Partida Rol por web

¿ Ha sido usted el que nos ha librado esta vez de él? -No te dio tiempo a responder que el agente ya estaba hablando de nuevo.

Este tipo se hace llamar El Espantapájaros, y su habilidad parece ser la de resurgir una y otra vez, parece que no hay ninguna forma de acabar con él, así que se decidió tenerle encerrado en la isla, pero ya ve, esta noche parece que el mismo diablo ha decidido venir a jodernos y estamos realmente desbordados- El tipo detuvo su nerviosa chala y se fijo en ti.

Gracias, su colaboración ha sido inestimable - Iba a preguntarte algo cuando se detuvo y en ese momento pareció darse cuenta de que sus compañeros estaban caídos, así que cogió nervioso el comunicador que llevaba y empezó a llamar a los refuerzos y a una ambulancia 

El joven Donovan permitió que el orgullo le cegara y asintió mientras los sabuesos se sentaban a su lado. Pretendía que fuera la imagen más imponente que pudiera, pero poco sabía él que tiempo después se arrepentiría de este acto de absurda valentía.

- No creo que pueda volver a levantarse, agente. mis pequeños han dado buena cuenta de él - dijo, socarronamente - ¿Hay algo con lo que pueda ayudarle?

El agente paró un momento y miró a los ojos a Kate. Entonces todo dejó de tener importancia... era como si alguien hubiese cerrado esa ventana que dejaba entrar el ruido, las explosiones y el caos para convertirse en un verdadero momento de silencio. El engaño al cual intentaban someter a sus allegados había dejado de tener relevancia. Ahora sólo importaban ellos... Cooper y Kate. Y nadie más. 

Aquello de "andamos algo justos de personal" era una excusa algo pusilánime para enviarlos a la vanguardia de una batalla que parecía imposible de ganar. No... ellos no eran ningunos héroes y aquello tenía toda la pinta de estar muy por encima de las capacidades y, por qué no decirlo, las responsabilidades de dos agentes de campo. Los preciosos ojos de aquella mujer, aun a sabiendas de que no eran "exactamente sus ojos" le brindaron la respuesta...

- ¿Sabes lo que te digo...? Que le den a ese soplapollas de Kiriakou. Vamos a mi piso, cogeremos un par de cosas y nos iremos de la ciudad. ¿Quieres... amor mio?

Toda la tensión del momento pareció disiparse al oír esas palabras. Le miré y mi cara se iluminó al ver que hoy no iba a hacer de suicida. Sonreí en una amplia sonrisa y cogí al mano de Seth.

- Estaba deseando que dijeras eso. Era una misión suicida y no tenía ningunas ganas de morir hoy.

Mis miedos desaparecían, Seth habia decidido no apuntarse a la guerrilla de la ciudad, y con suerte podríamos largarnos de aquel horrible sitio... las cosas parecían mejorar.

- Al carajo con todo... - dijo el agente justo antes de besar apasionadamente a su hermosa pareja. 

De todo lo que les podía deparar aquel día, quedarse en el paro no era lo peor.

Bueno, quizás debería decirle a sus pequeños que trajeran de vuelta la cabeza, la encerraremos de nuevo, no me gustaría que esa cosa consiguiera un nuevo cuerpo.- El policía esbozó una sincera sonrisa

La verdad es que ha sido de gran ayuda. Es usted por casualidad uno de esos jóvenes Avengers?

Sobre vuestras cabezas una enorme nave se dejaba ver 

Por primera vez en sus vidas sentían ese miedo tan palpable e intenso que casi parecía ser un ser vivo, que no solo les había alcanzado a ellos, si no a todos y cada uno de los habitantes de la tierra.  Un miedo que les había hecho enviar a la mierda la misión.

Una sola idea parecía resonar en sus cabezas he de salvar la vida, tenemos que huir de la ciudad.

A su alrededor podían ver a la gente asustada corriendo de un lugar a otro, algunos incluso habían optado por el vandalismo asaltando tiendas, sobre ellos una enorme nave  se dejaba ver en el cielo

Antes de que aquella monstruosidad sobrevolara la ciudad, Donovan le había indicado con un hilo de voz a uno de los sabuesos que trajera la cabeza del agujero donde había terminado. Seguía sin comprender por qué estaba tan tranquilo, cuando pensaba que la policía estaba allí para evitar que muriera gente, y él acababa de asesinar a uno sin siquiera inmutarse. ¿Sería por eso que decía que siempre volvía, una y otra vez? Más tarde, cuando las cosas se hubieron calmado, Donovan también se preguntó por qué había sido capaz de ver cómo el Espantapájaros era descuartizado sin inmutarse.

- No... qué va... Acabo de llegar a la ciudad, como quien dice - dijo, restándose importancia. Entonces fue cuando escuchó el murmullo que producían los gigantescos motores, allá en lo alto, y se quedó boquiabierto - ¿Pero qué cojones...? ¿Qué es eso?

Miré hacia arriba y un escalofrío recorrió mi espalda. Cogí la mano de Seth y traté de caminar más cerca de los edificios.

- Vamos, tenemos que darnos prisa, el mundo se está yendo a la mierda y no va a esperar por nosotros. - tirando del brazo de mi compañero eché a correr en dirección a su casa, tratando de no pensar en nada más que en salir de alí.

La enorme nave capta la visión de todo el mundo, no solo la vuestra.  El tiempo parece detenerse cuando algo parece desprenderse de la nave. Sea lo que sea parece caer a peso sobre la ciudad, no demasiado lejos de donde estáis.

Solo la figura de una mujer joven corriendo mientras mira hacia la nave parece estar en movimiento en la escena

La enorme nave capta la visión de todo el mundo, no solo la vuestra.  El tiempo parece detenerse cuando algo parece desprenderse de la nave. Sea lo que sea parece caer a peso sobre la ciudad, no demasiado lejos de donde estáis.

Solo la figura de una mujer joven corriendo mientras mira hacia la nave parece estar en movimiento en la escena

- Maldita sea... - Dije con nerviosismo. - ¿Tienes pasta? - Miré fijamente a Seth. - Creo que deberíamos pasar del piso marchémonos de aquí cuanto antes. ¿Dónde esta tu coche?

- Bueno, creo que ya está todo bien por aquí, ¿no? - dijo Donovan tras quedarse embobado viendo aquella nave volando por el aire. Estaba visiblemente alterado y empezó a caminar lentamente hacia donde había caído aquel objeto - Si necesitan algo... pues... no sé, ¿silbe?

Y diciendo esto, salió corriendo hacia el lugar donde estaba cayendo el objeto, seguido por los sabuesos pegados a sus talones.