Los Tiempos Pasados
Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente:
Y que ninguno pudiese comprar niv ender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
Aquí hay sabiduría. El que tenga entendimiento, que cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.
- Apocalipsis 13: 16-18
La mayor parte de lo que sabemos de lo que sabemos de la épocaanterior al primer Baile de San Vito procede de fragmentos de antiguas impresiones, y la mayoría son del género de ficción (desgraciadamente, a menudo resulta imposible discernir qué texto es ficción y cuál no). Muchos hermanos menos instruidos no logran comprender la enorme importancia de distinguir entre los textos de ficción y los de naturaleza científica. Es por ello que incluso en las bibliotecas de mi orden algunos textos ficticios han sido catalogados como reales.
Sin lugar a dudas, Dios Nuestro Señor derrumbó la Torre de Babel y confundió el lenguaje de los hombres, pero Sus criaturas más queridas no aprendieron la lección. En su locura, hicieron trampas ae scondidas con Sus mandamientos, y su dominio de la creación que nuestro omnisciente Padre en los Cielos les había confiado pronto dejó de intentar parecerse al sabio consejo del Rey Salomón para parecerse más y más a la draconiana sabiduría de los sacerdotes de Baal. Nuestro omnisciente Padre en los Cielos contempló su actitud impía y lasciva, su arrogancia y su desfachatez, y vio como generaciones enteras sacrificaban su devoción sobre los brillantes y melosos altares del pecado mortal. Y Dios Nuestro Señor recordó las palabras que le dijo a Noé, a su esposa y a uss hijos mientras estaban construyendo el arca: "Este es el pacto que hago entre Yo y vosotros y toda criatura viviente que os acompañe; las aguas no volverá a convertirse en un diluvio para destruir a todos los vivos; me comprometo a ello para todas las generaciones, a perpetuidad"
Indudablemente, la tecnología disparó la ira del Señor, porque no todas las catástrofes que han destruido el mundo tal y como era fueron vistas como tales desde el principio. Han tenido que pasar muchas cosas para que el mundo quedara así de asolado. Tal vez hubo algunos acontecimientos que anunciaron la ira del Señor, y la gente que vivía en la época del Primer Baile de San Vito no fue capaz de leer los signos.
Durante más de diez años los bancos y las instuticuiones financieras (aquellos usureros y prestamistas que el Profeta de Nazaret expulsó de su templo para evitar que se convirtiera en un nido de ladrones) estuvieron buscando formas de evitar los fraudes y las manipulaciones financieras. Para ellos, unos chips de memoria implantados hubieran sido un éxito tremendo y memorable. Y no les imporataba en absoluto que estuvieran literalmente escondidos debajo de la piel de las inocentes masas, y por tanto interviniendo en la creación de Dios.
Así que Dios y Su ira se propusieron castigar a la humanidad, pero era consciente de la promesa que le había hecho a Noé. Entonces, recordó las palabras que había pronunciado su profeta en su nombre: "En verdad os digo qeu todo aqeul que no reciba el reino de Dios como si fuera un niño pequeño, no entrará en él". Así que excluyó a los niños de su sentencia.