Partida Rol por web

Él no lo sabía, pero se acercaba su fin. O quizás sí, pero su rostro deformado no dejó verlo. O tal vez fuera su dignidad de supervillano. Fuera como fuera, Heirloger enfrentó su destino como sólo los grandes saben hacerlo: primero un rayo místico que iluminó los restos de su campo de fuerza, luego uno eléctrico desde las nubes que os cegó a todos la vista un instante. Éste ya comenzó a hacer humear el cuerpo robótico de vuestro enemigo. Mientras trataba de alzarse de nuevo, los lanzamientos de escombros y disparos de los hombres de Mr. People contribuían al desconcierto que estaba ya sufriendo. Surgiendo de entre ellos, en el propio aire aún cuando un instante antes no estaba allí, Kjetil estampó su puño en el vidrio reforzado de la cabeza de Heirloger, que se resquebrajó, aunque aguantó el impacto a duras penas, oscureciéndose en el lugar donde vuestro escandinavo le había golpeado. Y como remate llegó un soberbio puñetazo en carga del ruso, bastante harto ya de no poder participar en la batalla... Su golpe envió al monstruo mecánico un par de metros más allá, incapaz de aguantarse de pie después de todo el castigo que había soportado ya.

No obstante Heirloger lo había encajado todo, todo, y seguía vivo. Eso era en sí todo un logro. No estaba en plenitud de condiciones, eso era cierto, pero aún le quedaba algún as en la manga. En lo que se diría una mueca de satisfacción que casi sabía a victoria, se alzó de nuevo en toda su considerable altura. Su pecho, que se había comenzado a iluminar imperceptiblemente hacía unos segundos ahora estaba brillante, verdaderamente brillante, su fulgor cada vez más cegador...

Pero el gran Heirloger se había olvidado de algo: antes de llegar a esta planta casi todo su ejército de pequeños robots se había deshecho. No había sido un ataque físico, sino otra cosa. No había podido hacer nada por ellos. Aunque como efecto secundario se habían convertido en armas lanzadas a gran velocidad, ninguno de sus poderes había podido evitarles ese final. Nunca había llegado a esclarecer qué había pasado. Ahora, en ese preciso momento en el que el fulgor de su arma había invadido la escena, pudo al fin saberlo. Erika accionó su artefacto apuntando directamente al supervillano.

El efecto del invento de Erika no se hizo esperar: el fulgor murió tan rápidamente como había nacido, inofensivo; el campo de fuerza alrededor de Heirloger murió y desapareció para siempre; sus piezas en el pecho comenzaron a chirriar, rápidamente seguidas de las de los miembros. Todo él comenzó a temblar mientras piezas de los más diversos tamaños y procedencias cayeron al suelo entre sonidos metálicos diversos.

-¡¡¡Noooooooooooo_oooooooo...

La voz de Heirloger murió en un chasquido metálico como de altavoz viejo que ha funcionado por última vez. El cuerpo del supervillano caía a trozos, literalmente. Unos pocos segundos después sólo había una pieza completa entre todo aquel maremagnum de chatarra: la cabeza. Algo así como una pecera tapada y al revés, resquebrajada pero no rota (aunque por bien poco), que sin duda había tenido mejores momentos. En el interior de aquella pieza de vidrio flotaba algo lejanamente reconocible como una cabeza, aunque se difuminaba y volvía a formarse a cada instante. Se agitaba, gritaba inaudiblemente, exteriorizaba su increíble frustración sin apenas éxito, indefenso, vulnerable, impotente...

 Miré la cabeza, llena de curiosidad y también con una nota de humor negro:

 - Vaya, que te parece, parece que alguien es menos de lo que era...

Tras golpear me aparto del engendro metálico. Su muerte alivia mi mente ya que podré volver con Hanna y los asesinos de SHIELD se mantendrán alejados de nosotros. 

- Esto se acabó...ahora solo necesito una buena ducha y una buena cena...¿alguno se apunta? - pregunto mientras me siento en el suelo cansado. 

A mi alrededor sonaban demasiadas cosas como para prestar atención a todas, pero sabía de sobra que lo que estaba sucediendo es que aquel equipo en el que me habían obligado a participar lo estaba dando todo para deshacerse de aquella criatura.

Tenía que aportar también mi granito de arena, sobretodo, por alguno de aquellos que habían creído en mí y en que podría hacer algo para deshaernos de aquella amenaza, aunque claro, yo tuve que hacerlo casi a ciegas durante todas las horas que pude estar encerrada en el laboratorio. Al cien por cien tampoco sabía cómo iba a reaccionar un ente metálico con vida propia por mucha máquina que pareciera.

No sabía rezar por lo que no lo hice, pero lo hubiera hecho tranquilamente para que aquello funcionara. Levanté la cabeza tras activarlo, observando el resultado de mis cálculos y sonreí cuando escuché aquel grito, pues para mí era como un grito de triunfo. Había servido y eso que había sido 80% conocimiento 20% intuición, más o menos.

- Por fin! - Dije tras hablar el primero de ellos tras la batalla. - Yo creo que lo primero que voy a necesitar es un bote lleno de calmantes y alguien que me miré el agujero de mis riñones. Creo que tanto meneo no ha sido bueno...

Aún andaba bastante coja y ya no me acordaba en qué planta había dejado mis muletas.

- Seguro que están allí donde me ha puesto este hombre la máscara de gas...

Entonces me moví, acercándome a Svyatoslav, aunque yo aún no supiera cómo llamarlo, pues su nombre me sonaba, como poco, a ruso.

- Gracias. - Le tendí la mano. - Lo de la cerveza iba en serio ¿ eh? - Sonreí.

La verdad era que había sido con el único que había pasado el suficiente rato como para llevarme bien. El que se multiplicaba también había estado bastante con nosotros, pero era extraño y demasiado serio.

Estrecho la mano de la joven con una sonrisa y le hago un gesto para que se apoye en mi  - Será un placer, pero has de saber que no puedo emborracharme... - musito mirando alrededor preguntándome por donde íbamos a bajar ya que el ascensor estaba más destruido que otra cosa - Así que si tu intención era hacerme perder el conocimiento y abusar de mi... - añado guiñando un ojo y sonriendo con más amplitud.

La cosa no había salido mal, aunque desde luego la torre necesitaría una nueva capa de pintura, pero eso ya no era algo que me incumbiese. Sólo tenía que acompañar a la joven que había prometido mantener a salvo a su habitación y después tras unos días de descanso seguramente me largaría a continuar con mis asuntos.

Tras un rato sentado y me acerco a saludar a los hombres de People que habían estado conmigo en la torre, por suerte logré evitar que un par de ellos volaran demasiado y me siento bien por haber salvado dos vidas en vez de quitarlas...hacer buenas obras está bien de vez en cuando.

Me acerco a ellos y les pregunto que tal están y si ninguno ha perecido ya que en los últimos compases del combate he perdido la noción del espacio y del tiempo.

- ¿Todos estáis bien o más o menos enteros? - miro a Gabriel y a Ishtar y levanto el pulgar y sonrío ya que sin ellos tampoco haría terminado bien. 

Un mago, una diosa, una genio, un supersoldado, uno capaz de duplicarse y cambiar a gusto y yo...un grupo digno de un chiste de superhéroes...por suerte para todos y sobre todo para Londres el mejor supergrupo que SHIELD ha podido montar en tan poco tiempo. Ahora es tiempo de descansar un poco y luego reunirme con Hanna. Podré verla y volver a mi rutina aunque con la seguridad que no habrá tantos asesinos detrás nuestra...y si hay suerte el pacto con SHIELD se llevará a cabo...ahora es momento de hablar.

Mr People observó el resto de sus fuerzas. Mermadas y bastante tocadas, pero todavía operativas. Muchos de sus efectivos se habían visto superados por los ataques de los robots y por el mismo Heirloguer. Un error que procuraría no repetir. El resto de compañeros de fatigas estaban más o menos indemnes. La informática, junto con el soldado ruso, conversaban distendidamente, mientras que Kjetil animaba a los agentes. El mago jugueteaba con la cabeza del enemigo vencido y una diosa se pavoneaba volando en traje de cueros por entre las ruina. Y habían destrozado la planta automatizada, hecho que enfurecería a SHIELD. Era un buen día.

Desplazando la mirada entre los supervivientes vio entre los escombros a Bigfoot ayudando a Michelle a salir de debajo una viga. Tenía la pierna rota por lo que Bigfoot la cogió en brazos.- Vaya. Pensé que pesarías más.- Michelle calló un instante, pensando en la posible contestación. Finalmente optó por lo más sensato. -¿Bigfoot?.- dijo. -¿Sí, Michelle?.- contestó inocentemente. Michelle,  lo miró fijamente. - Eres un capullo.-

La batalla ha acabado y a vuestro alrededor hay un caos de escombros, pero la integridad del edificio está asegurada y las partes más sólidas de la planta automatizada han aguantado bastante bien. Los destrozos ascenderán miles y miles de euros, seguro, pero no ha habido ningún robot gigante cerniéndose sobre Londres, lo que, en general, se puede considerar bastante positivo.

A nivel personal casi milagrosamente nadie ha acabado mucho peor de como estaba antes de llegar a la torre, salvo algún civil en el interior del edificio, un par de mafiosos y un número indeterminado de hombres de Mr. People, de los cuales, por otro lado, no queda ni rastro. Los hombretones del grupo, aún habiendo encajado alguna sorpresa, no se quejan, Ishtar ya se ha recuperado por completo gracias a sus poderes mágicos (no así su ya de por si escasa ropa) y Erika, bueno, sigue necesitando rehabilitación y reposo.

Es la hora de pasar cuentas y los chicos de SHIELD, además de mostrarse complacidos por vuestra ayuda, cumplen escrupulosamente con todo lo que habían acordado. Pero la pregunta del millón, la importante y que no dudan en realizaros de forma muy directa es: "Podríamos contar con usted de nuevo si surgiera la necesidad?"...