Partida Rol por web

Elisabeth había estado todo el camino entrelazando sus dedos con Ben, estaba tensa y asustada, pero sabía que con su dragón a su lado podría superar cualquier cosa, no le importaba nada mas, solo sabía que con el podría llegar al pasado y tal vez solucionarlo todo, estaba claro, sentía que lo necesitaba y que era lo mejor, sentía un poco de lastima por Himiko y por Natuk, pero no demasiada ya que sabía que si tenían éxito podrían solucionar las cosas, aun así caminaba apresurada.

Fue cuando Himiko dijo que tenían que correr porque les habían alcanzado que empezó a correr con todas sus fuerzas, el hecho de que Ben se acercara a ella y le diera un beso y los pergaminos con los hechizos no se le paso por alto mientras decía:

- No Ben, tienes que venir con nosotros, no puedes sacrificarte, ya Himiko se va a ocupar

Pero cuando vio las reales intenciones de Ben no lo dudo y empezó a correr con el

La afroamericana corría con su hermana, el camino habría sigo agotador para otro, pero no para ella que en realidad estaba en forma, cuando Himiko dijo aquello de que debían correr asiente y mira a su hermana mientras dice:

- Ricitos, vámonos corriendo de aquí, vamos...

Las dos corrían cuando justo en la entrada de la cueva algo sucede, la chica siente algo un segundo, una bala, demasiado afortunada para el que la había disparado, mientras corría la chica cae desplomada al suelo en la puerta de la cueva, su horrorizada hermana puede ver cómo le han disparado, y le han atravesado la cabeza, yacente en el suelo se encuentra la afroamericana con la mirada fija en el frente, dispuesta a entrar en la cueva

Angelica corria hacia el interior de la cueva, no pudo evitar detenerse ante la escena que vio justo delante suyo, la chica negra que habia muerto junto a su hermana, entonces dice a Nyara llorando:

- Va... vamos.. si la cosa se arregla volverás a ver a tu hermana... porque no... vamos... corre

Pero en ese instante un hombre con un arma aparece justo junto a la chica apuntandole con un arma y gritando:

- Quiera... no sigais adelante, entregadnos a Natuk, vamos... no os haremos daño

 Apresurándose y apretando los puños, luchando consigo misma por no volverse ni mirar hacia atrás, Vicky corre hacia el interior de la cueva. Es duro que otros tantos vayan a caer innecesariamente, y a pesar de que vayan a arreglarlo, volviendo al pasado, aun sigue siendo algo difícil de concebir, pero ha sido la decisión que han tomado, y pensando en sí misma, sin tener tiempo para hacerles cambiar de opinión, ni motivos suficientemente fuertes para pararse y poner en riesgo su vida, sigue hacia delante.

Mientras se alejaba con su hermana, tirando de ella, notó como el cuerpo de la otra comenzó a pesar y que Kyara caía al suelo. Al girarse pudo ver perfectamente la sangre manar de la cabeza de su hermana y sus ojos se quedaron en blanco durante unos segundos.  Ni se agachó, ni se movió, ni tuvo fuerzas de hacer nada: se quedó delante del cadáver de la persona a la que más quería en el mundo, totalmente inmóvil.

Lo que acababa de pasar delante de ella había cambiado totalmente su percepción de aquel mundo, de la misión y de absolutamente todo lo que la rodeaba.  Se había quedado tan bloqueada que no se dio cuenta de que las lágrimas comenzaban a brotar sin control alguno.

Está muerta. Estoy sola. Kyara, muévete. Por favor, muévete. Esto no puede estar ocurriendo.

Podría haber recibido un disparo en ese momento y ni habría sentido dolor puesto que ahora mismo estaba rota por dentro. Las palabras de la pelirroja trataron de devolverla a la realidad, y solamente lo que había escuchado sobre que cambiar el pasado la traería de vuelta provocó que la afroamericana volviera a tener conciencia del mundo que la rodeaba.

Sobrevivir, tengo que sobrevivir. Tengo que traerte de vuelta.

Lo habría dado todo por detenerse, por agacharse y por besar el ahora ensangrentado cabello de su hermana, de su otra mitad.  Un soldado surgía de la nada diciendo que se rindieran, que su objetivo no era ninguna de ellas.

Pero han matado a mi hermana. Me han destruido.

En cualquier otra circunstancia Nyara habría hecho lo posible por despedazar al que podía haber sido el asesino de su hermana, pero la esperanza de volverla a ver con vida estaba más allá de cualquier tipo de venganza.  Tenía que huir, que sobrevivir como había hecho siempre, solo que esta vez sin ella.  Salió a correr sin mirar atrás y trató de crear algún tipo de muro de hielo que la protegiera de posibles disparos.  No podía tratar de salvar a nadie más porque en ese momento su nueva misión era lo único que le importaba.