Tomas entrá como puede esquivando los obstaculos, hace intención de dejar la maleta en el suelo, pero por falta de espacio, decide mantenerla en la mano. Mira a su interlocutor y responde.
-Si, por favor digale que ha venido Tomas Goldberg a buscarle. Muchas gracias.-Está a punto de marcharse, cuando vuelve.-Disculpe, ¿puede recomendarme algun hotel en el que me pueda hospedar?
El "Bristol Eastside" es muy cercano y cómodo. Se encuentra un par manzanas mas al Sur, por Lexington Avenue. le transmitiré su mensaje cuando vuelva a llamar, señor Goldberg
-Gracias por la información, digale al Sr Jackson que estaré allí descansando del viaje. Que tenga un buen día.
Tomas sale de la editorial y va en busca del hotel.
Cuando lo encuentra, entra y solicita una habitación. Se acomoda en ella, se ducha y saca sus anotaciones para darles un repaso, hasta que le llame Jackson.
La decoración de las habitaciones es sencilla. La cama es cómoda y la habitación y el baño estan limpios. Desde tu ventana incluso hay una vista bastante agradable al bullicio de Manhattan Sur, el corazón de la ciudad que nunca duerme.
Pasan dos largas horas esperando a que alguien venga a buscarte (no hay teléfono en las habitaciones todavía a estas alturas de siglo XX).
Finalmente alguien llama a la puerta con un par de golpes firmes y enérgicos seguidas de una voz que te llama con un marcado acento de Brooklyn.
¿Señor Goldberg?
Tomas estaba repasando sus anotaciones, cuando unos golpes en la puerta le sacan de su estudioso trance.
-Eh, si.-se sobresalta.-Un momento ahora voy.
Se restrega los ojos, se levanta y abre la puerta.
Un uniformado botones de apenas 18 años, pelirrojo y pecoso, con fuerte acento de Brooklyn se encuentra frente a la puerta de tu habitación.
Disculpe que le moleste, señor Goldberg. Veo que estaba descansando... disculpe pues mi intromisión. Tiene una llamada telefónica de un tal señor Elías. ¿Le importaría bajar a recepción, o he de decirle que está descansando y que llame mas tarde?
La expresión de Tomas torna a una de satisfacción al escuchar las palabras del botones. Guarda la compostura y le contesta:
-Muchas gracias, ahora mismo bajo.
Tomas baja hasta donde se encuentra el teléfono, se coloca a la altura del altavoz en la oreja y pregunta con la mano en el microfono:
-¿Jackson, está ahí?
¿Aló? ¿Tomas? reconoces la voz de Jackson, aunque un tanto agitada y nerviosa.
Escucha, vente a verme a eso de las 20 horas. Tengo tanto que explicarte... habitación 410 del Hotel Chelsea. En la 23, ¿me oyes? 23 Oeste.
El timbre de voz es el de Jackson, pero.... Está tan raro, tan ansioso, tan nervioso, tan críptico.
-¿Jackson?-Tomas iba a preguntar algo pero ya había colgado. Cuelga el micrófono en el teléfono y algo preocupado sube a su habitación.
Rápidamente busca la dirección en el callejero y la señala apuntando tambien la habitación del hotel. Mira su reloj.
¿que hora es?
¿está cerca?
18 horas.
Manhattan, no demasiado lejos. Calculas unos 20 minutos andando, o mucho menos en el tren suburbano, cerca de Chelsea Park.
Tomas está ansioso por entrevistarse con Jackson Elias, no para de dar vueltas mirando el reloj cada dos por tres, revisa sus papeles una y otra vez...Aun quedando mucho tiempo para la hora de la cita, recoge sus pertenencias se abriga y sale en dirección al hotel en el que se hospeda Elias.
ya lo esperaré allí- piensa mientras vuelve a mirar su reloj, que marca las 19:04