Partida Rol por web

Bauberg sale de la oficina parapetado tras su abrigo de paño contra el frío inmisericorde. La humedad se cala hasta en los huesos y realmente no entiende como esos estibadores pueden estar trabajando prácticamente en mangas de camisa.

El olor a sal marina y el ayuno hacen que al bibliotecario le suenen las tripas, con un rápido ademán trata de controlarlas posando una mano sobre el estómago.

El olor a sal marina me abre el apetito. Creo que podemos esperarles en el café donde dijimos y tratar de dar una pensada a todo esto delante de un café y una porción de tarta de manzana casera. No llego a entender porqué tu amigo el escritor llevaba la condenada fotografía encima...

Al salir de nuevo a la calle, no puedo evitar echar un vistazo al cielo encapotado. Tras ponerme los guantes, alzo los cuellos del abrigo y los junto a la altura de la garganta.

Cualquier lugar será mejor que deambular por la calle. Y ese café parece un buen lugar para intentar planificar nuestro siguiente paso.

Todo esto del barco está resultando tan complicado como buscar una aguja en un pajar.

Mientras caminamos hacia el café que ha indicado Paul, voy meditando sobre todo este asunto de la foto y el barco. Transcurridos unos minutos, me giro para mirar a Paul

¿y si lo que quería representar esa foto no era el barco, sino otra cosa? ¿como el hotel Chelsea?