Aún con restos de sangre, y las dos mochilas a la espalda avanzo por la isla. El táser en el bolsillo me garantiza seguridad, pero las visiones del mutilado Kenji me ponen la piel de gallina, bueno, ya esta, olvidalo, ahora solo queda encontrar a Watanabe y salir de este infierno, pienso.
Vengo de la casilla [9,20]
Continúo descendiendo, esta vez silenciosamente en busca de Watanabe.
Avanzo hacia la casilla [11,19]