Partida Rol por web

Marzo 8

00: 05

9 °

No era normal el frio que había azotado a la capital argentina, tampoco era normal recibir un mensaje de texto en plena era digital y aún era menos ortodoxo el grupo que se había conglomerado frente al monumento erigido en memoria a las víctimas de terrorismo en el pasado.

Terrorismo que no se había esfumado del todo ya que varias operaciones de las fuerzas de la ley y el orden argentino en conjunto a instituciones internacionales como la FBI y la Interpol, habían interceptado varias células terroristas durante los últimos días, o al menos, eso decían los medios.

Difícil era el centrarse en algo tan lejano a los asuntos tan delicados del Inconnu y más difícil era creer que todos se habían presentado en aquel lugar tan abierto a los ojos de los mortales que ignorantes caminaban lejos del punto de encuentro.

En el extremo este del todo, ya cerca al mar, se encontraba la imagen de una colilla consumiéndose mientras el humo se elevaba y se esparcía por el aire, las olas del Río de la Plata chocaban con las humedecidas rocas que ya habían adoptado el color verdoso del tiempo y el aroma a peces tan típico de las zonas costeras.

Quizá algunos lo conocían, otros no tanto, pero todos ya habían oído de aquel particular ser, se trataba del Capitán Isidro de Saldaña, un obispo de México quien acostumbraba a ir vestido con su uniforme reglamentario de la policía, pero en este caso, al estar tan lejos de su tierra natal iba con una campera de cuero y una gorra de lana para disimular su condición de no muerto.

- Buenas noches – saluda a todos los presentes y espera a que todos lleguen para comenzar con la reunión – quizá algunos no me conozcan, pero soy el Capitán Isidro, Obispo de México veo que son pocos agentes, pero es mejor así, no quiero que lo que se diga aquí llegue a oídos ajenos – su acento norteño era fuertemente perceptible a los oídos acostumbrados al español argentino de esas tierras – a pesar de que no me gustaba la idea de abandonar mis dominios, el Prisci Venere me ha encomendado la misión de informarles sobre todo lo que está ocurriendo realmente y sobre las opciones que disponemos ante tal situación… - calla, se lleva un cigarrillo a la boca, lo enciende y luego de lanzar una calada al aire, continua - …hace algunos meses atrás, habíamos recibido información de un posible cáliz capaz de humanizar por completo a los cainitas o vástagos o como chingadas madres quieran denominarse… - el capitán sabía que habían miembros del Sabbat y de la Camarilla frente a él, por lo que se antepuso a las típicas rencillas entre ambos grupos por la nomenclatura denominadora por la cual tanto discutían en las ocasiones en las que no se disparaban - …lo cierto es que creíamos que el Cáliz o Santo Grial como los llaman los del Sabbat, estaba en algún punto de los Estados Unidos, sin embargo nuestros agentes no lo han encontrado y creemos que ahora se encuentra aquí, en Argentina o al menos, un vestigio de mapa que nos indique a la siguiente pista de la ubicación exacta de esta madre…pero para llegar a él, deben participar en la subasta a llevarse a cabo en la Universidad de Buenos Aires, el próximo 10 de marzo…tenemos altas sospechas de que nuestra próxima pieza en el rompecabezas se encuentra entre las antigüedades a ser subastadas en ese evento –

Saca de su chaqueta un volante impreso en papel de revista de buena calidad y se lo entrega al más próximo para que lo reparta entre los presentes a modo de que cada uno pueda analizar el contenido del mismo.

- Necesitaremos que intenten de usar cualquier tipo de métodos para adquirir cualquier pieza de antigüedad que les resulte especialmente sospechosa, ya que puede ser cualquier cosa, incluso el Santo Grial puede estar siendo subastado ahí y esos huevones ni siquiera sabrán de qué se trata – otro cigarrillo más, mismos movimientos monótonos para encenderlo y con sus ojos tristones escrutando al grupo acota - ¿preguntas? -

No era el más cercano, nunca habría sido primera linea en ninguna reunión, y por supuesto esta no sería la primera, miré a mi alrededor, caras conocidas, posibles aliados, al final, todos teníamos el mismo objetivo. 

Ataviado con ropas de sacerdote, sobrias, negra, con capucha y un cordón blanco a modo de cinturón, innecesario, aunque común en los de mi condición, había sido precavido, como siempre y, debajo de la capucha llevaba una mascara de las mil caras, la común, la que utilizaba siempre y así ser familiar con aquellos que pudieran ver debajo de la capucha y me conocieran.

Antepuse mi condición de diplomático para comenzar hablando, haciendo uso de mi voz, ronca, baja, aunque agradable al oído, no era un secreto para nadie que me ganaba la no-vida con ella. -el dinero podría ser un problema contra los millonarios adictos a adquirir cosas que no necesitan, pero la mascarada podría ser otro considerando que algunos de nosotros tienen una condición y apariencia más enfocada a la... violencia.

Quizá sea mejor esperar a que esos insignificantes coleccionistas adquieran las obras para quitarselas, o quizá «colarse» antes de la subasta y llevarnos lo que necesitemos, ¿No hay una lista de productos o algo así?

el trabajo en equipo es clave aquí- pensaba, planteandome si mis compañeros coincidirían, -además, una vez obtenido todo lo que requerís de nosotros, donde deberemos entregarlo, supongo que no seremos los únicos interesados en ese objeto tan...me tomé unos segundos para buscar la palabra idónea, peculiar.

Llegué montado en mi moto, una moto ya con bastantes años, pero que aún mantenía en perfecto estado. La dejo aparcada en las inmediaciones del parque. Una reunión como esa se me hacía extraña, pero realmente no era algo inusual tratándose de quien seguramente se trataba. Y suponía que eran ellos.

Por fin, llegué a la reunión. Un hombre de color negro, alto como una torre, con un torso que seguramente dejaría pequeño incluso todo el cuerpo de algunos de los que están en la reunión. Miro a todos con mis profundos ojos negros. Un pantalón de cuero y una camisa de tirantes tapada en gran medida por una cazadora de cuero negra es lo que me protege del frío del otoño austral que se avecina. Aunque este frío ya no es normal. Sí, estamos en otoño, pero hace incluso más frío que en invierno.

Miro a Saldaña, que fuma tranquilamente cerca del mar. Cuando llegamos todos, se gira y empieza a hablar. Le escucho atento, no quiero perderme nada importante. Nos ha expuesto lo que quieren y qué hace, el santo grial, un cáliz de Humanizar. Gruño un poco, pero el monje también habla. Mi mirada, fría como el acero, se clava en él. Su hábito impide verle la cara, pero bien le conozco. No es extraño para mí. Finalmente, me decido a añadir yo algo.

Como sea, yo soy uno de esos que no se le da bien hablar -digo, con una voz ronca, profunda, que intimida de solo oírla. Casi parece más el rugido de un animal salvaje que una voz humana-. Así pues, como veáis, yo puedo conseguir los objetos por la fuerza o, si alguien los compra, puedo protegerlo hasta que los pueda entregar. Cualquiera de las dos opciones es igualmente válida por mi parte.

Miro al capitán, analizando su rostro. ¿Acaso no han analizado los objetos que se van a subastar para ver cuáles son los interesantes? Normalmente en estos casos existe una exposición de los objetos para que los posibles clientes los vean y se enamoren de alguno. O quizá, si existe un catálogo de objetos, se podría ir viendo en el catálogo qué objetos serían interesantes.

Miro un poco a todos, analizando quienes otros podrían servir de ayuda y quienes de estorbo fuera de los círculos sociales, cuando los otros que quieren este cáliz vengan a por él. Eso reduce el número de efectivos que estamos aquí, somos incluso menos para pelear. Pero no es problema ya que así me divertiré más.

El coche se alejaba mientras yo me colocaba el abrigo, me ponía las gafas de sol y sacaba uno de los cigarros llevandomelo a los labios.

El frío era cortante pero escucho al capitán con atención pues apenas me he hecho al acento de los bonaerenses y ahora viene un mejicano. Tras la explicación del capitán espero a que alguien comenzará a hablar entonces esa figura encapuchada y ataviada con mascara dijo que el dinero podía ser un problema, sonreí y esperé. Tras un corto silencio el enorme negro comenzó a hablar de proteger a quien comprara los objetos.

Con un marcado acento español comienza a hablar con su profunda pero hermosa voz. Bien caballeros y hermosa dama la liquidez para mi no es un problema -dirigió su mirada desde el encapuchado hasta el enorme negro- yo me haré cargo de pagar los objetos que sean necesarios para nuestra causa. Con un leve gesto de cabeza prosigue Mi nombre es Manuel Romansanta aunque por razones obvias me llaman "Gallego", creo que el moreno y yo podríamos hacernos cargo de las compras aunque necesitaremos algo de información antes de ir de compras. ¿Alguna idea para eso? Tras esto espero una respuesta por algunos de mis socios mientras me deshago de las gafas de sol yenciendo otro cigarro apartando el pelo de mi rostro.

El frio debería haber sido insoportable para los seres que aun vivían, me daba cuenta de ello ya que la gente iba abrigada de pies a cabeza con capas y capas de ropa, una sobre la otra. Por mi parte, daría lo que fuera por sentir en mi piel ese frio cortante, que al tocar mi piel desnuda haría que se me erizaran los bellos del antebrazo y de del pescuezo. Sensaciones que nunca voy a volver a tener.

Estamos aquí reunidos, un montón de sujetos inmortales que nunca volverán a tener escalofríos en su puta no-vida. Estamos aquí como una banda de recipientes vacíos sin emociones. Pero de repente, la cosa se vuelve interesante. El mexicano está hablando de una subasta pública, y de la posibilidad de hacerse con algunas piezas importantes de la colección que se subastará.

Una compulsión por adueñarme de lo ajeno se enciende en mí, es solo una compulsión vacía, pero es de las únicas cosas que me suelen “revitalizar”, como si eso fuera posible. Yo sé que es solo un reflejo de mi cuerpo muerto, como cuando las ranas siguen saltando en la sarten mientras se las cocina, o como algunos cuerpos sin vida suelen mover los brazos y las piernas durante algunos momentos después de morir. Es solo un reflejo vacío, pero quizás es lo más cercano a tener un propósito en mí no-vida.

-Yo digo que debemos intentar robarlos antes de la subasta, si no llegamos a tener éxito, siempre podemos intentar comprarlos, e incluso hacernos con ellos después de la subasta una vez que hayan sido comprados por otros. Es una cuestión de estadística, mientras más oportunidades de hacernos con esos objetos tengamos, más probabilidades de obtenerlos tendremos. – Excusas vacías, lo sé. Pero si ellos no aceptan robar aquellas antigüedades, probablemente lo intenté yo por mi cuenta.

Caminaba a mi ritmo hasta el lugar, pero al ver que llegaba algo tarde apuré mi paso, sólo para encontrar que era el último en llegar. Me acerqué al grupo reunido y una vez junto a ellos vi caras conocidas. Hice un leve gesto asintiendo a modo de saludo y me acomodé la ropa que llevaba algo desprolija. 

Tenía la mirada perdida en el horizonte cuando el capitán comenzó a hablar, haciendo que dirija la mirada a él. Tras prestar atención a todo lo que decía, escuché las ideas del resto de presentes. Una leve sonrisa despreocupada se formó en mi rostro al oír algunas de ellas. Cuando vi que nadie hablaba por un momento, me dispuse a hablar.

- Por mi parte...- Dije mientras me cruzaba de brazos. - Prefiero la idea de averiguar que cosas van a vender y después intentar entrar y robarlas. No descarto que comprarlas pueda servir, pero quizás no sea lo más seguro. Nada nos asegura que no haya algún loco coleccionista que no le importe despilfarrar dinero por una "pieza única"- Doy una pequeña pausa y prosigo hablando. - A lo sumo, podemos averiguar quienes más se presentan, podría ir alguien interesante ¿Verdad?- Tras preguntar eso miro al capitán, pero sin esperar respuesta vuelvo a acotar algo una última vez. - No sé, solo digo, pero igual prefiero entrar a robar.

Suelo arribar siempre un rato antes de tiempo, y hoy no sería la excepción. Mensajes de texto, que vanguardia, no es la forma en la que hubiera esperado que me invoquen, pero si fui solicitado entonces no los decepcionaría.

Al bajarme del auto, estiro y acomodo mi traje, es menester verse profesional si espera uno que lo traten como tal.

Me acerco al grupo variopinto, hay caras que he visto, otras que no. No todas traen recuerdos agradables,claro, pero si un superior plantea una tregua acá y ahora puedo estar seguro que si es una redada, para mi esto es un gana-gana.

-Muy buenas noches, a todos, capitán mis respetos, Máximo Reyes, un gusto. Mostrando cordialidad indiferente a la afiliación, y manteniendo una imagen que resulte lo mas neutral posible.

-Si se me permitiera opinar: ¿Por que quedarnos con solo una idea cuando podemos ejecutarlos como fragmentado,mixto y con el uso de contingencias?

¿Quieren robarlo? Puedo aportar sombras, distracción o apartar a los curiosos.

¿Quieren ir a la puja? No sería ni la primera ni la ultima vez que haga gala de lo necesario para una situación que requiera etiqueta (y agresividad para los negocios)

¿Se decantan por la violencia? Tengo experiencia en el asunto,sin entrar en detalles.

¿Dominacion? Bailen, marionetas,bailen.

Puedo aportar con eso, pero yo sugiero un plan facetado, integral y considerar un plan B.

Miro a lo alto, quitándome las gafas oscuras, directo al rostro del moro. -Parece sobre calificado para un plan B infalible, si es tan apto como parece.

Un mensaje de aviso, me hizo salir de una de esas fiestas heavys que montaban de vez en cuando en la capital, pero no me quedaba otra ya que parecía bastante importante.

Cruzé la ciudad a pie, oculto entre los mortales hasta que por fin llegúe al lugar y vi a un buen grupo de vampiros, aunque parecía que no los conocía a todos.

Con mis sentidos había oído casi toda la converación con lo cual ya estaba al día y me acerqué al grupo.

Buenas noches compañeros. Las palabras sonaban totalmente contrarias al aspecto que emanaba, la voz sonaba educada, mientras que mi cara pintada como cualquier seguidor de black metal, me daba un aspecto de peligrosidad.

Yo estoy de acuerdo con ella. Señalando con la cabeza a Luna. Si las podemos conseguir antes que las subasten hemos ganado tiempo, y sino el Gallego puede comprarlas luego. A malas siempre podemos quitarselas a quienes las consigan, aunque eso llamará más la atención.

El Capitán escucha todas las opiniones, se lleva el dedo pulgar en la frente para rascarla, luego se atusa la vetusta barba y realiza ladeos negativos en señal de negación ante las ideas ahí plasmadas.

- Es decir, ¿Están sugiriendo robar un evento organizado por la presidencia de este pinche país y pensando que van a salir a sus anchas sin complicaciones? ¿Acaso están chachalacos? – se nota la molestia en sus palabras – se supone que son miembros de la más secretas de las sectas en el mundo, son una puta secta dentro de otras putas sectas y me vienen con ideas huevonas de robar cosas en una Universidad…madre santísima del señor Jesucristo…son antiguos, hombres y mujer que vivieron siglos y siglos por el mundo y no se les cruza otra opción más que seguir los pasos de unos putos escuincles inexpertos…vaya mierda más amateur por Dios…la única idea valida que he oído es del Gallego, junten sus monedas y compren cualquier cosa que les parezca extraña joder…hablamos del Santo Grial, no de un disco compacto con porno –

Enciende un cigarrillo, revisa la caja, ya estaba vacía, la lanza al mar con furia y mira de nuevo a todos.

- Miren, si ustedes quieren robar antigüedades, háganlo, no sé cómo es la policía en esta ciudad, si era México yo mismo los ayudaba, pero este es terreno ajeno, desconocido para mí, pero tengan en cuenta las posibles consecuencias de sus actos, levantaran sospechas, harán que los persigan, comprometerán la misión, al Inconnu y a sus propias facetas alternativas, que recordemos, somos muertos vivientes con la capacidad de endurecer el pito con un poco de sangre y con todas las grescas de la Interpol, el FBI y quien sabe que más rondando por la ciudad sinceramente no lo veo…yo he cumplido con mi parte, ahora me toca volver a mis tierras, pero recuerden, si ese pinche Cáliz llega a manos equivocadas, no sabemos lo que puede llegar a suceder –

Se dispone a caminar hacia la ciudad para terminar desapareciendo en las sombras de la fría noche.

Su gesto no se movió un ápice pero dentro de si sonreía maliciosamente. Ahora que parece que tenemos un plan procedamos, moreno y guapita de cara -señalando a M'basa y Luna- vosotros venís conmigo de compras. El resto-señalando al resto de los presentes- quiero que averigüéis toda la información posible sobre aquellos objetos que no caigan en nuestras manos y sus compradores;  si alguno de vosotros tiene dinero sería bueno ponerlo a disposición de la misión. Después de todos hablamos del jodido Santo Grial. Con un gesto saca un cigarro y lo enciende mientras observa el mar dándole la espalda al resto. 

No me gustaba el tono de Isidro, pero no me quedaba otra más que aceptar que en parte tenía razón. Tras su discurso y marcha el Gallego nos dió las primeras ordenes, y como en parte tenían sentido, no iba a ponerme a discutir por quien mandaba, la misión era más importante que el líder.

Para mi no sería dificil seguir y observar a compradores que hayan podido conseguir algún objeto interesante que se nos haya escapado de las manos. Y supongo que habrá más como yo para hacerlo.

De dinero tengo el justo para ir tirando, no creo que sea capaz de añadir algo sustancioso para esa clase de ventas.

El obispo tenía razón entre lineas, un tipo muy agudo moviendo las piezas y alimentando el fuego con saña. Me gusta, si fuera mas ingenuo entraría en disputas innecesarias,pero la practicidad del asunto y las prioridades me tienen mas enfocado que las ínfulas de grandeza.

-Dispongo de modestos recursos, pero si la puja se pone picante vamos a necesitar mucho más capital. Pero tal vez debamos tener en cuenta que así como estamos preparándonos para conseguir la reliquia, alguien más puede estar al asecho de arrebatárselo al mejor postor, en este caso deberíamos ser nosotros, y por consiguiente estaríamos marcados.

Repaso mis dedos para acicalarme el cabello y estiro mi traje. Haré lo que haya que hacer.

-Les propongo hacer un fondo común, juntar lo recaudado y emplearlo en la subasta. Haré unas llamadas y veré que puedo averiguar de lo que se mueve en la zona, no creo que estemos solos y la información es poder , "hombre preparado,vale el doble".

Putos escuincles inexpertos? Vaya tío, nos trata como amateurs. El mismo lo ha dicho, somos un grupo de antiguos, no íbamos a manejar esto de forma amateur. Si planeáramos un robo, no lo tomaríamos a la ligera. El robo es para mí una práctica sumamente sagrada, a la que se le debe el respeto necesario. Y el tipo este piensa que vamos a entrar con pateando puertas? Si vas a confiar tan poco en nosotros, tal vez no haya sido la mejor idea hacernos este encargo. Allá tú.

Los demás parecen haber descartado completamente el primer plan, y no voy a ser la loca que se enfrente a este tío, por lo menos no abiertamente en este momento…

El “gallego” se refiere a mi como guapita de cara. Dios mío… Tranquila…

-De acuerdo jefe, llévame de compras. – me limito a contestar. Se lo tomará como una ofensa, se lo tomará como un cumplido? No me importa. Estoy con la cabeza puesta en llamar a mis contactos para ver que puedo averiguar.

Siento la ira crecer en mi conforme el capitán va hablando. Puedo saborearla, sentirla, olerla, oírla incluso, pidiendo que la libere, que impida que me insulte. Pero consigo controlarme.

Entonces llega el gallego y me llama "moreno". Me giro hacia él, y mis ojos despiden chispas.

¿Qué cojones me has llamado?

Mis manos están apretadas hasta el punto que los nudillos están blancos, más incluso, de la presión que estoy ejerciendo. Mis ojos se fijan en el tipo, mientras hablo.

Mira, gallego digo, más escupiendo que pronunciando su apodo, tienes suerte que lo que estamos buscando sea tan importante, porque por menos me he hecho corbatas con gente. Así que como se te ocurra volver a hablarme en esos términos o volver a intentar ordenarme algo, tú y yo vamos a tener un problema.

Voy a acompañarte, no porque lo hayas dicho, sino porque me parece el proceder más lógico. Pero ni se te ocurra volverme a llamar "moreno", me llamo M'basa, y mucho menos volver a intentar darme órdenes. ¿He hablado claro?

Me quedo esperando su respuesta y realmente preparado para todo.

Al menos uno de ellos había reaccionado como esperaba, M'basa se había puesto a gruñir sobre corbatas de gente y amenazas vacías. Girando sobre si mismo con un elegante gesto lanza el cigarrillo al mar.

-Ya sabemos al menos el nombre de dos de los componentes de este grupo. Con un gesto de la mano señala a M'basa Aquí nuestro amigo M'basa al cual no debéis llamar moreno bajo ningún concepto, ni dar órdenes y el mío. 

Con un rápido vistazo al resto de compañeros nadie había dicho su nombre todos estaban centrados en el plan. Que típico de los caínitas modernos, paso hacía delante sin mirar otra cosa. Cuando fue la última vez que algunos de ellos sintió el placer en su estado más puro. Otra vez divago. Respecto al tema del dinero la opción del trajeado me parece bueno juntamos nuestros dineros y compramos cualquier cosa que mínimamente pueda tener relación con el Santo Grial. Y bueno si alguno se nos escapa ya pensaremos como darle caza al comprador y recuperar el objeto.

La respuesta del obispo a nuestras primeras ideas de un plan no me agradó para nada, aún así me limité a sólo levantar las cejas y escucharlo. De todas formas los que más me tomó por sorpresa fue la forma en la que el gallego parecía haberse proclamado él mismo líder. Decidí no darle mucha más importancia al asunto y procedí a rebuscar en mis bolsillos cuando se habló de juntar dinero. Mientras buscaba, M'basa comienza a amenazar al gallego, cosa que una sonrisa en mí rostro.

Doy unos pasos hacia delante y extiendo mí mano con dos billetes en ella en dirección al gallego. - Diez...- Digo con un tono tranquilo. - Es todo lo que tengo encima. Soy Ryuji, de paso.- Hago un pequeño ademán con la mano que sostiene el dinero y hablo una vez más. - ¿Vamos a poner otro punto de encuentro o una forma de contacto?

-me parece bien lo del dinero, no dispongo de demasiado, la parroquia apenas da beneficio, pero pongo lo que tengo a disposición de la organización- no me parecía mal la opción de comprarlo, al fin y al cabo no distaba mucho de la idea que tenía en la cabeza.

Por otro lado, creo poder encargarme de ver que hay en la sala, así como enterarme de que se vende y que se guarda, a veces, en las subastas se dejan ciertos artículos que están vendidos y por tanto no se subastan, no creía que fuera una tarea difícil, mi pequeño ejercito de animales y mi capacidad para comunicarme con ellos no era un secreto para nadie, alguna criatura de la naturaleza sería capaz de entrar y decirme que había, cuanta seguridad, y si no fuera así yo mismo podría meterme en un animal y averiguarlo, si os parece bien, me temo que no soy el que tiene más recursos e infraestructura para esta misión, por lo que cumpliré las ordenes y aportaré todo lo que pueda. Intentanto quitar algo de hierro al asunto, algunos vástagos eran violentos, otros confiaban demasiado en sus capacidades, yo en cambio, simplemente quería ayudar, la organización era lo más importante, desde hacía tantos siglos como generaciones hacía que se me consideraba antiguo, si alguno requiere de mi, o quiere acompañarme será bienvenido, 

también me parece bien buscar un lugar donde reunirnos, mi dominio está libre y carece de sospechas, es una pequeña Iglesia, aunque, si alguno piensa que establecer el dominio de uno de nosotros como punto de reunión es un problema estoy abierto a sugerencias, e iré donde sea mejor para que el plan salga bien y reine un ambiente de cordialidad, creo que todos estamos aquí para lo mismo.

esperé una respuesta y pensé que animal podría ser mejor para una batida de espionaje, si uno propio o uno de la ciudad, si a mis compañeros les parecía bien la idea.

Todo el plan apuntaba hacia la idea inicial del Obispo mexicano, M´basa, Luna y Gallego irían a la universidad para realizar las compras, Ryuji donaba diez dólares, Máximo una cantidad más grande aparentemente, Ribagorda no disponía de mucho efectivo, pero ofrece su iglesia como centro de operaciones.

La formación seria la siguiente:

M´basa, Luna y Gallego ingresan para realizar las compras.

Ribagorda, Ryuji, Marcos y Máximo estarían dentro del edificio buscando indicios de posibles compradores que lleven encima algunas reliquias que escaparían del trio más arriba mencionado.

Tenían dos días para culminar los detalles de la operación, sin embargo el tiempo apremiaba y debían estar atentos a no levantar sospechas no solo de los mortales, sino de sus “camaradas” vampíricos de cada secta respectivamente.