- Así que el plano se desvaneció... si tiene sentido - Galezas analiza la información recibida y sonría ante las conclusiones que va extrayendo - Entonces, creo que corresponde felicitarlos. Un Vroc es un demonio. Uno de bastante poder. Nunca hubiera supuesto que podrían acabar con uno. Ni siquiera con los objetos que os entregué -
Pese al cansancio la vuelta fue agradable y feliz, habían derrotado a un enemigo formidable y Rakas no podía evitar dejar de sonreír y a cada trecho reír sonoramente recordando alguna anécdota, aunque también hubo momento para la tristeza al recordar que aquellas cavernas se habían cobrado la vida de un amigo, pero ahora había sido vengado y sin duda su alma disfrutaría en las estancias de los dioses con una buena jarra de hidromiel.
Cuando arribaron al poblado Galezas les esperaba pacientemente, o quizás simplemente aguardaba el paso del día pues al llegar el grupo se sorprendió de su pronto regreso. Tras los saludos iniciales la conversación no tardó en convertirse en una narración desordenada de lo que había acontecido, de las aventuras del grupo, de sus perdidas y ganancias.
Rakas que había permanecido en silencio ya no sonreía, algo no terminaba de gustarle, no estaba cómodo con la situación y no dudó en remediarlo.
- ¿Es este modo de recibir a unos héroes?, ¿dónde están las muchachas, la hidromiel y los asados?. Vamos amigos la calle no es lugar para narrar nuestras hazañas, vayamos a la taberna a refrescar nuestros gaznates y mostrar nuestros trofeos.
Con un gesto enérgico agitó la cabeza de Thazar mientras la sonrisa volvía a su rostro.
- Galezas nuestra compañera Arianne tiene una voz excepcional y seguro que ella sabrá contar mejor que nosotros las aventuras que hemos vivido, pero antes de que puedas escucharlo deberías permitirla afinar su voz y ordenar sus ideas con buena bebida y quizás un baño, como corresponde a una dama.
Claramente el bárbaro tenía un concepto de dama muy diferente al de los pueblos más civilizados pues él consideraba que las mujeres preferían una buena jarra de cerveza antes que un baño y no es porque entre las tribus de donde provenía fuera así, simplemente no era un tema en el que estuviera muy versado.
- Jajaja, veo que teneis claras vuestras prioridades - rió Galezas ante el comentario del bárbaro - Podemos ir a la taberna. Yo os invito - añadió más seriamente - Despues de todo escuchar vuestras hazañas es una buena tarea para pasar toda la tarde -
- Supongo que deberé informar en el templo el destino de nuestras reliquias - comentó mientras se acariociaba la barbilla - Si, os las podeis quedar, os las habeis ganado, pero... Os molesta que mi acólito tome nota de lo sucedido? No os molestará, solo estará presente mientras me lo contais más ordenadamente. Creo, por lo que me habeis contado, que hay suficiente como para escribir un libro. Vuestra odisea será conocida por toda la posteridad. -
Del templo a la taberna, corto trayecto, y mientras tanto sus ojos entrecerrados, contemplando a regañadientes el entorno, y aún así sin duda alguna… sonriendo. Dejó el gorro esta vez sobre el asiento, que no era otro que un banco compartido en aquella posada animada de agitada concurrencia. La bebida la ayudaría a deshacerse del reseco de la caminata y del cansancio de las últimas jornadas, arrastrando a ambos hasta ese recóndito escondite del olvido donde acostumbraba a quedarse siempre perdido todo aquello que resultaba desagradable, una especie de agujero negro interno sin emplazamiento fijo.
Había llegado el momento de relatar lo acontecido… ¿y quizás de transformar las vivencias realizadas en hazañas dignas de héroes? Observó entonces el resto de las mesas, pensando en que todos y cada uno de aquellos lugareños que departían alegremente en las zonas adyacentes eran también héroes, como insustituibles protagonistas de sus propias historias cotidianas, a las que sin duda alguna no les daban importancia. De todas maneras, ¿qué implicaba exactamente ser un aventurero o incluso héroe? ¿De qué iban en realidad todas aquellas leyendas versadas y cantadas que ella conocía al dedillo? Psssssssssst… Pues básicamente de un tipo de individuos que atestaban los cementerios, de hecho, ser aventurero podía considerarse una profesión de alto riesgo. Incluso ellos mismos eran testigos fehacientes de ello, no en vano, habían sufrido la desgracia de dejar a un compañero caído atrás.
Sus ojos descendieron hasta acariciar la piel correosa de sus propias botas, allá abajo, sobre el suelo, tendría que comprarse unas nuevas si quería seguir recorriendo caminos, puesto que éstas se hallaban ya en exceso desgastadas… y así lo haría, deambular, cantar, luchar, versar… ésa era su vida, carecía de raíces a las que poder asirse. Todo el mundo era su hogar. Alzó entonces súbitamente la testa, animada de pronto a iniciar el relato a su modo, levantándose de un salto de su asiento, como si alguien le hubiera pinchado con un alfiler en el trasero: Ejemejemmmmm… carraspeó, alzando simultáneamente la voz, alguien debía animar un poco al personal, que parecía mantener conversaciones más propias de parroquias que de tabernas. Su voz cobró entonces ritmo de relato, entonando prosa, versando en tono.
Partieron ocho, siete regresan,
...comenzaba el anuncio, señalando a los protagonistas, presentándolos primero, siempre la buena educación por delante...
déjenme que les narre señores
aquello de lo que aquestos ojos
acaban de ser testigos.
...Apoyó la diestra sobre la mesa y, haciendo fuerza con ella, de un quiebro se situó sobre la superficie de la misma...
Érase una vez un grupo de aventureros,
todo un batallón de limpieza,
que desinfectó de fauna y flora malignas
las cuevas en las que moraba
un semi dios bien perverso,
que Thazar Rho se llamaba
y que pico, garras, tres dedos
e incluso plumas grises portaba…
Imágenes intensas de un pasado, reciente en exceso, invadieron sus pupilas, mientras de sus labios brotaban descripciones de arañones monstruosos, redifuntos mal intencionados, enanos desquiciados, arpías de voz siniestra… Una sonrisa le afloró a los labios al recordar en sus versos al ameno "Cuatrobrazos" y familia, aquel trío sin duda merecía una mención especial, igualito que el "pasillo de los héroes caídos transformados en piedra", pero algo se le rasgó por dentro al recordar a aquel que acostumbraba a hablar solo, a Dramir, el compinche de todos, y la voz se le quebró y los ojos se le aguaron… Era duro relatar las andanzas de aquellos a los que has conocido, con los que has compartido, a los que has perdido, pero se animó de nuevo hacia el final, bastante después de la descripción de salas de tortura y de portales abiertos de los que brotaban rocas, arreciaban temporales de agua o lenguas de fuego, más allá de los viveros de seguidores que brotaban de huevos o del mar de sangre que les había cubierto, se animó justo en el punto de relatar la caída del aguilucho siniestro que hablaba con chulería. Parecía como si ni un solo dato se le escapara a la moza, que acompañaba con gestos la narración diversa, dejando espacio a los "ohhhhhes" y a las chanzas de sus propios compañeros.
… Con su último latido
se desplomó sobre el suelo,
exento ya de toda gloria,
ajeno al fin de su propio reino
de dioses imaginarios,
el brillo de su plumaje
aún haciéndole parecer grandioso
e inmenso entre cualquier ave…
Leyendas y aventureros, caminantes y compadres, enemigos, afrentas, hogueras de campamento, malvivir o bienvivir, depende de quien lo narre, batallas, sangre de otros mezclándose con la de uno propia, rojo fluir en un hilo que simplemente acababa marcando sendas y destinos en un mapa. El mapa de toda una vida. Su mapa. Ocho eran, siete quedaban, una rata, un perro y además una cabra... Sonrió a aquellos que la acompañaban, quizás alguno deseara alzar en brindis su jarra o mostrar la cabeza del tal Thazar o añadir datos jugosos a la retahíla entonada o más directamente... alzarse junto a ella y versar sobre la tabla.
... ;)
Y si nadie dice nada más... solo queda la frase mágica "Y colorín colorado..." La termino?