Partida Rol por web

Habiendo evitado el escupitajo del bicho, cargo contra ella, cogiendo el estoque con las dos manos y tratando de ensartarla cual pincho moruno... Pero veo pocas posibilidades de éxito en mi táctica.

Al menos, caeré luchando...

TRas ver como el escupitajo pasa por tu lado, reaccionas con rapidez y arremetes con fuerza con tu estoque, lanzando una estocada hacia el viscoso cuerpo de tu adversario....

Clack!! - El golpe de tu espada contra el suelo, seguido de la dura vibración que te ocasiona en el brazo, no te sorprenden tanto como el hecho de ver tu arma atravesar, hasta el suelo, el gelatinoso cuepro de la babosa.... Sorprendida, observas, durante unos instantes, como un humillo surge del cuerpo de la babosa y rápida e inteligentemente extraes tu arma, pero ya es demasiado tarde, y cuando esta surge del viscoso cuerpo ya ha sido totalmente reducida a polvo, alli donde ha entrado en contacto con la criatura...

Sorprendida por la desaparición de mi estoque, estoy más convencida que nunca de no dejarme golpear por este temible gusano.

Tú lo has querido, bicho asqueroso... ¡No me dejas otra salida!

Levanto las manos hacia lo que me parece que puede ser el rostro del bicho e invoco los Fuegos Fatuos, tratando de asustar, deslumbrar y despistar a la criatura subterránea... Mientras yo busco una posible solución al "problemilla".

Las pequeñas luces o fuegos danzantes rodean a la babosa, la cual se enconge sobre si misma, al parecer asustada, mientras mueve sus cinco ojos en todas la direcciones. Tras uno instantes, intenta moverse hacia atrás, alejarse de los fuegos, pero al verse rodeada acaba por quedarse inovil, encogida como un acordeón y produciendo un leve sonido, similar a un gimoteo...

Mientras observas la reaccion de la criatura relajas un tanto la tensión de tu cuerpo y mente a la vez que meditas sobre tu siguiente acción...

Vale, has ganado algo de tiempo... Ahora trata de hacer algo útil con él.

Registro la caverna en busca de otra salida. Si no la hay, creo que voy a tratar de trepar por la pared de la cueva y hacer caer una estalagmita sobre el cuerpo del gusano; no creo que pueda arrancar ninguna de las que crecen en el suelo, Shyn es bastante débil... Pero me da que ni siquiera logro iniciar la escalada.

Con la idea en mente de hacer caer un buen trozo de piedra sobre la criatura te giras sobre ti misma, en busca de algun lugar por el que poder trepar y lograr tu objetivo... pero te es imposible. Las humedas piedras son resbaladizas y tan solo consigues aguantar unos instantes sobre ellas antes de resbalar al suelo...

Fustrada al no poder realizar tu idea, te vuelves a girar para observar a la criatura y es cuando descubres, a la derecha y tras ella, un pequeño grupo de estalagmitas y estalactitas caidas y rotas. Desde tu posición ves que varios de esos trozos podrian ser tan largos como tu estoque o similar, aunque lago más gruesos...

La babosa continua aterrorizada e inmovil...

¡Al fin un golpe de suerte! ¡No lo desaproveches, chica!

Shyn ya casi se vé salvada: se dirige hacia un montoncito de estalagmitas caídas (o estalagtitas, jamás logró saber cuáles eran cuáles) y agarra una con sus dos manos, -¡UNGHF!- con todas sus fuerzas, y con un grito, carga de nuevo contra el bicho, esperando que no sea también capaz de deshacer la piedra...

El trozo de piedra elegido, ya sea parte de una estalagmita o de de una estalactita, golpea con fuerza sobre la blanda carne de la babosa la cual cede ante tu arremtida con suma facilidad, rompiendose por numerorosos lugares... La criatura, chafada ante el impacto tiembla levemente por un instante, antes de caer muerta al suelo, rodeada de la misma extraña sustancia que momentos antes te habia escupido, y que reconoces como uan especie de peligroso ácido.

Cansada tras el combate, te retiras un par de pasos, apoyando tu espalda en la fria y humeda piedra de una de las grandes estalagmita que te rodea, sin dejar de mirar a la destroza criatura que has matado. Lentamente calmas tus pulsaciones mientras recuperas el aliento....

Bien... Shyn 1 - Diosa 0. Vamos a ver qué tenemos por aquí.

Inspecciono la sala, buscando una puerta de salida, como las que ya me he encontrado hasta ahora. Si no la hay, uso otra estalactita para revolver entre los restos del bicho, con-mu-cho-cui-da-do, no sea que la llave estuviera dentro de su estómago o algo parecido.

Tanteo las paredes y escucho tras ellas, tratando de encontrar algún punto más delgado. Empiezo a necesitar salir de aquí, estoy fría, asustada, cansada, hambrienta y a oscuras en compañía de un bicho muerto por cuyas venas corría ácido. Esta situación no me gusta nada.

Tras revolver los restos de la babosa, y no hallar nada, te vuelves en todas las direcciones, y tan solo ves la inmensa caverna, sin fin, en la que te hallas. Por ningún lado ves la supuesta pared que delimita la caverna, y tan solo estalgmitas y estalactitas parecen acompañarte en la oscuridad que te rodea.

Enojada y cansada del maldito lugar, afinas tus oidos, quizás buscando un sonido diferente al continuo goteo del agua....

Perpleja escuchas con atención, y no tardas en percibir un ruido no muy lejano... de voces, y aunque no distingues lo que dicen si puedes asegurar que hay más de una. Pero junto a ese sonido escuchas otro más, más suave y lejano, pero que logra asustarte, pues es el mismo que realizaba la babosa, ahora muerta, al moverse. Este parece provenir de la misma dirección, aunque no acabas de estar convencida, pero de lo que si estás es que es más lejano que las cercanas voces...

Shyn se encuentra ante un complicado dilema: por una parte, debería mantenerse tan alejada como pueda de un bicho como el que acaba de atacarla, ya que hasta ahora ha tenido bastanta suerte y ya se ha quedado sin su poder mágico... Pero por otro lado, si quiere salir de este complejo de cavernas, algo le dice que no lo logrará sola. ¿qué hacer, qué hacer? Además... ¿Y si resulta que esas voces son de enemigos, y no de posibles amigos? Quizás la solución entonces sería permitir que perdieran sus armas en el cuerpo del gusano, así no podrían atacarla a ella con sus trastos.

Sea como fuera, Shyn no podía consentir que hubiera otros seres racionales vivos cerca de ella sin saber si eran amigos o enemigos, o sea que al fin decidió acercarse a aquellas voces. Lo hizo sin vigilar mucho, porque sabía que tarde o temprano, si iban a por ella, terminarían descubriéndola.

"Espero que sean amigos", fue su último pensamiento...

Una vez tomada la decisión, te pones en movimiento, avanzando en la dirección en la que crees que provienen las voces. Poco a poco estas crecen de intensidad, lo que te indica que caminas en la direccion adecuada, y te das cuenta de que al menos son cuatros personas las que hablan. Por fin el sonido empieza a llegar mas nítido, y las palabras, pronunciadas en común, llegan a tus oidos con claridad, señal inequivoca de que andas muy cerca.

En silencio, te detienes un instante a escuchar, pues seria una ventaja interesante...

- ¿Puedes ...... algo c..... heridas? - escuchas decir a una voz masculina.
-Tyri..., mi nombr.......yra y ..... dejas intentaré ......dan esas ....ridas... - le responde otra, en esta ocasión femenina.

Tras escuchar, más o menos, lo que se habla, deduces que las voces provienen de tu derecha, a muy poca distancia...

Parece....... tenemos un guía .......... de este laberinto,si sabes ........r,seguro ...........salir,o por lo .......... eso espero....por otra par............osas,funden el .......... mi también me ......... mi espada,ahora uso este...........alactita,que las dej.........rtas,lo se por experiencia.............e de algo esta .........formación....pero primero qué.............to para ver si te..........en curar es..........s heridas,luego continuar..........iaje ........ rumbo y sin ......lida aparente....

Una tercera voz, también masculina, suena tras las dos primeras... Acto seguido, la primera de ellas le responde:

"Haldor, ........... si vienen .........babosas .......... Amyra intenta ........... las heridas ........yriael"

Parece que estas personas están heridas y tan desamparadas o desorientadas como yo misma. Lo más probable es que estén siendo "probadas" por la Diosa, no parece que estén puestas aquí para plantearme más problemas a mí.

Me acerco hacia las voces tratando de no parecer asustada ni peligrosa, ya que tanto lo uno como lo otro podrían suponer la muerte para mí si esas personas fueran demasiado suspicaces.

Además, quizás puedan ayudarme a salir de aquí con vida... Estoy exhausta y me noto vacía de poder y recursos.

Quizás también tienen algo de comida. Quién sabe. Definitivamente, tratar de acercarme a ellos parece mi mejor opción. Voy hacia allí.

Con pasos decicdidos pero cautelosos, te encaminas hacia las voces, moviendote con tranquilidad entre las estalgamitas. Por fin, tras unos instantes, rodeas una de estas grandes rocas formadas por la naturaleza y apareces ante los dueños de las voces.

Estos estna a cinco o seis metros de tu posición, asi que te detienes, en silencio, para observalos y ver como reaccionan. Tres de ellos son humanos, dos varones y una hembra, mientras que el cuarto es un drow.

El elfo oscuro, situado más hacia un lado, al parecer vigilando, viste con ropas oscuras y empuña un trozo de estalgamita como si fuera un arma. Hacia la izquierda se situa otro de los humanos, de piel blanca y cabello negro y largo vestido con mallas y jubon blanco, el cual empuña un arco. Entre ambos, está la mujer, pelirroja y de piel blanca pecosa, esbelta, con unos calzones de pieles y un jubón azul oscuro recortado que deja entrever unos brazos fibrosos en constante tensión. Esta parece atender al último del grupo, otro humano, alto y de puro msuculo y fibra, de cabello largo, negro y rizado. Su camiseta tiene dos grandes agujeros en el pecho dejando a la vista varios vendajes, al parecer recién realizados. A la espalda lleva la funda de una espada, aunque es estos momentos está vacia.

Los cuatro desconocidos se vuelven hacia tí, tensos y en alerta, observandote...

Una elfa drow no especialmente agraciada avanza hacia vosotros. Lleva las manos levantadas y sujeta una estalagmita de pequeño tamaño con su mano derecha. Lleva un viejo zurrón cruzado sobre el pecho y viste cuatro harapos sucios, y probablemente sea incapaz de recordar la última vez que usó agua para algo que no fuera saciar su sed.

Tratar de no parecer peligrosa, y viendo lo escuchimizada que es, no tiene que esforzarse mucho.

- ¿Vosotros también estáis a prueba? Veo que ya os habéis enfrentado a los gusanos corroeespadas...