La noche anterior, Gliriel y Kuznak comieron unos bizcochos todos rotos que ya estaban viejos, pero que el hambre lo hacía parecer comida de reyes. El gnomo, al despertar, se percató de que la noche anterior se durmió mientras bebía agua. Eso no es normal. Y aún tenía la cantimplora en la mano, aunque el agua estaba toda derramada. Kuznak se estaba asegurando de acabar con el agua del piso.
Dormir sin el peso de la armadura le hizo bastante bien, y muchas heridas se le cicatrizaron. Ese día despertó bastante mejor que como estaba después de la batalla, aunque aún tenía una jaqueca insoportable y miles de moretones y heridas que ardían.
Buenos días. - fue lo que dijo para anunciar su regreso a este mundo - Espero que hayáis dormido bien. O por lo menos, que hayáis dormido.
¿Mmh? ¿ya nos vamos? ¿no comeremos nada antes? - la voz afónica del druida y sus pelos todos revueltos y parados hacían de él una figura cómica - Uf...
Tras el suspiro, fue hacia donde yacía su equipo y lentamente se fue equipando otra vez, y también al perro. Una vez estuvo listo, se acercó a Gliadel y Rakas.
Vámonos pues. No aguanto más esta cueva.
¿Cuántos Pg recuperaría Kuznak?
No había parcela de su cuerpo por minúscula que fuese que no le doliera, pero... pese a ello e increíblemente, se sentía con fuerzas renovadas. Durante las horas de descanso no le habían invadido los temblores de nuevo y al despertar se encontraba menos debilitada que el día anterior, quizás todavía no en su mejor momento, pero sí en el buen camino. Aún así el primer gesto decidido que realizó nada más despertarse, le recordó la dureza de la jornada anterior y la obligó a incorporarse con lentitud sobre el suelo, alertada por las voces de sus compañeros que ya se movían en su entorno, recogiendo sus pertenencias antes de partir.
O al menos eso era lo que insinuaban, ya que hablaban de regresar al pueblo, de batallas, de guerras, de venganza, de echar un bocado, de barcas, de Galezas y de que no aguantaban más en esa cueva. En esto último debía reconocer que coincidía y más aún entristecidos todos como estaban por la pérdida de uno de los componentes del grupo. Les escuchó silenciosa y bastante desorientada, mientras echaba un largo trago de agua y se aclaraba el rostro en un intento de parecer un poco más espabilada de lo que se sentía en aquellos instantes.
¡Buenos días!... Masculló por fin únicamente algo más animada, preguntándose en simultáneo por la veracidad de aquella información, de la cual dudaba seriamente, puesto que en el interior de aquellas cuevas era muy difícil hacerse a una idea a ese respecto. Repasó las espadas por ver si estaban melladas, las limpió y después se acercó a echar otro vistazo a los objetos que habían ido hallando, más por curiosidad que otra cosa, poniendo especial atención en un par de pociones que con anterioridad no había revisado con suficiente eficiencia.
Tirada: 2d20(+8)
Motivo: Cenicienta, dos pociones iguales
Dificultad: 22+
Resultados: 6(+8)=14, 15(+8)=23
Exitos: 1
Pues, me temo que aún queda Cenicienta.
Mañana le doy un repaso al tesoro y me decido, que voy camino de empeñarme de por vida, jajajajajaja...
Pues... SORPRESA: Dos pociones de "Restablecimento Menor"!
Y una espada que no tienes idea de que se trata. Sabes que es mágica, pero además... ni idea que más!
No estás obligada a quedarte con la Danzante... Sería una pena perder 25.000 (50.000-25.000) pero eres tu la que decide si vale la pena quedarte solo con eso o si la venden y compras / te quedas con otras cosas
Lentamente se fueron incorporando y tras escuchar atentamente se dieron cuenta que no había nadie tras la estantería que habían corrido. Un leve vistazo les hizo entender que estaban solos. Tan solos como podían estar en esa serie de túneles que se había cobrado la vida de un compañero.
Poco a poco emprendieron la retirada, dispuestos a obtener información, equipo y descanso para acabar con el tal Thazar Rho. El no lo sabía, pero había conseguido como enemigos a un grupo de cuidado. Cuando volvieran estarían preparados par acabar con el... o por lo menos eso esperaban
Tirada: 1d20
Motivo: Alguna sorpresa al salir... (1-5 en 1d20)
Resultado: 20
Las barcas están donde deben y parece que no hay problemas con la salida. De hecho con ese 20, parece que todos los malos se fueron a pasear lejos de donde puedan pasar Uds. ;-) Asuman que en el pueblo recuperan todos sus pg / características / etc. Ese 20 les permite llegar sin problemas.
Ecthelión: ahora tiene 38 y vale eso, cuando la compró valía 4500 y tenía 50 cargas
Recuerden que estaban tomando los valores a precio de venta (es decir, la mitad) cuando se quedaban con algo. De cualquier manera el reparto lo hacen Uds.
Gliriel: Kuznak está a full (estaba en 30/31 y tiene 4DG, recuperaría 4 pg por descanso)
Y parece que no sabrán QUE es la famosa "Cenicienta", aunque TODOS los que tienen conocimiento de conjuro y subieron de nivel (el Druida también lo hizo, durmieron después de matar al 4 brazos y el subió allí) pueden intentarlo. Sino, quizás lo averigua el gnomo ;-)
Arza fue junto con los demás en busca de la salida. Llevaban todos los tesoros que habían recogido, pero la ausencia de un compañero se hacía notar en el lento avanzar de todos, y en el silencio que compartían.
Llevar un par de dias bajo tierra, los distintos ataques con diferentes criaturas, la presión de las líneas azules que les dejaban totalemente indefensos y la muerte de Dramir ... todo parecía haber acabado un poco con la alegría del grupo.
Era posible que volvieran después de recuperarse, Arza sólo esperaba que su enemigo no se recuperara demasiado o podrían terminar teniendo más problemas que cuando entraron.
Que gran verdad... cuando vuelvan... jejejeje.
Rakas estuvo cerca de caer en la broma que el mago le lanzó, sin embargo poco a poco habían ido conociéndose y una sonrisa torcida asomó al rostro del bárbaro mientras le lanzaba el odre vacío de hidromiel. Aquel simple gesto mejoró el animo del joven que terminó los preparativos y guja en mano se adelantó con cuidado revisando el lugar.
Por el camino de vuelta no encontraron rastro de nuevos enemigos y tras superar las salas azuladas donde algunos quedaron durante unos instantes paralizados, llegaron a la zona de cavernas donde acabaran con los orcos y su jefe. Nada había cambiado, los cuerpos despedían ya un ligero olor a podredumbre y el ruido de los carroñeros menores se podían distinguir facilmente en el silencio reinante en aquel lugar. Las barcas continuaba en su lugar, armaduras y arcos incluidos, sin duda les quedaba una larga jornada antes de regresar y transportar aquella cantidad de equipo sería duro pero lograrían un buen botín.
¿La salida por donde es?, ¿corriente arriba?, o de vuelta por donde entramos...
¡Mira tú por dónde!... Exclamó arqueando las cejas sorprendida. Éstas son dos pociones de restablecimiento... idóneas para aquel entramado de cuevas y sus habitantes que se dedicaban a mermar las capacidades de los osados sufridores de turno de manera ostensible. Ladeó la cabeza, sonriendo levemente mientras observaba el contenido de los viales a contraluz, cuyo líquido transparente brillaba someramente con una nitidez que invitaba sin duda a la ingestión. Un buen hallazgo... sí, señor...
Súbitamente abandonó su ensimismamiento al comprobar que el grupo parecía estar poniéndose en marcha y les siguió con desgana, no por falta de iniciativa o de deseo, sino por las múltiples advertencias que su cuerpo le dedicaba tras cada movimiento. Sin embargo, aceleró el paso, avanzó posiciones e intentó dejar atrás pensamientos sombríos por medio de un tarareo interno suave y casi imperceptible para el resto, que se desprendía de sus labios de manera inconsciente.
Al alcanzar las barcas, se topó de bruces con su arco, descansando placenteramente a la espera en una de ellas, lo había abandonado a su suerte para así poder empuñar ambas espadas y era de una cadencia parecida al que ahora portaba.
Las dos pociones iguales son de "Restablecimiento Menor".
Uds... deciden, solo que contra-corriente saben que salen y si la siguen... bueno quien sabe donde irán a parar.
Sobre las pociones... lastima no haberlas reconocido antes, no? 300 mo c/u. Curan 1d4 a una característica.
Las palabras del mago hacen diana en el corazon mismo de mis inquietudes personales. Preferiria estar acompañando a Dramir a ganarme la desaprobación de mi antiguo mentor. En estas cavilaciones estoy cuando observo la espada que la espadachina hacia llamar cenicienta, con distintos ojos.
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: C.Conjuros
Dificultad: 22+
Resultado: 18(+5)=23 (Exito)
Al observar con más cuidado la espada te das cuenta que no solo es mágica (+1) sino que el tono grisaceo denota su cualidad de "fantasmal". YA te hablaron en el monasterior de ese tipo de armas, puede golpear en forma indistinta en el plano material (el normal) y el etereo (el de los fantasmas, sombras y similares). En otras palabras, no tiene el 50% de posibilidades de fallo que tiene cualquier arma mágica (las normales no sirven) para pegarle a alguien que se mueva al plano etereo. Asimismo, estando en el plano etereo puede usarse para pegar en el plano material.
Su valor (de compra) es de 8310 de 10 (espada corta) + 300 (calidad) + 8000 (equivalente a magia +2)
A ver... - Contento por mi aparente descubrimiento –y por poder ocupar mi mente por un momento con menesteres mas mundanos- tomo la ceniciente entre mis manos… - sin duda se trata de un buen arma…magica sin duda… pero este color… - digo mientras rasco con el dedo para comprobar que no se trata de ningun tipo de pintura que cubre el metal… - estos pigmentos grisaceos no son muy comunes en el acero… esto esta hecho de otra cosa… Creo que se trata de un arma fantasmal.
Con esto se puede repartir leña tanto aquí como en el plano etereo, donde moran los fantasmas y espiritus. Una buen augurio, sin duda.
Espada corta +1 "fantasmal".
El druida se puso en marcha con sus compañeros una vez estuvo equipado otra vez. Casi había olvidado lo mucho que pesaba la mochila y la armadura.
Estaba más contento de lo que creyó que podía llegar a estar. Es que casi podía sentir el cómodo césped esponjosito del exterior, y el viento que se filtraría por la armadura....
¡y la cerveza! ..como olvidarla.. un reciente hallazgo en la taberna de Casi-el-Mar que probablemente cambió su vida.
No podía esperar para llegar. Siguió a sus compañeros con Kuznak al lado, con una sonrisa dibujada en el rostro, que fue aumentando su tamaño a medida que iban llegando a la entrada.
Perdona Matute estos días de ausencia, pero es que ando un poco desanimado y sin muchas ganas para escribir. No sé si será el calor, cansancio acumulado, pereza, o algo de bajón anímico.
Todo bien. Y más en tu caso que siempre posteas. Por unos días que se te complique no hay problemas.