Partida Rol por web

El aldeano responde a las preguntas de Shiroi Somos pescadores, pero ya no podemos adentrarnos en embarcaciones dentro del lago, pescamos con cañas cerca de la orilla dice también respondiendo al Unicornio lo he visto personalmente, se forman remolinos y ahoga a los pescadores que van montados en ella. Los samurai Avispa lo saben y han enviado comunicados, pero por algún motivo que desconocemos aún no han mandado ayuda para solventarlo. Lleva sucediendo desde hace se pone a hacer cálculos mentales yo diría que un mes.

Por otro lado, el pescador parece no haber cogido la indirecta de Kaori a la que mira sin decir nada, como intrigado.

Shiroi escuchó en silencio los datos que el heimin le ofrecía, y reflexionó sobre ellos. Junto a ella, también Aswad expuso sus propias dudas, en esta ocasión acerca de su sueño. A ella también le hubiera gustado sacar más datos del mensaje de Hiroaki… pero al parecer, el críptico sueño que el monje le había enviado no apuntaba nada más que el lugar.

Con sutileza, dejó que el heimin se adelantara unos pasos por delante de ellos, hasta que estuvo segura de que sus palabras sólo serían escuchadas por sus compañeros. Su particular compañía ya era lo bastante llamativa como para provocar que los sirvientes pudieran extender rumores.

-Me temo que en mi sueño no vi otra cosa que este lago, Aswad-san. –Contestó girándose hacia el bushi Unicornio para responderle. Los ojos negros de la ronin parecían querer pedir disculpas por no poder ofrecer nada más. –Sin embargo, tu propuesta de comprobar qué ocurre con esos remolinos… me parece interesante. Querría ver con mis propios ojos de qué forma el lago devora a los que se atreven a tocar sus aguas.

-Por otro lado, si ocurre desde hace un mes, entonces sin duda está relacionado con el Pergamino abierto. Debemos movernos rápido, antes de que pueda hacer más daño. –Hizo una pausa, en la que frunció ligeramente el ceño. En realidad, la idea de lidiar con espíritus resultaba molesta a Shiroi. Dado su estado de ánimo, hubiera estado mucho más dispuesta a enfrentarse con alguien de carne y hueso... alguien con quien poder liberar todo lo que estaba soportando a través de su espada. -Acudamos con el heimin hasta la aldea, observemos el fenómeno… aunque antes de poner un pie en el lago, querría que Kaori-san tratara de hacer las averiguaciones que crea convenientes.

El León había permanecido apartado de la conversación, observando a la distancia las difusas brumas que comenzaban a formarse sobre el lago. La límpida superficie del agua solo lo infundía de una bienvenida paz interior, y ciertamente le costaba imaginar que aquel paraje sereno y apacible pudiera albergar las terribles amenazas que referían los aldeanos.

Sin embargo, tal parecía que debía empezar a acostumbrarse a semejantes sucesos. Pues con la presencia del Maligno cada vez más evidente dentro de las fronteras del Imperio, estaba claro que debían de estar preparados para cualquier sorpresa.

- Si finalmente vamos a desviarnos hasta la aldea... - comentó finalmente con aire ausente, sin dirigirse a nadie en particular, aunque todos pudieran escucharlo -... quizás podamos también intentar presentarnos al señor de estas tierras. A menos que debamos tomar un camino muy distinto.

- Creo que es lo que corresponde. Y supongo que se alegrarán de vernos. Hace tiempo que ha enviado por ayuda, y quizás seamos nosotros lo más parecido que el Imperio puede permitirse por estos días.

- Ehh !! Pescador !!! - vociferó a la distancia, tratando de cubrir con su voz la distancia que los aldeanos ya le habían sacado en su andar - ¿Qué tan lejos estamos de la morada de Tsuruchi-sama? ¿Podéis indicarnos su dirección?

Asintió en silencio, y optó por preguntar sin ambages ante la cara de incomprensión del heimin...
-¿Qué clase de espíritus hay en estas tierras? Si sabéis sus nombres quizá sea posible invocarlos, hablar con ellos o cuanto menos realizar alguna clase de ritual para aplacarlos. Cuéntame todo lo que sepas -caminaba al lado de los demás, pero se dirigió al campesino sin apartar sus ojos de él. La monje lucía tranquila, sus pasos eran elegantes y gráciles, como si más que andar bailara. No parecía malgastar energía ni desaprovecharla, y su rostro era diáfano y afable
 

Shiba se había quedado al margen en la conversación, poco podía hacer el en el terreno de los espiritus. Lo único que conocía de ese mundo era su veneración.

Las palabras del ex-leon le parecieron razonables.- Me parece buena idea presentar nuetros respetos a Tsuruchi-sama y ofrecernos a prestarle ayuda. Quizás el sepa decidnos de forma más concisa que sucede en el lago.