Partida Rol por web

Midway Nocturno

Gabriel

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29/08/2012, 11:39
Director

Escena privada de Gabriel

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29/08/2012, 12:48
Gabriel Mendoza

DÍA 1

Hotel Hilton >> Entra en mi taxi una Vampiresa desconocida de gran poder que conoce mi nombre y a todos los
   vampiros de la ciudad. Me dice que mataron a un miembro de VII y están avisando a todos los vástagos. Me pide hacer
   de intermediario para preguntarle respecto a dicha muerte a Bastian, un informador, que me cuente lo que sabe sobre el
   asesinato, llevándole en pago un presente.

Scott (Contacto: Traficante humano de objetos mágicos) >> Quedo con él a tomar un café y me comenta que la
   ´gente extraña´ (seres sobrenaturales) están intranquilos por el asesinato de un Guardíán del mundo sobrenatural (así 
   se refiere al miembro de VI), y que un vendedor ´pálido´, un informador suyo, dice que es imposible salir de la ciudad
   debido a La Niebla. Dice que se le ocurren 2 nombres, no me dice cuales son, pero uno es Bastian, uno de los más
   peligrosos de la ciudad. Me da su dirección.
Bastian >> Me abre la puerta alguien a quién no logro ver, y me recibe Bastian, el cual me conoce, y sabe que me envía
   una mujer, aunque puede ser una probabilidad aleatoria suya al 50%. Le entrego el presente y me responde a 2
   preguntas.
   1) Sobre VII  >> Encontraron los pocos restos de Mike en una azotea en el centro, el edificio de los japoneses, el   
   Nagatomi Plaza. Mike era seguramente el mejor sobrenatural con la espada, y pocos podrían luchar contra él.
   El asesino era extremadamente hábil,  y le dio la posibilidad a Mike de blandirla, aunque no logró acertar ni una vez a su
   adversario. Por sino fuera suficiente, es casi invisible porque apenas dejó rastro. Al final me comenta que seguramente
   sirva a La Niebla.
   2) Sobre el Black Alley (Personal) >> Me comenta cómo llegar desde la estación Lenox St hacia Lamark St, de la
   línea 2.

- Si quiero más información (2 preguntas más), tengo que llevarle la Espada Samurai expuesta en el edificio Nagatomi. Cerramos el trato con un apretón de manos, en el que siento una energía mística, seguramente sellando el pacto.