-Un Krogan con sentimientos. Vamos progresando.- Dice Herrel para sí, al pasar junto a Wurst, antes de entrar otra vez en la lanzadera. El Almirante Anderson le dedica un saludo militar a Black, antes de dirigirse hacia la plataforma de las lanzaderas.
El interior de la lanzadera es bastante más cómodo que los estándares de La Alianza. El interior incluso está decorado con motivos batarianos, y una curiosa pintura, donde aparece un batariano vestido con sus mejores galas junto a una esposa y dos hijos. Tiene un ligero y siniestro parecido a uno de esos retratos humanos del siglo XIX, propios de nobleza y aristocracia. Poco entráis todos, Y tras vosotros sube Polser, que va directa a la cabina. En ella hay dos asientos, Herrel ocupa el principal, y ofrece a la Teniente el asiento de copiloto. Vosotros, por vuestra parte, os sentáis en la parte trasera, que ofrece un pasaje cómodo, y seguro gracias a unos ajados pero fuertemente amarrados cinturones en forma de X, y una docena de asientos preparados para adaptarse al movimiento de la nave.
-Agarraos, va a ser un viaje movido.- Grita Herrel desde la cabina. Polser alza una ceja. -Obviamente, levantar una bañera batariana entre las defensas segadoras va a ser todo un paseo.- Poco a poco la lanzadera se enciende, y se eleva, ganando velocidad. De inmediato notáis como esta no es una nave de La Alianza. No tiene prácticamente ningún amortiguador, salvando las habituales medidas atmosféricas, y lo justo y necesario para que la aceleración no os aplaste. De no ser por los cinturones, saldríais despedidos. Las naves de La Alianza se marchan en pequeños grupos, hasta que el lugar queda desierto. Ellos van hacia el sur, volando muy bajo. Vosotros por vuestra parte empezáis a elevaros. De inmediato, notáis un fuerte golpe, que os hace saltar un palmó, y clavaros los arneses en el pecho.
-Y aquí los tenemos.- Herrel activa el comunicador. -Gor'Kesh, cuidado vamos con compañía. Vamos a necesitar cobertura.- El batariano mira a Polser. -Vamos a ver si eres tan buena como dicen que eres.- La Teniente asiente. -Eso y más. Tu asegúrate de no caerte de culo. Allá vamos.- Un nuevo impacto, este más cerca, os hace notar que varios cazas os siguen. La nave empieza a acelerar, y os pega al asiento, al tiempo que realiza diversas maniobras, que os hace mover el estómago de un lado a otro, y de arriba abajo. Black y Aylin, los únicos con sistemas digestivos parecidos, no puede evitar vomitar hasta el desayuno. El resto notáis un mareo creciente.
-Vale, túnel orbital fijado. ¿Esto no corre más? Maldita bañera batariana.- Exclama Polser. Herrel sonríe, mostrando todos sus dientes. -Por supuesto. A ver si puedes soportarlo, sin desmayarte humana.- Acciona un mecanismo, que hace que la nave acelere hasta alcanzar el doble de su velocidad en pocos segundos. Notáis Una bofetada en la cara. Salvo Fior, acostumbrado al espacio, el resto notáis un fuerte dolor en la nariz, que empieza a sangrar, y en los oídos. La nave cambia a una luz roja, y oís el inconfundible pitido de una alarma. -¡JODER!- Grita Polser, al mismo tiempo que Herrel, que grita algo parecido en lengua batariana. Un destructor segador ha aparecido justo delante. La nave vuela directamente hacia su batería principal. Gracias a una temeraria maniobra, que hace que la nave gire sobre su eje varias veces, evitan por muy poco un haz de energía, al mismo tiempo que pasan sobre el segador. Detrás, ya hay al menos dos docenas de cazas que disparan, Varios impactos so alcanzan, haciendo que la nave se agite. Por suerte, una nave inmensa aparece al poco, y con sus ametralladoras destroza a los enemigos, al mismo tiempo que abre una compuerta hacia un hangar, en el que la lanzadera finalmente se para.
La nave atraviesa, gracias a alguna clase de camuflaje parecido al que usan las fragatas clase Normandía, el cinturón de la flota segadora y alcanza el relé de masa, haciendo que la nave finalmente se pare de todo. La lanzadera está echa un asco. -Bonito planeta el vuestro, humanos.- Dice Herrel, mientras se quita los amarres, y agita la cabeza. Incluso Polser está pálida, y sangrando por la nariz. -Comandante Black, bienvenido a la Gor'Kesh. Mi nave. Y a partir de ahora, la suya, también. Colbert pensó que les haría falta una nave, especialmente para la próxima misión. Tardaremos unas cuarenta horas en llegar, tendrán tiempo a descansar. Sus efectos personales están en las habitaciones, cubierta 2. Cuando puedan volver a ponerse en pie.- Sonríe, mostrando sus dientes afilados una vez más. -Suban a la sala de comunicaciones. Cubierta 1.- Dicho lo cual el batariano abandona la lanzadera, y desaparece en el hangar.