Partida Rol por web

El líder de aquel asalto, se chupa el labio superior y lo suelta haciendo un fuerte sonido denotando disconformidad.

- Muy bien – todos aquellos seres levantan sus armas – les daré diez segundos para que me lo entreguen de buena forma, cada dedo abajo será tomado como tres personas eliminadas, si bajo todos mis dedos – silba fuertemente – entonces ahí sí que tendremos problemas – sus seguidores ríen descaradamente mientras levanta todos sus dedos al aire, baja el pulgar derecho y dice – uno… -

Al rato, un martillo de construcción destruye el cráneo de uno de los hombres asiáticos, otro es apuñalado varias veces y una última es degollada brutalmente entre gritos ahogados por los borbotones de sangre.

- D… - aquel líder apenas pudo pronunciar la primera letra de una palabra de por si corta, ya que, inesperadamente, una flecha le atravesó el cráneo haciéndolo arrodillar y caer en el suelo hecho cenizas –

Al poco rato, los guardaespaldas de los magnates ahí presentes, comienzan a enfrentarse a los asaltantes y, de manera aun inesperada, un grupo más de operativos entran para enfrentarse a aquellos vampiros.

El grupo que había ingresado superaba la decena, iban vestidos con gabardinas y cascos tácticos que le cubrían todo el rostro, comenzaron a disparar sus armas automáticas y rápidamente el caos inundo la pequeña sala.

De entre la multitud, sobresale un chico muy joven quien se acerca con arco y flecha en mano.

Mientras estoy tumbado con mis compañeros en el suelo, observo con suma atención la escena que se desarrolla ante nuestras narices.

-Me ha salido uno de menta, ¿alguién quería menta? -Ofrezco uno a mis colegas, mientras me ajusto las gafas y trato de dilucidar cual es la mejor forma de aprovechar todo ese caos. ¡Tantos disparos, tajos, hasta un tipo con flechas! Luego dirán que no lo hicimos bien, si esto no es libertad para hacer el gilipollas no sé que lo iba a ser.

Vale, me sabe mal que mueran humanos y eso, les quiero y tal, pero la misión es lo más importante. Una vez ganemos nuestra guerra con Lucifer de nuestro lado, podremos revertir toda esta cadena de desgracias a la que están abocados los humanos y los chupavenas sin nuestra guía espiritual. Reiniciaremos las almas, y volveremos a un Edén dónde todos sean felices y coman lombrices.

-Lo ideal seria que nos fueramos todos en perfecto sigilo, aprovechando el ruido y descontrol. Sólo necesitamos alcanzar un acceso para dejarlos atrás y bloquearlos sin que puedan perseguirnos. ¿Culebreamos un poco?... ah el de fresa. Dadme un momento, mientras lo decidís...

Me tomo mi caramelo, mientras espero que estén de acuerdo, o mejoren el plan.

Cuando estoy a punto de saltar para enfrentarme a estos tipos, de pronto todo se vuelve un caos. Un grupo de tipos entran enfrentándose a los asaltantes, mientras uno armado con un arco y flechas, claramente el que había acabado con el líder, se dirige hacia la zona. Me giro a mis compañeros.

¡Salgamos de aquí cagando ostias! exclamo, cogiendo sus manos si es necesario para tirar de ellos fuera de la sala. Si por el camino me encuentro alguno de los tipos que nos han atacado, le estamparé su cabeza contra el suelo de la sala. No pararé hasta llegar afuera con mis dos acompañantes.

Permitiendose una media sonrisa tras el tiro que atraveso la cabeza al cabecilla, Alejo avanzo un poco agachado entre la caotica multitud. No parecia ni remotamente conmocionado por lo que pasaba, y, calmado como si estuvieran en medio de un carnaval reuniendose con unos amigos, les hizo una señal al grupo de Danna, Gabriel y Javi con la mano, apremiante, indicandole que se acercaran. 

Señalo con la cabeza el podio del subastador, dando a entender que se reunieran con el detras de este. Confiaba en que el caos de alrededor los mantuviera ocultos.

Mierda, piensa Danna para sus adentros. No estoy vestida ni para pasar desapercibida ni para salir corriendo en medio de un tiroteo.

¿Qué buscarán realmente, o a quién? En su cabeza se dibuja la idea de una traición, de una trampa para juntar a varias personas en el mismo lugar antes de eliminarlas.

Confiando en que el caos de la situación y en el hecho de que ni ella ni ninguno de sus compañeros deberían parecer más que simples humanos a ojos de un observador no muy atento, Danna se acerca lo más posible a sus compañeros, manteniendose a cubierto lo mejor que puede.

Aprieto con fuerza mis puños al ver el salvajismo con el que los cainitas actúan. El trémulo movimiento de mis labios denota el enojo que llevo acumulando así como la preocupación que siento por los que están conmigo y los humanos en la sala. "¿Qué secretos guarda este libro como para resultar tan importante para nosotros y para los condenados?", pienso mientras observo a mis compañeros y luego a los presentes.

Sin siquiera dar un momento para pensar, el líder de los recién llegados comienza el conteo y con él sus secuaces atacan y asesinan sin más a tres personas. Mis ojos se abren producto de la sorpresa al ver lo que pasa y mi cuerpo se vuelve completamente tenso mientras soy testigo de semejante acto. "No puedo dejarlos hacer esto, no debería...", me digo en el instante en que comienzo a levantarme de mi asiento.

Un silbido se escucha en el aire, el sonido de la flecha que recorre su trayecto hasta finalmente golpear y romper la carne muerta del vampiro que no alcanza a terminar su palabra. Grupos de personas entran y no sé si ponerme en guardia frente a estos o frente a los cainitas que hasta hace instantes nos mantenían como rehenes.

De repente oigo a Javi y una sonrisa me cruza el rostro.

- ¿Cómo podés guardar la calma de ese modo y en un momento como este?- contesto a modo de pregunta a mi compañero, manifestándoseme en mi cierta incredulidad al verle tan comedido, actitud que, sin embargo, evoca en mi respeto y agradecimiento-. Dame el de menta, vendrá bien refrescarse un poco- agrego mientras intento agazaparme un poco sin perder de vista la situación.

Al comenzar a agacharme, el joven del arco llama mi atención y no puedo sino observarle un momento antes de decidirme a hacerle caso y moverme.

 - Danna, tomá a Jazmín y comiencen a moverse... lo mismo en tu caso, Javi. Alguien más vino a esta fiesta para ponerle fin y ahora nos llama, abandonemos este caos primero y luego preparemos nuestra salida de este lugar para preocuparnos por ese libro- les digo en susurros a mis compañeros, levantándome de a poco y haciéndoles señas a todos para que me sigan- Manténgase junto a mí o detrás mío en todo momento, tenemos que movernos hacia el podio donde espera aquel muchacho- concluyo, señalando hacia al joven del arco.

Sonrío ante la pregunta de Gabriel, cuando me pregunta por mi compostura:

-El truco, amigo mío, es pensar a largo plazo y no perder la fe. Cuando todo esto acabe, y nos alzemos con la victoria, todo mal se podrá deshacer. Y estamos cada vez más cerca de lograrlo.

Le paso el de menta, mientras la sonrisa se ensancha:

-Buena elección.

Alejo nos hace señas y mis compañeros empiezan a moverse, por lo que hago lo mismo, yendo enmedio de ellos, para proteger el libro que llevo entre la ropa, con sus cuerpos de ser necesario. Mi idea era ir saliendo, pero quizás Alejo desde ahí pueda darnos otro camino.

Danna agarra a Jazmín de la mano para asegurarse de que no se separa del grupo. A pesar de la situación, se alegra de que el resto de sus compañeros estén allí. No lo dice en voz alta (posiblemente no lo diría nunca, al fin y al cabo una persona en su posición siempre mantiene la compostura) pero su mirada no deja lugar a dudas. La tarea que comparten es muy complicada, y siempre es de agradecer que haya alguien en quien apoyarse cuando las cosas van mal.

-Procura mantener la calma, susurra a Jazmín

Aun así, en mitad de todo el caos, no para de preguntarse el porqué de la situación. ¿Qué necesidad tienen los cainitas de este despliegue de brutalidad? Si lo que quieren es el libro, tienen miles de maneras más discretas de conseguirlo. Al fin y al cabo poseen poderes sobrenaturales, no necesitan entrar a tiros para robar en una subasta. ¿Es esto una especie de mensaje? "Si buscáis el libro vuestra vida estará en peligro" ¿Algo así?

No puede evitar sentir una mezcla a partes iguales de compasión y desprecio por ellos. Por una parte son víctimas, no son más que unos condenados que hacen lo que pueden para que su maldición no les consuma: otro de los muchos fracasos de Dios, por si no había suficientes. Por otra parte los cainitas (y la mayoría de los seres sobrenaturales, todo sea dicho) malgastan su potencial en juegos estúpidos y exhibiciones de salvajismo como ésta, cuando podrían participar en planes muy superiores que realmente cambiarían el mundo. Eso si se molestaran en sacarse la cabeza de sus culos muertos, claro está.

Sacude la cabeza y disipa esos pensamientos. "No es lugar para pensar en eso, y además esas últimas palabras no son propias de una dama"

Centrándose en lo que está pasando en este momento, asiente a las palabras de Gabriel y Javi y, sin soltarse de Jazmín, comienzan a avanzar juntas con el resto del grupo.

Marzo 11

00:15

5 °

Caos, gritos, gente escapando, otros luchando, cenizas, sangre y demasiado tumulto, la mascarada de la Camarilla se hizo añicos en solo unos segundos, pero la gran mayoría no estaba atendiendo siquiera lo que pasaba a su alrededor.

Varios millonarios cayeron victimas de balas, sus guardaespaldas también en algunos casos, en otros, salían y hacían fuego de cobertura para lograr un escape asegurado.

Era una escena casi poética, en momentos de verdadera desgracia, no importa la situación económica, todos se aferran a la vida como buenamente pueden y luchan por ella sin titubear.

Se escuchan las alarmas, los pasillos se volvieron verdaderas estampidas humanas.

Los vástagos que se mantuvieron afuera, no podían hacer nada para entrar y ayudar, por lo que decidieron marcharse junto a los suyos.

Alejo también se unió a los de su clase, y todos juntos, pero a la vez separados por grupos, llegan hasta las calles donde algunas patrulleras y agentes de la Policía Montada estaban dispuestos para atacar a los maleantes.

Sin embargo, el protocolo policial dictaminaba detener a cualquiera que cayera frente a ellos, por lo que tanto personas ricas, como simples trabajadores, comenzaron a derrumbarse frente a las ordenes gritadas por los agentes para luego ser esposados y guiados hasta las patrulleras que ya estaban dispuestas a trasladar a los detenidos.

Cuando salimos afuera, observo la desbandada que se produce por todas partes, y los policias dispuestos a cargar tras escuchar el tiroteo. La suerte está de mi lado, como siempre. Miro hacia mis compañeros y les susurro en el idioma Celestial.

[No os preocupéis, Javi está bien situado, id conmigo y saldremos de ésta, quizás incluso nos den algún Donut]

En vez de actuar sospechoso, mirando a los alrededores, me dirijo a la primera fila de policias, con paso calmado que contradice al ambiente general. Con una mano pliego las gafas para dar enfásis a que no soy la clase de persona con la que se puede bromear (¡que irónia!) y recupero mi placa.

-Soy el Director en Jefe de la polícia científica, éstos van conmigo. Agente, quiero un informe de situaciones. Además también voy a necesitar que uno de ustedes nos disponga de un coche policia, voy a llevarlos a su casa personalmente. ¡Y dese prisa, soy un hombre muy ocupado!

El caos está completamente desatado dentro, pero fuera tampoco está mucho mejor. La policía está intentando montar un perímetro de contención y están deteniendo a cualquier que consiguen atrapar, sean trabajadores, clientes, millonarios. Allí está un importante locutor que está siendo esposado ahora mismo, mientras a la mujer del embajador de portugal la está cacheando una policía.

Miro a mis compañeros, preocupado. Pero solo puedo hacer una cosa. Seguidme, por aquí digo, dirigiéndome a un lateral, buscando escapar entre todo el caos, buscando que no nos vean irnos.

La situación se había ido por completo de las manos hacía rato. En el momento que algo parecía ir mal atinamos a movernos, pero no fue lo suficientemente rápido, si bien logramos reagruparnos, nos vimos envueltos en la multitud que buscaba escapar. 

Al ver a los miembros de la policía cortando el paso y deteniendo a todos los que se ponían en su paso comencé a mirar los alrededores, en busca de huecos entre las personas por donde moverme. Dando un vistazo momentáneo detrás mío, le presto atención a M'basa en el instante justo en el que habla y se dirige en una dirección distinta. Doy una leve sonrisa, acto seguido, dando uso de mis habilidades de ofuscación para estar más seguro de no llamar la atención, busco moverme lentamente por los huecos entre la multitud siguiendo los pasos de mi compañero.

Mientras comenzamos a movernos por la sala, abriéndonos paso hacia el exterior, no puedo evitar lanzar miradas constantes al terrible espectáculo que se ha ido desarrollando. Los golpes, las balas, los gritos, la sangre y la ceniza, todo se mezcla en una extasiada danza de violencia y muerte que se propaga metro por metro mientras nosotros escapamos.

"Henos aquí dejando detrás nuestro un reguero de sangre, escudándonos en nuestra causa para evadirnos del cuidado de ellos... tal vez una salida fácil, pero a dónde nos ha llevado, a dónde me ha llevado", cavilo mientras me rezago un poco para dejar pasar a mis compañeros y continúo observando lo que sucede en la Universidad. "¡No, no es momento para flaquear y dudar Zehazel! Tenemos un propósito y lo hacemos por todos los humanos que han quedado abandonados, aunque ello suponga un... sacrificio de ambos lados", continúo pensando hasta que finalmente logramos salir del lugar. Es en ese momento en que una pregunta recorre los limitados espacios de la mente de mi huésped: "Y sin embargo, a pesar de que sé qué nos impulsa y reconozco la nobleza de nuestro objetivo, ¿por qué siento que no podría sostener la mirada juzgadora de Miguel si le tuviese frente a mí?", me digo finalmente, apretándome apenas el pecho mientras degusto el amargo y humano sabor de la culpa.

La voz de Kushiel resuena en mi mente y me llama la atención, y es recién ahí cuando reparo en el movimiento y el caos generado, así como en el número de policías que se han presentado frente a la Universidad. Escucho a nuestro compañero mientras hace gala de sus credenciales y me mantengo en silencio, cumpliendo el papel de una de las acaudaladas víctimas de los sucesos que se dieron adentro.

[- En verdad debemos agradecer la presencia de un policía entre nosotros... nunca más conveniente que ahora- comento a los míos en lenguaje celestial-. Anda Kushiel, ofréceles también caramelos que con tu labia seguro los aceptan- agrego en tono jocoso, intentando despejar mi cabeza.]

El adolescente se unio a Javi y los demas cuando salieron de la facultad sin decir mucho mas que algun gruñidito de asentimiento cuando le preguntaban algo. Guardo su arco en una funda de violonchelo que llevaba a la espalda, casi tan alta como el. Cuando lo hizo, el resto pudo ver tambien que habia alli guardada un hacha de aspecto bastante siniestro.

[- Landerbert me envia dijo sin rodeos, tambien en celestial, mientras Javi se encargaba de los mortales - Tenemos que llevarle el Libro Negro, de inmediato. Con todo lo que ocurrio no pude robarlo, pero tenemos que conseguirlo a como de lugar. Tienen idea quien pujo por el? O si estaba expuesto al menos?]

Luna intenta huir en la direccion de M'basa pero antes de dar un paso un par de policias le agarran fuertemente.

A pesar de que la gran mayoría pudo escapar de las fuerzas policiales, notaron que Estefania no pudo zafarse y fue una de las primeras en caer víctima de varios golpes con cachiporras por parte de los agentes y luego fue llevada en una patrullera hacia la comisaria jurisdiccional de la zona.

M´basa, Marcos y Ryuji lograron agruparse al costado del edificio donde el caos era nulo, mientras que Máximo y Augustin aún no aparecían en ninguna parte.

El celular de M´basa suena y al contestar escucha la voz carrasposa de Jonah Anselmo, el nosferatu.

- ¡¿Pero que paso manga de boludos?! – pregunta toscamente como saludo – salgan de ahí, diríjanse a la calle Reconquista y bajen por el alcantarillado –

Dicho eso, corta la llamada.

-Todo parecía ir tranquilo. De hecho fascinante por los objetos que se eran subastados, aunque estaba apunto de ofertar por el libro decidí no hacerlo escuchando a M'Basa, era mejor esperar por algo más, mirar el resto de los objetos para así ver si hay algo más claro, o incluso saber quienes fueron los propietarios.-

-Al momento de ver la pintura me vi cautivado, era asombrosa, ese aspecto tétrico y siniestro que tenía, ese estilo oscuro, la paleta de colores y el detalle de los huesos era de verdad inspirador. aunque dudaba que fuera una compra beneficiosa, tampoco creía reunir el suficiente dinero por ella, hasta que en eso todo se fue interrumpido por la falla eléctrica.-

Esto no me gusta... -Fueron mis palabras al empezar a escuchar esos pasos venir hasta la sala, en eso al ver a todos aquellos posibles vampiros me llegué a alarmar, quisiera al menos tener una pistola para defenderme, pero suponía que tendría que valerme con mis habilidades para escapar de la situación. De momento traté de calmarme hasta que vi como aquella flecha atravesó el cráneo de quien podría ser el jefe de aquel grupo que llegó.-

-Entonces todo se volvió un caos, balas iban y venían ante nosotros, justo una de las personas inocentes que estaba a mi lado recibió un disparo a un costado, aunque era tomado de la mano por M'Basa gracias a por las sillas llegué a caer mirando como huían. ¿Estaba jodido? lo dudaba, más lo estaría quien se cruzara frente a mi. En el suelo escuchaba los gritos de mujeres y hombres inundando la sala junto al sonido de los disparos y casquillos caer en una perpetua armonía.- ¡Mierda mierda mierda!

-Fue lo único que dije en el momento cuando tenía el pecho en el suelo, decidí comenzar a arrastrarme como hace muchos años lo hice en la guerra, abriéndome paso entre los cuerpos mientras el ambiente parecía volverse oscuro. Entonces las memorias volvían, podía oler la dulce sangre en el aire como comenzaba a volverse en ese olor metálico, como el lodo cubrían mis palmas arrastrandome por el campo de batalla, pasando entre cuerpos del enemigo y de mi propio pelotón, había vuelto nuevamente a esa época.-

-Mis nervios aumentaron mientras salía de aquel recuerdo. Pude ver una salida vacía a lo cual decidí ir hacia ella, moviéndome entre las cenizas que yacían en el suelo hasta que logré salir. Se había formado una mezcla de mugre de color rojo grisáceo en mi ropa como si fuera un pegoste, hasta que salí corriendo de la sala, los gritos no paraban y podía ver por las ventanas del corredor como venían más hacia la universidad, como personas eran arrestadas y si no apaleadas por los garrotes.-

Hijos de puta, ¿quien mierda pudo cagarla así? ¿Acaso el Principe murió o algo así? -Dije en un murmullo mientras seguía corriendo por los pasillos hasta llegar a una escalera de emergencia hasta la planta baja. Así como pude fui agachado por las zonas oscuras del lugar, pasando de los policías hasta lograr alejarme de la zona de peligro. Jadeante lleve mis manos hasta la cabeza mirando hacia la universidad, solo esperando que los demás tuvieran suerte.-