Partida Rol por web

El androide se dobló con el súbito impacto de la cabeza de Adra. Tornillos salieron volando y cables se despegaron con la fuerza del golpe. Una visión distorsionada apareció en la interfaz neural que conformaba la visión de R-080-N y mensajes de alerta aparecían a velocidades alarmantes desde todas las direcciones. Frente a él, tres mirillas digitales apuntaban a la muchacha señalando la prioridad actual: asesinar a la niña poseída.

El androide empezó a acercarse y arrojar estocadas y cortes para hacer retroceder a la muchacha quien parecía ser capaz de bloquear los ataques con sus propios brazos. Sangre negra volaba por los aires con cada tajo y consumía el suelo, vegetación e incluso la propia espada. Al menos hasta que el asesino mecanizado encontró un hueco en su defensa y le devolvió el favor con un cabezazo que resonó con un fuerte sonido metálico, bastó para tumbarla y hacerle ganar tiempo.

Se agazapó sobre sus cuatro extremidades como una especie de animal y empezó a retroceder a base de contorsiones que podrían haber matado a cualquier ser vivo normal. Se irguió de repente sobre sus dos piernas y el ojo de neón le parpadeaba de manera preocupante.

—Unidad comprometida... iniciando restauración de memoria... —arrojó un tajo al aire para apartar de la hoja la sangre ennegrecida de Adra—. Objetivo actual: suprimir todas las amenazas a la memoria interna.

La embestida del enemigo la dejó fuera de combate por unos segundos, derribada mirada el oscuro cielo sobre aquel profundo laberinto y con un movimiento que semejaba la levitación se incorporó desde el suelo sin doblar tan siquiera las rodillas en la incorporación.

Esta vez decidió saltar por los aires y patear varias veces la esfera superior de aquel androide, quebrando levemente aquel extraño y resistente material.

R-080-N recibió una de las patadas de Adra y antes de que la muchacha pudiera continuar atacándole el androide le cogió por una de las piernas y con un brusco movimiento la golpeó contra el suelo con una fuerza sobrehumana. Haciendo la tierra retumbar por el impacto y realizando una patada de remate que le hizo rodar unos metros lejos del androide. Pequeños brazos mecánicos aparecieron otra vez de su torso y empezaron a cerrar cortes superficiales mientras que las piezas que habían quedado desperdigadas se veían atraídas a su cuerpo mediante una especie de magnetismo... poco a poco, R-080-N se estaría recuperando de sus "heridas" para continuar con la batalla mientras que su rival se levantaba.

No le daría tregua, ni piedad. Solo un pensamiento se codificaba en los circuitos del asesino cibernético: mantener la unidad de memoria a salvo y eliminar las vidas de los que atentasen contra ella.

El androide no se hizo esperar y empezó a hacer aspamientos con la espada mientras que se acercaba a Adra un paso a la vez. La hoja parecía haberse empujado un poco más lejos de la mano y realizaba giros a altas velocidades como si se hubiese convertido en una especie de cierra.

R-080-N inclinó la cabeza hacia un lado y las robóticas palabras salieron de su inexistente boca:

—Unidad comprometida... Restauración de memoria al 40%... Pasando a modalidad de "Muerte Inminente".

Su espalda se abrió para revelar dos brazos mecánicos adicionales y de similar tamaño a sus extremidades superiores. Uno de ellos era acabado en garras igual a sus otros dos brazos mientras que uno terminaba en una afilada cuchilla. Su ojo antes azul brilló con una intensa luz roja y se agazapó como un depredador antes de dar un salto para atacar a la presa. Con velocidades inusitadas empezó a arrojar golpes, patadas y estocadas en dirección a Adra para realizar la mayor cantidad de daño posible.

Casi sin tiempo a recobrarse de la anterior y brutal lluvia de golpes que la dejó fuera de combate, aún levantándose con su manita apoyada en la rodilla, el androide volvió a la carga con otra embestida de golpes y espadazos que amorataron su blanca piel y bañaron de oscura sangre el alrededor de los combatientes.

Entre golpes, consiguió agazaparse dolorida y girar sobre sí misma extendiendo una pierna, haciendo caer al androide y haciendo parar la estampida de golpes, aún en el aire y antes de caer al suelo, Adra consiguió golpear con un tremendo puñetazo al robot, haciéndolo elevarse y retroceder, para así darle tiempo a recuperar el aliento y prepararse.

El androide estaba fuera de sí, atacaba con una velocidad cada vez más alarmante y parecía ir a por todas mientras que repetía constantemente el estado de su restauración de memoria como si no estuviese ocurriendo nada a su alrededor. Estocadas y golpes llovían sobre Adra como una tormenta de metal y sangre. Si no lograba hacer algo, el ganador de este combate sería el asesino robótico.

Con los puños creaba moretones, con las espadas cortaba y desgarraba. Pronto llegaría al punto en el que no podría soportarlo.

El último golpe recibido hundió la cara de Adra contra el suelo, dejándola sangrando, amoratada y rajada por el ataque de aquel androide y sus espadas, era bastante rápido y éso la hacía reír como un demonio jugando a destripar a sus presas, tumbada en el pavimento, con los ojos abiertos y riendo volvió a levantarse de un modo que parecía  levitaba, en ésta ocasión ni torció su espalda para incorporarse. 

Nada más levantarse, volvió a saltar hacia su enemigo, ahora un poco exhausto tras su brutal ataque a la pequeña, ahora le tocaba a ella devolver el daño recibido, en el impulso de su aparente vuelo golpeó con ambas rodillas a R-080-N en la esfera que parecía que protegía con su vida, al mismo tiempo que sujetaba ese artefacto, permitiendo hundir en el suelo casco y rodillas, quebrando el duro material del que se componía, el androide quedó tumbado y Adra se levantó, quedando la esfera entre sus piernas, la pequeña comenzó a dar violentos puñetazos sobre el enemigo, saltando chispas y alguna pieza metalica del androide y oscura sangre de los nudillos de Adra, intentando romper aquella esfera que tanto protegía, resquebrajando cada vez más con cada brutal impacto hasta que finalmente dio una patada al inmovil cuerpo del androide asesino, haciendo que impactara contra el tronco de uno de los arbustos y quedando tumbado frente al mismo.

Adra lo miraba y seguía riendo con ésa voz diabólica

R-080-N perdió sus piernas con el terrible ataque de Adra y salió volando contra el tronco para chocar con gran fuerza. El androide parecía apagado del todo hasta que un chisporrotazo apareció en su cuello y este levantó la cabeza.

No había acabado.

Las piernas métalicas se alzaron en el aire y volvieron al androide a toda velocidad cortando las rodillas de Adra en su vuelo, cuando se encajaron en su lugar el androide se puso de pie y su ojo brillaba con malignas intenciones mientras que su pecho se seccionaba y empezaba a abrir. Con unos ágiles movimientos el androide clavó una de sus cuchillas en el pecho de adra y con la otra atrapó ambas de sus manos atravesándolas. Una cacofonía extraña era reproducida una y otra vez de su unidad de sonido mientras que se iba acercando más y más a su victima.

—Unidad comprometida... Memoria restaurada... Fuiste una terrible molestia, niña-demonio... Prepárate para volver con tu creador —Fue lo único que dijo, y el hecho de que su voz sonara más humana le añadía un terrorífico detalle a su acto final.

Su torso se abrió para revelar un infierno de engranajes afilados, cuchillas y pequeños brazos con pinzas que apuntaban en dirección a la muchacha. El androide golpeó con un rodillazo su abdomen y con la mano libre tomó las coletas de Adra para acercarla más a la trituradora que conformaba su interior. Tiró de su cabeza con fuerza hasta que su rostro empezó a chocar contra el caliente y rechinante acero; luego vino el hueso y finalmente los órganos de su cabeza... así duraron unos tortuosos segundos hasta que el asesino robótico la arrojó al suelo.

Lo que quedó de Adra dejó de moverse, mientras que una viscosa masa negra empezaba a brotar de sus heridas...

FATALITY

R-080-N WINS

FATALITY