Partida Rol por web

Iniciada tu meditación, con la socorrida posición de loto, comienzas a concentrarte. Sabes que el proceso será duro, agotador, casi traumático, pues la distancia a superar es considerable. En condiciones normales no podrías viajar tanto, pero la situación lo requiere: el doctor Extraño no es alguien a quien puedas hacer una simple llamada si quieres ser atendido. Notas la tensión de las hebras arcanas unidas a tu poderosa mente entrenada y un instante después te has liberado de tu pesado cuerpo mortal.

Viajas, abandonando tu envoltorio físico, alejándote cada vez más, viendo como Inglaterra da paso al mar de Irlanda, luego a la Isla Esmeralda, finalmente al Atlántico. Atraviesas nubes, vientos y brisas, lluvias y días soleados, todo en un parpadeo... y entonces sientes el tirón de tu alma, resistiéndose a alejarse más de aquel cuerpo físico que la sustenta, que ha sido su envoltorio estos últimos años. Intensificas tu esfuerzo y poco a poco el hilo que os une, que por un momento se había tornado cadena, se estira, permitiéndote alcanzar tu objetivo: la casa del Doctor Extraño. Inmediatamente "suenan" las alarmas, tu intrusión se convierte en una explosión de actividad mágica que se desenvuelve a sí misma, formando una barrera formidable, la más poderosa que jamás hayas visto.

-Gabriel, ¿qué haces aquí?, pensaba que estabas en Europa. ¿Necesitas algo? -comenta mentalmente tu mentor, haciendo su aparición en el exterior de su sancta (sito en el 177A de Bleecker Street, Greenwich Village, Nueva York).

Su forma astral no difiere apenas de su forma física. Siendo como es el Hechicero Supremo (con mayúsculas), el dominio que tiene de su cuerpo no físico es también magistral.

 - Así es maestro, hola, me alegra volver a verte. Perdona que te moleste, necesito tu ayuda, por favor. He ido con aquellos a los que llevaste hasta mí y me he unido a un grupo que tiene como misión detener a una peligrosa alianza, uno de cuyos miembros es María Zambuto, miembro del círculo de brujas  “Figlie dei ariete argentato”. ¿Que puedes decirme sobre los dos?. Conozco cierta información sobre el circulo, aunque demasiado escasa para mi gusto y no se nada sobre ella.- Le respondí con el debido respecto que alguien de su posición, y como mentor, se merece.

-Maria... ¿Zambuto? Vaya, sorprende saber que se ha casado, debe ser un hombre de lo más interesante. Maria Calámita era una de los componentes del círculo de brujas que me mencionas. Provenía de una larga nisaga de brujas que hunde sus raíces en el más oscuro medievo. Era posiblemente la segunda fuerza a tener en cuenta dentro de su círculo, capaz de lanzar maldiciones de alto nivel. Por lo que sé llegó a reforzar sus fuerzas místicas con sacrificios humanos, algo abominable. Con tiempo para urdir un plan es casi imparable, pero si te la encontraras cara a cara sin que te esperase sólo podría darte algún dolor de cabeza si tienes tus defensas mágicas levantadas. En resumidas cuentas: como su círculo, es muy buena con la magia ritual, pero apenas capaz de algunas ilusiones y ataques de bajo nivel con su magia en el mismo momento. Un contacto que tenía en Europa me dijo que los miembros del carnero de plata eran muy esquivos y que además tenían contactos gubernamentales, es fácil que si tratas de acercarte a ella desaparezca sin dejar rastro. Espero que esta información te sirva de ayuda.

 - Si, gracias, maestro. ¿Y que hay de su círculo?. ¿Sabrías decirme el resto de personas que lo componen, su sede central o cualquier otra información que consideres pertinente, por favor?.

-El círculo no tiene sede central y no sabemos ni dónde ni cuando ni porqué se reunen, más allá de las obvias fechas propicias del calendario para ciertos rituales. La última información que tengo del Carnero de Plata es que actuó en Génova cuando los altercados, pero no podemos estar seguros de si fueron la causa de ellos o la razón de que se reunieran. Yo apostaría por lo primero. Sabemos que son ostentosas, no son de las que se reunen en un callejón oscuro o un sótano, han usado al menos 2 castillos como lugar de reunión y rituales en el pasado. Y tienen controlados o bajo nómina a un número indeterminado de políticos y funcionarios, sobre todo en Italia. Y aunque sirven a poderes oscuros, nunca han cometido la estupidez de llamar a ningún demonio para que se personifique en nuestro mundo, al menos hasta ahora.

 - ¿Y quien hay de sus miembros?. ¿Quienes más lo forman?.

-Las otras componentes del círculo eran Consolata Bianchi, Fulvia Arcuni, Genevra Albanese, Mariella Sabadotto e Ysabel Quaggia, pero que se sepa sólo se reúnen esporádicamente y son muy celosas de su intimidad, así que aunque encontraras a una de ellas probablemente no sabría dónde están las otras. Una más de sus medidas de autoprotección. De todas ellas la más cercana a María es Ysabel Quaggia, incluyendo las afinidades mágicas.

 - Háblame de cada una de ellas, por favor, ¿donde podríamos encontrarlas?. Tal vez debamos de tomar medidas contra ellas, si llegara el caso, y no estaría de más saber donde buscarlas y si tienen alguna debilidad...

-Siempre ávido de conocimientos, ¿verdad, Gabriel? Pero no te puedo responder. Aunque conozco algunos otros detalles, necesitarías de una magia como la del Ojo de Agamotto para tratar de localizarlas, algo fuera de tu abasto. De todas maneras desconozco dónde está cada una de ellas, de la misma manera que ellas no conocen de las demás hasta que se reúnen. Vaya, me temo que has estado forzando demasiado tus capacidades, Gabriel, eso te va a doler, aunque supongo que ya lo sabías. Hasta prontooooooo.

Sientes un tremendo tirón que te jala de lo más profundo de ti y estira hacia tu propio cuerpo. La frase de Extraño decrece en intensidad a la vez que aceleras en tu retroceso. Has forzado tus capacidades mágicas y eso va a tener un precio, aunque en esta ocasión al menos no se trata de perder la conexión entre cuerpo físico y astral, sino más bien todo lo contrario. El Atlántico entero pasa en un suspiro bajo tus pies, las nubes, los barcos, las gaviotas, todo es un borrón informe hasta que te reincorporas en tu propio cuerpo, sintiéndolo algo completamente ajeno. De repente sientes la cabeza estallar y necesitas de toda tu fuerza de voluntad para no pegar un alarido. Estás empapado en sudor, como si te acabases de despertar de una terrible pesadilla. Tu cuerpo tiembla por el esfuerzo.

 Agotado, me arrastro como puedo a mi cama y trato de poner el despertador en un par de horas, antes de caer dormido...