Partida Rol por web

La garganta me pica por el humo que aun no se ha dispersado, pero aun eso avanzo y observo todo lo que hemos causado. Severus sugiere ayuda para los soldados quemados que aun siguen con vida, pocos contando la de cuerpos que hay a nuestro alrededor, pero poco se puede hacer con ellos. Es Kaarl quien se encarga de asistirlos, no de la forma medica más aconsejada, pero sí de más humana posible.

Palpo mi botiquín de campaña, sujeto con cinchas a mi cintura cuando veo a aquel otro soldado ciego agarrado a la pared, no me fio aun de ellos, han intentado matarme, pero lo que ha dicho Kaarl tiene mucho sentido, podrían ser gente del imperio y adoradores del Trono, aunque estaban pagados supuestamente por el noble sectario ese que acabó igual de mal que todos sus siervos con los que nos hemos topado. El sí que se lo tenía bien ganado.

La ametralladora pesada me da seguridad, su peso es tranquilizador, y no me atrevo a soltarla mientras aquel tipo tuviera el rifle laser colgando de su equipo, y el otro que aun se podía mover bien tuviera esa escopeta de combate cerca. Cuidado, no me fio de esto, seguramente habrá más soldados, no creo que estos fueran todos, y no podemos estar seguros, pues no es fácil saber hasta dónde llegan estos túneles. Señalo al hombre ciego. Si alguien me ayuda a desarmarlo lo atendemos rápidamente. Tampoco hay que matar por matar, esa gente podría dar explicaciones de todo si sabían lo que había aquí cuando la inquisición los interrogue.

Severus tenía en su punto de mira a aquel individuo que no parece darse cuenta de que estamos aquí, ni de que su compañero está ya más que muerto.

Un pitido ensordecedor aulla en la mente del páter mientras empuja a los científicos dentro del recinto, como si fueran ganado, a patadas, a empujones, con la punta de su fusil. Cuando Göran entra dentro del lugar la dantesca imagen le trae recuerdos pasados de un tiempo lejano en el que él era más joven y proclamaba la auténtica Fe del Emperador en remotos sectores del Imperio. Le recordaba a las guerras civiles que habían provocado sus sermones, a la Guardia Imperial fusilando a cientos de los feligreses de Valkrist, a las matanzas indiscriminadas de civiles inocentes por los seguidores de la auténtica Fe. Pero lo más brutal eran los cuerpos quemados de algunos soldados que yacían por doquier. Eso le hizo rememorar la purga de "los siervos de la Fe", el grupo pseudo-religioso desviado de la doctrina oficial del que formaba parte, y sobre todo, la quema en la hoguera del Confesor Osstelius, líder del culto. Göran casi pudo ver como varios Guardias Imperiales rociaban el cuerpo de Osstelius con promethium y le lanzaban un algodón en llamas. Su cuerpo ardió como una tea mientras gritaba desesperado. Valkrist estaba ensimismado en sus recuerdos cuando Kaarl se le encaró después de "apiadarse" de los moribundos y le recriminó que no orase por ellos. Por sus almas. - Estos... estos hombres querían matarnos... Joder. No voy a perder ni un miserable momento en pedir por sus impías almas. Si yo digo que son herejes y siervos de los dioses del Caos, lo son sin lugar a dudas. Palabra del Emperador. Hostia.- le contesta a Kaarl de mala manera, perdiendo los últimos vestigios de humanidad en su fanático cerebro.

El soldado ciego deja de forcejear al instante. Abandona, por así decirlo. Deja que se le quite todo lo que tiene y luego se queda apoyado contra la pared, sin hacer nada, mientras reduce la Ray aplica presión sobre él y lo tumba en el suelo para que se le pueda echar un ojo mejor. Tiene suerte de estar ciego, pues lo que vería no le ayudaría en nada a mantener la cordura...

El soldado que arrastra a su compañero muerto no se percata de la presencia de los soltados que tiene metros por delante. La oscuridad se está cerniendo sobre el túnel conforme los focos de fuego que hay por algunas zonas dejan de tener materiales que consumir. El humo va saliendo hacia el exterior, pues el túnel donde os encontráis desciende poco a poco.

El ambiente es desagradable, húmedo por la sangre y seco por la combustión al mismo tiempo. Desde algún lado que vosotros no veis unas voces llegan amortiguadas, imposibles de entender.

Cuando Ray echa al suelo a aquel tipo no dudo ni un instante. Saco mi pistola y le descerrajo un tiro en la nuca. Bueno, se acabó de hablar, aquí hemos venido a cumplir la voluntad del emperador, si él los quiere muertos, muertos los tendrá, ¿Alguien tiene algún problema con eso?

Tomo mi ametralladora en las manos y apunto contra el tipo que está sordo y medio ciego. El selector de fuego en automático, el seguro quitado, y el dedo sobre el gatillo. Cuando este lo aprieta una larga ráfaga de balas especiales recorre el cuerpo del sordo lanzándolo contra la compuerta atravesada que intentaba cruza. ¿Veis? Ya está, venga vamos... que hay trabajo que acabar... ya empiezo a estar un poco harta de esta planeta... mierda... Paso por encima del los dos cuerpos y me agacho para pasar al otro lado de la puerta encajada en medio del túnel.

Severus se encogió de hombros ante los actos de Neck, ciertamente no lo consideraba importante, pero el malgasto de munición cuando podían haber resuelto el embrollo con un cuchillo le hizo suspirar a la vez que sus hombros se relajaban.
Padre! alguno de los cientificos sabe como llegar al objeto, encuentra un voluntario, aún hay gente viva abajo.
Acto seguido se desplaza por encima de la puerta para seguir a Neck

Cuando entro y veo todos esos cuerpos... No, lo peor no es eso. Lo peor es cuand me doy cuenta de que algunos de ellos siguen vivos. Están rotos, medio destrozados, y sin embargo, aun viven. Como una máquina que ha sido gravemente dañada y, entrechiporroteos de agonía, todavía trata de funcionar y moverse para hacer lo que está diseñada a hacer. Si fuesen máquinas, yo mismo las desactivaría. Supongo que en el fondo los hombres son máquinas creadas por el Dios-Emperador.

No quiero matarles a tiros. Una máquina puede ser descativada con un disparo, pero la manera correcta es cortando el cableado para que cese el flujo de alimentación y así muera en paz. Por eso saco mi hacha y me acerco a los que todavía se mueven, para ayudar a Kaarl a terminar el trabajo que hemos empezado.

Neckera continúa su camino, sin dejar lugar a la piedad ni por un sólo instante. Fría y eficaz, ella es una buena máquina del Dios-Emperador, también. Sin embargo, el padre Goran se niega ni siquiera a decir una plegaria, y de repente parece creer que goza de una suerte de infalibilidad delirante.

- ¡Pero que te has creido! - espeto al sacerdote - ¡A estos hombres los hemos matado nosotros! ¿Ves símbolos del caos por alguna parte? ¡Puede que hayan sido engañados para trabajar para el caos, pero no son siervos del caos, y decir lo contrario no nos hará mejores a los ojos del emperador! ¡Así que ahora dirás una plegaria por sus almas, para que el Emperador acoja como mártires a estos diseños suyos! ¡Y luego podéis decidir si ayudarme a rematarlos a todos, o seguir sin mí!

- ¡Hábrase visto! ¡¿Cómo te atreves a discutirme a MÍ sobre teología?! Si esos tiparracos se dejaron engañar por los viles servidores del Caos es que sus almas impuras no fueron capaces de discernir el mal que guiaba a sus señores y, por tanto, estaban condenados de antemano. Únicamente hemos sido la mano ejecutora del Dios-Emperador de Terra. Asúmelo y sigue adelante.-

le espetó Göran a Elius claramente convencido de la verdad de sus palabras. Por algo se había tragado media vida estudiando las creencias e idiosincrasia imperial. Pero era normal que los legos en teología a veces osaran discutir a las mentes iluminadas en religión. Era en esos momentos cuando más eran necesarios los pastores, para guiar al rebaño.

Valkrist vió al líder de los científicos pululando por el lugar y se acercó corriendo hasta él, lo enganchó del cuello y lo arrastró hasta donde estaban sus compañeros. La idea era interrogarlo y que cantara todo lo que supiear acerca del túnel.

No podía ser verdad, si, algunos estaban sordos, pero ¿Lo estarían todos si quedaba más gente viva? Desde luego eso debía haberse oído desde lejos, así que me encaminé hacia los dos sacerdotes, cada uno en su campo, y pasando entre ellos los empujé a un lado a cada uno. No me detuve, solo dije en voz baja. Dejarlo ya joder, esa chorrada se acabó, menos ostias entre nosotros y a trabajar. ¿Queda claro? Si tenéis ganas de pelea me juego algo a que ahí delante tenéis voluntarios. Ya los había rebasado cuando añadí. Y venga, nos estamos quedado atrás, hay que seguir el ritmo.

Neckera había pasado la puerta clavada y estaba al otro lado de la misma. Supuse que estaba cubriéndonos para que cruzásemos sin problemas, así que me agaché y crucé también, y una vez al otro lado, me desplegué y me puse alerta a cubierto. Activando el comunicador dije al resto. Venga venga, vamos, os cubrimos.

Bellim cerraba el grupo. Estaba bastante impactado, pero no eran los cuerpos y tullidos que iban encontrando... Esos iban a morir de una manera o de otra si querían llegar a su objetivo. Era la idea de que no hubiesen podido evitar una masacre así contra gente que no podía defenderse ya...

-Debieron rendirse... -susurró el psíquico mientras miraba a su alrededor.

Tras presenciar la acalorada discusión de sus compañeros, Magnus decidió que debía invertir el tiempo en algo más de utilidad. Torció la boca y se acercó al científico que había traído su compañero.

-¿Ves? Todo esto ha pasado por una enorme mentira... Ahora vosotros estáis en el lado correcto. No os equivoquéis... ¿Dónde está la pieza? Necesitamos que nos guíes por la excavación... -le dijo intentando mantener un tono tranquilo para que el científico no se echase atrás.

El científico es abordado por Göran y Bellim a la vez. Los mira a uno y a otro, mira a su alrededor, la oscuridad lo rodea, y casi podéis oír el CLACK, de su mente al romperse. Varios de vuestros compañeros ya están al otro lado de la puerta, y se sobresaltan cuando oyen el triple disparo de la escopeta del científico.

No saben que ha pasado, pero Göran y Bellim pueden contarlo, por los pelos, al resto del equipo cuando solucionen el problema. El científico quedó trastornado, tanto que comenzó a lanzar frenéticas carcajadas que inundaron el túnel !!!!!JAJAJAJAJAJAJA, JUUUUJUJUJU, JAJAJAJAJAJAJA!!! Era el sonido de la locura, y también lo fue la ráfaga de postas que acompaño a las risas. !!BUMM BUMM BUMMM!!

El científico se abalanzó a por el arma del soldado segado por la ametralladora de Neckera, tan solo tuvo que agacharse y hacerse con ella, y dado que el seguro estaba quitado, al apretar el gatillo lanzó tres cartuchos con sus postas contra Göran, haciendo que las diminutas balas de cada proyectil rebotaran en toda la placa protectora de ceramita del Páter. Sus manos resbalan por el arma, buscando de nuevo el gatillo...

- ¡Joder!-

gritó Valkrist cuando el científico ido le ensartó una ráfaga de postas en pleno cuerpo. Menos mal que la armadura que llevaba le paró los perdigonazos, si no quizá no lo contara. El páter se cabreó bastante, un impío hijo del pecado se había atrevido a abrir fuego contra él, que les había prometido el paraíso si se portaban bien.

No podía permitirlo. El páter alzó su subfusil - que hasta el momento no había hecho absolutamente nada contra sus enemigos- y apretó el gatillo. Una salvaje ráfaga de disparos salió del cañón y atravesó limpiamente al científico. La sangre brotó por doquier.

- Hijos del mal, aprenderéis a respetar la verdadera Fe.-

dice por lo bajo Göran mientras baja el arma.

El científico salió disparado hacia atrás tras recibir la furiosa ráfaga del padre Góran. Los proyectiles especiales que el arma tenía en sus cargadores no tuvieron problema alguno en penetrar la carne de su blando cuerpo, y explotar en su interior. Prácticamente lo segó por la mitad. El doctor en Xeno-Arqueologia acabó sus días de investigador en jefe tumbado contra una pared, con las manos sujetando las entrañas que escapaban como un torrente por el terrible orificio que había en su abdomen.

Los demás científicos que había en el lugar, y que vieron lo sucedido, decidieron que realmente SI habían sido engañados, y decidieron salir de ahí a toda velocidad. No podían creer lo que estaba pasando, así que chillando y llorando emprendieron el camino de regreso a la superficie, con la esperanza tanto de huir de la horrible imagen que había a su alrededor como de los amenazantes guerreros que estaban acabando con todos.

Ya no sabía que pensar, uno de los "inocentes" científicos había agarrado un arma y casi por poco había separado la cabeza del cuerpo a nuestro peculiar compañero. De no haber sido por su armadura seguramente ahora estaría con los angelitos, rezando plegarias y abatiéndolos a tiros a todos. Un caos en el paraíso. Ya no podíamos fiarnos de nadie, ni los científicos se salvaban... ¿Que podrían hacer ahí fuera sin vigilancia? Mil cosas... Solo quedaba una posibilidad, y que el trono me perdonase si me equivocaba, pero no iba a exponer más a mis compañeros.

Mi mano fue directamente al cinturón donde pendían las granadas, y al tacto localicé la indicada como fragmentación. De un tirón me hice con ella, y extraje el pasador de seguridad, para luego dejar suelta la espoleta durante un par de segundos, para que la explosión fuera precisamente donde yo quería. Mi brazo se esforzó en lanzarla recta, sin parábola, pues en el túnel no había sitio. El lanzamiento fue perfecto, justo en el medio del grupo que huía.

Una detonación, una llamarada bastante fugaz, y una niebla roja que se extendía en torno a la deflagración. Eso fue todo. No fue preciso más. El problema había quedado zanjado. Ya... ya está, no nos podemos fiar de nadie, ahora debemos ir a por todas, hemos sacrificado mucho por llegar hasta aquí, no quiero que perdamos a nadie más ¿Me oís? Concentración, y precisión... Vamos a ello.  Los susurros ya no tenian sentido tras tantos disparos y detonaciones.

Junto a los compañeros que ya estaban al otro lado pasé la puerta que al parecer marcaba un punto de inflexión en el lugar.

-severus llevaba un rato esperando junto con Neck al otro lado de la puerta destrozada, cuando de improviso empezó a oir disparos provinentes de la entrada.
¿Que ocurre? ¿Estaís todos bien?

Tras cruzar la puerta clavada como si de un objeto cualquiera se tratara, los miembros del equipo que se encuentran al otro lado descubren que el túnel desciende en una pequeña pendiente 20 metros y después realiza un giro de 90 grados hacia la izquierda, también con una ligera inclinación.

Desde la esquina que hace el camino llega una leve luz intermitente, que rompe con la oscuridad que hasta ahora presentaba el túnel. La explosión habrá dañado algunas de las luces por la vibración, pero otras aun permanecen operativas. El grupo no tiene ni idea de cómo es aquel lugar, de si faltaría mucho hasta llegar a la sala nueva de la que el científico había hablado antes de su repentina muerte tras los recientes acontecimientos.

¿Habría más bases como aquellas cerca de la zona? ¿Después del ataque inicial habrían logrado avisar de que estaban sufriendo un asalto? El tiempo corría y era difícil averiguarlo, por no decir imposible.

- Abreviando, hijos míos. Vamos a ver si completamos nuestra misión: adentro.-

propone Valkrist. No estaba el asunto como para andarse con sutilezas y prejuicios. Había que actuar con celeridad y cumplir con los objetivos.

Menuda masacre, esto lo cuentas por ahí y no te creen. Pero seguro que saco material para unos cuantos sermones que acojonen a los feligreses. Vaya que sí.

Ante el comentario casi cómico del Pagre Göran, Severus no puede hacer mas que negar con la cabeza y comentar:
Vera, pater, si no perdiera usted tanto el tiempo acabando con científicos podríamos continuar, eso claro sino ha dejado nadie vivo atras...