A unos pocos metros del templo, veo a la lejanía una pequeña cabaña, a ver si vuelvo a tener suerte y encuentro algo interesante en su interior, pienso con una sonrisita en los labios. Camino silenciosamente escondiendome entre los arboles y sin dejar de mirar a mi alrededor, mientras me encamino.
Una vez llego, antes de entrar busco alguna ventana para asomarme.
Entro de la escena [3,17]
mientras avanzas puedes observar que la cabaña no es como te la esperabas, es una construccion de piedra, utilizada de la zona es una sola habitación bastante pequeña y solo tiene una entrada, el techo también de piedra esta rellenado de tierra ya cubierta por vegetacion, si no fuera porque sabias que había una caseta por aquí quizás no la hubieras encontrado nunca, sin duda es un buen refugio para pasar la noche y fácil de defender, el problema es si no te dejan salir que no hay escapatoria
Los ojos me brillan al encontrar lo que, a mi parecer, será mi refugio durante un rato, así podré comer y descansar tranquila,, pienso mientras avanzo al interior de la misma. Si la luz fuera insuficiente, tanteo con mis manos el interior del refugio, mientras que, con el espejito de mano que he encontrado en el neceser intento reflejar los pocos focos de luz que ahí se filtran. Lo miro bien, de arriba abajo, buscando al mismo tiempo útiles que me puedan ayudar.
la habitación esta completamente vacía, parece que nunca ha sido una vivienda propiamente dicha, mas bien como refugio, en el suelo también de tierra se acumula el polvo y las malas hierbas.
es tipo refugio de pastores pero algo mas grande
Tras la rápida inspección a la cabaña, me siento unos momentos para comer la mitad de uno de los bocadillos que hay en la bolsa. Le pego un par de tragos a la cantimplora, y me pongo en marcha hacia dónde creo poder encontrar a Watanabe, en el comunicado lo situaba al sur de aquí... tiraré por ahí.
Me dirijo hacia la zona [4,18]