Midway, una noche antes de Halloween
En la MTV están emitiendo el videoclip de la década y para muchos de la historia. No te cansas de verlo en televisión e incluso de bailar como lo hacen los zombies...sonríes al hacerlo y de pronto recuerdas que él no está. Te sientas de nuevo en el sofá y llevas tus manos a la cara. Unas finas lágrimas recorren tus mejillas, las limpias con algo de rabia y te levantas como si tuvieras un resorte.
Caminas hacia la cocina y abres la nevera, no hay ni siquiera una simple cerveza. No sueles beber o por lo menos no solías hasta que Mikey desapareció. Sin él la vida no es lo mismo. Recuerdas las palabras de los policías al poner la denuncia en comisaría:
"Es mayor de edad, no podemos hacer nada...Ya volverá un día de estos....Seguramente esté de fiesta con algunas amigas..."
Sabes que Mikey no es así...o no el Mikey que conoces...Pero...¿y si tenía una cara oculta que desconocías? ¿Qué pasa si se cansó de cuidarte y quería vivir libremente? Rápidamente alejas esos pensamientos de tu cabeza. ¡No! Mikey te quiere y no te abandonaría de ese modo. Algo o alguien tuvieron que alejarlo de ti.
Decides ir al 24 Horas más cercano a por algo de comer y sobre todo unas cervezas para tomar...no soportas su sabor pero en la amargura de cada sorbo crees olvidar por un instante lo que sucede a tu alrededor. Echas un vistazo a la calle por la ventana, ya es de noche y parece que llueve un poco. La tienda está en la misma manzana, a unos cinco minutos de tu casa así que tendrás que llevar un paraguas si no quieres empaparte.
Sales a la calle y las gotas al mojarte parece que te despejan un poco. Recuerdas la vez que Mikey se recorrió el camino al instituto empapándose para llevarte un paraguas. Nunca entendiste porqué no quiso usarlo para guarecerse, aunque así era él...una auténtica caja de sorpresas...
Vagabundeo, más que andar, por la calle. Paso de abrir el paraguas y dejo que las gotas mojen mi rostro por segunda vez aquella noche, la primera fueron mis lágrimas, espero que la lluvia limpie mi llanto.
"¿Por qué tuvo que triunfar un Michael tanto justo ahora? ¿Por qué todo los días oigo el nombre de Mike en cualquier sitio?" pienso recordándo el boom que ha supuesto para Michael Jackson la creación de su vídeo musical Thriller, y recordándome que el diminutivo de su nombre es Mikey.
Trato de econtrar una lógica a la repentina desaparición de Mikey, pero lo único que consigo es que mi corazón deje de latir unos instantes antes de que mi estómago se contraiga frente a la sensación de soledad que me invade desde que él se fue. Las cervezas consiguen hacerme olvidar por unos instantes la sensación de desasosiego que puedo llegar a alcanzar, pero cuando el efecto pasa ésta vuelve a estar ahí dañina, candente, agónica.
"Mikey, ¿por qué me dejaste?" pregunto en mi mente, pero sé que él no me dejó.
Sé que algo tuvo que ocurrirle para tan repentina desaparición. Mis pasos me guían hasta el 24 horas y aunque tenía ganas d ecomprarme más cerveza no puedo entrar al local con la cara manchada de lágrimas mezcladas con agua de lluvia. No he vuelto a sonreír como lo hacía cunado estaba con él, pero he descubierto nuevos sentimientos como la soledad o la tristeza tan extraños cuando estaba en su compañía.
Seco mis lágrimas con la manga mojada de mi chaqueta aunque sé que no servirá de nada y me encamino a la entrada del 24 horas pensando que al menos con unas cervezas en el cuerpo me sentiré mejor.
Entras en el 24 horas, hay unas cuantas personas pero ninguna te presta atención. Nadie se da cuenta de que has estado llorando. El cajero debería pedirte el carnet de conducir pero realmente les interesa más vender que una menor de edad se emborrache. Coges un pack de 12 latas y una bolsa de regaliz para enmascarar luego el aliento a cebada y lúpulo. Te sale todo por unos pocos dólares, la cerveza no es de buena marca y puede que hasta no siquiera sea cerveza pero te da igual. Quieres beber y olvidar todo.
Sales camino de casa, sigue lloviendo. Mismo tiempo de mierda noche tras noche, dicen que en Midway llueve 300 días al año...y puede que se queden cortos. Cuando caminas hacia tu casa escuchas el chapoteo de unas botas en los charcos. Te giras rápidamente pero no ves a nadie. Observas detenidamente la calle durante unos segundos, asegurándote de que no hay nadie allí...por lo menos tus ojos no son capaces de ver a nadie. Por si acaso decides apurar tu paso y llegar antes a casa.
Caminas un minuto lo más rápido posible y sin que se note mucho que tienes prisa y te paras para escuchar si alguien te sigue. Miras hacia atrás y durante unos segundos no prestas atención al andar y...¡PLAF!
Acabas en el suelo debido al choque, la bolsa con las latas y el regaliz caen al suelo y producen un estruendo similar al de un choque. Cierras los ojos pensando en que es el que te venía siguiendo y que seguramente quiera acabar con tu sufrimiento...pero lo que escuchas es una voz de un chico joven que te pregunta:
- ¿Estás bien? Perdona ni siquiera te vi venir...andaba distraído...
Abres los ojos y ves la cara del chico que te sonríe y te tiende la mano para ayudarte a que te levantes. Es un chico joven de unos veinte años como mucho. Pelo claro aunque lo notas oscuro debido a que está mojado. Tiene una gran sonrisa y no tiene pinta de querer matarte, aunque en Midway todo es posible...
Caí literalmente de culo soltando una exclamación. El estar mojada realmente no me importa pues estoy bastante mojada ya sin haber pasado por el suelo, peor el gope duele un poco. Aún así, me levanto como si nada y comienzo a recoger mis cosas, ignoro su mano tendida hacia mí para ayudarme, no por ser descortés, sólo porque ni siquiera la veo.
-No pasa, nada. No te preocupes, estoy bien-le digo a aquel extraño que me ha dado un susto bastante importante.
Termino de recoger mis cosas y sigo mi camino tratando de salir de esa situación, pues aunque estoy deprimida, no olvido dónde vivo y aunque sea metida en casa viendo el video de Michael Jackson y machacando la poca cordura que me queda desde que Mikey se fue, estaré más segura que andando a esas horas por la calle.
Veo algo alicaída que una de las cervezas a explotado a causa del impacto contra el suelo, pero tampoco le doy importancia. Le doy una patada y sigo mi camino.
El chico se queda mirando como caminas, lo has dejado con la palabra en la boca mientras intentaba ayudarte. Ni siquiera le has prestado importancia. Notas su mirada hasta que tuerces la esquina, luego se convierte en historia.
Llegas a casa pingando y con una lata menos. Las dejas en la nevera mientras corres al baño a secarte el pelo. Has dejado la tele encendida mientras has estado fuera, te plantas delante de ella con la toalla aún sobre la cabeza y ves que van echar una película de serie B de las que tanto le gustaban a Mikey. Esa coincidencia te hace sonreír un segundo para luego darte cuenta de que él ya no está.
Dejas la toalla en el cuarto de baño y decides beber una cerveza mientras te dedicas a ver la tele. No echan nada mejor y en parte te apetece ver esa película por mala que sea. Al fin y al cabo eran de las que le gustaba a él y sinceramente crees que viéndola logrará engañarte durante un buen rato de que él no te ha abandonado.
Te sientas a ver la película y compruebas que es "El Ataque de los Tomates Asesinos", un clásico de las películas de serie B aunque realmente es una película muy mala. Empiezas a verla, con suerte te dormirás a la media hora de empezarla y dejarás de torturarte un buen rato.
En ese momento tienes un presentimiento...no sabes explicar qué es o porqué lo tienes...pero crees que alguien está mirando hacia tu ventana desde la calle...¿será él?
Mis ojos están empezando a cerrarse.
-De verdad, Mikey, no entiendo por qué te gustan estas pelis-digo a la nada como si él pudiera escucharme antes de darle un alrgo trago a la lata de cerveza.
Estoy casi dormida cuando lo siento. Siento como si alguien observara la casa desde la calle. Como si alguien mirara exclusivamente mi ventana. Como si alguien me estuviera observando. Algo asustada y sacando la poca valentía que me queda me acerco a la ventana y miro hacia abajo. La abro y saco la cabeza. Busco con la mirada a alguien... no, busco con la mirada a Mikey.
-¿Ho... hola?-digo sintiéndome estúpida, pues al fin y la cabo sólo era un presentimiento.
Nadie responde a tu medio saludo y media pregunta, al mirar por la ventana tampoco ves nada salvo un par de gatos callejeros rebuscando en la basura. A los pocos segundos escuchas el timbre de la puerta. Te acercas cuidadosamente a mirar y observas por la mirilla. Tampoco hay nadie, la luz está encendida pero no ves a nadie enfrente de la puerta. Puede que fueran imaginaciones tuyas. Sí puede que fuera eso. Mientras vuelves caminando hacia la sala escuchas al vecino del piso de al lado gritar mientras golpea la pared con las manos. Es un maldito gilipollas que te mira de manera obscena, sobre todo desde que Mikey desapareció.
- ¿Quién coño es a estas horas?
Y le respondes gritando para que se calle de una maldita vez:
- No hay nadie...debió ser un bromista... - le gritas aunque tu tono es bajo y realmente triste.
Deseabas que fuera alguien, deseabas que fuera Mikey. Pero él no está ya contigo. Te recuestas en el sofá y cierras los ojos mientras das un sorbo a la lata de cerveza. Sabe condenadamente mal pero joder, te da igual. Al fin y al cabo una parte de ti quiere morirse y la otra ya está muerte. Habrá que acelerar el proceso.
En ese momento escuchas golpes y un gemido de dolor en las escaleras. Sueltas la cerveza y corres por el pasillo hasta la entrada. Abres la puerta y enciendes la luz. Miras por el descansillo pero no ves nada, aunque hay un rastro de sangre que baja por las escaleras...acaba de haber una pelea en ese mismo momento. Vuelves a entrar en el piso mientras escuchas a los vecinos llamar a la policía. Respiras hondo tras cerrar la puerta y notas un aroma familia...es el aroma de Mikey en la puerta...como si acabara de estar apoyado en ella...
Te dejas caer con la espalda apoyada contra la puerta mientras lloras desconsoladamente. Si Mikey acaba de estar ahí ¿por qué no entró? ¿Por qué se fue sin verte?
Algo dentro de mí comienza a romperse y comienzo a pensar que tal vez yo para Mikey no era tan importante como pensé...
-No, él me quiere tanto como yo a él... tiene... tiene que ser algo muy grabe para que no entre... Mikey, ¿qué te pasa?-pregunto al vacío mientras gruesas lágrimas vuelven a mojar mis mejillas.
De repente sin casi darme cuenta me pongo de pie, cojo un abrigo y salgo de mi casa después de coger las llaves. Veo las manchas de sangre y bajo las escaleras mientras llamo a Mikey a gritos, esperándo que en algún momento me responda, que mee xplique qué está pasando, que me de alguna explicación a su desaparición.
Aún insiste su aroma en mi nariz y comienzo a pensar que es más obsesión que realidad.
-¡MIKEY!-lo llamo con la voz quebrada.
Nadie responde a tu grito. Si Mikey estaba ahí hace un momento, ahora no lo está. El rastro de sangre persiste unos metros fuera del portal en dirección a Fells Height. En esas calles hay muchos callejones y algunas callejuelas oscuras que da hasta miedo pasar de día por ellas. Te paras en seco y piensas un poco acerca de todo esto. Escuchas la tos de un vagabundo totalmente borracho a unos metros de ti, sigue lloviendo un poco pero te da igual...caminas hacia Fells Height con paso decidido aunque temerosa de lo que puedes encontrarte allí. Pero tienes una mísera esperanza de que siga con vida...su olor impregnaba la puerta y el descansillo. Eso significa que alguien estuvo allí, y tenía que ser él. No podía ser nadie más...
Fells Height, la zona de marcha de la ciudad. Mikey siempre te dijo que era una zona poco recomendable, muchos sitios peligrosos y poca luz. Una combinación perfecta para atracadores, violadores y Dios sabe que más...Si vas a ir necesitarás echarle mucho valor, además ¿cómo encontrar a Mikey (si sigue con vida) en esa zona? Vivirán como cien mil personas en esa zona, sin contar toda la "gente" que pasa por allí...Encontrarlo será como buscar una aguja en un pajar...
¿Qué haces?
Con paso decidido me introduzco en ese barrio buscando a Mikey sin pensar en mi propia seguridad. Cada calle, cada lugar, cada rincón me recuerdan a cosas que él me ha dicho, que él me ha comentado o que él me ha sugerido y ese barrio no es menos. Cada calle me recuerda a algunas de las advertencias que me ha ido dando. No pienso en nada sólo en buscar a Mikey.
"Ha estado allí, ha estado allí, ha estado allí" es lo único que se repite en mi apabullada cabeza mientras recuerdo el aroma envolvente del descansillo de mi portal.
No soy consciente, pero mi cuerpo tiembla, tal vez por elf río o tal vez por el miedo, pero tiembla. Vagabundeo por las calles buscando con la mirada algo o alguien que se parezca a Mikey.
El barrio de Fells Height es la Sodoma y Gomorra de Midway. En las esquinas puedes ver a alguna prostituta haciendo la calle, una de ellas te empuja mientras te grita que esa esquina es suya, que te alejes o te rajará la cara para que ningún puto hombre se fije nunca más en ti. Te alejas de ella casi corriendo.
Te notas mareada por la sensación de haber estado cerca de Mikey, tus pasos te llevan hacia la parte más baja de Fells Height...una calle conocida como "Morgue Street" por la cantidad de asesinatos que se suceden en ella. Por las noticias sabes que está dominada por una banda llamada "Los Hombres Rata". Puedes ver ese nombre en un grafitti en un muro de ladrillo de esa calle.
Sabes que no deberías estar ahí, pero por alguna razón tus pasos te llevaron a este lugar. Sin date cuenta te introduces en una calle que corta a la Morgue Street y acabas en un callejón simplemente iluminado por una vieja farola al fondo.
Avanzas con cuidado, ya no crees que Mikey esté por allí pero algo te empuja a seguir andando. Seguramente sea el miedo a dar la vuelta y no tener que volver a cruzar por esas calles llenas de putas y ladrones.
Notas voces detrás tuya y luego el chapoteo en los charcos que acabas de pasar. Una voz maliciosa te pregunta:
- Pelirroja...¿quieres pasar un buen rato conmigo y con mis amigos?
Su tono no te gusta nada de nada....
Cuando esa prostituta me empujó me sentí bastante asustada a pesar de tener decidido buscar a Mikey por todo el barrio si fuera necesario.
"He oído hablar de este barrio.. buenos clubs y locales de streptease... ¿cómo lo llamaron? ¿El carrusel? Algo así" voy pensando mientras mis pies me guían por aquella calles inóspitas.
Estoy perdida en mis pensamientos cuando llegó a ese callejón y esa banda me sorprende. Mi corazón parece haber dejado de latir de repente para luego comenzar a hacerlo muy rápidamente, a la misma velocidad que mi respiación. Siento un pitído en mis oídos que se corta cuando uno de ellos me habla.
"Maldita sea, Carol... ¿dónde te has metido? ¿Y ahora qué hago?" pienso algo asustada escuchando mi corazón cabalgar.
Me gustaría soltarle alguna frase ingeniosa, pero yo no debería estar allí y son muchos para una sola. Mi cuerpo comienza a temblar pues comienzo a ponerme nerviosa, pero no dejo que ellos lo noten mantengo mi vista fija en los ojos de ellos haciéndome la fuerte.
"Desde que se fue Mikey... todo sale mal en mi vida desde que se fue" pienso en Mikey aún cuando estoy asustada.
Incoscientemente me pongo en guardia.
"Patada a los huevos y salir corriendo" me mentalizo por si se les ocurre acercarse.
Notas los pasos seguir acercándose, por las voces no crees que sean muy mayores y tus sospechas se confirman cuando te giras y puedes comprobar que son más o menos de tu edad o un poco mayores. No hay nadie a quién puedas pedir ayuda a estas horas, y menos en una calle como esa...Vas tener que arreglártelas tú sola y no las tienes todas contigo para salir sana y salva de esta situación.
- La pelirroja es más mona de lo que yo creía... - dice uno que claramente parece ser el cabecilla del grupo.
Ves que son cuatro individuos y otro que viene más rezagado aunque no puedes ver la cara de este último. Parece que van algo borrachos aunque no se tambalean mucho, aunque el más rezagado se acaba de apoyar en una pared y parece que está vomitando.
Lo tienes difícil para escapar, son cinco y tú una sola. Lo de la patada en los huevos no es la mejor solución, te atraparían enseguida...tendrás que pensar en otra forma de salir...o directamente empezar a correr....
Todo mi cuerpo tiembla a causa del miedo y la sensación de peligro que se cierne sobre mi. Trato de ver algún hueco por el que poder escapar y salir corriendo hasta que mis pulmones no respondna o hasta que no me sienta los pies.
"Mikey, ¿qué hago?" pregunta mi mente al vacío enorme que dejó cuando se marchó.
Algunas lágrimas comienzan a escapar de mis ojos sin darme casi cuenta. Miro a esos chicos, mis atacantes, y decido comenzar a correr huyendo de ellos y de esa situación que me pone los pelos de punta.
"Si están todos borrachos creoq ue tengo una oportunidad" pienso al ver que uno de ellos vomita.
Así que trato de salir corriendo.
Te rodean entre los cuatro, el quinto sigue rezagado. Te siguen mirando y un par de ellos intentan tocarte pero les apartas las manos con las tuyas. Parecen que te resistas les gusta, seguramente les ponga cachondos...Putos salidos...Sales corriendo pero ellos rápidamente te golpean por la espalda y caes irremediablemente contra el húmedo suelo. Escuchas como se ríen de tu desgracia, empiezas a sollozar por miedo...por rabia...por pura impotencia...Esos cabrones seguramente te violarán y luego puede que te maten...o algo peor... Te resignas a que suceda lo peor...
En ese momento escuchas un grito de dolor, es una de los chicos. A continuación un golpe seco y otro alarido aunque este ahogado. Levantas la cabeza y ves al quinto del grupo, al de la capucha, golpeando a sus compañeros...¿ no lo son? Sus golpes son rápidos y bien dirigidos, un borracho no podría hacer eso.
Ahora es el momento para escapar, creo que el encapuchado los distraerá lo suficiente. Parece arreglárselas bien. Tienes que levantarte y salir corriendo, lo más rápido que den tus piernas. Tienes que llegar a casa cuanto antes...
Sumida en mi terror trato de luchar con esos extraños hasta que alguien me los quita de encima. PArece que ese alguien es el supuesto borracho que iba con ellos, pero que ahora parece que no es compañero suyo pues se limita a ayudarme.
Comienzo a correr una vez los ha entretenido, pero después de llevar un rato corriendo por las calles mojadas me doy cuenta que debo ir a ver si está bien o al menos a darle las gracias, pero el miedo a que le hayan hecho algo malo y vuelvan a por mí me supera. Allí parada mantengo una lucha con mi interior en absoluto silencio.
Pronto decido volver sobre mis pasos y ver si aquel extraño está bien.
"Estás loca, Carol, completamente loca" pienso para mí mientras ando de regreso.
Dicen que el miedo hace actuar de manera extraña, pero tu caso es único. En tu caso el miedo te otorga valor...aunque lo expertos dirían que nubla tu sentido común. Te acercas a ver si el chico está bien, y lo que ves es que se las está arreglando muy bien. La verdad es que no debes preocuparte por él, seguramente tenga algo pendiente con ellos. Puede que molestaran a su novia o a una amiga suya. Y les está dando una buena lección.
Uno de los que están recibiendo te enfoca y sale corriendo hacia ti. Ves que algo brilla en su mano, es una navaja. Va a por ti sin lugar a dudas. El chaval de la capucha te mira y grita:
- ¡¡¡CORRE!!!
Está claro que no contaba que te quedaras a ver si estaba bien. Otro de los chicos se levanta y sale hacia ti, ya que no pueden vengarse del encapuchado se vengarán contigo. Te queda una única salida...volver a empezar a correr...
Si decides correr pasarías a otra escena.
Si decides quedarte permanecerías en esta de momento.
Después de ver como el chico sufre por mí y que que haya vueltoa ver cómo estaba no es más que un estorbo para él me doy al vuelta y salgo corriendo a la máxima velocidad que me permiten mis pies. Siento el corazón latir desbocado en mi garganta y mis pulmones quejarse ante la rpesión de la respiración acelerada a causa de la carrera.
No pogo más :) Sólo corro y corro.