Sonrío con amabilidad a la vez que tomo asiento.
-Hemos oído lo que le ha pasado a tu marido, nos gustaría presentar nuestras condolencias-. Hablo de parte de las dos, espero que a Violant no le importe-. No debemos perder la esperanza, aun cuando todo parezca perdido.
Sé que no es bueno alentarla, cuando lo más seguro es que esté muerto, pero si estuviera en su lugar preferiría pensar que está en algún lugar con vida.
-Hemos oído pocos detalles, sólo sabemos que partió como de costumbre, pero no volvió. ¿Sabes a qué lugar fue?
La mujer te mira con ojos temblorosos pero no llora. Parece más allá de las lágrimas.
-Lucas llevaba ya semanas volviendo a la playa de vacío. Decía que los peces habían huido de las costas, que había algo en el agua que los atemorizaba. Aquella mañana dijo que había tenido una idea, que había animales en el mar que no podían moverse, los moluscos.
No muy lejos de aquí, entre la segunda y la tercera bahía hay una zona donde la tierra penetra en el mar, una zona de acantilados y de rocas afiladas que surgen de las olas. Decía que su padre siempre le dijo que allí había almejas y mejillones. En un momento en el que todo el mundo se alejaba de tierra él pensó que nadie habría pensado en esa posibilidad. Salió por la mañana junto a mi hermano y un amigo, Marcius. La pesca de moluscos es algo muy peligroso, hay que controlar los embites de las olas sobre las rocas y aprovechar la marea baja. Supongo que pagaron cara su inexperiencia.
Entonces baja la cabeza y empieza a temblar.
Yo les rogué que no fueran, había tenido sueños horrribels la noche anterior. Tenemos un hijos de apenas unos meses... Ahora se ha quedado sin padre y sin tío, sólo nos tiene a mi madre y a mi.
Se lleva los dedos a los ojos como si le doliera la cabeza y se queda en silencio.
Por lo que nos cuenta la mujer, no parece haber nada extraño en la desaparición de su marido. Tal y como dice, lo más seguro es que se haya caído al intentar coger los moluscos. Una roca mojada no es el mejor lugar donde pisar.
Miro a Violant para ver si piensa lo mismo que yo. No conseguiremos sacar nada en claro, aunque puede que sepa algo más sobre el motivo de por qué los animales huyen. Por probar, no perdemos nada..
-Has dicho que hay algo en el agua que asusta a los peces, ¿sabes de qué se trata?
Nadie lo sabe chiquilla. Algunos dicen que puede que el agua este envenenada, pero mi marido creia que habia alguna clase de animal o criatura de las que los peces huían. Es un rumor entre la gente de mar, gente supersticiosa...
Ya que vamos a tener que patrullar la costa podemos intentar averiguar que le sucedio a su marido, señora.
Violant parecía seria y sumida en sus propios pensamientos.
PNJ
Asiento a las palabras de Violant. Aunque no encontremos ningún rastro de su marido, al menos lo habremos intentado. Es lo mínimo que podemos hacer por ella.
-Si averiguamos algo, serás la primera en saberlo-. Medito sus palabras en silencio. Los rumores siempre esconden algo de verdad-. ¿Y sabes qué dicen los rumores?
Os lo acabo de decir, dicen que los peces huyen de algo. Nadie sabe de qué se trata.
La mujer parece algo contrariada por tener que repetirse.
¿No podriais ayudarme a comprar algo de pescado? mi hijo solo come pan desde hace mucho...
Claro que sí, señora. Exclamo desde detrás de mis amigas, asomando la cabeza entre ellas... meto mi mano en mi monedero y le otorgo unas monedas... tenga! para sus hijos!
Le entrego 4 monedas de oro.
-Gracias por la información.- Agradezco con un gesto la amabilidad de Nok. Hasta ahora no sabía que estaba pendiente de la conversación, claro que en la posada no hay más ruido que el nuestro-. Ha sido un placer.
Me levanto de la silla, dado que la conversación ha terminado, y salgo fuera. Me quedo al lado de la puerta, esperando para ver si alguien me sigue.
Salis Nok y tu junto a la loba de violant. La druida se queda conversando con la viuda, tratando de tranquilizarla.
- El aspecto aparentemente dejado de la aldea, muestra la pobreza y la falta de prosperidad de la zona, si es que en algún momento la hubo...
- Mirare en la playa y las rocas... quizás encuentre algo que nos sirva de punto de partida, si hay cuevas las encontraremos...
- Zelmar observa a su alrededor, seguro de que si obtiene información, no sera de estas gentes - Aquí no hay casi nadie...
Arielus asiente con la cabeza mientras mira a las pocas personas que encuentran en las afueras de la taberna. Tras eso encamina sus pasos junto a Zelmar en dirección a la playa para tratar de revisar la zona.
- Vayamos pues, sin duda que esta gente no parece saber gran cosa de lo que sucede, pero me extraña que no haya un templo, por pequeño que sea, algún sacerdote a quien esta gente tenga a bien contar sus penurias.-
- No se muy bien cual es el propósito de los dioses, pero si que se que no atienden a todos por igual... - Zelmar camina junto a Arielus, sin preocuparse en que el comentario pueda ofender.
- esperemos que el camino sea transitable, no quisiera tener que trepar por esas rocas...
Me he equivocado, Zelmar y Arielus ya estaban fuera, no salen de la taberna. Sorry. borro lo anterior.
Avanzais hacia la playa, sorteando una buena docena de barcas medio enterradas en la playa, sin usar desde hace tiempo. De vez en cuando, os cruzais con una mujer. Unas visten sobriamente, otras, muchas, visten de negro. Llegais a la altura de una docena de ellas que están cosiendo una red. Aquí el olor del salitre os inunda la nariz y el sonido de las roolas rompiendo contra las rocas os rodea.
Al poco ves salir a Nok y a aLobezna. Violant parece que se ha quedado calmando a la viuda. A lo lejos, distingues las figuras de Arielus y de Zelmar, avanzando cerca de la playa.
No me has entendido, Pol. Ari y Zelmar estan a tomar por culo de lejos, en la playa. tu estas en la taverna. Los ves como homriguitas a lo lejos. modifica, por favor.
Tras permanecer unos segundos en la puerta, pensando qué hacer a continuación, me pongo en marcha seguida por mis acompañantes. No tengo un destino claro, así que me dedico a pasearme a la par que intento adivinar el estado de ánimo de los lugareños con los que nos cruzamos. La información que podríamos reunir sobre los extraños sucesos no puede ser más extensa de lo que ya sabemos: simples rumores, alentados por el extraño comportamiento de los peces. Además, en estos momentos, lo más importante es encontrar al druida, y no veo ninguna relación entre esto y él. Ya veremos lo que pasa.
Ahora entiendo por qué no estaban marcados en el mensaje xD
- Zelmar se inclina hacia Arielus y con una voz lo suficiente para que le oiga pero lo justo para que no se note que dice - Casi mejor que hables tu, ya conoces mis formas y no creo que merezca la pena desperdiciar la información por culpa de una impertinencia por mi parte
- Zelmar mira a su compañero con una sonrisa típica de un niño que no ha hecho nada malo pero tiene intención de hacerlo - Además, tu eres medio sacerdote... quiero decir que casi podrías dar misa y estas mujeres necesitan el consuelo de un dios bondadoso o el de un hombre portentoso, porque por lo que veo hay mas de una que no prueba los placeres de la vida, no se si me explico jeje
- Zelmar, el elfo asesino, ladrón y en ocasiones mala persona, da un paso atrás y a la derecha para dejar que Arielus quede en primer plano delante de el y así las mujeres no presten atención al pícaro, que se mantiene oculto tras las espaldas del hombre de dios...
Arielus niega con la cabeza mientras sonrie a las palabras de Zelmar -Como quieras amigo, veamos que sale de todo esto.- Le dice antes de acercarse a las mujeres.
Dicho esto el clérigo se acerca sonriendo hacia el grupo de mujeres y carraspeando se dirige a ellas - Buenas tardes tengan mis señoras, veo que tienen una ardúa tarea entre manos pero quizás tengan a bien el prestarme algo de su tiempo.- Les dice cortesmente.
Jefe si hace falta alguna tirada de diplomacia o algo asi dimelo.