Partida Rol por web

La Tumba de los Cinco Confines

Interludio II: El viajero

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03/02/2014, 13:41
Narrador

Shepherd de la Estrella del Norte había sido llamado por El Pastor, en lo que había considerando un asunto de extrema urgencia. Eso significaba que debía dejar cualquier cosa que estuviera haciendo, sin importar el lugar dónde se encontrara en esos momentos, para acudir a la llamada en el menor tiempo posible. Aunque no tenía ni la menor idea del motivo, Shepherd sospechaba que había algún problema serio que solucionar... que él tendría que solucionar.

Todavía no entendía por qué El Pastor le había elegido a él como su mensajero principal, no destacaba especialmente entre los otros, de hecho se había considerado a sí mismo un tanto mediocre. Claro que su supuesta mediocridad nunca le había supuesto ningún problema, no era ambicioso como los otros, se conformaba con vivir su vida viajando de aquí para allá y cumpliendo con alguna que otra misión de vez en cuando. El resto aspiraba a grandes cosas, quizás a ocupar el puesto de El Pastor algún día, pero en eso Shepherd era muy distinto. La mayoría pensaba que era un vago y un perezoso, que no se esforzaba por nada y que sólo quería estar todo el día viajando, de manera que nadie pudiera saber nunca dónde se encontraba. Así era en muchas ocasiones, sin embargo, El Pastor sabía siempre cómo encontrarle.

Lo que Shepherd no sabía aún era que la Doncella de los Viajes le tenía reservada una tarea muy especial, y El Pastor iba a ser el encargado de hacérselo saber...

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21/03/2014, 12:26
Narrador

Cruzó el portal de Esencia que acababa de invocar, conectando el mundo con la morada de El Pastor: el Palacio de Cristal. Era la única manera de llegar hasta él, pues realmente no se encontraba en un lugar físico que fuera accesible por medios mundanos. Aunque Shepherd no habría sido capaz de explicarlo correctamente, sabía que el Palacio de Cristal se encontraba en otro mundo, en un espacio intersticial entre el mundo real y el Inframundo, de dónde habían empezado a emerger los Demonios, los Abisales y demás criaturas del Malfeas. Sin embargo, a pesar de que es era su localización, no había una conexión entre esos mundos y el Palacio de Cristal, sólo los que habían sido tocados por la Doncella de los Viajes conocían el camino. Se decía que la Doncella habitaba en el Palacio, pero nadie la había visto jamás. Parecía claro que El Pastor era su profeta, y que hablaba a través de él, pero Shepherd no dejaba de preguntarse la razón.

El Palacio nunca dejaba de impresionarle, de algún modo parecía siempre distinto. Las estatuas de la sala en la que se encontraba le sonreían, y recordaba perfectamente que la última vez que estuvo allí una de ellas parecía estar llorando lágrimas de cristal. Además estaba el hecho de que uno se veía reflejado en casi cualquier superficie del lugar. Uno podía ver todos los aspectos de su propia persona, cosa que a menudo resultaba inquietante e invitaba a la reflexión, no era extraño encontrar a una persona llorando frente a su propio reflejo en algún lugar del Palacio. La voluntad de la Doncella de los Viajes era difícil de interpretar a veces.

Shepherd solía recorrer el camino hacia la Sala del Oráculo mirando al suelo, al menos conocía el reflejo que veía en él y no le producía ningún sentimiento desagradable. Mirando al suelo evitaba encontrarse con otros que se hubieran quedado atrapados contemplando los reflejos y, concretamente, evitaba por completo un rincón que le hacía volver a los más oscuros lugares de sus recuerdos.

Se sabía el camino de memoria, de modo que no tardó en llegar a la Sala del Oráculo. Las grandes puertas dobles estaban abiertas de par en par, lo que indicaba que El Pastor sabía que él estaba a punto de llegar. Era imposible contrariar a El Pastor, él siempre sabía lo que iba a ocurrir, aunque fuera de una forma abstracta y brumosa. La Doncella de los Viajes le había concedido el Don del Oráculo, pero su poder para ver los entresijos de las telarañas del Destino era muy superior al de cualquier otro. Sus visiones eran nítidas y casi perfectas, y tenía una gran capacidad para interpretar la visiones más complejas. Conocía el pasado, el presente y el futuro, de todas las personas del mundo... todas. Pero a la vez sufría una terrible maldición, y es que su poder no podía ser controlado, vivía constantemente atacado por las visiones, sin saber realmente en que momento se encontraba o por los ojos de quién estaba mirando. La Doncella de los Viajes se dio cuenta del error que había cometido al haberle entregado su don sin pensar en las consecuencias, y pidió ayuda a sus hermanas para poder solucionar el problema. Entre todas llegaron a una solución, que no fue otra que construir el Palacio de Cristal en aquel espacio entre los mundos. Aquel lugar era capaz de suavizar las corrientes del Oráculo, y permitía a El Pastor dominar su poder, por eso nunca jamás podía abandonar aquel lugar.

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23/05/2014, 13:03
El Pastor

- Shepherd - musitó El Pastor en cuanto su discípulo atravesó el umbral de la Sala del Oráculo.- Llegas justo a tiempo.

Aquella era la frase favorita del Pastor: "Llegas justo a tiempo". No dejaba de resultar gracioso que siempre dijera eso, pues estaba claro que él sabí exactamente el momento en el que llegaría la persona a quién estaba esperando. El Pastor levantó la mano derecha y las enormes puertas de la Sala del Oráculo se cerraron lentamente hasta que se quedaron completamente solos.

- Acércate, muchacho, tenemos mucho de qué hablar - dijo, haciendo un gesto con la mano para que se acercase.

Shepherd se acercó con paso firme y tomó asiento en un banco cercano al trono de El Pastor, dónde se sentaba siempre que iba a desgranar el tejido del Destino. Aunque efectivamente no había nadie más allí, Shepherd siempre tenía la sensación de estar siendo observado por mil ojos. En cierto modo no se equivocaba, pues aquella sala no dejaba de ser el lugar dónde el pasado, el presente y el futuro del mundo confluían, de modo que un pedacito de cada ser que habita la Creación pertenece de algún modo a aquel lugar.

- Bien, he de informarte de un hecho de gran importancia, y es que he detectado numerosos renacimientos de Exaltados Solares - los ojos blanquecinos del Pastor centellearon durante un instante al pronunciar aquellas palabras.- Se están encontrando un mundo devastado, muy distinto al que construyeron en los albores de la Primera Edad. Están confundidos, muchos no terminan de encontrar su lugar en este mundo y enloquecen, se vuelven peligrosos y atraen a los Vástagos del Dragón. Es una desgracia, pero no podemos hacer nada por ellos, su Destino se sella en el momento de la Exaltación y todos sus actos les conducen irremediablemente hacia un aciago final. Sin embargo, si podemos hacer algo por los que consiguen integrarse, los que deciden que cambiarán el mundo, los que serán héroes si les prestamos nuestra ayuda.

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27/08/2014, 11:43
Narrador

Shepherd asintió pero no dijo ni una palabra, seguía preguntándose por qué El Pastor le había elegido a él. Ese había sido el propósito real de la Secta de los Iluminados desde que El Pastor y sus compañeros Siderales se habían hecho con el control: rescatar a los Exaltados Solares, salvarles de si mismos. Pero tratar con personas que acababan de descubrirse cómo encarnaciones de poderosos héroes era a menudo complejo (en el mejor de los casos), algunos incluso habían perdido la vida tratando de ayudarles.

Pensó que quizás esa fuera la razón de haber sido elegido, era como su prueba final: si conseguía ayudar a aquel Solar al que seguro le iban a enviar a buscar se ganaría al fin el respeto de sus compañeros; y si no, moriría y se quitaría del medio para dejar sitio a otro. No era un panoramo muy alentador, ciertamente.

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27/08/2014, 11:51
El Pastor

El Pastor se mantuvo en silencio durante aquel instante en que Shepherd permaneció sumido en sus pensamientos, cómo si realmente supiera que necesitaba ese tiempo y estuviera esperando a que terminara. Después sonrió y continuó con la conversación.

- He encontrado a uno que está a punto de perderse - dijo.- Su búsqueda se ha prolongado demasiado tiempo y le está haciendo perder la razón. He sabido que fue un conocido lugarteniente de las fuerzas Solares, y que luchaba con valor junto a un grupo de Solares de gran reputación - hizo un silencio premeditado.- Los está buscando, Shepherd, y es incapaz de dar con ellos.

El Pastor parecía triste, aunque era difícil leer sus sentimientos en sus blanquecinos ojos. A menudo Shepherd pensaba en cómo debían sentirse aquellas personas que trataban de salvar, renacidos en una época extraña, llenos de dudas y recuerdos pasados inconexos, poseedores de un poder inmenso que no saben controlar... Suficientes razones para volverse loco y resultar peligroso para el mundo.

- Es triste, en efecto - dijo El Pastor, que leía los sentimientos de Shepherd como si de un libro abierto se tratase.- Está ahora más cerca que nunca de sus compañeros pero ya no puede sentirles... y tampoco ellos a él. Si no hacemos algo lo perderemos para siempre y, lo que es aún peor, quizás tengamos que lamentar las muertes de personas inocentes. Ya habrás adivinado lo que debes hacer ¿verdad, Shepherd? - él asintió.- Y como de costumbre, tu acercamiento debe ser discreto, así como tu intervención. Tu misión es sólo ser el profeta, el cambio debe venir de su interior.

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27/08/2014, 12:07
Shepherd de la Estrella del Norte

- Así lo haré - respondió Shepherd con seguridad.- Este parece un trabajo para el viejo Botines.

Se puso en pie y se despidió de El Pastor con una reverencia, para después cruzar de nuevo la Sala del Oráculo. Las puertas volvieron a abrirse para dejarle pasar y así lo hizo. Pero al cruzar el umbral, mientras las puertas volvían a cerrarse, Shepherd volvió la vista atrás un segundo y creyó ver una lágrima recorriendo la mejilla de El Pastor.

Las puertas se cerraron de golpe y la duda quedó en él para siempre ¿Estaba llorando El Pastor?

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27/08/2014, 12:12
Narrador

Notas de juego

- FIN DEL INTERLUDIO II -