Partida Rol por web

El área de combate narraba visualmente batallas pasadas, aunque no habían sido tan violentas pues las instalaciones no demostraban que alguna masacre se haya realizado en dicho lugar. Los Kombatientes entraron a la plataforma e ignoraron las miradas de algunos guardias presentes, sabían que habría sangre pero era su deber evitar que ambos guerreros llegaran muy lejos.

Chocando en metal en la planta de sus pies con la piedra en el suelo Kariba dio los pasos que le faltaban para plantarse frente a su contrincante, sus ojos de rojo brillante se iluminaron al comprender qué era lo que tenía delante, otro monstuo ciberarmamentístico como en el que habían querido convertirla a ella.

- Si queda algo de la persona que fuiste allí dentro... -dijo mientras tomaba posición de lucha y apretaba puños- Te sacaré de allí, aunque tenga que ser a golpes.

Un par de guardias acercaron a la arena un torso metálico que dejaron en el suelo antes de retirarse, pasaron unos segundos de silencio hasta que extremidades conformadas de cables y un material fibroso de color oscuro aparecieron rápidamente hasta darle una forma humanoide. De las cuencas de un cráneo metálico emergieron unos lentes triples que giraban a la izquierda o derecha a cada instante y un único ojo de color azul neón que brillaba con maligna inteligencia. R-080-N había sido activado.

—Unidad comprometida, memoria... incompleta... —su único ojo brillante se fijó en Kariba, y de su muñeca se desplegó una afilada hoja que cortaba con solo verla—. Iniciando secuéncia de autoD-E-S-T-R-U-C-C-I-Ó-N.

El filo raspó contra su protección epidérmica, rasgándola con un chirrido que daba dentera. Cuando fue a reaccionar comprobó que el androide estaba en posición defensiva.

- Cuando libere a mi marido el mundo no conocerá prisiones, ya sean de piedra -tamborileó las placas sobre su piel- o de metal ¡Prepárate!

Catapultada hacia delante por las mejoras neumáticas en sus piernas golpeó con sus rodillas contra la guardia que R-080-N, sintiendo que el golpe se amortiguaba pero ya estando prácticamente encima de él.

Con un silbido de gases liberados a presión la musculatura de Kariba aumentó, preparándose para una descarga de golpes que reventasen los sistemas de su contrincante atrapado.

El androide intentaba parar la mayoría de los golpes pero era imposible, su oponente había logrado superarlo y si no lograba hacer algo al respecto pronto sería convertido en chatarra a base de golpes. Lineas de código serpenteaban en su mente a toda velocidad mientras buscaba una salida de aquel enredo.

El chisporroteo revelaba que su enemigo estaba perdiendo integridad física y que próximamente sus sistemas podrían llegar a sobrecalentarse, algo que ella conocía bien pero que podía no ocurrir en un modelo tan distinto al suyo.

Con una voltereta hacia atrás Kariba se elevó unos metros del suelo, activando pequeños repulsores en sus codos, rodillas y talones para suspenderse en el aire un instante y liberar un bombardeo de haces de luz concentrada sobre R-080-N.

- ¿Dónde estás ahora? -dejó escapar al mirar alrededor al tiempo que sus pies hacían contacto con el suelo, habiendo creado una humareda que le impedía ver con claridad.

Al contrario que R-080-N, que había recibido entrenamiento marcial con aquel equipo, Kariba sólo había sido el conejillo de indias sobre el que se había experimentado con todos los prototipos que pudieron desde hacía décadas, comprobando sólo si funcionaba y no si sabría operarlos.

R-080-N corría a través de la salva de proyectiles que hacían volar retazos del suelo y también lograban impactar en su coraza de acero. Una enorme nube de humo se levantó como resultado y Kariba no podía discernir donde se encontraba el androide de combate.

Con un salto, el asesino mecanizado hizo aparición otra vez. Una estela de humo le seguía en su potente salto hasta que llegó a la altura de su rival; tenía varias aberturas y en algunas partes de su cuerpo se podían ver órganos sintéticos que se batían y pulsaban bajo enredaderas de cables y circuitos. Una sola patada se dirigió al pecho de su contrincante para lograr derribarla de vuelta al suelo e interrumpir su secuencia de disparos.

—... Unidad comprometida... iniciando restauración de memoria... —Parecía hablar como quien estuviese totalmente ajeno a lo que ocurría realmente, hacia aspamientos con la cuchilla al aire: moviéndola a tanta velocidad que se convertía en un borrón dibujando ochos e infinitos.

Estrellándose contra el suelo entre chasquidos y crujidos de materiales rotos Kariba salpicó de pegajosa negrura alrededor de su impacto y rebotó contra un lado. Su ojo derecho se apagó momentáneamente mientras se reincorporaba con dificultad y miraba a las alturas.

- Con que tu memoria emerja unos momentos bastará -declaró antes de cargar hacia delante contra R-080-N.

Los aspavientos de su cuchilla hendían en los brazos de ella pero una de las pocas ventajas de aquel cuerpo es que sentía menos dolor que con su cuerpo original, palmo tras palmo se fue apretando contra el androide, constriñendo su cuerpo y limitando su movilidad.

- Mírame, hijo de Eva -le susurró al tenerle por fin preso-; aunque sea a través de estas lentes, mírame.

Kariba se aferró fuertemente y no daba cuartel a ningún movimiento en falso. R-080-N intentaba zafarse pero era fútil superar la fuerza de otro ser aumentado tecnológicamente. Un único ojo veía a todos lados y se fijó en los de su rival mientras que un chisporrotazo apareció en algún lugar de su nuca.

—... Unidad comprometida... Restauración de memoria al 35%... —el modulador de su voz había presentado una que otra falla que le hacía sonar más o menos humano, aunque solo por unos segundos

Tan rápido como habló retiró la cabeza hacia atrás y la empujó hacia adelante con la misma velocidad. Un choque metálico impactó la frente de Kariba con la fuerza suficiente para alejarla de él. R-080-N retrocedió con un salto y sus extremidades giraron velozmente para despedir piezas inútiles y tornillos doblados.

El choque de ambas cabezas llevo a que Kariba retrocediese por un instante antes te levantar la mirada en busca de R-080-N, su ojo izquierdo titilando una holoproyección que indicaba el área que examinaba, cuando dio con el androide una luz roja marcó la zona de su cuello expuesta.

Lanzándose en galope feral a cuatro brazos como una pantera se abalanzó sobre él para, en el último instante, reconfigurar su mano con jacks multifunción que encontraron dónde conectarse y forzar su sistema a un cierre parcial que dejase escapar, aunque fuese tan solo por un instante, la conciencia que ella creía atrapada bajo circuitos.

- Mi nombre es Kariba, hijo de Eva, y pronto seremos libres

Los dos androides se conectaron y al causar una brecha en los sistemas de seguridad automática de R-080-N su interfaz neural fue invadida por un torrente de imágenes glitcheadas. Personas que le apuntaban, otras que se acercaban a abrazarle y unas últimas que le dirigían saludos marciales. Mensajes de alerta en cifrados binarios que salían disparados a toda velocidad en cascadas de unos y ceros. Lo último que se extrajo fue un fragmento de la memoria visual del androide de combate; incompleta y corrompida.

^{—...ENCUENTRA LOS REGISTROS... —...PROTEGEDESTRUYE LOS DATOS... —... NO OLVIDES... —...NUNCA OLVIDES.}

La visión se interrumpió de golpe con un espasmódico movimiento del androide quien se retorcía y logró escurrirse lo suficiente lejos de Kariba como para sufrir por sus averías en solitario. Otra explosión de chispas salió volando a través de su espalda y cuello hasta que unos pequeños y cortos brazos retráctiles aparecieron de su torso. Algunas eran pinzas que cortaban y colocaban piezas de repuesto en su sitio y otros eran soldadores que se ocupaban de cerrar las "heridas" recién reparadas. El brillo azul del androide parpadeó un par de veces y realizó unos cuantos aspamientos con la hoja plegable.

—... Unidad comprometida... Restauración de memoria detenida al 59% —volvió a adoptar una pose de combate—. Errores... detectados.

Kariba agitó la cabeza tras experimentar el volcado de datos sobre su sistema, incapaz de darle sentido más allá de vívidos fogonazos de una vida que no era la suya, la que debía de ser de la persona que una vez fue el androide ante ella.

Sintiéndose asfixiada por los implantes por todo su cuerpo trató de arrancarse uno del pecho pero un chisporroteo la llevó a convulsionarse con violencia y acabar de rodillas en el suelo, jadeando, furiosa. Todavía no había llegado el día en que podría librarse de su prisión tecnológica pero a cada combate daba un paso en la dirección correcta para conseguirlo.

Cerró los ojos un instante y los fluídos negros de esparcidos por el suelo comenzaron a deslizarse hacia ella, fundiéndose con su cuerpo y poco a poco reparando los desperfectos; cuando los abrió de nuevo lucían de un rojo lleno de energías.

- Sé que estos sistemas no me soltarán pero puede que los tuyos sí, con unos pocos golpes más - y con esto aprovechó la distancia para producir una jabalina de oscuridad, lanzársela y adoptar una postura defensiva.

R-080-N recibe el golpe y rueda por el suelo para ponerse frente a frente con Kariba. El androide empezó a intercambiar golpes que se volvían borrones en el aire y aunque la mayoría de ellos eran bloqueados se trataba claramente de un truco para desgastar las energías de su rival.

La andanada de golpes de R-080-N se encontró de frente con un escudo energético proyectado por Kariba, desviando varios de los puñetazos y amortiguando el resto bajos estallidos de luz cada vez que sus puños chocaban con aquella pantalla protectora.

Cuando el androide paró durante un instante pudo comprobar que buena parte de los impactos que había logrado infligir sobre ella se estaban reparando con un sellado líquido negruzco. Ese fue el instante en que Kariba se permitió sonreír, confiando en sus posibilidades.

- Ñami Ñami, amado mío, dame tu fuerza ¡Jaaaa! -con un devastador puñetazo empujó hacia atrás a R-080-N y, antes de que pudiera recuperarse del todo, ella ya cargaba de nuevo hacia él. Las manos abiertas cual garras y los dientes mostrados como fauces hambrientas.

El androide cayó al suelo y se quedó ahí tendido mientras que asimilaba sus daños y hacía un recuento de la energía que le quedaba. Su ojo azulado parpadeó un par de veces y al acercarse Kariba con un salto fue que el androide recuperó la consciencia. Levantó sus dos pies en una patada propulsada hacia arriba que golpearon sus costillas. Una vez llegó al sitio deseado empezó a impulsarse con unos propulsores de aire comprimido y con ello siguió pateando el torso de su contrincante a gran velocidad, rompiendo así órganos internos y huesos por igual.

—...Restauración de memoria al 67%...

Había subestimado a su presa y, al desprotegerse para cargar, R-080-N estaba haciéndole pagar muy caro su error. Todo dolía y sus golpes eran demasiado rápidos como para pararlos y fuertes como para resistirlos, su última patada la mandó rodando hacia atrás, salpicando de ícor negro en su recorrido. Cuando fue a ponerse en pie varias piezas de sus cibermejoras se desconcharon con un tintinear y otras quedaron colgando del cableado que las unía a su sistema.

Ya no sonreía. Se pasó la mano por el labio reventado antes de extenderla hacia delante con la palma abierta.

- ¡Kupisa! -soltó en alarido de guerra africano y un haz de luz trazó una línea por el campo de combate para inmediatamente después ir estallando en avance inexorable hacia el androide- ¡Kudzívirira! -volvió a gritar y la pantalla protectora de energía se formó en torno a ella- Soy la trampa de la serpiente, el remanso de un dios y no conoceré la derrota en vida.

R-080-N blandió su espada y empezó a cortar el aire a toda velocidad trazando ochos que eran difíciles de seguir con la mirada. La hoja golpeó varias veces el campo de fuerza sin éxito hasta que después de unos impactos logró crear una brecha en el escudo de energías y entrometer la espada para dejarle unos cortes a su rival. Uno de ellos impactó en el rostro de su contrincante, si lograba nublar sus sentidos podría sobrevivir un poco más.

- ¡Yeaaargh-tzzzztx-tzzzztx! -exclamó de dolor cuando aquella hoja atravesó su defensa y reventó la lente y circuitos de su ojo provocando un estallido de chispas.

De un golpe de antebrazo desincrustó aquella espada de su craneo, liberándola a la par que soltando piezas rotas y dejando escapar líquidos que se deslizaron por su rostro; mientras su otra mano salió disparada contra el cuello de R-080-N para aferrarse a ella con la fuerza de una garra neumática.

Apenas podía ver y sentía al androide estar a punto de reaccionar pero sus dedos encontraron aquella parte expuesta que había cortocircuitado en él durante el round anterior y apretó hasta escuchar un chasquido, luego otro, terminando en aquellas letales extremidades quedando laxas. La rabia y el dolor le compelían pero no podía dejarse llevar por sus bajos instintos, debía ganar... y hacer aliados.

- Ahora termina -jadeó cada vez con menos dificultad a medida que sus piezas y fluidos regresaban a ella para comenzar el proceso de reconstrucción-, termina de restaurar tu memoria, hijo de eva.