Partida Rol por web

Se notaba que el edificio era nuevo, ya que la cantidad de emociones impregnadas en él no eran demasiado potentes, pero aún así las impresiones de ansias de poder están muy presentes, así como la de la ambición y la de lujuria.

Pues éste es uno de los ranchos del gran jefe ¿No esta mal la choza verdad?

Ven, te lo voy a presentar - Dijo

Montana te guió hasta una de las puertas y luego por uno de los pasillos hasta uno de los lujosos despachos que habían en esa planta. A pesar de que la puerta estaba cerrada se oían voces al otro lado.

Así que todo era de su jefe... pues mira, al final no iba a trabajar para un cualquiera, o un ladronzuelo que sólo sabía aparentar. Si ese tipo sabía manejarse tan bien, quizás había acertado poniéndose de su lado, al fin y al cabo. Sacudió la cabeza para despejarla de todas aquellas malsanas sensaciones y se alisó el traje para intentar aparentar profesionalidad. Lo último que necesitaba era que todas las impresiones se le incrustaran en la cabeza y luego pasaría algunos días sin pensar con claridad. Y era lo último que necesitaba.

Dispuesto a comerse el mundo, Donovan llamó dos veces con los nudillos y esperó a que le dejaran entrar.

Un ¡!Adelante!! se escuchó desde el otro lado de la puerta

Y justo en ese momento una enorme explosión se pudo escuchar, fuera lo que fuera parecía provenir de fuera del edificio

- ¡Ostias! - dijo el joven, dejando escapar la exclamación con todas sus fuerzas en cuanto escuchó la explosión. Su primera reacción fue ir a ver qué había sucedido, pero luego recordó para qué había ido allí, y cambió de opinión. Ya que le habían dado permiso para entrar, abrió la puerta y miró a todo el mundo presente.

Cuando abriste la puerta viste que todo el mundo se había acercado a los enormes ventanales los cuales ofrecían una vista perfecta del East River. Nada más y nada menos que delante de The  Raft, la prisión para supercriminales más peligrosos del mundo.

Una isla rocosa enfrente de New Amsterdam sirvió de prisión para criminales "normales", con un bajo nivel de seguridad, en un primer momento. Después se convirtió en una de alta seguridad para criminales de alto nivel. Años más tarde se desmanteló y cambió a un lugar turístico. Hace diez años el gobierno decidió reconvertirla otra vez en prisión de alta seguridad pero para criminales con habilidades "especiales" con el nombre de "The Raft".

Algo o alguien la había hecho saltar por los aires

- Joder... como no sea un accidente y haya sido intencionado... la ciudad se va a llenar de tíos con super poderes con unas ganas locas de reventarlo todo - pensó el joven. Intentaba mantener una postura profesional, pero el fuego era de una magnitud increíble, y le llamaba la atención como si fuera una polilla metida en un traje oscuro.

Intentó buscar con la mirada a Montana para ver qué hacía, por si se dirigía a ver al Gran Jefe. Quizás quería que hicieran algo al respecto, como recabar más información o protegerle de vuelta a un lugar más seguro.

Las puertas se abrieron para mostrar una sala enorme, lujosa y elegante. En el lugar más alejado de la misma se había montado una especie de escenario que actualmente lo ocupaba una banda que estaba interpretando una pieza que servía para amenizar la velada.

Se habían dispuesto algunas mesas en lugares estratégicos  y el personal preparado para ello se encargaba de pasearse entre los asistentes ofreciendo bebidas y otros refrigerios.

La sala estaba repleta de caras conocidas cuando de repente un estruendo como el de una bomba estalló en el exterior del edificio

!Mierda!

Debo ir con mis invitados y tranquilizarlos, antes de que alguien cometa una estupidez

Joder menuda movida.

Se va a liar una buena ahí abajo. Tengo algún conocido ahí dentro y si llegan hasta la ciudad nos vamos a re...

Montana nunca llegó a acabar la frase ya que justo en ese momento una segunda explosión hizo temblar el edificio, esta vez más cercana 

Sokolov se sujetó a lo que hubiese más cercano. Los ricachones chillaron y a la mierda la fiesta. Sokolov se alegró, sonrió mientras se colocaba de nuevo las gafas de sol. Aquella mierda lo único que podía implicar era que con todos los Vips presentes se iba a acabar la fiestecita.

Mejor, esperó que la gente sufriese sus ataques de pánico antes de decidir que demonios hacer, con un poco de suerte estaría en casa en un par de horas.

- Coño, qué pedazo de tío... tiene que ser un pez realmente gordo... en todos los sentidos. Así que ese es Kingpin... había oído hablar de él en Chicago y es uno de los que si quieren verte muerto, ya puedes encargar el ataud - pensó el joven - Míralo, la puta ciudad se está llendo al carajo y él apenas se ha inmutado. Qué cojones.

Secándose el sudor de la frente con un pañuelo, ya que no quería estropear el traje nuevo, se acercó a Donovan y miró junto a él a la ventana escuchando con atención. Había aprendido con el paso de los años que escuchar en silencio te enseñaba más que cacarear como una adolescente, algo que hacía a menudo.

Entonces llegó la segunda explosión, y ésta estuvo más cerca.

- Montana, ¿vamos hacia allí? ¿O nos quedamos con el Jefe?

Mejor que nos vayamos. Lo que acaba de pasar le ha salvado la vida, Kingpin estaba muy molesto con el. Si nos necesita ya nos buscará

No había acabado de decir esto cuando una segunda explosión sacudió el enorme edificio, esta vez había caído más cerca