Partida Rol por web

Miro el cadaver del Kobold y me agacho a quitarle todo lo que lleva en cima mientras hablo.- Creo que esta entrada deberiamos tapiarla si no nos vamos a aventurar por ella, yo también prefiero ir por las cavernas más amplias. Aunque desde la otra entrada puedan atacarnos por la espalda, quizás podamos entretenerles.- Observo los montones de nidos y material incendiario.- Podríamos apilar varios nidos en la entrada esa y prenderles fuego. Ya sé que el humo tendería a salir hacia la entrada, pero nosotros también vamos hacia abajo. De todas formas lo primero será apilar unas cuantas rocas en esta entrada. Necesito que dos hagais guardia en las otras cavernas mientras nos encargamos de esta.- Miro los cuerpos de los kobolds y pienso en el hambre voraz de los buitres.- Quizás podamos usar los cadáveres para distraer un rato a los buitres y poder coger los nidos abandonados más grandes.

-Mmmh... no me gusta la idea de ir por el pasadizo secreto, pero menos me gusta separarnos asi que haré lo que decidais.Eso si, si vamos por ahi podríamos tirar unas cuantas piedras mas o menos redondas desde el pasillo grande para que caigan rodando hacia abajo, con suerte dar a algún Kobold y que encima se piensen que vamos por allí.De igual manera el primero que vaya por el tunel podría llevar una piedra por delante suyo para que al primer "perro" que asome la cabeza ZAS! darle en el hocico...-

-Ah si perdona Ecthelion, se me pasó el mirarte la herida.Como dices no parece grave pero le hecharé un pequeño vistazo-

Arza mira los huevos, intentando decidir si pueden tener algún valor aunque al no saber mucho de animales, no está seguro.
- Vamos a ver qué os parece lo siguiente. Menzo, Ludwig y Glidael que vayan juntos por la otra apertura. Los demás iremos por el ramal que gira.
Arza esperó a ver qué respondían; no sabía si estarían de acuerdo, si querrían argumentar en contra de los grupos o si iban a preguntarle quién le había nombrado jefe. Casi esperaba ver unos rostros sorprendidos, pues sabía que no se caracterizaba por ser especialmente hablador excepto cuando se trataba de regatear precios o cosas así.

sorprendido y aliviado por la habilidad del cléigo, no podia mas que mirar el vendaje, incluso era bonito si señor. Escucho los comentarios de todos y ante la pregunta de Gliadel ... - Lo primero, creo que no deberíamos separarnos y ademas deberíamos coger el tunel que menos penalizaciones nos de a todos, es decir el mas grande - , dijo mirando a Rakas. - si quieren hacer cosas arriesgadas, alguien... - esta vez se dirigió a Menzo, - podría intentar disfrazarse de Kobold e investigar un poco, aunque solo fuese unos metros, pero claro eso si que es arriesgado, sigo pensando que lo mejor es seguir juntos y adentrarnos por el mayor de los tuneles. Ademas ya hemos visto que por si solos estos Kobolds no parecen demasiado peligrosos, el problema es el número que puede haber dentro, y claro el "jefe" - , luego se fue a echarle un vistazo a los huevos,

Tras volver a ocultar los huevos, seguros de su proxima riqueza, los aventureros, cn cuidado se internaron en el tunel. Despacio, buscando trampas por si las hubiera, se adentaron en la oscuridad. El picaro con su ballesta y su estoque, luego el explorador, con su espada en la mano y una antorcha. Más atrás el bárbaro con su poderoso mandoble en la diestra. Luego el elfo, también llevando una antorcha y finalmente el clérigo, también con una antorcha y la ballesta amartillada.

Sin embargo, el peligro no estaba en el frente. En cuando los compañeros comenzaron a adentrarse en el tunel unas siluetas surgieron a sus espaldas.

-¡Mira que los oí!

Sabía que aquello podía ocurrir, pero la conversación acerca del valor de los huevos y cual pasadizo coger habían hecho que el grupo se confiara, Rakas esperaba que aquel error no les costara caro. El pasadizo entorpecía sus movimientos, no pudiendo reaccionar todo lo rápido que le hubiera gustado.

El clérigo cargaba con esa sensación de histeria que se crea cuando uno va al final de la cola y está cagado de miedo. Y pasó lo que tenía que pasar. El joven escuchaba unos sonidos ligeros detrás suyo pero se autoconvencía de que no serían nada y apretaba el el culo y el paso para no quedarse atrás. Mal hecho. Solo reaccionó cuando prácticamente ya no pudo ignorar un agudo pinchazo de dolor en el centro de su espalda.

-¡Paraaaaad!, ¡Me atacan!-Grita histérico al resto de sus compañeros mientras se voltea para ver que es lo que le había causado el daño.Desgraciadamente para él la visión de tres Kobols de boca espumeante y sedientos de sangre a sus espaldas resquebrajó su templanza.Su dedo apretó el gatillo de la ballesta que lanzo el virote ridiculamente lejos de su objetivo.Solo le quedaba esperar a recibir nuevos golpes por parte de sus agresores.

Mientras el clérigo intentaba apuntar con su ballesta, el kobold que estaba a su lado aprovechó la situación y volvió a intentar pinchar al clérigo con su lanza con tan mala puntería como el clérigo en su disparo.

Ya todos estaban al tanto de la situación.

El primero en actuar fue uno de los kobolds. Sin soltar su lanza, arrojó otro dardo al clérigo que tenía en frente y el mismo rebotó en la armadura de Gliadel sin hacerle ningún daño. Viendo la inutilidad de su ataque se movió rapidamente en dirección al tunel del cual habían salido.

Ecthelion deja caer la antorcha al suelo mientras da un paso a un lado coloca una flecha en su arco y dispara

La flecha del elfo surcó los aires, arañando al Kobold que huía pero sin hacerle daño, mientras la antorcha que portaba, con un leve chisporroteo se apagó al golpear el piso de roca. Por suerte el mediano y el clérigo todavía tenían sus antorchas para iluminar la escena.

En tanto, su compañero volvió a intentar herir al clérigo que había sido su primer objetivo, consiguiendo traspasar su armadura e hiriendo levemente a Gliadel antes de dar un paso atrás para alejarse de su réplica.

Ver como el Kobold se atrevía a atacar a su estimado amigo Gliadel, el mediano, con la cara aún manchada de sangre por los orcos, muestra los dientes y frunce el ceño y con un gesto de pura rabia profiere un terrible grito mientras se desliza entre las piernas de sus compañeros :¡AAAAAAAAHHHHH MALDITOS!-Parece que la espada penetra la armadura de la criatura; acto seguido alza la antorcha para un segundo ataque y...

Arza tardó en ponerse en movimiento ante la emboscada. Estaba absorto buscando posibles trampas, que el grito de uno de sus compañeros fue lo único que le avisó del ataque.
Para cuando terminó de girarse, Menzo que estaba a su lado ya se había puesto en movimiento atacando a un kobold, y Arza se dispuso a ir tras él. Con un poco de cuidado consiguió ponerse cerca del resto de sus compañeros, para atacar con su ballesta a un kobold pero fue inútil, el virote salió perdido contra una pared.

Entre tanta confusión no tuvo demasiado tiempo de pensar, y aunque el Kobold estaba moribundo, Rakas, apenas si lo distinguía. De manera le asestó un terrible golpe al pequeño enemigo tratando de asustar a los compañeros de este.
¡TODOS MORIREIS BAJO LA FUERZA DE MI MANDOBLE!

Gliadel restablecido por la cercanía y el apoyo de sus compañeros de aventura, que rápidamente reaccionaron en pos de su vida y en contra de la de los Kobolds,se une a la furia colectiva desatada por la impetuosa ira de Menzo y la rabia y fuerza asesina del bárbaro Rakas.

Haciendo malabares para cargar su ballesta sin soltar la antorcha, apunta encolerizado al Kobold que le hirió con la lanza.

-Se acabó el oler culos ajenos para tí,¡perro!-rechinando entre dientes.

De repente, la situación había cambiado. De tener tres enfurecidos kobolds atacandolos por la espalda descubrieron que solo quedaba uno, que tras arrojar un dardo contra Menzo con tan poco resultado como los anteriores se dirigió, rapidamente hacia el interior de las cuevas.

A su paso gritaba - Gurbulú, Gurbulú. Jurkukalu Durtaló -

Lanza una nueva flecha al kobold que intenta escapar hacia el tunel avisando a sus compañeros - Cuidado esta avisando que se preparen para nuestra llegada, será mejor volver a tomar posiciones, y las antorchas -

El mediano por primera vez en la partida guarda silencio y sólo se le oye un profundo jadear. Si alguien se fija, tras la luz de la antorcha que porta, asoman unos ojos con un brillo especial mezcla entre excitación, miedo y emoción. Algo esta buscando por el suelo moviendo aqui y allá la antorcha...¿Dónde está? No ha podido ir muy lejos... ¡Por los pelos pubicos de las driadas! ¿Dóndeeee?