Partida Rol por web

Venga chicos! ¿A caso nadie más que yo sabe conducir? Espero que si, porque sino...menudos patanes, nose que les enseñaran en su mundo...

Si nadie más puede, ya me colocaré yo en el asiento del conductor y emprenderemos la marcha cuanto antes.

- La conducción tampoco es mi área, creo que tendrás que hacerte del control si no hay más remedio. Solo nos queda rezar por llegar en una pieza a nuestro objetivo...- Añadió resignado Maxim ante la ausencia del piloto que los había acompañado en un principio y el peligro que suponía designar un conductor simplemente por descarte.

Lamento decepcionarte, pero soy muy capas de estrellar esa cafetera sin mucho esfuerso. - dice mientras rie sonoramente. Tras lo cual se monto al vehiculo en la parte trasera.

Genial. Bueno, me encanta conducir, yo en mi viejo planeta provaba muchos de los coches que llegaban de contrabando, ya sabeis esas maniobras sucias que hay a lo largo y ancho de todo el imperio. Será un placer llebar este camión, y más ahora que Rene le ha echado un ojo. Gabriel, haces bien en ponerte en la cabina, ¿te acordaras del recorrido para llevarnos hasta ahí, verdad?

Los demás tened los ojos bien abiertos, que nada nos pille desprevenidos y comunicad si notais algo raro, lo mismo aremos nosotros.

Me bajo de donde me había colocado en un principio, me quito la ametralladora de encima para conducir, aunque la mantengo cerca, nunca se sabe... y me siento en el asiento del piloto. Arranco el motor y comienzo el viaje ayudado por mi compañero Gabriel, que me indica qué vias debo tomar.

Bien ya se ha solucionado el problema de la conducción, por que mucho me temo que eres la unica que sabe manejar este aparato, si me sacas  de los motores, ya no soy de mucha ayuda, aunque creo que debería aprender a usarlos, espero que algún día me puedas a enseñar a conducir estos medios de transporte, seria muy útil. -Bueno tambien creo que deberia aprender muchas otras cosas, seguro que hay cosas mas utiles, pero esto no vendria bien.

Si me permitis, dejarme montar en la parte trasera, estare mucho mas comodo, tras ello me subo por la parte trasera del camion, y me acomodo, mientras me fijo en la lona del camión. - Hey compañeros de armas, voy a cubrir el camion con la lona, eso evitara que nos vean el contenido del camion, nunca se sabe, pero es mejor guardarse el factor sospresa, ademas nos podrian asaltar por el camino, si ven que tenemos una mercancia valiosa. Dicho esto, me dedico a cubrir completamente el camión con la lona, para esperar a que partamos de viaje.

¿Alguno sabe si hay bandas de saqueadores, o alguna otra cosa que nos suponga un peligro?

- Dado que yo tampoco se conducir me subiré atrás con Rene.- dice el sacerdote encaramándose al camión por la parte posterior.

Tras eso, ayuda a Rene a poner la lona para pasar más desapercibidos en su trayecto.

Esperemos tener un viaje tranquilito, sin "intervenciones" innecesarias.

Göran se acomoda como puede junto al hombre-máquina y musita una breve oración para atraer las bendiciones del Emperador a su viaje.

- Hijos míos, cuanto antes nos pongamos en marcha, antes llegaremos al lugar en cuestión.- dice instando a sus compañeros a subirse al vehículo.

 Gabriel sonríe, se siente agusto con el grupo. Los moteros les pillaron con las manos vacías, pero con sus armas... deben de ser mortales. Gabriel sube, sujetando con una mano el cañón de su escopeta, y apoyando la culata en la rodilla. A la más minima disparará, en ese planeta no atienden a razones.

 - Claro, claro que se el camino. Gira a la derecha por la segunda, eso es... - Iba dirigiendo a su compañera, que conducía con pericia. - Y... por favor... ahorrate eso del contrabando... ¿vale? - Dijo con una mueca de disgusto enseñando su placa del Aribites. Luego sonrió y estalló en carcajadas. - Es broma... es broma...

 Pasó el recorrido mirando por la ventanilla y por el parabrisas, vigilando que no les pillasen desprevenidos con la escopeta en las manos. Cuando Rene preguntó, Gabriel sonrió y asintió.

 - Si, aqui hay de la peor calaña. Si hay problemas, disparad primero y preguntad despues. No os preocupeis, tengo al Coronel de mi lado. Ah, y.... he oido algo. Hay un hombre, una persona, que la otra noche hizo una escabechina delante de la taberna. Mató a cuatro, y los dejó irreconocibles. Les abrió boquetes grandes como una cabeza. Los operarios aún están limpiando la sangre y las visceras que dejó desparramadas.

 Gabriel recordaba a la perfección el camino a la tienda de armas en la que compró el mapa. Tal vez fuera uno de los pocos personajes honrrados de por alli, o tal vez solo fuera que se derretía por un poco de dinero.

Gabriel os guía desde la cambian del camión, todo parece ir bien, el viaje es relativamente corto, un poco más largo que cuando lo hizo Gabriel con el taxista, pero eso es debido a que ese taxista volaba más que conducía. Poco a poco los campos de cultivos parecen estar más apretados y aparecen poco a poco también casas y estructuras del pueblo al que os acercáis. Las calles son estrechas y las viviendas están muy juntas las unas con las otras, fabricadas de materiales baratos y en masa. Es la típica zona pobre de cultivos. La gente mira el camión militar con recelo, no se fían, y tras los incidentes que están ocurriendo últimamente, su confianza en todo lo militar ha caído a niveles insospechados.

Gabriel manda detener de golpe el camión, y es debido a que casi se pasa la tienda en la que el otro día compró ciertos artículos, es lógico, todas parecen iguales. Os encontráis en pleno día, el camión está parado en frente de la tienda, y la gente transita dicha calle alejándose lo más posible de vosotros, llamáis la atención. Todos os miran, veis las miradas desde las ventanas, observando, intentando encajar que hacéis allí.

Freno en seco cuando me lo indica Gabriel y hecho un poco marcha atras.

Vaya...así que este es el sitio...digo a los demás mientras miro a todas partes para ver la situación de mi alrededor.

Venga chicos, descarguemos el equipaje, con cuidado. Y vayamos entrando, hay mucho que hacer.

Salgo de la cabina del camión y voy a la zona de carga para coger algunas de las piezas que queremos vender. A continuación entro en la tienda, bastante cargada acompañada de mis compañeros.

 Gabriel baja del coche y, tras ayudar a descargar el equipaje, entra tras NEckera a la tienda, saludando al dependiente con un gesto de cabeza.

 - Muy buenos dias, se acuerda de mi, ¿verdad? Sí, seguro que si. Oh, no te asustes, vienen conmigo, son de confianza. Traemos cosas que venderte y... necesito ayuda con el mapa que me vendiste. E información... información mucho más precisa de la que me diste.

El tipo vuelve a bajar su escopeta, al oír a su mejor cliente del día pasado que aquellos extraños iban con él, la deja en el mostrador y dice con voz osca:

Ya... en algo quizás podría ayudarte, pero... no sé que mas información podré darte. ¿Qué hay en ese cajón?- Pregunta extrañado al ver que entran el baúl en la tienda entre varios - Veo que te has agenciado un buen transporte, no quiero preguntar mucho, pero parece que la cosa es seria señor.

El vendedor está limpiando unas cuantas armas, que tiene desmontadas frente a él, con sumo cuidado y dedicación, parece que disfruta de su humilde trabajo y que lo desempeña con paciencia y esmero.