Partida Rol por web

«Esto va a ser mejor aún de lo que esperaba» pienso aún más divertida.

Este cabrón se cree que puede divertirse conmigo pero me temo que va a ser todo lo contrario, el cazador cazado.

—Oh, no me encuentro muy bien...— digo mientras dejo caer la copa al suelo.

Teatralmente, me llevo una mano a la frente y me deslizo por el sofá hasta quedar medio tumbada. Cierro los ojos esperando su siguiente movimiento. 

Te desplomas en el suelo y quedas "aparentemente" inconsciente. El joven se acerca a un teléfono y llama.

- Tengo a otra chica...cuando queráis pasad a recogerla...parece sana aunque algo pálida...

Termina y de hablar asintiendo y cuelga el teléfono. Luego se acerca a ti y te levanta para colocarte en el sofá mientras te susurra:

- Lo siento cariño, tenía otros planes para ti...podríamos haber pasado un buen rato...pero esta semana no les entregué ninguna víctima...y no sabes los cabrones que pueden llegar a ser...la última vez me rompieron el brazo...y no quiero que lo vuelvan a hacer...

Esperas en silencio y tras un buen rato escuchas el timbre de la puerta. Notas que son varias personas, seguramente dos más el latino. Tres contrincantes para una no muerta no parece nada difícil aunque claro depende de lo que lleven...

Se acerca y uno de ellos comprueba tu pulso, tiene la mano sudorosa y te causa algo de asco pero te sigues haciendo la dormida.

—¿Se dedicarán a cazar chicas? ¡Qué asco! ¡Menos mal que no los encontré siendo humana! Desde luego se merecen una leccción— pienso en cuanto detecto que son más de uno.

Interiormente sonrío, esperaba pasármelo bien, pero no tanto. Aún así, sigo teniendo hambre y eso me hace algo más impaciente. 

—Bien, veamos que hacen con su amiguito cuando piensen que se ha pasado con la droga y que estoy muerta. Veamos qué sucede.

Dejo que tome mi pulso, un pulso que no va a encontrar. 

- Me cago en la puta hostia... - grita el que te toma el pulso - ...Tú imbécil de mierda...cuanta mierda le has dado a la chica...está muerta joder...

Claramente está enfadado y no para de mentar a la madre del latino. Este parece acongojado, ya que los tipos parecen bastante agresivos. Le sueltan un par de empujones y el tipo desaparece.

- Hay que llevarla a la bañera...traer un cuchillo bien afilado y bolsas de basura...nos desharemos del cadáver...

Mientras hablan de descuartizarme, me deslizo mínimamente por el sofá y lanzo un débil gemido. Eso bastará para que piensen que no estoy muerto. Me pregunto cuánto tardarán en empezar una pelea.

—Ojalá pudiese ver sus caras ahora mismo, espero que den un buen respingo— pienso mientras una sonrisa cruel se queda contenida, sin salir a la luz. 

Los tipos te escuchan y uno salta:

- Oye que no está muerta...joder tienes que comprobar bien el pulso... - te mira aunque tú no lo veas y añade - ...aunque está más muerta que viva...deberíamos rematarla, seguramente sus órganos no valgan nada...aunque podríamos sacar algo por ella...quién sabe...

Lo que acabas de escuchar no te gusta. Son traficantes de órganos y eso no suele ser bueno. Seguramente te intenten matar ahora o después. El juego debe terminar si no quieres salir herida de verdad.

- Venga Jonnhy...tráeme un cuchillo...

Espero unos segundos más antes de darme cuenta de que más me vale ponerme en movimiento. Me siento en el sofá con una sonrisa, sin perder de vista a los hombres que me rodean e intentando evaluarlos lo antes posible.

—Buenas noches caballeros, parece que tienen pensado dar una buena fiesta. Me alegra saber que estoy invitada— digo con voz melosa.

«Menuda panda de gilipollas... ya veremos quién vende los órganos de quién»

El tal Jonnhy aparece con el cuchillo en el salón y casi lo deja caer al suelo al verte allí sentada vivita y coleando. Su compañero que estaba delante tuya está de pie a un metro de distancia de ti y te observa atónito con la boca bien abierta. El latino hace acto de presencia con otro cuchillo y parece también sorprendido.

Ambos miran para el latino y le gritan:

- No habías drogado a la puta chica imbécil...ya arreglaremos cuentas después...

Puedes ver que el latino traga saliva con fuerza muerto de miedo. Tras amenazar al chico te vuelven a prestar toda su atención. El que está más cerca tuya comienza a hablarte.

- Bueno chica has visto demasiado así que aunque tienes un bonito cuerpo y seguramente podríamos pasar un buen rato...tendré que matarte...

Acto seguido saca un revólver de la cintura y te pega dos tiros. Ambos impactan de lleno en ti estropeando el precioso vestido que llevas. No es que te hagan mucho daño pero duelen algo y sobre todo pican. Eso acaba de cabrearte un poquito...

Doy un pequeño grito al notar las balas pero en seguida me repongo. Lo miro muy enfadada, no tengo tanto dinero como para permitirme un vestido así hasta dentro de unas semanas.

—Cielo, este era uno de mis vestidos favoritos, ¿a qué te crees que juegas?— susurro en un tono cargado de contención.

Me levanto con rapidez, necesito posicionarme de forma más ventajosa porque esto se va a poner feo. 

La primera en actuar parece que serás tú, el resto se encuentra algo sorprendido y parecen no reaccionar a la velocidad que deberían hacerlo. Tienes a tres personas cerca: uno armado con una pistola todavía humeante enfrente, otra armada con un cuchillo en la puerta de acceso al salón y el latino que te metió en esto justo detrás del que blande el cuchillo.

Los tres están pálidos al comprobar que tras dos balas no te han hecho nada de daño (mejor dicho que no acabaron con tu vida). 

Sonrío al hombre que lleva la pistola. 

— Deberías dejar eso en el suelo, podrías hacerte daño— propongo mirándolo a los ojos.

En un segundo mi rostro cambia de aspecto. Con un bufido, le muestro mi rostro envuelto en sobras, una pura más cara de terror. 

Tu uso de la disciplina surte efecto por que el hombre tira el arma y recula tropezando con una mesilla y cayendo al suelo sobre ella rompiéndola en mil pedazos. El latino también parece acojonarse del todo porque sale corriendo del piso y baja las escaleras gritando como un loco. Dos adversarios menos aunque el latino no parecía serlo sinceramente. Sólo queda el del cuchillo que realmente parece tener más cojones que sus otros dos compañeros. Parece que presentará batalla y blande un arma amenazadoramente.

De momento parece guardar la distancia y no quiere lanzarse a por ti, sigue en el marco de la puerta esperando a ver que haces. Parece tenerte miedo y por eso no ataca...puede que lo hayas asustado también un poco...aunque no lo suficiente todavía.

Miro con cierta chulería al pobre idiota que se ha quedado ahí parado.

— Deberías irte con tus amiguitos. Si no, puede que te arrepientas. Tú mismo...— digo con una sonrisa.

Con un gesto llego de seguridad en mi misma, doy un sólo paso al frente. Me mantengo atenta y alerta, no quiero arriesgarme a que esto acabe mal. Mal para mi, quiero decir. 

Jonhy ve como te adelantas y te grita:

- Quédate quieta mons....lo que quiera que seas...nadie sobrevive a unos disparos a quemarropa...joder...¿qué coño eres?

Su miedo aflora, pero aún tiene agallas para quedarse quieto allí amenazándote con el cuchillo.

«Demasiado duro ...»  pienso reflexionando sobre mi siguiente paso.

— Digamos que soy alguien a quién no quieres tener como enemigo. Habrías hecho bien en salir corriendo como tus amiguitos porque aquí tienes pocas opciones. ¿Por qué no te largas y cada uno se va por su lado?— digo con voz tranquila. 

El tipo parece meditar unos segundos su respuesta. Tras esos segundos de indecisión ves que toma una decisión, da varios pasos hacia atrás y sale corriendo con el cuchillo todavía en la mano.

En ese momento te quedas casi sola en el piso, aún queda un hombre en la habitación aunque realmente poco tiene de "hombre". Está temblando y parece que va sufrir una convulsión debido al pánico en breves segundos, de todas formas es una bolsa de zumo y realmente tienes hambre. Aunque deberías darte prisa ya que los otros dos "valientes" podrían venir con compañía y enfrentarte a más gente podría no ser la mejor idea.

En cuanto el hombre desaparece, sonrío aliviada. Estoy un poco cansada y sólo quiero alimentarme y volver a casa. Me acerco al ser tembloroso, lo rodeo y me arrodillo tras su espalda. Apoyo la barbilla en su hombro, esperando unos segundos antes de alimentarme, alargando el momento... finalmente bebo.

No lo seco, simplemente me sacio. Lo dejo desfallecido en el suelo y me preparo para salir. Me ajusto bien la chaqueta para que no se vea el boquete de la bala.

«Mi precioso vestido nuevo... maldita sea...»

Cuando te preparas para bajar por la escalera escuchas voces abajo. Uno de ellos parece tu ligue de esta noche y viene con compañía aunque realmente por lo que escuchas lo traen a rastro.

- ¿Dónde está la puta esa que metiste en el piso del jefe? Vosotros dos...quedaros en el portal y si baja la jodida acribillarla a tiros...

Escuchas como se martillan varias armas. Escuchas por lo menos cinco voces más las del patético ligue de esta noche.