Partida Rol por web

¡Clásico y necesario! 

Los protagonistas tienen un futuro más negro que el alma de King África.
Encerrados en una puta habitación rebosante de zombis que parecen decir
"ven que te muerdo", aunque realmente dicen
 "gnaaarf".

Prácticamente han perdido toda esperanza. Vamos, prácticamente por no decir
fijo. Zombis a cascoporro, más lo que entre ahora, más el título con la
musiquilla que ya avisa de que viene algo malo y gordo, y encima ya por la 5ª
escena. 

No se, yo, en estas circunstancias, ya habría tirado la toalla. Sobretodo
yo, que me conozco y se lo que va a pasar. Tiene que ser duro ser un cadaver
andante y saberlo de antemano. 

Pero oye, la esperanza es lo último que se pierde, o eso dicen. Lo mismo
alguien está dispuesto a asumir la barrabasada del dormitorio de alguna forma
absurda y/o aberrante. De hecho, eso parece que ocurre, ya que justo ahora que
esta todo negro, negro, negro, aparecen atravesando la pared un Comando de la Resistencia Antizombi:

Que Cabreados Como Monas (CCM) se lanzan a repartir estopa y postas de
escopeta a los zombis que amenazan a los Héroes. Al parecer, cuando cayó la MIR se perdió la recepción por
satelite del reality show y decidieron actuar.

(Se han enterado varias escenas después de que cayera porque la señal va con
retraso, como todos los presentes)

¡Y no sólo eso! La Fuerza,
así, como Ente Energético CCM, aporta su granito de arena teleportando dentro
de todo el mogollón a sus representantes más poderosos en Gaia:

Las putas ardillas, que están también CCM, se lían a sablerazos y
dentelladas con los zombis dejándolos en un estado, cuanto menos, pauperrimo.
Ostia va, hostia viene, empujón de fuerza y mira, mira, una ardilla
decepcionada por la falta de fé de ese zombi.

Agradecidos y emocionados, no sabéis como agradecerle a esta gente el que os
haya salvado (y hayan chupado cámara como naide). Con lo negro que estaba todo.

Tan negro como el AfroZombie(tm) que ha aparecido porque sí detras de todos
los protagonistas, con una picarona sonrisa.

Pero ¡sorpresa!, cuando los protagonistas ya se han bajado los pantalones,
como resignados por su cruel destino, ven que delante de ellos aparece un
zombie muy gracioso porque va vestido de payaso

, y a su lado otro al que
lleváis mucho tiempo esperando: el Che Zombie.

El cual, agarra una granada y la lanza contra el AfroZombie, explotando y
dejando un bonito cráter humeante en su lugar. Ni ha llegado a encular, el
pobre. Lo que puede llegar a hacerse con tal de no hacer un montaje en
fotoshop. 

¿Que harán los protagonistas ante la extraña situación que se plantea? ¿Se
suicidarán? ¿Tomarán el té a las 19:00 (wow, que duros)? ¿Decidirán que ya está
bien de gilipolleces?

Me se caen las babas de la emosión, coño.

Que no, que era broma, del cráter humeante sale el AfroZombie bastante cabreado. Porque le han dejado sin afro.

Y por razones que no vienen al caso, se cepilla de multiples formas (simultáneamente, por supuesto) a Anus, Minger, Bruce, Lardo y a Yorch. Mucha sangre, muchos orificios ampliados y tal. 

Luego se va por dónde ha venido. Normal, con esos bordes, cualquiera intima.

Joder, joder, joder y joder. Ahora que por fin tengo una oportunidad para desahogarme y lucirme, ahora que por fin iba a poder dar ostias hasta quedarme bien a gusto, va el master/director/esquizofrénico paranoide ese y se saca a un monto de extras que se cargan a los malos. Pero bueno, ¿los extras chupando cámara y matando a los malos malosos? Lo que le faltaba a esta película para ser considerada la peor de la historia del cine (solo seguida por las tres partes anteriores de… llamémoslo “esto”).

Pero como decía aquel cabrón de Murphy, si algo va bien ira mal, si algo va mal irá a peor. Y como las leyes de Murphy se deben de cumplir para mantener el equilibrio cósmico y todas esas zarandajas que tanto les gusta a los científicos, toca ir a peor. Y os preguntareis, ¿cómo cojones puede empeorar la situación?

Pues en mi caso fue muy fácil. Nada más que tuvo que aparecer mi jefe asin de repente por el agujero que habían abierto aquellos mamarrachos del sombrero. ¿Qué que cojones hace aquí mi jefe? ¡Y yo que sé! Se me acerca y me dice con tono agudo ´enga, tida p´l cuddo ke manana endegax lat pakinaz aunque no le entiendo una mierda. No debe de ser fácil hablar cuando te han sustituido la nuez por tus pelotas (para los olvidadizos pasen por la escena 1 por favor).

Y mi cabreo en aumento. Ya se me veía más vena que a la Patiño. Eso no debe de ser bueno para la salud. Así que mandándolo todo a tomar por culo cogí al jefe de los pies y lo utilice como bate de beisbol para golpear a dos de los extras esos de negro y sombrero que me habían quitado el momento de gloria, lanzandolos a tomar por culo. Concretamente por el culo del payaso zombie ese, que es donde acaban introducidos, causando un ligero escozor y desgarramiento anal en el adicto a la comida basura cuando la munición que estos llevaban encima explota en su recto.

El ego del entrañable erizo rosa está resentido. Aunque piensa que es mejor tener resentido el ego que el culo, como lo tienen Brus, Ketchup y demás gentuza, eso no le consuela. Espinete lleva desde el principio queriendo ser el Llanero Solitario, pero cada vez que se quiere enfrentar a los zombies como el héroe nacional y mundial que es, en solitario, con miles de explosiones por detrás, con su pose molona sosteniendo la bandera de España(constitucional, eso sí) y la mirada fija en el infinito , aparece alguien y chupa cámara.

Pero eso se ha acabado.

Han jodido al erizo rosa mutante equivocado.

Él es ESPINETE

Coge un machete tan grande como su brazo y se acerca, decidido y con mucha mala baba a los agentes de la resistencia anti-zombi. Él resiste en solitario, se pueden meter los grupitos por el culo, que es precisamente por donde Espinete le mete el machete al primer agente que pilla. Retuerce el machete para abrir aún más el brutal agujero que le ha causado por el que mana sangre a raudales y ahora, despues del retorcimiento machetil también se desparraman las tripas por el suelo.

Los niños que le acompañan se han disfrazado, por algún motivo inexplicable, de mejicanos y van gritando "andale" "Cuate" y cosas así mientras vitorean la sangrienta matanza que está perpetrando Espinete.

Nuestro Héroe(así, con mayúcula) agarra el fusil de asalto que tiene el agonizante agente mientras que este se derrumba, intentando volver a meterse sus tripas inutilmente, apolla el cañon en la frente del susodicho y se despide de él.

-Espinete mata.

Y aprieta el gatillo, volándole la cabeza al tio en cuestión.

Pero Espinete aún no ha acabado. Mira al último agente como diciéndole "ahora vas tú" y el agente le mira como diciendo "a mi no, por favor, tengo mujer e hijos y me jubilo dentro de tres días" pero si las miradas matasen la que le lanza Espinete al tipo en cuestión primero le torturaría, luego le mutilaría múltiples veces y por último acabaría con su vida. Claro que las miradas no matan.

Pero Espinete sí.

El último agente dispara al erizo rosa viendo como una muerte inevitable e ineludible acude a su encuentro. Pero las balas pasan alrededor de Espinete que llega hasta el aterrado comando y le pega una patada en todos los huevos. Sí, en los dos a la vez. La fuerza es tal que un gritito de 5 octavas por encima de la media se le escapa al comando, quien, preocupado como está por sus gónadas no llega a ver el machete de Espinete que se clava repedidamente en su torso, atravesándole a cada golpe y llenándo de sangre y vísceras el terreno que pisa.

Espinete se agacha y también recoge el fusil de asalto de este comando, quedando así con un fusil en cada brazo.

Ya no le quedan más malditos chupacámara que matar, solo ese grupúsculo de actorzuelos que le acompañan, pero esos no le pueden eclipsar, por lo que mira a quien ha sido su acérrimo enemigo desde hace mucho tiempo.

Ambos compitieron por las almas de los niños de medio mundo y ahora por fín se veían las caras.

Espinete con un rifle en cada brazo se posiciona en frente de Ronald McDonald como en un duelo de Western. Un rastrojo del oeste pasa por delante suya.

Primer plano de los ojos de Espinete.

Primer plano de los ojos de Ronald.

De repente suenan las campanadas del reloj de la plaza de Washington y Espinete, más rápido que Ronald aprieta los gatillos de los Rifles, llenando de plomo el putrefacto cadaver viviente de Ronald McDonald

Durante un largo rato contemplo el horror híbrido nacido de las mezcla impía de un gitano muerto y un nerd sodomizado. La creación agoniza un rato, y muere. Algo me duele en el interior. Mi páncreas salta por mi boca y huye de esta situación desesperante. Aparece a mi lado el Doctor No, resurgiendo en su traje aislante entre la algarabía zombie.

- Señor Bolton, me duele comunicarle que, sin su páncreas, le queda muy poco tiempo de vida. De hecho, es una sorpresa que aún siga vivo. Puede correr tras él, pero yo no se lo recomendaría. Relájese y disfrute de sus últimos segundos de existencia... y, ya que está... ¿podría firmarme este poster? Verá, mi mujer es una gran admiradora suya y...

El idiota saca un poster de Michael Bolton en sus peores años y un bolígrafo.

Mi reacción no se hace esperar. Aún sin páncreas, conservo la fuerza de todo un amaestrador de pulgas profesional.

- ¡No soy Michael Bolton! ¡Mi nombre es Luiggi Calabressi! ¡Y este corte de pelo es un accidente doméstico!

Con el boli, le hago una traqueotomía al Doctor No. Luego enrollo el poster para hacer un turulo, que meto dentro del agujero de su cuello. Abro mi caja de juanolas y dejo escapar a mis adoradas pulgas en el interior del cuerpo del villanete de James Bond, que se retuerce como un ninot de tendones de cerdo en la hoguera.

Me doy cuenta de que estoy más muerto que vivo que, pase lo que pase, es difícil que salga de la casa blanca de una pieza... mi adorado páncreas. Este hecho me cabrea muchísimo. Me giro hacia las inofensivas ardillas Jedi... Odio a las ardillas. Saco del bolsillo de mi horrenda americana el micrófono de juguete, dispuesto a vengarme de Alvin y sus amigas. En una mano el micrófono, en otra el cuerpo convulso del Doctor No, me lanzo a por la primera de ellas. La destrozo a base de garrotazos y aplastamientos.

De sus estúpidas garras cae un sable luz. Lo tomo sin pensar y lo lanzo contra otra ardilla, que queda ensartada en la pared, con olor a fritanga. Su sable luz vuela a mi mano.

Nunca en mi vida he hecho acrobacias pero, sin el peso del páncreas, los dobles mortales resultan ser mucho más fáciles. Salto como un ninja detrás de la última ardilla y hago brocheta de roedor. Tomo el tercer sable luz en el aire y me enfrento a Zombie Ronald; el único de los presentes que tiene un corte de pelo más detestable que el mío.

Recordando a los caídos en acción, me convierto en un torbellino de actividad. Empiezo a girar sobre mi mismo como una peonza que se licenció de derviche y corto en rodajas a Ronald, conirtiéndolo en una repugnante hamburguesa de payaso pelirrojo.

Asqueado ante el horrendo espectáculo, vomito mi hígado, que también escapa corriendo.

Tras unos segundos de agonía, recupero la consciencia. Abro la caja de juanolas y mis pulgas saltan del interior del Doctor No para volver al hogar.

- Venid con papa, pequeñas... pronto heredaréis todas mis deudas.

El Fary sonríe. Muchos pueden decir que sonreir cuando tantos de los suyos han muerto y pueden morir es de gilipollas, o de sádicos cabrones. Y el Fary es las dos cosas...

Pero también sonríe porque los otros le han dejado vía libre, para enfrentarse contra el Ché. Ya no hay esbirros que impidan el duelo final contra su enemigo mortífero, y el Afro zombie parece algo cansado de follarse a 5 tíos a la vez de forma brutal. Hasta los negros y sus enormes penes tienen un límite. Así que esta es la oportunidad que el Fary esperaba.

Desde hace años quería vengarse de el Ché por traicionarle... la idea de comandar un ejército zombie para lograr la convivencia de muertos vivientes y vivos murientes, fue abandonada por el Revolucionario para alcanzar el poder de la Casa blanca. Y eso el Fary no lo perdona, puede perdonar muchas cosas, hasta que su mejor amigo se tire a su mujer en un calentón. Pero ésto no.... ni de coña.

Tenía su enemigo más mortal frente a él, pero el muy imbécil ya había gastado la bala de su pistola antes, por culpa de un arrebato orgásmico con un oso amoroso, y ahora estaba sin armas. Por supuesto, el cabrón del Ché estaba armado hasta los dientes, con los que sujetaba una granada de mano. Así que al pobre indeseable solo le quedaba intentar lanzarse en plancha para atacarle y rezarle a San Patrás, patrón de los que van de culo, para tener una ínfima probabilidad.

Sin embargo, el destino (o el guión) es muy curioso y un mensajero apareció en escena con un paquete enorme, y sujetaba una caja en las manos.

-Aquí tiene usted, señor. El director dice que al haber prescindido de varios actores se puede permitir un poco más de munición- dice el mensajero tendiendo la mano para recibir propina.

-Gracias, chabal- dice el Fary, mientras le firma un autógrafo en la frente- que Dios te lo pague.

Ignorando los insultos de y pataletas del mensajero cabreado por la tacañería del Fary, abre la caja para encontrarse con una única bala. Por supuesto, los 5 pringaos que acababan de morir tampoco es que cobraran demasiado, por lo que el ahorro de no haberles tenido que pagar esta vez solo da para una bala.

Aún así, esto es justo lo que necesitaba Jose Luis Cantero para terminar su venganza... su amada venganza. Al menos hasta que viera a Fraga y le pegara un tiro por traicionarlo también... pero eso es otra historia que puede que jamás sea contada. Ahora vamos a lo que vamos... al duelo.

Sin más razón que la de crear ambiente de duelo y copiar a un clásico como lo es el bueno el feo y el malo, apareció una música de fondo. Durante el trascurso de la cual el Che y el Fary se miraron desafiantes y con cara de cabreo. En cualquier momento podían disparar y por eso la cámara iba girando y enfocándeles de vez en cuando hasta que se dignaran a disparar. Claro que, entre que la música dura tres minutos y en la película antes mencionada la escena dura un huevo... un tramoyista tuvo que tirar una planta rodadora señal de que se alargaba la escena demasiado.

Así que, como si les hubiesen puesto un petardo en el culo, los dos enemigos dispararon el gatillo. La bala del Fary acertó en el entrecejo del Ché. pero claro, eso podría causarle la muerte o hacerle cosquillas... ya que recordamos que el Ché además de un muerto viviente es un malo final, y esos mueren cuando al director le salen de los mismísimos. En cuanto al disparo del Ché, sale disparado a tomar por culo del objetivo del Fary, vamos, que ni aunque hubiera disparado sin mirar hubiera lanzado la bala más lejos.

Y es que si el Fary tenía que morir en una más que probable escena final... sería la ira de los críticos y la escasa imaginación las que acabaran con su vida. No el Che manejado por uno de los actores...

El manitas sigue en su mundo de yupi, probablemente viendo escenas inducidas por el LSD que hace tiempo reemplazó a su sangre.

Su sonrisa sigue, estúpidamente, inalterable en sus labios como ha estado toda la película.

En derrepente y sin previo aviso, el manitas se pone a gesticular como loco al Afro-zombi, curiosamente no emite ningún sonido, pero se rasga la sudadera de Art Attack en un momento fan total.

Bajo su sudadera oficial del programa favorito del Che zombi llevaba una camiseta serigrafiada con la foto de su Ídolo, el afro zombi cuando era joven, auténtico objeto de coleccionista.

El manitas había sido fan suyo desde que hizo su primera aparición pública, ese pelazo, ese estilo, ese arte que creaba con su movimiento pendular cuando sodomizaba a alguien...Para el manitas el Afro-zombi representaba el ideal de la perfección humana o zombi y ahora podía verle en acción y ¡¡en directo!!

Pero el che zombi lanzó una granada que acabó con el maravilloso pelamen afro del Dios-zombi del manitas.Este(el manitas) no podía concebir un mundo sin esa selvática melena, su percepción de la realidad, ya alterada por las drogas que había consumido a lo largo de su vida y las que aún se seguía tomando, terminó por significar algo para el manitas, que se hundió en las simas de la locura, saliendo por el otro lado y trayendo souvenirs.

El manitas ya no estaba loco, había pasado por la desesperación, la rabia, la negación, el onanismo, la locura en su lado más profundo e irremisible y la había atravesado llegando a un estado tan parecido a la cordura como cristalina es una copa de cristal de bohemia.

El afro zombi no era el afro zombi sin su melena afro. Había que remediar esa situación o el mundo tal y como lo conocemos se colapsaría sobre si mismo.

Y el manitas sabía como remediarlo.

Se acercó al Che zombi, y mientras este estaba entretenido en un duelo de western, al igual que lo hiciera Espinete con Ronald(ejem) con un tio bajito y más feo que pegar a un padre con un calcetín sudado en la boca le bajó los pantalones y con unas tiras de cera fria que siempre llevaba encima, porque por culpa de su síndrome de Diogenes las había recogido un día, le depiló la zona púbica dejándosela libre completamente de pelos.

Aún no era suficiente.

Luiggi Calabressi(en realidad Michael Bolton) pasaba por ahí con sus pulgas y sus últimos instantes de vida. El manitas se fijó en su frondosa cabellera, podía servir. Sacó una maquinilla y agarrándole del pelo se lo rapó al cero.

Pero seguía sin ser suficiente.

Y por fin lo vió. El cadaver agujereado de la chenietazombi, desnuda del todo si no fuera por esas bandas vegetales que le cruzaban el torso...el torso...pero la zona púbica la llevaba al aire...bueno, es un decir, aquello parecía un gato persa negro recostado, tenía el púbis que parecía el amazonas en sus mejores momentos, el manitas creía imposible que una brisa pudiera colarse entre tan denso pelaje...quizá un huracan tuviera alguna oportunidad...y tenía que estar realmente decidido.

Sin ninguna duda se dirigió hasta el cadaver y agarró todo ese pelazo con sus manos desnudas y tiró con todas sus fuerzas, una y otra y otra vez, hasta que por fín, con un sonido de desgarro se quedó con todos esos pelos en las manos.

De su bolsillo trasero sacó algo de cola blanca, cianocrilato y cinta adesiva.

Y empezó a hacer lo que mejor se le daba. Crear arte de la nada con cosas insospechadas.

Un poco de cola por aquí, una base de cuero cabelludo(recogido de la chenieta, ya que parecía no poner trabas) unas grapas.

Perfecto.

Puso el cianocrilato en la base que había creado de cuero cabelludo(por abajo) y cuando el afro zombi pasaba por su lado¡Zas! se lo encasquetó en la calva

El manitas, sonriente apreció su trabajo, su obra maestra, el culmen de su carrera. No volvería a crear nada que se le pudiera asemejar en perfección.

El afrozombi volvía a ser el Afrozombi