver al Inframundo. Y tu madre no tiene que estar más tiempo enfadada conmigo, ¿verdad suegra? ¡Venga unas sonrisas!

-Hm, eso quiere decir que para los humanos siempre será primavera. Creo que estarán agradecidos.

Suspiró.

-Creo que es tiempo de dejar las cascaras mortales. Solo espero qeu en un par de milenios no se repita el ciclo de megalomanía contigo, Atenea.

Todo ha acabado , esperemos que vuelva a la normalidad la situación cuanto antes . 

Acabó diciendo el Dios de los sueños tras los comentarios que estaban haciendo todos . No le gustaba como había acabado , pero hicieron todo cuanto estaba dentro de sus posibilidades . 

Me seque las lagrimas de los ojos y mire a los que se encontraban a mi alrededor. Con una expresion calmada en mi rostro.

-Bueno eso de que sera siempre primavera me lo pensare, al fin y al cabo un poco de descanso no viene mal- comente acercandome a mi hija.

Observe a Hades.

-Mientras no me hagas bajar a tu antigua residencia creo que podre estar de mejor humor contigo- sonrei a medias.

Respire hondo llenando esos pulmones mortales, tenia ganas de volver a mi cuerpo cuanto antes.

Es el momento de convocar a los demás dioses. Debemos recuperar la normalidad del mundo y del universo. Hermanos, amigos, volvamos a nuestra forma inmortal. Todo será más fácil así.

Todos a la vez, abandonasteis vuestro cuerpo mortal para tomar vuestra forma inmortal. No teníais forma, sólo erais esencia y presencia. Atenea hizo un llamamiento a todos los dioses y allí estaban a vuestro lados. Notasteis alegría, dolor, rabia, conformidad... Un sinfín de emociones que no dejaban de ser humanas. Atenea explicó, aunque sin palabras, lo que había sucedido. Todos asintieron o lo hubieran hecho si tuvieran cabeza que mover. Tánatos e Hypnos unieron su poder y durmieron a los humanos para poder reestructurar todo y recuperar lo dañado.

Tras un pequeño debate, se decidió que fueran los dioses del viento quién tuvieran el control del rayo y del trueno. Al fin y al cabo, ellos llevaban las nubes de las tempestades donde eran necesarias, así que se hicieron cargo de esos poderes.

Y no hubo debate para lo demás. Atenea asumió el título de madre y reina de los dioses, gobernando con la sabiduría y justicia que la caracterizaban.