Partida Rol por web

¡Macedoniaaaaaaaa! ¡Alejandroooooo!

Nuestros héroes han cumplido sobradamente con lo que esperábamos de ellos: se quedan haciendo el gamba en el jardín.

No es de extrañar, por tanto, que Courtney, una pequeña garrapata que vive de los elimentos enviados mensualmente al Presidente, se interese por uno de los protagonistas. Courtney, la pequeña garrapata, ha tenido una vida muy dura, alimentándose de todo tipo de engendros, yonkis y políticos.

Tanto es así, que más que interés, la pobre lo que tiene es un mono horroroso por probar sangre chunga, y tiene el presentimiento de que en este grupo lo mínimo que va a encontrar es sangre con crack y gasolina. Y en un plano de detalle, vemos como Courtney salta sobre Candelario, el buen gitano candelario, y le empieza a rechupetear la sangre, en un generoso intercambio: ella pilla sangre, y Candeleda pilla varias enfermedades, en concreto gonorrea, lepra, hepatitis B (amarilla es, amarilla es, la hepatitis B), y el síndrome de La Tourette (si no sabes torear pa que te metes).

Eso si, este pequeño affaire no distrae a nuestros héroes de su frenética actividad papando moscas. Cosa que retrasa la alimentación presidencial, por cierto. Una contigencia sobradamente prevista por el personal de la Casa Blanca, ya que sólo han de soltar a Rudolf para que indique amablemente al ganado por dónde se entra en el edificio.

Rudolf, el amable ciervo guía, consigue convencer a los mongolos estos para que avancen hacia la casa. Bueno, con algún que otro chamuscón involuntario a George Francis, que se ha quedado empanado y recibe con apatía un misilazo en la pierna que se la arranca de cuajo, proporcionando un bello espectáculo de chorros de sangre, proyección de carne y astillas de hueso. Pero vamos, que Rudolf hace de puta madre su trabajo, todos han llegado a la puerta. Una pierna menos es un detalle menor.

Pero... ¡Horror! ¡Hay algo taponando el camino! ¡Una enorme horda de... de...!

¡Las terribles frutas zombis! Que siguen a otro elemento igual de temible, o incluso más, la nieta del Che Zombi:

Aunque si nos fijamos bien, más bien parece que las zombifrutas, más que seguir a la chezombinieta, la persiguen. Si los protagonistas estuvieran viendo el programa en vez de ser parte del mismo, podrían escuchar la explicación por parte del presentador, cosa que si hacen los miembros de la Resistencia:

- "Al parecer, los experimentos para fomentar el vegetarianismo entre los zombis llevados a cabo por Lydia Guevara han salido como todos esperábamos: como el culo. Así que ¡vamos con la encuesta SMS de esta semana! Ante la pregunta ¿Que cree usted que piensa el Presidente de su nieta? les damos dos opciones, A, Se siente orgulloso, y B, Está buscando una tumba para revolverse en ella. Mande un SMS al 555 ÑAMPAZOMBI con el texto A para la opción A y 2 para la opción B."

Ni que decir tiene que la Resistencia aplaude al ver que el fallido experimento de Lydia puede acabar con ella. O tal vez el propio Rudolf, si le falla el tino con los misiles. Incluso puede que sean los propios héroes los que lleguen a... bueno, a saber.

Porque ahora mismo andan un pelín jodidos. Porque a Rudolf no se le acaba la munición, y a las frutas zombis parece que se les ha despertado la gusa.

¿Sobrevivirán?

(George Francis maldice y maldice por su estupidez. El pobre se pasó el rato preguntando tímidamente por el guión y haciendo lo posible por pasar desapercibido y no acaparar la atención de las cámaras tan pronto, que en películas como ésta es un índice fiable de muerte prematura. Pero nada, parece que el director se ha pispado de su inutilidad y quiere estimularle.

GEORGE FRANCIS: ¡No es justo! ¡El público no ha empatizado conmigo, con lo que matarme no causaría ningún efecto sobre ellos! (Rudolf deja de lanzarle misiles) Aunque, bien pensado, es un recurso eficaz para crear sensación de peligro... (Se arrepiente de haberlo dicho cuando otro misil le chamusca la pierna, y sigue corriendo tapándose los oídos con las manos)

G. F. (susurro): Tengo que trazar un plan. (Saca su libreta, y empieza a garabatear con su pluma.) Puedo predecir los acontecimientos con bastante precisión: lo único que tengo que hacer es hacer que mi supervivencia resulte oportuna. Por lo tanto, no puedo ser el amigo de nadie con pintas de prota. Si acaso, tendría que ser su novia. Hummm... ésto no pinta bien. (George llega a la puerta más pronto de lo que pensaba, propulsado por un misil que se niega a explotar hasta haberle sodomizado por completo, y se encuentra con la amenaza de las frutas zombi.) ¡Eso es! Puedo ser el gracioso. Eso puede no salvarme, pero me dará más tiempo...

(Mira a las frutas y sabe exactamente lo que necesita ahora. El problema es que se trata de un útil de cocina, y no es por lo tanto un bien fácil de encontrar por ahí... pero sabe que Fred el Ojitos, el cámara, gusta de hacerse un batido de papaya en el rodaje...)

G. F. (a alguien que pase por ahí, con voz rotunda y enigmática): Confía en mí. Tengo un plan.

VOZ EN OFF (de George Francis): Ahora todo depende de la realización. No puede ser tan difícil, se lo he visto hacer a muchos actores mediocres. Las claves son:

1. Frente inclinada.
2. Mirar fijamente a la cámara, sin pestañear, con cara de se acabó.
3. Paso seguro, pero leeeento. Sobre todo con cosas explotando a los lados.
4. Música. ¡Oh, se me olvidaba! Tendré que tirar IPOD.

V. E. O. : Bien, con ésto bastará. Ahora, sin dejar de mirar al cámara como si le odiara (joder, espero que no me entre la risa) le arrancaré la batidora de las manos y me la llevaré hasta las frutas para hacerlas frente con ella. Espero que la canción dure todo eso... porque la siguiente...

Seguían andando hacia la victoria, o la vergüenza, ambas palabras que empiezan por V y que podrían definir los objetivos que motivaban a estos pobres desgraciados. El Fary los seguía a todos y los miraba con cara de circunstancia, haciendo una porra mental de quien de ellos duraría menos que el resto. Y es que el Fary no sentía demasiado agrado por los personajes que vivían esta experiencia que solo un psicólogo de los caros o una muerte horrible podrían hacer olvidar. Sin embargo, él parecía mirar con menos aprecio, o sea, con más desprecio, al musculitos quejica. Y es que si había algo que molestaba al Fary, era un hombre blandengue.

"Maldito hombre blandengue... seguro que es de esos que bajan a la compra y lavan la ropa, en vez de darle un guantazo a sus señoras cuando se descuidan en sus labores... Y mira que lo dejé claro cuando fui a la tele, pero los chavales de hoy en día no aprenden ná de ná".

Sus oscuros pensamientos nostálgicos y didácticos se desvanecieron cuando al fin se hace evidente que el Ché empieza a mover sus fichas. Claro que se nota que al cabrón le gusta jugar, porque saca la primera mierda que encuentra por ahí... y es que no nos engañemos, unas frutas zombies, por muy zombies y muchas que sean, no dejan de ser unos seres ridículos que solo matarán o morderán a los más tontos o menos graciosos. Aún así, tampoco tenía uno que descuidarse, el público que veía ésto por la tele tampoco es que fuera muy listo, incluso aplaudían al ver como una fresa y una uva se lanzaban a las gónadas del más retrasado. Por lo tanto, debían cargárselas pronto, y más teniendo en cuenta que no eran la única amenaza. Cerca de ellos, un reno propulsado con cohetes de bajo presupuesto y que está tan tieso que parece de pega, persigue a los insensatos a fuerza de proyectil, y lo peor es que parece que a pesar de que los productores no se habían gastado mucho en el atrezzo, los petardos no escaseaban y no se acaban.

Para hacer más dramática la escena, había un tercer tipo de enemigo. Una buscona semidesnuda, con cartuchos tapando sus partes pudendas para no sufrir la ira de los censores, lideraba la marcha... o al menos figuraba por ahí como si fuera una amenaza. Sin embargo, el Fary no sintió miedo al verla, si no otra sensación mucho más guarra. Dentro de sus pantalones algo parecido a un volcán se agitaba, y empezaba a erguirse, haciendo que la prenda del Fary pareciera una tienda de campaña de las familiares. Se trataba de Torito, su miembro monstruoso.

-Ahora no, Torito, tenemos que cargarnos  al reno antes de cepillarnos a esa picarona- decía el Fary, mirando su entrepierna- Te prometo que si no les damos unos capones a las frutas podridas y al bicho volador, y si los demás quedan al menos un 67% del cuerpo de la moza, dejaré que le des un buen meneo, pero ahora vamos a reventar la puta cabeza al animalillo ese- Atendiendo a razones, Torito se relaja un poco, aunque aún sigue medio erecto, expectante por ver qué le dejan sus compañeros.

Preparándose para el combate, el Fary saca un gorro moro rojo y una túnica blanca, al tiempo que agarra su Magnum .44 y se humedece los labios para acompañar la matanza con una buena canción española. Está a punto de apretar el gatillo, la tensión crece y la escena comienza a suceder a cámara lenta, para que todo fuera más espectacular. Pero el clímax se va a la mierda cuando nota un tirón en los pantalones, aunque ésta vez no se trata de su pene zombificado, ya que los tirones vienen de fuera.

-Zeñó, zeñó, ¿pod qué Dudof... Grudol... el ciedvo está lanzando cohetitoz y ha herido a eze zeñó con pinta de tonto?- un niño pequeño, corto de mente, bajito en estatura  y sin apenas dientes. mira con ojos inocentes al Fary... y le asomaban unas lagrimillas al ver que un reno mágico de Papá Noel ataca a diestro y siniestro- ¿Ezque el gafotaz eda malo y pod ezo lo caztiga? ¿Ez que "juega" con niñoz máz de lo pedmitido por la ley y ze merece una piedna menoz?

El Fary, cabreado porque el niño de Barrio Sésamo se cuele en su plano, lanza al niño de una patada contra el lanzacohetes improvisado, aunque claro, el niño es tan canijo que solo le da en el lomo a Rudolf, que sigue en pie a pesar de estar un poco tocado. La furia sigue presente en el Fary, que se gira hacia Espinete con cara de homicida.

-Ande vas, granujilla, la próxima vez que un chavalote de los tuyos me interrumpa un número musical te daré una gran paliza, y seguro que te duele más que la pérdida de un ñiño huérfano que fue abandonado en unos estudios de televisión. Avisao estás.

Intentando calmarse, y porque una vez está dispuesto a cantar, no lo calla ni Dios, sigue con su atuendo de morito y arranca a cantar y a bailar con unos pasos que ya quisiera Chiquito de la Calzada... no sin antes explicar el como nació esa canción.

Brus, el alegre, estrafalario y filosófico oriental extiende su mano delante de él y eleva su percepción terrenal hasta el plano de la Fuerza y percive cómo las frutas zombies que avanzan crean una perturbación en la Fuerza solo  equiparable a la perturbación mental que tiene el que se le haya ocurrido la idea de las frutas zombi.

No se deja llevar por la ira, eso le conduciría al Lado Oscuro y a un estreñimiento del Kharma y eso a Brus, que aunque es un Jedi jamao, es más regular que el Coronado,  no le mola nada.

Sonríe a la horda vegetal y con su sonrisa oriental como de que se está riendo de algún chiste que tu aún no has pillado y que cuando lo hagas tampoco te hará mucha gracia empieza a hablarles a las frutas.

-Vaciad vuestra mente. Liberaos de las formas. Como el zumo. Pon zumo en una botella y será la botella. Ponlo en una tetera y será la tetera. El zumo puede fluir… o puede golpear. Si lo dejas quieto mucho tiempo le salen grumitos en el fondo. Sed zumo frutas zombi.

Con ese pequeño discurso pseudofilosófico(que para algo estudió filosofía en la Universidad de Browntong en la cual también se diseñó la máquina de la verdad del programa de Leticia Sabater)les intentaba explicar el  Wu Wei, un principio importante de la filosofía taoísta que dice que la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no actuar, dejarse llevar, no adoptar formas prefijadas que limiten tu libertad de actuación ni coarten tu potencialidad como persona...muñeco de trapo...fruta zombi...reno...¿Erizo rosa?...lo que sea.

Claro que las frutas no sabían no lo que era el taoísmo y la filosofía se la traía bastante floja.

Brus, viendo que su mensaje no calaba entre la población frutil, pensó que quizá era que no se había explicado correctamente o que no había puesto los ejemplos adecuados.

Por lo que cogió a dos naranjas zombi y las exprimió entre sus sobacos haciendo un gritito dos octavas por encima del tono de un grito de una niña tal que

-Uuuhhhhaaaaaaaaooooooooooooooohhh

Y recogiendo el zumo que rezumaba de las machacadas naranjas y colocándolo en un vaso se lo mostró a la horda de frutas.

Lo que sería en otras condiciones un apetecible vaso con zumo de naranja de color naranja en su interior en las actuales y dado el estado zombi de las naranjas antes de ser exprimidas el líquido que se encuentra dentro del vaso es algo lechoso, denso,viscoso, del color de la pus que rezuma de una herida infectada.

-¿Veis?El zumo adopta la forma del vaso, y si lo meto en por el canalillo de esta tía- coje a la chenietazombi- fluye...lentamente...pero fluye y se abre camino hacia nuevos horizontes

Edward al salir del cajón le cego el sol pero se froto los ojos con las manos y vio un reno propulsado que se elevaba y empezaba a disparar cohetes como un caza de combate. Todos los que estabamos en el jardín empezamos a movernos de un lado para otro para evitar salir por lo aires mientras exclamaba Edward "¡Que cojones es esto, un reno volante! el mundo se esta volviendo loco, primero zombies después policias-secuestradores y un ahora reno volante que más puede pasar" . Después una mujer con una boina roja y semidesnuda con el único atuendo que le tapaba su partes intimas con hortalizas y vegetales su excitante cuerpo que se acercaba a ellos, Edward se quedo prendado por su belleza y porque llevaba mucho tiempo sin ver a una mujer con ese cuerpo.

Entonces unos seres del tamaño de una zapatilla se aproximaba a ellos, Edward atónito baja un poco los parpados para ver con seguridad lo que no llegaba a creerse con toda evidencia ¡eran frutas zombie! chorreando por sus bocas una mezcla de saliba y sangre con ganas de incarnos el diente y con esos ojos tan grandes como si llevaran dos semanas sin comer y nos vieran como pollos asados. La gente que había dentro de la caja empezo a reaccionar de que esto era una prueba a muerte con semejantes desafios que nos acababan de plantear.

El hombre de las gafas con aspecto de intelectual saco una batidora y empezo a meter frutas como si fuera a hacer una macedonia, el fary (que estoy viendo el fary y que hace aquí pero no dijeron que fallecio, bueno más ayuda no nos vendra) se disfrazo de arabe, desenfundo una pistola pero un niño se le cruzo y a los segundos le pego una patada que golpeo al reno con el niño por los aires gritando "¡uuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaa!" y Bruce Lee cogiendo dos naranjas y exprimiendolas en sus sobacos (vaya guarrada).

Edward viendo el panorama observo que aun quedaban más frutas zombies, agarro dos piezas putrefactas y las lanzo contra la reno toca cojones entretando decia "¡toma esto reno a reacción!".

Nuestro héroe se dirige a Ciudad Casa Blanca, con su compañero Pokomon, dispuesto a ser el mejor entrenador Pokomon de todos los tiempos, y en el camino...

-Oh un Pokomón! es un Renault!- dice mientras saca su aparatico mágico y lo abre para apuntar al nada tranquilo reno cohete destructor de cojones, que representa un peligro, pero como esta es una secuela barata de una idea que no prosperó, podemos suponer que la acción tardará en llegar años hasta nuestro protagonista. Cómo un anime, vamos.

Abre el aparatico y apunta hacia Renolfo, y una voz electrónica se deja oir de inmediato.

-Pero que coño tio, si sabes el nombre de esa cosa, que más quieres? Es que estás ciego o que? si te pone uno de esos misiles en el culo, vas a tener que cagar vomitando... so pelmazo, corre antes de que te de por culo- seguramente un lenguaje así estaría lleno de pitos y buzzers, pero dado que el bajo presupuesto de Motel Gore 4 se ha invertido en hacer que el puto reno parezca real, nos limitaremos a poner una advertencia en algún banner publicitario.

El caso es que, baba en boca, el chico este se decide a hacer algo (y una idea es algo que no abunda en este mundo), así que saca un objeto esférico de su bolsillo, y lo arroja.

La Pokobola le pega en la cara al pobre reno, quien es capturado en alguna suerte de proceso de conversión materia-energía, hasta dejarlo atrapado, a lo que el friki grita.

-Lo tenemos Pokochu! lo tenemos!!!- y con un bate que ha sacado de a saber que ojete, salta sobre la pokobola.

-Pero que haces pelmazo, si lo capturas lo puedes usar a tu favor y...- pero era muy tarde, porque con el primer golpe, algo impensable ocurrió. Como todos saben, un elemento que sea capaz de desmaterializar átomos, volverlos halos de luz y mantenerlos así hasta que se active un proceso contrario, requiere una cantidad enorme de energía. Así que el imbécil del Ketchup con el batazo genera una explosión tamaño gigante, regando vísceras y sangre de reno por todos lados, que manda a volar al friki, que hace pupita a un grupo de frutas que tenía cerca a él (Hasta los tontos tienen suerte) y en su carrera por el aire, atina a decir algo como...

-El Equipo rocket ha... no espera, que esa no es mi línea...-

Y así, nuestro héroe vuela por el aire en busca de Ciudad Casa Blanca, no se imagina que otras aventuras le esperan, que nuevos amigos conocerá y que tipo de zombies se lo zamparán vivo.

Esta historia continuará.

Y ahora niños, el Pokerap!

Después de la confusión de la salida de la caja de madera, Beaker se encontró algo perdido, ya no por el lugar en sí,sino por los personajillos variopintos de su alrededor. 

Pero esa confusión fue secundaria cuando llego un reno volador y le saco de su ensimismamiento, huys que bonito ojala sea Rudolf y así podrá llevar una botellita de coñac de mi parte a Santa por los servicios prestados. De pronto el Reno empezó a tirar cohetes y Beaker salio de su patetica fantasía.

Para mas INRI, aparece una mujer con dos pechitos impreisonantes corriendo delante de los fruitis guerrilleros zombies...

Cada "ciudadano" de esta nueva républica usa sus metodós propios para intentar acabar con el ataque "fruitil", algunos mal y otros peor y como el no iba a ser menos, no tenia mi puñetera idea de como combatir, y como sus brazos eran cortos para coger una batidora, se tiro al suelo y rodo estilo croqueta sobre los fruitis no-muertos y se monto su multifrutas particular, ya mas tarde se le ocurrió patentar la idea y vendersela a Pascual, pero claro siempre que saliera vivo del lugar....

 Segunda tirada de dados...se me fue.

Otra vez más volvemos al canal de Art Attack

Pero dejando a un lado el pasado nos centraremos en el presente, un presente en el que nuestro querido "manitas" se encuentra rodeado de una cantidad ingente de frutas.

La camara hace un primer plano de la cara del manitas que de repente y sin motivo aparente sonríe y señala al cielo mientras mira a cámara, como diciendo "¡Eureka! con este monton de mierda voy a hacer una obra de arte que sólo podrán ver los señores muy altos o alguien que pase con una avioneta por encima."

Su síndrome de diógenes se pone en marchay empieza a recoger frutas  con alguno de los trastos que había recogido en la anterior escena, en concreto con una bolsa para cadáveres y un bate de baseball.

Cuando alguna de las frutas zombi no quiere entrar en la bolsa de cadáveres o se resiste, el manitas le pega un estacazo con el bate y sigue su sangrienta o zumosa recolecta.

Entonces cuando ya cree haber recogido suficiente material para tirarlo por el suelo, se retira y camina hasta un claro que hay en el jardín donde aún no hay gente ni frutas y se vé sólo el césped y algun truñaco de Rudolf, el reno con nombre de Nazi Gay.

Como si fuera un hortelano, agricultor o simplemente un gilipollas, el manitas empieza a sacar la fruta que había ido recogiendo y metiendo en la bolsa forense y lanzándola al suelo siguiendo patrones que pueden parecer anárquicos, aleatorios o al tuntún.

Cuando ya no le queda nada más en la bolsa se la vuelve a guardar en el bolsillo de los vaqueros y mira al cielo, como si hubiera una cámara allí.

Que de hecho la hay y cuando el manitas se retira la imagen que capta de la fruta amontonada es esta:

Bueno, por fin había llegado la hora de repartir estopa. Ya tenía ganas ya. A la de que saliera lo que fuese que iba a intentarnos comer le iba a endiñar una asin de revés que le iba a saltar los dientes aunque no tuviera.  Y fue en ese momento cuando aparecieron… un reno volador y un montón de frutas podridas correteando por el suelo. A tomar por culo la tensión del momento.

Pero bueno, había que matar a esos bichejos de todas formas. Así que me puse a pensar, ¿qué es lo que más daño le puede hacer a una fruta? Pues una plaga de insectos. ¿Y de donde saco yo ahora una plaga de insectos? Pues atrayéndolos con algo. ¿Y que atrae a los insectos? La mierda of course.

Así que empecé a comer hierba del jardín para hincharme como un jodio globo. Acto seguido procedí a bajarme los pantalones y por último cague la madre de todos los zurullos.

Eso si, por si las moscar mantuve mi querida guitarra eléctrica firmada por los Maiden bien sujeta encima de la cabeza, no se fuera a manchar de un salpicón de semejante mojón. El hedor comenzo a inundar el jardín, y al cabo de un par de minutos la mitad de los insectos del planeta estaban revoloteando a su alrededor. Obviamente con tanto comensal el zurullo les supo a poco, asi que decidierón que lo mejor de postre era un poco de fruta y se lanzaron contra las zombie-frutas antes de irse a tomar el cafe al bar de al lado.

El entrañable erizo rosa señala a las frutas zombi y grita:

-¡Mirad niños! ¡Que vienen los indios! ¡Cabalguemos para acabar con ellos y con su sucia raza que mancilla nuestra sagrada patria en una Cruzada revolucionaria!

Y dicho esto se gira para subirse a lomos de Arturito, pero Arturito no está, un señor muy feo y bajito y que huele como a podrido lo ha lanzado por los aires hacia el Reno volador.

--¡Jolines! ¿Y en qué monto yo ahora?

Dice Espinete girandose y mirando a los niños los cuales, conocedores del destino de la mayoría de las monturas de Espinete, que era morir por agotamiento extremo se empiezan a rebullir intercambiándose posiciones para estar más alejados del entrañable erizo. Cuando Espinete ya se empezaba a pensar que tendría que ir a buscarse la montura en vez de que la montura viniese a él, la Chenietazombi pasó corriendo justito justito a su lado. Gracias a los reflejos sobrehumanos de Espinete, éste alargo el brazo y agarró de los pelos a la fugitiva Lydia.

-¡Ande vaaaaas, jaaaaaacah!

Le increpó Espinete poniéndola a cuatro patas, mirando para Cuenca y montándose encima suya.

-¡Vamos mis valientes! ¡Acabemos con los indios!Como un vaquero llamaría a su hija...¡¡Hhhiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiijaaaaaaaaaah!!

Para dar más dramatismo a su carga triunfal Espinete hizo que Lydia-montura-guevara corcoveara y se encabritara. Los niños que acompañaban a Espinete felices por la eliminación de la amenaza más cercana que suponía ser la montura de Espinete que ya estaba siendo Lydia-riñonesjodidos-guevara aullaron a su vez y montandose unos enciam de otros y tirando a su vez al niño que se les había subido para , a su vez, intentar montarse encima suya, salieron al trote haciendo compota de fruitis.

El pequeño Luis Miguel, de hecho se paró al lado de una fruta machacada y moribunda y recordando la serie que más aborrecía:

Se sacó la pirila y se meó encima a la vez que decía:

-Toma puto gazpacho, por dar una imagen ridícula de lo que significa ser español.
 

Los guardias me ignoran. Todo el mundo parece conforme pensando que soy el imbécil de Michael Bolton... Un poco aturido, veo alejarse a Miley, mi pequeña, que trata de escurrirse entre la multitud. El resultado es tan previsible como patético, y de Miley no queda más que una mancha inapreciable en el suelo.

El cúmulo de despropósitos me enfurece. De un salto, me encaro con las fruitti zombie. Recojo el ridículo micrófono de juguete y me lo guardo. Tomo del suelo el cadáver empalagoso de Rudolph, con sus lanzamisiles, y me lanzo sobre esas abominaciones de finales de los 80 con toda mi estúpida ira, cantando de forma involuntaria...

En el bolsillo de mi americana de pana (o de pena), mis adoradas pulgas saltan dentro de la caja de juanolas, entusiasmadas con tanta acción... esperando poder ser libres para agarrarse a mi cuero cabelludo y sorberme la sangre... Hoy no, pequeñas... tenemos frutas que aplastar.