Mi nombres es Darleen, y aunque supongo que con eso deberia ser suficiente, te diré que trabajo para Graurk, ya sabes, aquel que os ha contratado.
Mi nombres es Darleen, y aunque supongo que con eso debería ser suficiente esta noche estoy de buen humor, así que te diré que trabajo para Graurk, ya sabes, el orco que os ha contratado. - te responde la mujer, sin duda tranquila, o eso te demuestra su tono de voz. - Y no debes matarme por que he venido a ayudarte, - continua, sin moverse, tal como le has dicho. - ...bueno, más bien ayudar a tus compañeros, ya que están en un apuro, y quizás deberías ir a echarles una mano. - se corrige, y aunque no la ves, intuyes que en su rostro hay una sonrisa.
Sobrecogida por las palabras que acabo de escuchar pienso Maldita sea, estos humanos no dejan de meter la pata una y otra vez, para un trabajillo sencillo que tenemos no son capaces de solventarlo. ¿Y Haldor?¿En qué diablos estará pensando para no saber manejar la situación? Si es que... quien con niños se acuesta cagada amanece... En fin no puedo permitirme el lujo de prescindir de ellos, al menos no en este momento, su misma torpeza es mi bendición. No obstante, no te precipites Shyn en el temple está la virtud y en este caso la información.
Ja, ja, ja... dejo escapar una risilla maliciosa antes de empujar levemente mi daga en la nuca de la mujer sin llegar a herirla.
Muy bien, chica lista. Y digo lista por que tus credenciales con el poder me permiten presumirlo, cuestión distinta es que te creas tan lista como para presumir todas las cosas que dices o que piensas.
Como ya te he dicho aquí las preguntas o sugerencias las hago yo y aunque seas el correveidile del Graurk, no debes ni suponer, ni hablar, ni presumir lo que yo debo hacer.
En primer lugar me vas a hablar de los términos del contrato que dices he suscrito con Graurk. Es decir tu primera suposición errónea.
Luego me vas a explicar por qué no he de matarte cuando la ley me lo permite y por qué has venido a buscarme y no los has ayudado tú misma, que tan dispuesta y tan buenas intenciones tienes.
Vaya, parece que es cierto lo que se dice de tí, sin duda eres la lista del grupo. - comenta la mujer, sería, moviendo involuntariamente su cabeza hacia adelante al notar la presión de tu daga. - Pero tampoco te lo creas mucho, querida, quizás no seas tan ingenua como ellos, pero tampoco eres una lumbrera que pueda creerse capaz de dominar y comprender todo lo que sucede. Escucha bien, pues si, te voy a recordar que es lo que te une a Graurk, para que veas que no soy una don nadie,... y que sigo de buen humor. - continua, endureciendo el tono de voz, sin duda algo cansada de ser amenazada por ti. - Llegasteis aquí, y lo primero que hicisteis fue matar a una sacerdotisa, ¿y ahora vienes y me dices que vuestro trato es una suposición errónea? Ja, Graurk os encubrió a cambio del trabajo de esta noche, así que si, tienes, tenéis un contrato con él, un contrato donde romperlo significa vuestra muerta. - te explica, enfatizando las ultimas frases y mostrando por su tono que su buen humor está llegando a su fin. - Así que deja de hacer la tonta, guarda la maldita daga y deja que haga mi puto trabajo. Sanaré tu enfermedad y te largarás de aquí para ayudar a esos idiotas, que tienes como compañeros, a acabar con Greik. Y si no quieres hacerlo, te mataré, incluso antes de que esa daga logre siquiera arañar mi piel. - finaliza, liberando toda su ira, aunque manteniendo un tono de voz no muy alto. - ¿¿Y bien??
Las palabras de la mujer producen una inmensa zozobra en todo mi interior ... ¡Me cago en mi puta vida! Una sacerdotiza de Aeley... la pena capital, el mayor de todos los crímenes que se puede cometer en Azerandos . Los recuerdos de aquel horrible sueño vuelven como flases hacia mi cabeza, la sensación de angustia ante la presencia de Solkan, todo engarza todo puede que tenga sentido, mi anterior vida, mi nueva vida, todo. Quizá no fue un sueño y no soy una elegida de Aeley, sino simplemente una rea llevada a su presencia por cometer el mayor de los crímenes de la ley de Solkan... sin embargo no nos mató, quizá la gran dama no le dejara hacerlo y entonces sí soy una privilegiada...
Rápidamente vuelvo a la realidad y recupero la consciencia. Separo mi daga de la nuca de la mujer y digo:
Es indudable que no me equivocaba al suponer que eras una "chica lista", sin duda tus argumentos son más que persusivos, por no decir que absolutamente incontestables. No me contestes a la segunda pregunta porque la sé, todos saben que eres una lugarteniente de Graurk y por eso no puedes permitir que se te relacione con la muerte del Greik, no obstante ya estás metida en el ajo al haber venido aquí a buscarme...
En fin, saname si eres capaz de sanarme, Amyra lo intentó y no he parado dar vueltas toda la noche, la fiebre está en su apogeo y a mí me tiemblan hasta las canillas.
Por lo de matarme, supongo que lo deberás dejar para otro día... son las órdenes de tu jefe, pero soy consciente de que tarde o temprano tendrás que borrar huellas y esta huella no es de las que se dejan limpiar fácilmente.
Abandono su espalda y comienzo a vestirme, cogiendo todas mis pertenencias... miro de reojo y con cara maliciosa a la mujer para fijar su rostro en mi mente.
¿Y bien? ¿puedes ir contándome qué les pasa a mis queridos "gatitos"?
Al separa el arma de su cuerpo, la mujer suspira, descargando la rabia y se vuelve hacia ti, mostrándose por primera vez. Su piel, de las más blancas que has visto jamás, destaca por encima de todo y su mirada, tremendamente fiera no te deja indiferente, demostrándote que quizás si era capaz de matarte.
Me alegra tu decisión, Shyn. Mi nombre es Kaileena, es un placer. - se presenta, con una leve sonrisa mientras se vuelve y te observa vestirte a la vez que guarda silencio para escuchar tus palabras.
Lo primero, tienes una pequeña enfermedad, seguro que contagiada por esas ratas, pero nada que no se pueda curar, así que estate quieta y déjame hacer. - afirma, tras asentir y sonreír a tus suposiciones mientras se acerca hasta ti, para colocar su dos manos sobre tus hombros. - Será un momento, y luego te sentirás de maravilla. - agrega, antes de empezar a pronunciar un montón de palabras, de las cuales llegas a entender Aelyn y poco más.
Cuando calla, sus manos han alcanzado una alta temperatura y esta, la cual supones es algún tipo de energía divina, se transmite a tu cuerpo con rapidez, surcando cada uno de tus músculos y liberándolos así del dolor. Con el paso de los segundos, en los cuales el calor inunda todo tu ser, empiezas a sentirte mucho mejor, e incluso sientes como tu temperatura, demasiado alta, desciende gradualmente. Por fin, tras varios minutos, Kaileena se separa, satisfecha y sin asomo de cansancio todo y que el conjuro ha durado, por lo menos, tres o cuatro minutos.
Bien, estoy segura de que ahora te encuentras perfectamente, así que hablemos de tus gatitos... Mmm, si, es un buen mote. Pues bien, como sabes han partido a la casa abandonada de las afueras, donde, para que lo sepas, Greik realiza varios de sus asuntos más... digamos feos. Las cosas pintaban bien y fácil, pero tus amigos han sido algo torpes y los guardas los han detectado muy pronto. Todo y que han matado a varios de ellos, ya era tarde, pues ese malparido es demasiado listo, y les ha tendido una trampa, que todo se ha decir, de una gran calidad. Ahora mismo están acorralados bajo un montón de piedras, casi enterrados diría yo, pues el corredor donde estaban se derrumbó, y sinceramente, han tenido mucha suerte de sobrevivir. - te explica, casi de carrerilla, logrando así que no puedas interrumpirla. - Como sea, ya sea por la gracia de Aelyn o pura suerte, no han acabado aplastados por las rocas, pero si acorralados y si no los ayudas, bueno, no creo que les quede aire suficiente como para llegar a mañana.
Sanado de la enfermedad. Ademas, recuperas todos la vida, los ptos de poder, y el aguante.
Perdona mis métodos, pero en este mundo no se puede ser tibia. Acompáñame, pues no conozco ni la casa ni el túnel por el que han entrado. Supongo que habrás tenido tiempo de buscar la mejor manera de sacarlos de allí, a ver como me las apaño para mover tanta roca con la birria de fuerza que tengo. Digo en un tono amistoso y jovial para corresponder al de mi interlocutora.
Sin embargo mi cabeza no deja de funcionar ni de analizar cada una de sus palabras Pero... será cabrona la blanquita esta... ahora sí que estoy echa un lío: resulta que todo el mundo sabe que mi enfermedad ha sido producida por las ratas. Del Drow no me sorprende pues lo cierto es que ambos drow es posible que pertenezcan al mismo grupo al que pretendo unirme. Pero esto sí que es realmente raro. Me mandan liberar a un drow de la prisión de Graurk y ahora su lugarteniente está al tanto y no parece reprochármelo ni lo más mínimo. Pensaba que la inteligencia que me otorga mi raza me sería suficiente para desenmarañar el complicado entramado de lo que está pasando, pero he de reconocer que la complejidad de las situación me está sobrepasando, tendré que ser cauta y esperar, el tiempo pone saca la verdad a la luz y pone las cosas en su sitio, sólo que dejar transcurrir el tiempo en una situación que no domino y no comprendo me puede llevar a la muerte.
Acabo de coger todas mis pertenencias y agrego ¡Lista! Cuando quieras nos ponemos en marcha. Encamino mis pasos hacia la puerta.
Que zorro eres me tienes hecho un lío. Sin querer ser masoquista, pero sigue así, estoy disfrutando tela.
Me quito la chapela con tu forma de dirigir.
Que te acompañe? Vaya, como entenderás eso na va a ser posible, demasiado riesgo. - te reponde la mujer, acercándose a la puerta. - Lo unico que debes hacer es seguir mis indicaciones, ya verás que no tiene perdida. Sal del pueblo por la salida este y sigue el camino, ya verás que tras unos minutos alcanzarás una pequeña subida y tras ella verás una casa, grande, pero en un estado lamentable. - empieza a explicarte, detenida ante la puerta pero con una mano sobre el pomo. - ¿Si? Pues ese es el lugar, busca una trampilla en el interior de la casa, y llegarás al verdadero refugio de Greik, por allí andarán tus compañeros. - continua ejerciendo la fuerza suficiente con su mano como para girar el pomo. - Busca un muro de piedras y en él, algun tipo de mecanismo, eso deberia liberarlos, pero sinceramente, no lo hemos comprobado, asi que te deseo suerte. - finaliza, sonriendote y abriendo la puerta. - Espero que nos volvamos a ver.
Tras su despedida, la mujer abandona la habitación, haciendote un gesto con la mano para que esperes, como si debieras darle tiempo a que ella partiera antes...
Aaah!, se me olvidaba, - te dice de nuevo, apareciendo de nuevo, casi por sorpresa. - te he dejado un caballo abajo, en la puerta, espero que te guste. Y deja pasar unos minutos antes de salir, por si acaso, ya sabes, el riesgo. - finaliza, ahora si, desapareciendo por el pasillo.
Gracias.
Uff, si es que vas metiendiote en casi todas las tramas que tengo pensadas, si sigues así (y espero que asi sea) no podrás acabarlas todas.
:-)
Pd.: Postea aquí, y el lunes te abriré una escena para cuando estes fuera de la posada o el pueblo.
Que tengas suerte tú también blanquita, esperaré un rato y cogeré el caballo. Da recuerdos a Graurk.
Definitivamente esta vez no puedes hacer otra cosa, al menos hemos conseguido un caballo.
Espero un par de minutos dando vueltas a la habitación y cabilando sobre las palabras que he escuchado esta noche.
Venga, no puedes esperar más Shyn tus compañeros se están quedando sin aire...
Que Aeley me proteja. Giro el pomo de la puerta y salgo hacia el pasillo tomándolo dirección escaleras abajo.
Con paso intranquilo abandonas el interior de la posada, en silencio y dejando atrás la puerta que has hallado abierta, sin duda para ti.
Ya fuera, la oscuridad de la noche, rota tan solo por la luz de la luna, parece saludarte con una leve y fresca brisa antes de que divises al caballo del que ha hablado tu visita. Este, atado cerca de la puerta, alza su cabeza para mirarte antes de saludarte con un relincho.
Ahora que la plaza está vacía de gente, la puedes observar mucho mejor, dandote cuenta de que es totalmente circular y de pequeñas dimensiones. Varias calles principales, exactamente 5, desembocan en ella, además de otras tantas, más estrechas y seguramente menos transitadas. Pensativa, montas sobre el caballo y te diriges hacia el centro de esta, donde te detienes para pensar unos segundos.
Una vez lo tienes claro, tomas la calle que crees se dirige al este, la cual, tras avanzar durante unos minutos, desemboca en una pequeña empalizada de madera, quizás de unos 3 metros de altura, que deduces, rodea al pequeño pueblo. Decidida, pues parece que las vidas de tus compañeros dependen de tí, encaminas a tu montura hacia allí. Cuando la alcanzas ves unas grandes puertas de madera, abiertas y custodiadas por varios grandes orcos, que te miran extrañados, seguramente por las horas, pero lejos de molestarte se dedican a observarte abandonar el pueblo el silencio...
NO POSTEAR.