Partida Rol por web

Hécate se complació por el hallar un aliado que advirtiera de tan macabra unión.

La certeza de su divinidad no permitió que la duda se albergara en su corazón,un impulso poco común en su manera de ser casi la hacen lanzarse al agua, tan solo el dialogo de sus compañeros la detuvo, las preguntas de Helios parecían lógicas y por lo tanto ella no intervendría hasta no escuchar la respuesta de Tritón, pocas veces había tomado la forma humana y por lo tanto no se había detenido a considerar la fragilidad de esta condición y lo que ello implicaba.

Atenta siguió las palabras de aquel que solicitaba su ayuda.

Vuestros cuerpos mortales no se ahogaran... Así no Tritón junta las manos y entrelaza sus dedos. Un pequeño murmullo surge de sus labios. Al separar las manos, cinco burbujas semitransparentes aparecen. Lentamente se dirigen a vosotros y os tocan en la frente. Como si se tratara de agua, se expande por vuestro cuerpo hasta que crea una ligera película.

Ahora podréis respirar sin problema.

Tritón os observa con calma

¿Me acompañáis entonces?

Una pequeña inclinación sirve como respuesta afirmativa para Hécate.

No perdamos tiempo, aunque debo aclarar algo: si por mi fuera evitaría pelear con tu padre, no me agrada la idea de combatir con un amigo y un hermano, permitid que hable con él un poco antes de entrar en un conflicto, tengo la esperanza en las buenas razones que tenemos para convencerle de no hacer un daño como el que están pensando hacer.

Sabias palabras Hécate, creo que entre todos podremos convencer a nuestro hermano sino... no quedará más remedio que luchar...

Helios miraba fascinado la burbuja que Tritón había creado a su rededor, cuando escuchó las palabras de sus compañeras, -"¡Ja!"-, resopló en modo burlesco Helios, -"¿Acaso no sabéis que la ira de Poseidón es aun peor que la del mismísimo Zeus?"-, se volvió hacia ellas, -"Por mi parte hermanas mías, podéis intentar lo que queráis, pero no alberguéis esperanzas en esas artimañas y concienciaos para lo peor..."-

El ulular de un búho hace que te gires hacia la puerta. Por ella entra volando ese animal, con la grandeza de un dios

Se posa sobre la estatua de Atenea. Su cuerpo empieza a emitir destellos dorados. Mientras desciende lentamente, empieza a cambiar, para que, al llegar al suelo, se haya convertido en una mujer hermosa. La diosa Atenea

Me quedo helada contemplándola, no solo por su belleza sino por lo que acababa de decir-"¿Enfrentarnos a.... ZEUS? , acaso tendremos oportunidad de ganarle a nuestro padre, no hay forma alguna de convencerlo con que esta equivocado y que no es la mejor forma de solucionarlo. Yo no quiero que lastimen a ningún ser vivo pero no tampoco quiero ir en contra de él, es una situación muy delicada- la miro de forma triste y agacho la cabeza con la esperanza de que diga que hay otra solución.

Te entiendo, Artemisa. Pero mira el cielo. ¿Ves el Sol?. No... El Sol no volverá a salir. Os señala hacia la entrada

El primer signo ya se hace evidente. Contempla esas nubes, pues la oscuridad ya se ha hecho presente entre nosotros. El rayo pronto caerá y empezará a destrozar todo.

¿Crees que no sufro siendo yo la que promueva esta batalla? Soy su hija, nací de su cabeza. Pero he de mirar por la humanidad. Las desgracias humanas no tardarán en aparecer. Y yo moriré en mi templo si no podemos detener a Zeus.

Y no quiero acabar con nadie. Hay que hacer frente a un dios que es corrupto. Nuestra lealtad estaba con aquel Zeus que luchó por nosotros. No debe seguir con el nuevo Zeus, que busca venganza por algo que ha ayudado a los hombres.

He de cumplir, además, la profecía que le dieron antes de que yo naciera. Sus hijos se volverían contra él, igual que él lo hizo contra su padre. Es el momento.

Atenea se acerca a la puerta y mira hacia el exterior. 

Pero no puedes presentate ante Zeus como si nada. Debemos presentarle batalla digna, si no, caeremos vencidos demasiado pronto. Se gira para observaros Debes camuflarte entre los humanos. Tus poderes se verán limitados, ya lo sabes, pero es necesario.

Zeus sabrá que vas en su busca, y te pondrá las cosas difíciles. Pero, al superar esos inconvenientes, le demostraras que la causa es justa y sincera. Y, con un poco de suerte...

Su voz se perdió, incapaz de terminar la frase.

Te envié la visión porque sabía que eres de los pocos receptivos. Otros compañeros han partido ya. Helios, Hécate, Hypno y Tánatos están con nosotras.  Entre las líneas divinas hay quien prefiere ayudar a Zeus, y otros que prefieren ayudarnos a nosotros, pero desde un segundo plano. Tritón es uno de los que nos ayudan, pero aún no he descubierto quienes son los demás.

Si estás dispuesta, puedo hacer que llegas ante los demás ahora mismo. Se están enfrentando con Poseidón, ya que él y Hades se han unido a su hermano con intención de destruir la humanidad. Poseidón ha atacado esta mañana a esta isla con un tsunami que tus compañeros han conseguido detener.

Dime, Artemisa, ¿qué decides?

Llorando sin querer creerlo digo- Estoy con ustedes, no me agrada ir en contra de vuestro padre pero no creo que sea justo destruir las cosas que se pueden arreglar de otra forma, por lo tanto, ayudaré a todo ser vivo que vea en peligro no solo a lso humano sino a los animales también, por que se que ellos también serán perjudicados en esta locura y son mi razón de existir, sin ellos no podría continuar. Sin embargo, si veo que hay una forma de no matar a vuestro padre y llegar a un acuerdo o convencerlo de que esto es en vano y que cambie de opinión los siento pero lo defenderé y me quedaré a su lado pero por el momento prometo luchar a su lado y no traicionarlos. Estoy lista para que me lleves con los demás"-.

Yo tampoco quiero matar a Zeus. Pero, al derrotarle, verá que tenemos razón y que podemos con él, por lo que no tendrá más remedio que cesar en su empeño.

Atenea se acercó a ti y te tocó la frente. Una ligera película de agua te cubrió el cuerpo

Es un regalo de Tritón. Gracias a esto, podrás respirar bajo el agua. Ahora te llevaré hasta el fondo del mar, con el resto de tus compañeros.

Suerte terminó sonriéndote.

Alzó las dos manos y se puso a susurrar unas palabras. Viste como todo giraba y perdías de vista a la diosa