Partida Rol por web

Enarco una ceja, joder, pues juega sucio, no del todo, debería haberlo esperado, tengo que reconocer que lo estoy disfrutando, incluso aunque me gane, no es por la pasta, es porque quizás pueda tener una revancha si todo va bien, je, no me importa una mierda perder, incluso así, es más interesante ganar, por supuesto, pero lo importante no es eso, sino la carrera en sí.
Doy un poco más de gas, la suerte está echada, se que esa moto en rectas puede ser más rápida, mucho más, pero da igual, que se lleve la pasta, no me importa, nunca me ha importado, veremos cuando lleguemos a los muelles, sí, veremos, a lo mejor no ve un nuevo día, o quizás sí.
Sonrío, definitivamente es una gran manera de empezar la noche.

Logras ponerte a su altura, y lo superas con facilidad. Miras de reojo y compruebas que sale demasiado humo de su escape. Parece que la mezcla que usa ha quemado una parte del motor o el motor entero. Y luego habla de fiabilidad, tu moto es de mecánica sencilla y sin "extras" le has ganado a la tecnología punta.

Su velocidad disminuye hasta que la moto queda parada. La meta está por lo menos a un kilómetro. Ves por el retrovisor que se detiene en el arcén de la autovía. Su moto ya no da más de sí, ha quedado inutilizada del todo.

¿Pero qué cojones?
Arrugo el entrecejo al ver el humo y se lo suficiente de mecánica para saber qué está pasando.
Niñato de mierda.
Me ha jodido la carrera. Mal por él. Freno y giro con la moto, voy por el arcén, a veces es divertido sortear a los coches que pasen, pero esta vez no es una de ellas. Llego a unos cuantos pasos de donde está, paro, apoyo el pie en el suelo mientras me quito el casco, no, ya no sonrío.
-¿Potencia? ¿Control?
Le miro de arriba a abajo.
-Me estaba divirtiendo, ¿sabes? Pero la has cagado, pero bien cagada, no sabes hasta qué extremo.
Bajo de mi moto y empiezo a caminar hacia él.
-No es por la nitro, chaval, pero hay que ser gilipollas para joder el motor así, lástima, me hubiera gustado correr otra noche contigo.
Llego a su lado, levanto la vista para mirarle, sonrío de medio lado.
-Incluso si me hubieras ganado, pero ya ves, mejor terminar con esto aquí y ahora, será un momento de nada.
Avanzo el paso que nos separa y sin más le cojo de la cazadora le acerco a mí, sí, su cuello está a la altura perfecta, desde los coches que pasen tan sólo seremos una pareja de moteros enrollándose, mejor, sí, no me gustaría tener que dar explicaciones. Su sangre sabe igual que cualquier otra sangre cuando mis colmillos penetran en esa carne tan débil.

El asiático te ve llegar y parece darse cuenta de que no tienes buenas intenciones, puede que piense que vas sacar un arma o algo así ya que de momento no parece reaccionar...se mantiene a la expectativa de ver lo que vas hacer.

Logras agarrarlo pero el nipón no se queda quieto. Algo normal ya que teme por si vida. En el momento que lo agarras el cabrón lanza una patada contra tu cuerpo y logra separarte (mismo número de éxitos). Parece ser que el asiático sabe defenderse y puedes observar que adopta una posición típica de las artes marciales.

Estáis separado un metro y medio el uno del otro. Ahora empieza la verdadera pelea...

Bien, se defiende, estas cosas suelen pasar. Avanzo, no tengo prisa, él se cansará mucho antes de que yo lo haga. Sonrío de medio lado.

Después de una buena carrera, lo mejor es una buena pelea, ¿no crees?

Podrá saber artes marciales, pero no sabe que yo no soy una chica normal y corriente.

Agarras al asiático por la cazadora de cuero, este se deshace de ella con un rápido movimiento y lo remata con un codazo en la cara que hace que te tambalees. Tú no eres una chica normal pero el japonés parece un luchador bastante hábil. Te mira sonriendo:

- ¿Pensabas que sería tan fácil darme una paliza? No sabes lo que te espera zorra...voy a matarte...

En ese momento puedes observar que lleva una pistola en una sobaquera. Con la cazadora no podías verla pero el cabrón va armado. Debe ser integrante de la yakuza que está entrando en la ciudad. Una pistola no es peligro pero un yakuza armado sí.

Enarco ligeramente una ceja, me toco la cara, eso ha dolido, no demasiado, pero lo suficiente. El muy cabrón. Me curo mientras doy el paso que he retrocedido por el codazo.

-Nadie me llama zorra.

Hasta ahora tan sólo estaba ligeramente interesada, pero esto hay que terminarlo ya, antes de que se le ocurra sacar la puta pistola, odio esas cosas. Primero sujetarle, luego morder, debería ser fácil.

Te abalanzas sobre él y logras agarrarlo bien. El pobre infeliz intenta sacar la pistola pero no le das tiempo para ello. Está atrapado en cuestión de un par de segundos y sus brazos no logran desenfudar el arma. Ahora las cosas se han puesto de cara para ti y su futuro no pinta especialmente bien.

Intenta negociar contigo ofreciéndote dinero:

- Te daré dos mil pavos si me sueltas ¿vale?

Hay que reconocer que el tipo es de lo más rastrero.

Mis brazos le envuelven manteniendo los suyos pegados al cuerpo, desde fuera podría parecer cualquier cosa, un abrazo de amantes, un preludio de algo más. Si no se fijan en la tensión que ejercen mis músculos potenciados, si no se fijan en la cara del asiático, si no se fijan en mi mirada fría y cada vez más helada.
-No quiero tu pasta.
No, quiero otra cosa, eso que me llega tan claramente a las fosas nasales, mezclado con la adrenalina, tal vez miedo, tal vez, mejor sabrá, sí. Sonrío. ¿Para qué seguir hablando? Contra antes termine esto antes podré hacer otras cosas. Sin más muerdo en su cuello, donde se que está la carótida, sangre fresca, limpia, joven.

Lo tienes bien agarrado y el pobre no parece poder escapar. Se resiste con todas sus fuerzas hasta que logras clavar tus colmillos en su piel en ese momento notas como la embriagadora sensación de tu mordisco lo llena y escuchas un leve gemido de placer. Seguramente el cabrón hasta se empalme, morirá feliz por lo menos.

Me dejo inundar por el placer del Beso, sangre joven, ah, no hay nada mejor que esto. Pero no olvido dónde estamos ni quien es. Mientras bebo su sangre me curo la ligera magulladura de la cara, el muy cabrón encima tiene suerte, morirá aún con el placer que da el Beso.
Cuando quiero darme cuenta ya tengo toda la sangre que necesitaba, mantengo el abrazo, no se ni cómo hemos terminado sentados en la rala hierba que hay en la medianera, mejor, sí, mejor. El placer me invade, no tanto como a él, pero mantengo la calma para lo que tengo que hacer.
Nadie me llama zorra.
Nadie me amenaza con matarme.
No aparto mis colmillos de su cuello, ni dejo de beber, auqnue lo hago más lentamente, para buscar en su sobaquera la pistola, esa maldita pistola, pero así será limpio, todo lo limpias que pueden ser estas cosas.
También nosotros tenemos reglas.
Siento el tacto frío del arma en mi pequeña mano, no me gustan, pero aprendí a dispararlas, nunca se sabe cuándo vas a necesitar una. Como ahora. Y así, mientras le mantengo abrazado le disparo, mientras aún respira y tiene vida, no será una muerte demasiado dolorosa, no soy cruel, no es necesario, es alimento, es supervivencia.
Siento los latidos de su corazón, cómo se reducen, mientras el Beso continúa un momento más, siento cómo van reduciendose. Aparto mis colmillos de su cuello, lamo la herida, espero a que su corazón deje de latir totalmente antes de soltarlo, para dejarle tumbado en el suelo con suavidad. Su sangre me ha manchado la cazadora, pero en la noche apenas se notará, tendré que pasar por casa para darme una ducha. Sí, volver a casa, con mi gente. Ya veremos qué más depara la noche.
Miro a mi alrededor, comprobando que seguimos solos. No, que sigo sola.

Los disparos apenan se escuchan, el ruido del tráfico lo enmudece. El cuerpo de vida del japonés queda tendido en el suelo mientras te alejas. Echas un vistazo atrás y ves las luces de varias motos. Seguramente con la tardanza debieron acercarse a ver que pasaba...se encontrarán con un cuerpo sin vida y sin ninguna pista....aunque no deberías acercarte por ese maldito bar en un tiempo. Nunca se sabe la memoria que tienen estos japoneses.

Miras el reloj y compruebas que aún es temprano, queda bastante noche por delante y tienes una ciudad de oportunidades delante tuya. Lo primero es lo primero...debes borrar las huellas del asesinato y una ducha es lo más rápido y cómodo para ti.

Los jóvenes ya no son lo que eran, eso está claro, estos niñatos de hoy en día se creen los dueños del mundo, creen que lo pueden tener todo por el simple hecho de existir. Joder. Si no hubiera sido tan condenadamente gilipollas me habría entretenido unas noches. Y encima tenía que cagarla así. No es por ganar o perder. Al final para ellos es pasta. A mí eso me da igual. Ya no corren por la pura sensación de correr. Claro. Las motos no son caballos.
Muevo la cabeza negativamente mientras recorro la ciudad acercándome a mi barrio, mejor entrar en casa por la puerta trasera, a esta hora ya debe haber gente aparcada delante, mejor no me vean así, que se preocuparán, vaya que lo harán.
Una ducha rápida. Aún queda noche por delante, debería bajar a ver qué tal van las cosas en el bar, aunque los chicos se apañan bien. Termino de vestirme mientras aparto un poco la cortina para ver cuántas motos hay aparcadas esta noche. Cojo mi chupa y me decido.
Olor a tabaco, olor a cerveza, olor a cuero, a humanidad. Aspiro un momento desde la puerta antes de entrar, las manos en los bolsillos del vaquero. Antes de avanzar hasta la barra y apoyar un codo en ella echando un vistazo, quien hay, quien no hay, hago un gesto con la cabeza a Jake que está tras la barra.

El bar no está especialmente lleno aunque todavía es temprano y tu clientela no es precisamente "madrugadora". Jake atiende la barra y sirve un par de cervezas nacionales a un par de moteros desconocidos, no llevan insignias de ninguna banda aunque parecen rudos. Clientes nuevos al parecer, eso siempre es bueno.

La noche pinta tranquila o eso crees durante un par de horas...en ese momento notas que tu bestia interior se despierta...hay otro hijo de la noche en las inmediaciones. Revisas el bar pero no está allí...está afuera y parece no moverse como para darte tiempo a que te aclimates a su bestia...es una bestia muy poderosa...mucho más que la tuya...